Encuesta por cuestionarios

  • Montserrat Simó Solsona

  • Laura Suárez Grimalt

PID_00275928
Primera edición: septiembre 2020
© de esta edición, Fundació Universitat Oberta de Catalunya (FUOC)
Av. Tibidabo, 39-43, 08035 Barcelona
Autoría: Montserrat Simó Solsona, Laura Suárez Grimalt
Producción: FUOC
Todos los derechos reservados
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Índice

Introducción

La encuesta por cuestionario es la técnica de recogida de la información más ampliamente utilizada. Numerosos investigadores y profesionales (la mayoría relacionados con las ciencias sociales), con más o menos rigor, se han planteado y han llevado a cabo una encuesta por cuestionario en sus investigaciones y estudios. A pesar de ostentar el privilegio de ser la técnica de recogida de la información más utilizada, también recibe el castigo de ser la más «mal utilizada»:

«A well-constructed survey is a powerful research tool. A badly written one, with complicated phrasing, poorly designed and thought of response alternatives, an incomplete introduction, and poorly framed items, however, can lead to both response and non-response bias, which may further translate to poor predication ability».

L. Gideon (2012b). «The Art of Question Phrasing». Handbook of Survey Methodology for the Social Sciences (pág. 91). Nueva York: Springer.

Este módulo pretende explicar qué aporta esta técnica, describir sus características básicas y ofrecer herramientas útiles para su diseño, desde una vertiente totalmente práctica, con ejemplos propios y también externos de otras encuestas por cuestionario ampliamente validadas.
La estructura de estos materiales se organiza en tres bloques. En un primer bloque se detalla la relación existente entre la encuesta por cuestionario y la metodología y las técnicas de investigación, y también el papel de la encuesta por cuestionario dentro del proyecto de investigación, así como de carácter académico o profesional. En la segunda parte, mucho más introspectiva y concreta, se irán detallando aspectos clave de la encuesta por cuestionario: desde su definición hasta los principales tipos de encuesta y el diseño de los cuestionarios, atendiendo tanto a los diferentes tipos de preguntas existentes como a las principales recomendaciones para la elaboración de un cuestionario. Finalmente, se presentará una tercera parte que comprende los pasos a realizar en el marco de una investigación mediante encuestas, una vez diseñada la herramienta de recogida de información, es decir, el cuestionario. En esta parte se explica la elaboración de la muestra, la organización del trabajo de campo, su validez y fiabilidad, y el análisis de los datos recogidos. Este módulo se cerrará con unas consideraciones finales.

1.La encuesta por cuestionario: ¿técnica, método o paradigma?

La encuesta por cuestionario es una de las técnicas más utilizadas para recoger información, ya sea en el marco de una investigación científica o en el marco de la consultoría y estudios profesionales. Es frecuente leer en el apartado metodológico de cualquier investigación que se va a utilizar el método de la encuesta por cuestionario, o que se va a implementar un determinado trabajo de campo a través del paradigma de la encuesta por cuestionario, entre otras confusiones. Debemos hacer hincapié en que cada uno de esos conceptos (por ejemplo, método, paradigma, etc.) son distintos y que identifican elementos clave dentro de la metodología y también dentro del proyecto de investigación.
Antes de hablar de lo que significa la encuesta por cuestionario, debemos señalar que no se trata de un método, sino de una técnica.
Por método entendemos el camino que hay que seguir mediante una serie de operaciones, reglas y procedimientos fijados con antelación, de manera voluntaria y reflexiva, para alcanzar un determinado fin, que puede ser material o conceptual (Ander-Egg, 1992), como el método científico.
El método científico
El método científico es «el camino» para conseguir generar conocimiento de manera fáctica (basándonos en referentes empíricos), ultrapasando los hechos (desafiando el conocimiento vulgar), utilizando reglas metodológicas, con verificación empírica, autocorrectivo y progresivo (permite avanzar en las correcciones), con formulaciones de tipo general y objetivo (Ander-Egg, 1992).
El método científico enmarca y determina el modo de conocer la realidad estudiada a través del proyecto de investigación. Pero, antes de detallar qué es el proyecto de investigación y el papel que desempeña la encuesta por cuestionario, describiremos tres elementos básicos intrínsecamente relacionados con el proyecto de investigación: paradigmas, metodologías y diseños de investigación. Un paradigma es la mirada con la que observamos la realidad. Existen múltiples prismas para conceptualizar la realidad y generar una pluralidad de posiciones ontológicas (la forma y la naturaleza en que se concibe la realidad); epistemológicas (la relación que se establece entre el objeto de estudio y el sujeto conocedor), y metodológicas (la forma de acceder a esta realidad y medirla). Sin abordar de manera exhaustiva las diferentes clasificaciones existentes sobre los paradigmas de investigación, podríamos sintetizarlos en tres, atendiendo al plano metodológico: el paradigma positivista, el constructivista y el crítico (Rincón Igea, Arnal Agustín, Latorre Beltrán y Sans Martín, 1995).
El método científico obliga a plantearse cómo proceder, y es aquí donde desempeña su papel la metodología de investigación. Por metodología se entiende el modo concreto de abordar una problemática de estudio determinada. Existen diferentes formas de proceder ante los objetos de estudio, por lo que se habla de pluralidad metodológica para dar cobertura a la multidimensionalidad (y, por qué no, complejidad) del propio objeto de estudio. Así, aunque existen multitud de clasificaciones de metodologías de la investigación social, estas pueden simplificarse en: metodología cuantitativa y metodología cualitativa.
La metodología cuantitativa (también llamada empírico-analítica, racionalista o positivista) deriva del paradigma positivista. Con la intención de formular generalizaciones, los fenómenos estudiados son aquellos que pueden ser observables y medidos mediante análisis estadísticos. En cambio, la metodología cualitativa (fenomenológica o comprensiva) parte del paradigma constructivista, donde la realidad es un mundo social construido con los símbolos y significados que se le otorgan. Su objetivo no es tanto formular generalizaciones como comprender e interpretar el significado de estas acciones sociales.
Lecturas recomendadas

Para una clasificación de las diferentes metodologías de investigación social, podéis consultar:

M. Beltrán (1993). «Cinco vías de acceso a la realidad social». El análisis de la realidad social. Métodos y técnicas de investigación. Madrid: Alianza Universidad.

D. del Rincón Igea; J. Arnal Agustín; A. Latorre Beltrán; A. Sans Martín (1995). Técnicas de investigación en ciencias sociales. Madrid: Dykinson.

J. Ibáñez (1993). «Perspectivas en la investigación social: el diseño en las tres perspectivas». En: M. García Ferrando; J. Ibáñez; F. Alvira Martín (eds.). El análisis de la realidad social. Métodos y técnicas de investigación social. Madrid: Alianza Universidad.

C. Pérez Meléndez; A. J. Rojas Tejada; J. S. Fernández Prados (1998). «Introducción a la investigación social». En: A. J. Rojas Tejada; J. S. Fernández Prados; C. Pérez Meléndez (eds.). Investigar mediante encuestas. Fundamentos teóricos y aspectos prácticos. Madrid: Síntesis.

Por último, el diseño de la investigación es la concepción del modo de llevar a cabo la investigación científica, incluyendo tanto las relaciones que se establecen entre los elementos como el plan establecido. La mayoría de clasificaciones coinciden en clasificar el diseño en: experimental, correlacional (o cuasiexperimental) y observacional. Abordaremos más concretamente el proyecto de investigación en el apartado siguiente y el papel que desarrolla la encuesta por cuestionario en el desarrollo de este.
Figura 1. La encuesta por cuestionario en el proyecto de investigación
Fuente: elaboración propia.
Fuente: elaboración propia.

2.El diseño del cuestionario en el proyecto de investigación

Una investigación, en palabras de Ander-Egg:

«Es un procedimiento reflexivo, sistemático, controlado y crítico que permite descubrir nuevos hechos o datos, relaciones o leyes, en cualquier campo del conocimiento humano [...], constituye un camino para conocer la realidad, para descubrir verdades parciales».

E. Ander-Egg (1992). Técnicas de investigación social (pág. 57). México: El Ateneo.

Para entender el papel de la encuesta por cuestionario dentro del proyecto de investigación, definiremos muy brevemente las principales fases del proyecto de investigación y los elementos que se incluyen en cada una de ellas. El proyecto de investigación se puede estructurar en tres grandes fases concordantes con las etapas del procedimiento científico propuestas por Quivy y Campenhoudt (1992) (figura 1):
1) Ruptura. La primera fase se plantea como una etapa en la que se establecen los límites de la investigación, delimitando aquello que va a ser estudiado (el objeto de estudio), de aquello que no va a poder ser estudiado. En esta primera fase, la intención es seleccionar aquellas inquietudes, intuiciones o nociones básicas que elaboramos sobre los hechos que suceden en la realidad y que despiertan nuestro interés, con el fin de transformarlas en objetos de estudio. Para ello, definiremos el porqué de la problemática (la justificación que subyace a su interés como tema de investigación), la pregunta de investigación y los objetivos generales y específicos que nos proponemos afrontar.
2) Estructuración. La segunda fase tiene dos finalidades: la primera, servir de bisagra entre la primera fase más abstracta y la tercera, más empírica y de comprobación. La segunda función es «reconstruir» todos aquellos aspectos explorados durante la primera etapa para poder corroborarlos con la exploración teórica del objeto de estudio. Así, esta fase comprende la revisión del marco teórico-conceptual, la construcción del objeto de estudio (que nos permitirá trasladar los conceptos a su medición) y el establecimiento de las hipótesis.
3) Comprobación. La última fase permite retomar el plano empírico para contrastar las hipótesis de investigación mediante el desarrollo del trabajo de campo. Esta fase se caracteriza por la aplicación de técnicas de recogida de información, la realización de análisis estadísticos y, por último, la redacción de las conclusiones finales en formato de informe de investigación.
La encuesta por cuestionario adquiere protagonismo en la tercera fase, que permite la comprobación de todo el proceso reflexivo y sistemático que se ha realizado en las dos fases anteriores.
La encuesta por cuestionario es una técnica y, como tal, tiene un carácter instrumental y de herramienta. Dentro de las técnicas, estas se pueden clasificar en dos tipos: de recogida de la información o de análisis. Ambas están estrechamente relacionadas. Las técnicas de recogida de la información son aquellas que permiten desarrollar el trabajo de campo y recoger información que después serán datos fundamentales para el análisis. Es entonces cuando entran en juego las técnicas de análisis de la información. La encuesta por cuestionario es una técnica de recogida de la información propia de la metodología cuantitativa.

3.Definiciones y características de la encuesta por cuestionario

La encuesta es una de las técnicas de investigación más empleadas en investigación social, la investigación de mercados y los estudios de opinión. Según datos ofrecidos por la Asociación Española de Estudios de Mercado y Opinión (AEDEMO), se estima que en el año 2017 el 84,6 % de los estudios de mercado realizados en España eran de naturaleza cuantitativa, y utilizaban como parte de su metodología encuestas por cuestionario, o analizaban datos derivados de estas (AEDEMO, ANEIMO y ESOMAR, 2018). Estos valores permiten afirmar que la encuesta es un procedimiento de investigación ampliamente conocido, no solo por investigadores, sino por el público general. Son pocos aquellos que no saben qué es una encuesta, aunque sea de forma aproximada (Cea d’Ancona, 2004, pág. 11).
Sin embargo, la popularidad de la encuesta como procedimiento de recogida de información lleva asociada una variedad de significados que dan lugar a numerosas imprecisiones y a una falta de sistematicidad a la hora de definirla.
Con este apartado pretendemos familiarizar al lector con las diferentes definiciones y características de la encuesta por cuestionario. Se abordan, asimismo, las principales ventajas e inconvenientes asociadas al uso de esta herramienta de recogida de datos. Por último, se expone una clasificación de los principales tipos de encuestas que pueden encontrarse en el marco del diseño de una investigación social, haciendo especial hincapié en la tipología de encuestas en función del modo de administración del cuestionario (personal, telefónica y autoadministrada por correo o web).

3.1.La encuesta: principales definiciones

Tal y como señalamos con anterioridad, la encuesta es una de las estrategias metodológicas más populares en el marco de la investigación social. A ello contribuye su gran potencial para la obtención de información de un conjunto amplio de la población, tal y como señala Cea D’Ancona (2004).
Retomando la diferenciación ya desarrollada en el apartado introductorio en relación con los métodos y las técnicas de investigación, conceptualmente, la encuesta puede considerarse como una técnica en sí misma, o una estrategia metodológica más amplia.
1) Así, en primer lugar, autores como Casas Anguita, Repullo Labrador y Donado Campos (2003) han definido la encuesta como una estrategia de investigación basada en las declaraciones verbales o por escrito de varios sujetos mediante un cuestionario estructurado de una población concreta.
2) En segundo lugar, desde la producción científica, la encuesta se ha conceptualizado como un método de obtención de datos de interés sociológico mediante la interrogación a los miembros de la sociedad (Sierra Bravo, 1994).
3) Por último, la encuesta ha sido entendida como una técnica que utiliza un conjunto de procedimientos estandarizados de investigación, mediante los cuales se recoge y analiza una serie de datos de una muestra de casos representativa de una población o universo más amplio, del que se pretende explorar, describir, predecir y/o explicar una serie de características (García Ferrando, 1993).
En síntesis, una encuesta puede considerarse una búsqueda sistemática de información en la que el investigador o técnico preguntan a las personas encuestadas sobre los datos que desean obtener y, posteriormente, reúnen estos datos individuales para obtener durante la evaluación datos agregados.
Figura 2. La encuesta en el marco de la investigación social
Fuente: elaboración propia a partir de M. García Ferrando (1993). «La encuesta». El análisis de la realidad social. Métodos y técnicas de investigación (págs. 123-152). Madrid: Alianza Universidad. R. Sierra Bravo (1994). Técnicas de investigación social. Teoría y ejercicios. Madrid: Paraninfo. B. Visauta (1989). Técnicas de investigación social I: recogida de datos. Barcelona: Promociones y Publicaciones Universitarias. J. Casas Anguita, J. R. Repullo Labrador y J. de M. Donado Campos (2003). «La encuesta como técnica de investigación. Elaboración de cuestionarios y tratamiento estadístico de los datos (I)». Atención Primaria: Publicación Oficial de La Sociedad Española de Familia y Comunitaria (n.º 31, vol. 8, págs. 527-538).
Fuente: elaboración propia a partir de M. García Ferrando (1993). «La encuesta». El análisis de la realidad social. Métodos y técnicas de investigación (págs. 123-152). Madrid: Alianza Universidad. R. Sierra Bravo (1994). Técnicas de investigación social. Teoría y ejercicios. Madrid: Paraninfo. B. Visauta (1989). Técnicas de investigación social I: recogida de datos. Barcelona: Promociones y Publicaciones Universitarias. J. Casas Anguita, J. R. Repullo Labrador y J. de M. Donado Campos (2003). «La encuesta como técnica de investigación. Elaboración de cuestionarios y tratamiento estadístico de los datos (I)». Atención Primaria: Publicación Oficial de La Sociedad Española de Familia y Comunitaria (n.º 31, vol. 8, págs. 527-538).
Con la encuesta se trata de:

«Obtener, de manera sistemática y ordenada, información sobre las variables que intervienen en una investigación o el técnico, y esto sobre una población o muestra determinada. Esta información hace referencia a lo que las personas son, hacen, piensan, opinan, sienten, esperan, desean, quieren u odian, aprueban o desaprueban, o los motivos de sus actos, opiniones y actitudes».

B. Visauta (1989). Técnicas de investigación social I: recogida de datos (pág. 259). Barcelona: Promociones y Publicaciones Universitarias.

A continuación, presentamos las principales características que definen la encuesta por cuestionario como técnica de recolección de datos.

3.2.Principales características de la encuesta por cuestionario

La encuesta por cuestionario se asocia a una serie de características particulares que la diferencian de otras técnicas de recogida de información, y que implican una serie de posibilidades y limitaciones en su implementación (Alvira Martín, 2011; Cea d’Ancona, 2004; Sierra Bravo, 1994). Estas características se sintetizan del modo siguiente:
1) La encuesta recoge información proporcionada verbalmente o por escrito por un informante mediante un cuestionario estructurado como instrumento básico de captura de información, que puede ser implementado a través de diversas vías (personal, telefónica, en línea, etc.), como veremos en los apartados siguientes.
2) La aplicación de este cuestionario garantiza que la encuesta sea un procedimiento estandarizado que permite la comparación entre distintos perfiles de individuos. La estandarización se justifica por la necesidad de llevar a cabo una medición científica y objetiva de nuestro objeto de estudio. Ello exige que las diferencias en las respuestas sean atribuibles a divergencias entre los encuestados, y no a una aplicación diferencial de la encuesta; es decir, es imprescindible formular el mismo cuestionario, con las mismas preguntas, en el mismo orden, a cada uno de los encuestados para evitar posibles errores de medición, que afectarían a la calidad de la encuesta.
3) La investigación mediante encuestas utiliza muestras de la población objeto de estudio. De este modo, la encuesta permite que, mediante la aplicación de técnicas de muestreo adecuadas, los resultados obtenidos pueden hacerse extensivos a comunidades enteras.
Por ejemplo, si hablamos de los usuarios de un servicio municipal de una administración concreta, no sería necesario entrevistar a todos aquellos que han utilizado el servicio en cuestión en la localidad, solo deberíamos seleccionar una muestra representativa de estos usuarios mediante encuesta para que formen parte de nuestro estudio. De este modo, tal y como se detallará más adelante, conseguimos, entre otras cosas, ahorrar tiempo y dinero al tener que llevar a cabo un número reducido de cuestionarios.
Para ello, es necesario seguir un riguroso procedimiento aleatorio de selección de la muestra. La calidad de la muestra seleccionada incide, directamente, en la validez externa (o posibilidad de generalización de los resultados de la encuesta) y en la validez de conclusión estadística (o significatividad estadística de los resultados obtenidos).
4) El objetivo de la utilización de muestras es lograr la mayor precisión y representatividad preguntando a una población, estadísticamente seleccionada, por cuestiones objetivas (hechos) y subjetivas (opiniones, actitudes), con la máxima adecuación entre recursos temporales y monetarios, y objetivos de investigación.
5) Por último, es importante destacar que la encuesta permite la obtención de datos sobre una gran variedad de temas, pero únicamente mediante lo que se denomina observación indirecta (aquello que los encuestados dicen o manifiestan). Por esta razón, cabe la posibilidad de que la información recabada no sea un fiel reflejo de la realidad que se analice. De ahí la exigencia de comprobar la veracidad de los datos, antes de su interpretación. Los encuestados aportan su propia interpretación de la realidad, hecho que no garantiza que esta información sea 100 % objetiva.
Por ejemplo, en un estudio sobre el uso del transporte público puesto en marcha por una administración, los usuarios pueden llegar a decir que consideran que los autobuses municipales tienen una menor frecuencia que en años anteriores y que opinan que se ha reducido el número de líneas, cuando en realidad el gobierno local ha apostado por reducir los tiempos de espera añadiendo más vehículos y reforzando algunas de las líneas. ¿Quiere esto decir que los encuestados mienten? No necesariamente, quizás su experiencia con el transporte público no ha sido satisfactoria, se han encontrado con elevados tiempos de espera para llegar a su destino y, por lo tanto, interpretan que se ha reducido la frecuencia y las líneas disponibles. Es importante recordar que no buscamos la objetividad directa de los hechos y fenómenos utilizados, sino la interpretación indirecta que los encuestados realizan de estos, con las desventajas que ello puede, a veces, suponer para la consecución de determinados objetivos.

3.3.Ventajas e inconvenientes de su utilización en la investigación social y en la práctica profesional

El protagonismo de la encuesta viene explicado por las múltiples posibilidades y potencialidades que ofrece en distintos sectores, que abarcan desde la investigación social hasta el marketing, los estudios de mercado o los estudios llevados a cabo por diferentes empresas y/o administraciones públicas. Comparada con otras estrategias de investigación, la encuesta ofrece para todos estos ámbitos, como principales ventajas, las siguientes (Cea d’Ancona, 2004; Sierra Bravo, 1994):
  • La obtención de información de un conjunto amplio de personas, ubicadas en distintas áreas geográficas, en un plazo de tiempo relativamente breve. Aunque su coste sea elevado, generalmente es inferior al necesario en la materialización de otras estrategias de investigación para la consecución del mismo volumen de información. Si bien no necesariamente los entrevistados deben encontrarse en distintos espacios geográficos, los estudios por encuesta siempre posibilitan incorporar un número elevado de individuos de forma más sencilla y económica que, por ejemplo, un estudio mediante entrevistas o grupos de discusión. Cuanta más dispersión geográfica exista entre los encuestados (en una encuesta realizada a nivel nacional, por ejemplo), mayor importancia cobra esta ventaja.

    Por ejemplo, en una encuesta aplicada a los trabajadores de una empresa para conocer su grado de satisfacción con la implantación de determinadas condiciones de teletrabajo, es posible que todos se encuentren en un mismo edificio a una hora concreta, o que sean localizados en un mismo municipio.

  • La comparación de datos. Esta posibilidad de la encuesta se asocia a la estandarización del cuestionario ya mencionada anteriormente, y supone que su utilidad aumenta «cuanto mayor sea la posibilidad de poder comparar los datos (obtenidos) con otros similares y anteriores en el tiempo o procedentes simultáneamente de otras poblaciones» (López Pintor, 1989, pág. 360).

  • La generalización de sus resultados, dentro de los límites marcados en el diseño y en cada fase de la ejecución de la investigación. El hecho de contar con una muestra representativa que permite realizar inferencia estadística de los resultados obtenidos, posibilita llevar los resultados más allá del propio estudio realizado. De esta manera, podremos llegar a conclusiones generalizables a todo el colectivo (por ejemplo, «los jóvenes de esta comunidad reclaman más ayudas en formación por parte del gobierno autonómico para mejorar sus oportunidades de inserción laboral»).

    Por ejemplo, en un estudio sobre el desempleo juvenil de una comunidad autónoma, los datos obtenidos mediante la apliación del cuestionario a una muestra aleatoria y representativa de los jóvenes no hará referencia solo a los propios encuestados, sino a toda la población juvenil de la comunidad.

  • La evaluación de la calidad de sus resultados, del cumplimiento de los criterios de validez y de fiabilidad.

Pese a sus ventajas, la encuesta se enfrenta a una serie de obstáculos, entre los que cabe destacar los siguientes:
  • Al obtener la información de declaraciones verbales o escritas, su aplicación no se recomienda en poblaciones con dificultades para la comunicación (menores, personas analfabetas o con escasos recursos lingüísticos, por ejemplo).

  • La información que se recoge está condicionada por la formulación de las preguntas y la veracidad de las respuestas dadas por los encuestados.

    Por ejemplo, tal y como veremos, el orden de las preguntas de un cuestionario puede condicionar la secuencia de respuesta ofrecida por los individuos de nuestra muestra. En el caso de una encuesta en línea, la maquetación o presentación inadecuada puede hacer poco accesibles algunas de las preguntas, provocando la no respuesta por parte de los entrevistados.

    De ello puede llegar a derivarse una importante falta de objetividad, que supone una de las principales limitaciones de la encuesta como técnica de recogida de datos: es el sujeto quien da información sobre sí mismo, como ya se comentó con anterioridad.

  • La mediación del entrevistador, especialmente en encuestas personales y telefónicas, puede provocar efectos de carácter reactivo en las respuestas de los entrevistados y determinados sesgos en los resultados obtenidos, como puede ser la deseabilidad social.

    Este hecho puede moderarse y controlarse mediante la aplicación de cuestionarios autoimplementados, especialmente vía en línea, donde el entrevistado accede y responde por sí mismo a las preguntas planteadas.

  • La información obtenida queda restringida a las respuestas de los individuos a preguntas cerradas, previamente precodificadas por parte del investigador. Ello supone que no hay espacio en su aplicación para la captación de significados e interpretaciones o la creación de nuevos contenidos no contemplados en el diseño inicial del cuestionario. Se trata de un método dirigido únicamente a la descripción y la contrastación, no recomendado, por tanto, para investigaciones inductivas, de las cuales desconocemos la realidad a la que nos enfrentamos de forma previa a la aplicación del cuestionario.

  • Se trata de una técnica que recoge la realidad de forma estática frente al dinamismo de la sociedad. Con la excepción de las encuestas en panel, que desarrollan una perspectiva longitudinal, los cuestionarios son una fotografía fija sobre un aspecto de la sociedad, en un momento determinado. Por ello, se precisa una actualización constante de los datos obtenidos, con el fin de amoldar su interpretación a las múltiples transformaciones sociales a las que asistimos en la sociedad global.

  • Por último, la encuesta puede llegar a asumir una cierta atomización social; es decir, parte de una idea de sociedad formada por individuos aislados que no se relacionan los unos con los otros y, por ello, no permite capturar la interrelación y los procesos de influencia mutua entre individuos (Golder y Macy, 2014). Cada individuo ofrece sus propias respuestas e interpretaciones sin que estas puedan ser, por ejemplo, contextualizadas dentro de un grupo de referencia, como sí sucede con otras técnicas de naturaleza cualitativa como el grupo de discusión.

Tabla 1. Ventajas e inconvenientes de la encuesta en la investigación social

Ventajas

Inconvenientes

  • Elevado grado de fiabilidad siempre que no se produzcan graves errores en su implementación.

  • Abarca gran número de cuestiones en un solo estudio y un importante número de unidades de análisis.

  • Facilita la comparabilidad.

  • Generalización dentro de los límites y el error del diseño muestral.

  • Información restringida a la respuesta proporcionada por el individuo a preguntas cerradas.

  • La presencia del investigador provoca efectos reactivos en las respuestas.

  • Falta de referencias contextuales y vitales que facilitan interpretación.

  • No adecuada para poblaciones con dificultades de comunicación o de difícil acceso.

  • Imprecisión para el estudio de la causalidad (razones y motivos).

  • Implementación costosa temporal y económicamente.

En definitiva, si bien es cierto que la encuesta ofrece importantes alicientes y ventajas que potencian su uso dentro de la investigación social, el análisis de mercados o los estudios de opinión, entre otros, es importante realizar una reflexión sobre su idoneidad como método de obtención de datos. A pesar de su popularidad y su creciente desarrollo en las últimas décadas de investigación en España, no hay que perder de vista que la encuesta no sirve para todo. Debe usarse únicamente cuando sea el método más apropiado para asegurar el cumplimiento de los objetivos de investigación, el propósito del estudio o las necesidades del cliente, o también cuando pueda complementarse con otro tipo de técnicas que, de forma combinada, den respuesta a la problemática planteada.

4.Tipos de encuesta

Del mismo modo que no existe una única definición de encuesta, no es posible encontrar una clasificación de los diferentes tipos de encuesta que sea aceptada de forma unánime. Las publicaciones especializadas sobre el tema suelen distinguir las encuestas según los criterios siguientes (Visauta, 1989, págs. 262-264):
  • fines científicos y profesionales

  • contenido

  • procedimiento de administración del cuestionario

  • dimensión temporal de los fenómenos analizados

Otros expertos, en cambio, clasifican las encuestas atendiendo a (Balcells, 1994, pág. 194, citado en Díaz de Rada Igúzquiza, 2010):
  • los fines específicos de la investigación, es decir, el tipo de objetivo perseguido por el estudio (exploratorio, predicitivo, etc.)

  • el procedimiento de administración del cuestionario

  • el contenido de este

  • su finalidad

En el presente apartado se recogen los principales tipos de encuesta que de manera más habitual pueden encontrarse en la investigación social, considerando los criterios hasta ahora mencionados de forma articulada.
Tabla 2. Tipos de encuestas

Criterio

Tipo

Según el modo de administración

Personales (o cara a cara, face to face)

La entrevista se desarrolla en un mismo espacio y tiempo entre el entrevistador-entrevistado.

Por correo o web

Modalidad de encuesta autoadministrada, donde no existe personal entrevistador.

Telefónicas

La entrevista se realiza en el mismo tiempo pero en espacios distintos.

Según la temporalidad

Encuesta sincrónica o seccional

Estudios estáticos que buscan reflejar un fenómeno en un momento dado, como una fotografía instantánea. Un caso especial es la encuesta ómnibus, que implica la administración de varios cuestionarios breves al mismo tiempo.

Encuesta diacrónica o longitudinal

Incluyen estudios de panel: encuestas realizadas a una misma muestra en distintos momentos en el tiempo con cuestionario iguales o distintos. El planteamiento diacrónico puede ser retrospectivo o prospectivo. Un caso específico es la encuesta utilizada en el método Delphi.

Según la muestra seleccionada

  • Encuestas censales

  • Encuestas muestrales

Según la naturaleza de las preguntas

  • Encuestas de hechos

  • Encuestas de opinión

  • Encuestas de actitudes

Según la temática

  • General de población

  • Condiciones de vida

  • Salud, salud laboral, dependencia

  • Victimización

  • Uso del tiempo

  • Población activa

  • Salarios

  • Condiciones de trabajo

  • Relaciones laborales

  • Movilidad

  • Presupuestos familiares

  • Consumo

  • Cultura

  • Industrial

  • Electoral

  • Opinión pública (barómetros)

  • Juventud

  • Publicitarias

  • Sociedad de la información

  • Valores

  • Satisfacción

  • Y un largo etcétera

A pesar de esta variedad de criterios, sin duda la tipología de encuestas más analizadas es la derivada de los distintos métodos de administración del cuestionario. El interés de estudiar con más detalle esta tipología se debe a que del tipo de cuestionario diseñado, y de su modo de administración, se deriva buena parte del éxito o fracaso de la implementación de una encuesta. Es imprescindible identificar correctamente cuáles serán las necesidades y limitaciones de nuestro estudio para, en base a estas, seleccionar qué tipo de cuestionario administraremos para obtener los mejores resultados posibles. La mayor o menor presencia del investigador, por ejemplo, en determinados temas sensibles, puede suponer la obtención de datos de mejor o peor calidad. Y dependerá de otras decisiones, como la organización del trabajo de campo, que se detallarán en apartados posteriores. Asimismo, factores como el tiempo o el presupuesto disponible, o el tipo de público al que nos dirigimos, serán decisivos a la hora de optar por una u otra modalidad de implementación. Describimos a continuación, con algo más de detalle, cada uno de los tipos de encuesta existentes en función del modo de administración del cuestionario, haciendo un especial hincapié en la encuesta en línea, por las ventajas y potencialidades que consideramos puede llegar a ofrecer a investigadores y profesionales actualmente.

4.1.La encuesta personal

La encuesta personal, también denominada encuesta cara a cara (face to face) o encuesta presencial, consiste en administrar el cuestionario mediante una entrevista personal, por separado, a los individuos seleccionados en la muestra.
El entrevistador suele acudir a los hogares de los encuestados o entrevistarlos en otro tipo de instalaciones habilitadas para ello (Fernández Nogales, 1997). En ocasiones, estas encuestas se realizan, incluso, a pie de calle. Atendiendo al lugar donde se lleva a cabo, existen tres modalidades de encuesta presencial (Fernández Nogales, 1997, págs. 77-78; Hair, Bush y Ortinau, 2004, págs. 254-256): en el hogar, en el centro de trabajo y en el exterior (centros comerciales y en el punto de venta).
Este tipo de encuesta es la más practicada de la investigación social porque permite abordar temáticas sensibles o complejas para el colectivo entrevistado, y aumenta de forma significativa la tasa de respuesta, tanto total (de todo el cuestionario) como parcial (reduce el abandono de los entrevistados después de haber contestado parte del cuestionario). Por ello ha llegado a ser considerada el mejor procedimiento de recogida de información (de Leeuw, 1992).
Esto se debe, en gran medida, a que permite establecer una interacción con las personas entrevistadas que favorece la aparición de un clima de confianza, lo que a su vez suele dar lugar a una mayor facilidad a la hora de contestar a las preguntas planteadas. Asimismo, la persona entrevistadora puede motivar a los encuestados a continuar respondiendo el cuestionario en aquellos casos en los que se plantean su abandono. En esta misma línea, son muchos los autores que consideran que la encuesta presencial genera una mayor sinceridad en las respuestas (de Leeuw y Zouwen, 1988; Groves y otros, 2009; Nicolaas, Thomson y Lynn, 2000).
Para otros, en cambio, la presencia del personal entrevistador es una ventaja relativa, dado que este puede dar un sesgo a cada pregunta, al aumentar su influencia en la respuesta o disminuir la calidad de la información recogida.
En definitiva, la presencia del entrevistador es clave en este tipo de cuestionarios, y el éxito o fracaso de la encuesta se basa, en gran medida, en su actuación. Entre otras cosas, para garantizar la calidad de la encuesta, un entrevistador debe:
  • Formular correctamente las preguntas.

  • Asegurar la adecuación de las respuestas a su anotación.

  • Tomar las decisiones en el campo de forma autónoma.

Como principales inconvenientes de esta modalidad de encuesta cabe destacar los problemas de acceso a algunas viviendas o a ciertos colectivos de población (personas sin hogar, por ejemplo). Igualmente, existe la dificultad de tener que localizar de forma presencial a todos los individuos de la muestra, lo que puede entrañar distintas dificultades para los entrevistadores. Por último, en ocasiones la presencia del entrevistador puede provocar ciertos problemas de reactividad en los entrevistados y se precisa que estos tengan una buena formación para eliminar los posibles sesgos, por ejemplo, de deseabilidad social, que pueden llegar a falsear las respuestas de algunas de las preguntas del cuestionario (Díaz de Rada Igúzquiza, 2010). En resumen, se recomienda su uso cuando existe:
  • Una organización de campo bien formada y seleccionada.

  • Una muestra compleja y dispersa territorialmente.

  • Un cuestionario largo y complejo.

  • Un presupuesto amplio, ya que se trata del método de aplicación más costoso.

Tabla 3. Ventajas e inconvenientes de la encuesta personal

Ventajas

Inconvenientes

  • Tratamiento de cuestiones complejas (aclaraciones, ayudas visuales).

  • Elevado índice de respuestas y menor índice de respuestas.

  • Comprobar la comprensión de las preguntas y la consistencia de las respuestas.

  • Recoger información suplementaria sobre características personales de la persona entrevistada.

  • Motivar a la persona entrevistada para responder y mayor confianza.

  • Problemas de accesos a ciertas viviendas.

  • Problemas de localización de ciertos grupos de población.

  • Entrevistar en horario laboral supone una sobrerrepresentación de personas que realizan tareas domésticas, jubilados y parados en la muestra final.

  • Problemas de reactividad de la persona entrevistada.

  • Método más caro y que lleva más tiempo (a excepción de la encuesta por correo).

4.2.La encuesta telefónica

La encuesta telefónica consiste en administrar el cuestionario mediante una llamada telefónica, a un teléfono fijo o móvil, y por separado, a los individuos seleccionados en la muestra.
El desarrollo de este tipo de encuestas se produce, especialmente, en la década de los setenta, con la aparición de sistemas informáticos para la recogida de información a través del teléfono (Díaz de Rada Igúzquiza, 2010), lo que da lugar a la encuesta telefónica asistida por ordenador, conocida popularmente como CATI (Nicholls, 1988, págs. 379-380; Nicholls, Baker y Martin, 1997, págs. 387-389; Peleteiro y Gabardo, 2006, pág. 18).
Este tipo de encuesta supone un importante avance, al integrar varias tareas del proceso de investigación: diseño y administración del cuestionario, preparación de la muestra, listado de teléfonos, control de las cuotas, monitorización y supervisión del proceso en todo el momento, grabación de datos, etc. (Díaz de Rada Igúzquiza, 2010, pág. 25). Ello implica tanto un mayor control metodológico y formal de los entrevistados, como una mayor rapidez en la obtención de resultados, en lo que supone una de las mayores ventajas de este método de aplicación del cuestionario.
A esta rapidez se añade el bajo coste económico de la encuesta telefónica, situado a medio camino entre la encuesta presencial y la postal (Czaja y Blair, 1996, pág. 38), especialmente cuando se trata de entrevistar a núcleos de población dispersos territorialmente.
En cuanto a la calidad de la información recogida, para determinados temas, existe una mayor inclinación a responder por teléfono (Ortega Martínez, 1991, pág. 138) por la mayor sensación de anonimato, lo que lleva a expresar con mayor libertad determinadas opiniones y hábitos (consumos elevados de alcohol y drogas, determinados hábitos sexuales, etc.) (Díaz de Rada Igúzquiza, 2010, pág. 30).
Entre sus inconvenientes resaltan los problemas de cobertura de la muestra (definida como la ratio del número de hogares que tienen teléfono entre el total de hogares), aunque este problema cada vez es menor debido a la popularización de los teléfonos móviles. Asimismo, cabe destacar que esta tipología de cuestionario lleva asociada mayores tasas de abandono del cuestionario que en la encuesta presencial, dado que los entrevistados no cuentan con ayudas visuales para plantear determinadas preguntas, y pueden acabar la llamada en cualquier momento. Los cuestionarios, por lo tanto, deben ser cortos, sencillos y directos. En resumen, se recomienda su uso cuando:
  • Es el único medio para acceder al target.

  • Sirve de medio auxiliar para otras técnicas.

  • Se dispone del equipamiento informático y telefónico necesarios.

  • El cuestionario no es muy largo ni muy complejo, ni incluye preguntas excesivamente sensibles.

  • El presupuesto del que se dispone no es muy elevado.

  • Se quiere obtener información y el análisis de la misma con rapidez.

Tabla 4. Ventajas e inconvenientes de la encuesta telefónica

Ventajas

Inconvenientes

  • Abarata los costes del trabajo de campo (menos personal y desplazamiento).

  • Acorta el tiempo de realización del trabajo de campo.

  • Permite abarcar núcleos dispersos de población.

  • Se puede acceder a grupos de población menos accesibles.

  • Facilita la repetición de los intentos de selección de las unidades muestrales.

  • Posibilita la supervisión de las entrevistas durante su realización.

  • Errores de cobertura: se excluye a las personas sin teléfono (más en entornos rurales y clases bajas). Teléfonos móviles.

  • Los entrevistados no pueden recurrir a ayudas visuales.

  • Cuando la persona entrevistadora dicta a la persona las preguntas, la persona entrevistada debe ejercer permanentemente su memoria.

  • La duración de la entrevista ha de ser menor y la complejidad debe reducirse.

  • La tasa de no respuesta y la posibilidad de no completar el cuestionario son más altas que en la entrevista personal.

  • La imposibilidad de saber quién responde a la encuesta, si es realmente la persona seleccionada en la muestra.

4.3.La encuesta autoadministrada en línea

Autores como Tourangeau (2004) consideran que ninguna otra de las herramientas de investigación utilizadas por los científicos sociales es tan sensible a los cambios sociales y tecnológicos como las encuestas. Así, por ejemplo, el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información ha tenido un impacto enorme en los procedimientos utilizados para la recogida de datos, como prueba el crecimiento de las encuestas administradas por internet.
Las encuestas web o encuestas por internet son un método de recopilación de datos en el que se envían cuestionarios a una muestra de encuestados y estos pueden responder a través de la red.
En muy pocos años se ha producido una gran utilización de las encuestas a través de internet, por lo tanto, a pesar de su corta historia, se trata de una modalidad que ha tenido un gran impacto en la investigación con encuestas (Couper y Miller, 2009). De hecho, cada vez un mayor número de investigadores, técnicos y profesionales consideran que las encuestas en línea ofrecen la misma calidad de la información que las encuestas presenciales o telefónicas (Chang y Krosnick, 2009).
A los encuestados se les pueden enviar encuestas web a través de diversos medios, como el correo electrónico, incrustarse en una página de internet, distribuirla en redes sociales, etc. Couper (2000) propone una tipología basada en la probabilidad de selección de los informantes, en la que distingue entre encuestas probabilísticas y no probabilísticas (Ayuntamiento de Madrid, 2012).
1) Encuestas probabilísticas
  • Encuestas intrusivas o de selección aleatoria de visitantes de una página o portal web. Su nombre deriva de la irrupción que supone la aparición de la encuesta para el encuestado. En esta modalidad, al consultar una página web, el encuestado puede ser derivado directamente al enlace del cuestionario en lugar de acceder al contenido que buscaba en la web. Es importante aclarar que, aunque la selección de los encuestados es aleatoria (suele estar preparada con distintos algoritmos de cálculo que seleccionan de forma aleatoria direcciones IP en función de la ciudad donde se hayan alojadas, o de otro tipo de criterios, por ejemplo), nada garantiza que la muestra extraída siga los criterios de aleatoriedad estadística y sea, por lo tanto, representativa de la comunidad total que estamos estudiando.

  • Encuestas enviadas por correo electrónico a una muestra seleccionada aleatoriamente.

2) Encuestas no probabilísticas
  • Encuestas de entretenimiento: «vote aquí».

  • Encuestas web de autoselección.

  • Paneles de selección voluntaria de participantes.

La razón principal del crecimiento en la implementación de las encuestas web es que son más económicas, tienen un gran alcance y su tiempo de aplicación es mucho menor, por ejemplo, que en la encuesta personal. Con las nuevas herramientas de encuestas digitales cualquier empresa o profesional puede acceder a herramientas gratuitas para realizar encuestas destinadas a investigación de mercado, a sus clientes y potenciales compradores. Otro punto positivo que hace que las encuestas digitales sean la mejora opción, tanto para grandes agencias de investigación social como para pequeños encuestadores, es la forma de procesamiento. Al contestar una encuesta en línea, automáticamente las respuestas se suman a la base de datos y esto hace posible que se tenga acceso a las respuestas ya procesadas instantáneamente, con la posibilidad de ver los datos volcados en gráficos y tablas fáciles de entender.
Además, las encuestas en línea permiten el uso de la recopilación de datos multimedia y eliminan los posibles sesgos derivados de la presencia del entrevistador. También, cabe destacar su adecuación para medir temáticas sensibles, así como la alta interacción con el entrevistado que genera una mejora en las respuestas al cuestionario respecto a otro tipo de encuestas autoadministradas, como la postal (Couper, 2000). Frente a la comunicación basada únicamente en palabras escuchadas, propia de la encuesta telefónica, la encuesta en línea supone una comunicación más completa debido a la posibilidad de utilizar mayor número de recursos comunicativos (tipos de letra, flechas, gráficos, ilustraciones, fotografías, etc.).
Entre sus inconvenientes, en cambio, destacan los importantes errores de cobertura de la muestra, la falta de control sobre la representatividad de esta, y las altas tasas de no respuesta total y parcial. Especialmente importantes resultan los sesgos asociados a la muestra. Por norma general, las encuestas aleatorias predicen mejor los resultados de estudios de opinión, políticos y de mercado, por ejemplo, aún cuando las muestras se basan en personas voluntarias o seleccionadas al azar a través del correo electrónico o las páginas web, estas se seleccionan tratando de respetar la distribución sociodemográfica y electoral de la población. Además de la imposibilidad de calcular el error muestral, en la encuesta en línea se debe tener en cuenta la alta tasa de abandono y no respuesta asociada a la selección de la muestra. Para tratar de paliar este inconveniente, puede ofrecerse a los encuestados incentivos de participación, como pequeñas remuneraciones o códigos y cupones de descuento.
Se recomienda su uso cuando:
  • Tenemos poco presupuesto y personal.

  • La población que se debe estudiar es una población específica no muy numerosa.

  • El tema de la encuesta interesa a esta población.

  • Se dispone de una lista actualizada, a ser posible con direcciones de correo postal, correo electrónico, teléfono o fax.

  • La población a la que nos dirigimos tiene un nivel suficiente de alfabetización digital que le permita acceder al cuestionario y poder responderlo de forma autónoma. Existen importantes diferencias entre la población general y los usuarios de internet. Las encuestas a través de la red presentan un perfil más joven y con mayor nivel educativo.

  • Se busca información meditada y no espontánea. En una encuesta personal o telefónica las respuestas proporcionadas por el encuestado ante los estímulos del entrevistador, son inmediatas. Se busca la espontaneidad en las respuestas, y el entrevistador dirige la aplicación del cuestionario tratando de que los individuos respondan de forma rápida y dinámica a cada una de las preguntas. Sin embargo, en la encuesta en línea, el encuestado administra su propio tiempo de respuesta, pudiendo tomarse un mayor plazo para meditar sobre la respuesta que puede aportar. Las respuestas por escrito, además, suelen suponer un mayor grado de reflexión que las orales.

Algunos ejemplos de público adecuado para la implementación de una encuesta en línea serían los siguientes:
  • Consumidores que forman parte de un mercado específico.

  • Clientes o trabajadores de una empresa.

  • Empresarios de un sector determinado.

  • Usuarios de determinados servicios.

Por último, cabe destacar que existen diferentes y variadas herramientas para realizar encuestas en línea. Numerosas plataformas permiten crear cuestionarios con un gran nivel de diseño y con la posibilidad de tipologías variadas de preguntas. El cuestionario suele compartirse a través de un enlace directo, y los técnicos y profesionales pueden consultar los resultados obtenidos en tiempo real, a medida que el cuestionario está siendo respondido por los individuos seleccionados. La mayoría de estas herramientas son de uso gratuito, por lo tanto, son bastante útiles para uso no comercial, o a pequeña y mediana escala; sin embargo, para la gestión de un número importante de cuestionarios o datos es recomendable recurrir a otro tipo de herramientas, que permiten un mayor control en el diseño de las preguntas y en el análisis del volumen de datos obtenidos.
Asimismo, es importante considerar que en los últimos años la aparición de las redes sociales, como Facebook, Twitter y Linkedin, ha convertido estas redes en un gran aliado para la investigación de mercados o la administración, debido a que los usuarios interactúan continuamente con empresas que permiten recolectar datos exactos sobre sus gustos, intereses, edad, estado civil, zona de residencia, etc., e, incluso, difundir cuestionarios logrando un importante alcance de estos.
Tabla 5. Ventajas e inconvenientes de la encuesta autoadministrada: modo en línea

Ventajas

Inconvenientes

  • Permite ampliar la cobertura de la investigación.

  • Abarata los costes del trabajo de campo (poco personal y equipamiento).

  • Evita el sesgo en las respuestas inducido por la presencia del entrevistador.

  • Ofrece al encuestado más tiempo para reflexionar sus respuestas.

  • La proporción de encuestados que responde es muy inferior a la encuesta personal o telefónica. Puede aumentarse esta proporción mediante:

    • Buen diseño del cuestionario.

    • Carta de presentación.

    • Sobre adjunto contrarreembolso.

    • Recordatorios.

  • Imposibilidad de controlar si la persona seleccionada fue la que rellenó el cuestionario (problemas de validez).

  • La persona encuestada puede leer todo el cuestionario antes de contestar, lo que limita la eficacia de las preguntas de control y el acercamiento progresivo a determinadas cuestiones (técnica del embudo).

  • Dificultad de ayudar al individuo en las respuestas.

En síntesis, cada uno de los formatos de administración del cuestionario presenta sus propias potencialidades y limitaciones. El investigador deberá valorar cada uno de ellos a la hora de seleccionar qué tipo de cuestionario realizará. Los criterios principales para decantarse por una u otra metodología de aplicación son:
1) el tema de investigación,
2) el tiempo y la rapidez necesaria,
3) los recursos económicos y materiales disponibles (no solo es importante el presupuesto, sino también la capacidad de la red de campo y los entrevistadores disponibles) y
4) el tipo de control que quiere ejercerse sobre la muestra y las respuestas.
La entrevista personal permite un mayor control que el resto, pero al mismo tiempo es más lenta y costosa. La encuesta web es la más rápida, pero la que permite realizar un menor control sobre los entrevistados. Sintetizamos las principales ventajas e inconvenientes de los diferentes tipos de encuesta en la tabla 6.
Tabla 6. Síntesis tipos de encuesta

Encuesta personal

  • Es la más utilizada.

  • Existe uno o más entrevistadores (que precisan entrenamiento) que plantean preguntas a los entrevistados.

  • Casi siempre se emplea un cuestionario estructurado.

  • Elevado coste (especialmente con muestras dispersas).

Encuesta por correo

  • Al no existir entrevistadores se deben cuidar al máximo la claridad y la sencillez de las preguntas.

  • Baja tasa de respuesta.

  • Bajo coste.

Encuesta telefónica

  • Empleo de CATI (computer assisted telephone interviewing) y RDD (random digit dialing).

  • Muy generalizada actualmente desde la amplia extensión de las redes telefónicas.

  • Rapidez.

  • Coste relativamente bajo.

  • Mejor tasa de respuesta que la encuesta por correo.

Otros tipos de encuesta

  • Encuesta en grupo (cuestionario autoadministrado).

  • Household drop-off.

  • Encuesta vía internet.

5.Fases de la encuesta por cuestionario

5.1.Diseño del cuestionario

El diseño de la encuesta por cuestionario comienza desde el primer momento en el que se inicia la investigación: las decisiones que se adoptan sobre la problemática, los objetivos planteados, las hipótesis y su planteamiento metodológico para contrastarlas condicionan directamente el propio diseño del cuestionario.
Las principales etapas del diseño del cuestionario son cinco: construcción del objeto de estudio, diseño del cuestionario, testeo del cuestionario, revisión y recogida de datos (figura 3).
Para cada una de ellas, se aportan unas recomendaciones con el fin de conseguir un cuestionario coherente con el objeto de estudio y con el mínimo sesgo y error posible.
Figura 3. El diseño del cuestionario en el proyecto de investigación
Fuente: elaboración propia a partir de Eurostat (2006). Handbook of Recommended Practices for Questionnaire Development and Testing in the European Statistical System [en línea]. Disponible en: <https://unstats.un.org/unsd/EconStatKB/KnowledgebaseArticle10364.aspx>. L. Gideon (2012a). Handbook of Survey Methodology for the Social Sciences [en línea]. Nueva York: Springer. Disponible en: <https://doi.org/10.1007/978-1-4614-3876-2>
Fuente: elaboración propia a partir de Eurostat (2006). Handbook of Recommended Practices for Questionnaire Development and Testing in the European Statistical System [en línea]. Disponible en: <https://unstats.un.org/unsd/EconStatKB/KnowledgebaseArticle10364.aspx>. L. Gideon (2012a). Handbook of Survey Methodology for the Social Sciences [en línea]. Nueva York: Springer. Disponible en: <https://doi.org/10.1007/978-1-4614-3876-2>
5.1.1.Fase 1. Construcción del objeto de estudio
El diseño del cuestionario propiamente dicho comienza mucho antes de lo previsto, especialmente en la etapa de construcción del objeto de estudio. Una vez delimitada la problemática de estudio y realizada la exploración teórica correspondiente, es el momento de concretar aspectos metodológicos, como la organización de la recogida de datos o la selección de técnicas de recogida de la información. Debe existir una reflexión sobre la idoneidad de la técnica para el objeto de estudio y los objetivos de la investigación planteados, ya que nunca debe olvidarse que la metodología está a merced del objeto de estudio y no al revés. Posteriormente, deberemos seleccionar las unidades de información (incluyendo el diseño de la muestra) y lo que queremos medir, por lo tanto, cómo se operativizará aquello que queremos preguntar. Aquí es donde entra la construcción del objeto de estudio. Hacemos un alto en el camino para revisar muy brevemente en qué consiste la construcción del objeto de estudio y sus implicaciones en el diseño del cuestionario.
La construcción del objeto de estudio
La construcción del objeto de estudio es el proceso de fragmentación y transformación de los conceptos clave mediante el cual estos conceptos, que están en un plano abstracto y teórico, pasan al plano empírico gracias a su operativización y, por tanto, medición. Cuatro etapas componen este proceso que permite enlazar la fase de ruptura del proyecto de investigación, ampliamente teórica, con la fase de comprobación, de carácter empírico: conceptualización, dimensionalización, operacionalización y generación de índices y tipologías (Boudon y Lazarsfeld, 1973). Como veremos a continuación, aunque cada fase lleva un nombre muy «técnico» y parece muy complejo, la idea subyacente en este proceso se basa en realizar un esquema de lo más general a lo más concreto, que permita observar y medir aquello que queremos preguntar.
1) La conceptualización o la representación literaria del concepto implica la selección de los conceptos que hay que medir considerados clave, además de aportar una definición teórica. La selección de estos conceptos viene dada por diferentes vías, por ejemplo, la exploración bibliográfica y la observación de fenómenos regulares en la realidad, que además despiertan nuestra curiosidad informativa. Un ejemplo sería elegir el concepto «transparencia en las organizaciones» y aportar una definición teórica (la que proporcionan las referencias bibliográficas) de lo que significa transparencia en una organización.
2) La dimensionalización es un paso en el proceso de fragmentación de los atributos para poder ser observables mediante el establecimiento de las dimensiones. Las dimensiones son «aquellos elementos o factores que componen el concepto, son conceptualizaciones más específicas que los constructos teóricos y permiten descomponer el concepto en su espacio de atributos» (Domínguez y Simó Solsona, 2003, pág. 89). Por lo tanto, con este proceso ganamos precisión, aunque existe el riesgo de perder información por el hecho de olvidar alguna dimensión clave. Las dimensiones deben estar definidas teórica y operativamente, y en consecuencia deben cumplir tres características fundamentales: ser independientes entre sí y no solaparse (mutuamente excluyentes); recoger el máximo de aspectos del concepto original (exhaustivas); y estar definidas operativamente (para poder ser medidas empíricamente) (Domínguez y Simó Solsona, 2003). Por ejemplo, continuando con el ejemplo anterior, una dimensión de transparencia serían las páginas web y/o canales de comunicación con los ciudadanos, otra dimensión podría ser la disponibilidad de la información financiera de la organización, entre otras. La pregunta obvia es: ¿cuántas dimensiones deben establecerse? ¿Existe un mínimo que pueda orientar a la comunidad investigadora? No existe un número mágico, sino que dependerá del nivel de complejidad de los conceptos, como también de los objetivos de la investigación, pero «por regla general, la complejidad de los conceptos utilizados en sociología es tal que su traducción operativa exige una pluralidad de dimensiones» (Lazarsfeld, 1979, pág. 38). Por ejemplo, no es lo mismo establecer las dimensiones de «transparencia» en el ámbito de las administraciones que en el nivel socioeconómico de las personas entrevistadas. Sin embargo, las dimensiones aún no nos permiten medir bien la realidad: «¿Qué significa disponibilidad de la información financiera de la organización? ¿Que está publicada en la página web? ¿Que está actualizada? ¿Que es fácil de localizar? Por esta razón es necesario continuar con el proceso de fragmentación.
3) La tercera fase, operativización o elección de los indicadores, implica conseguir la medición del concepto. Para tal fin, este se ha descompuesto en dimensiones (si es necesario en subdimensiones) y ahora, en indicadores, la unidad mínima de información y donde el proceso de fragmentación se detiene. Los indicadores son datos observables relacionados con la estructura latente del concepto. Los indicadores mantienen una relación con el concepto de probabilidad y no de certeza (Lazarsfeld, 1979), por eso se pueden entender como medidas aproximativas del concepto, serán la unidad mínima de información. El proceso de fragmentación se detiene en este punto.
La pregunta clave persiste aquí también: ¿cuántos indicadores son pertinentes establecer para cada concepto? Como en el caso anterior, no existe un número fijo, sino que el número de indicadores (al igual que de dimensiones) dependerá de la complejidad conceptual, además de la precisión ansiada y de los propios objetivos de la investigación. La recomendación es plantear una operacionalización múltiple, es decir, medir un concepto con múltiples indicadores, lo que nos permitirá aumentar la validez de la investigación al disponer de mucha más información, pero al mismo tiempo también aumentará la complejidad de su gestión.
En definitiva, el proceso de descomposición (en dimensiones, subdimensiones e indicadores) de la información que se ha desarrollado con las tres fases anteriores, inevitablemente, conlleva pérdida de información, pero debe asumirse que los datos solo son medibles después de una reducción de la complejidad, lo que implica operativizar los conceptos de forma cautelosa sin perder de vista los destinatarios del cuestionario.
Retomando Hox y De Jong-Gierveld (1990), existen dos perspectivas para enlazar la teoría (concepto) y las variables observadas (operacionalización o medida):
a) Perspectivas basadas en la teoría (theory-driven perspectives), como el análisis de dimensiones/indicadores, análisis semántico.
b) Perspectivas basadas en lo empírico, como sería el «muestreo de contenido», el análisis semántico, el interaccionismo simbólico y el mapeo de conceptos.
Figura 4. Dimensionalización y selección de indicadores del concepto transparencia de los ayuntamientos (2017)
Fuente: Transparency International España (2017).
Fuente: Transparency International España (2017).
4) Por último, la cuarta fase, el retorno a los conceptos o la formación de índices y tipologías. Esta última fase, inversa a las tres anteriores, pretende reconstruir el proceso de fragmentación anterior y agregar todos los elementos anteriores para poder dar respuesta al concepto original. Este proceso ascendente pretende agrupar los indicadores de las dimensiones para volver al concepto inicial. Un concepto que no será del todo original, sino que estará totalmente determinado por el proceso de fragmentación. Se trata, por lo tanto, de un proceso que permitirá hablar del constructo construido.
Tabla 7. Construcción parcial del objeto de estudio del concepto «transparencia en los ayuntamientos»

Concepto

Dimensión

Subdimensión

Indicador

C1. Transparencia en los ayuntamientos

D1. Transparencia activa e información sobre la corporación municipal (21)

1) Publicidad activa sobre cargos, personal y retribuciones del Ayuntamiento

1. Datos biográficos corporación municipal

2. Agenda institucional del Alcalde/sa

3. Publicación detallada e individualizada gastos de viaje cargos electos Ayuntamiento

4. Relación de Puestos de Trabajo (RPT) Ayuntamiento y retribuciones

5. Datos básicos órganos descentralizados, entes instrumentales y/o sociedades municipales

6. Relación de Puestos de Trabajo (RPT) o Plantillas de Personal de los órganos descentralizados, entes instrumentales y sociedades municipales

7. Retribuciones percibidas altos cargos Ayuntamiento

8. Registro de Intereses de Actividades y de Bienes de los Altos cargos del Ayuntamiento

2) Publicidad activa sobre la planificación, organización y patrimonio del Ayuntamiento

Indicador 9 - Indicador 14

3) Publicidad activa sobre los órganos de gobierno municipales, informes y resoluciones judiciales

Indicador 15 - Indicador 21

D2. Página web, relaciones con los ciudadanos y la sociedad, y participación ciudadana

1) Página web del Ayuntamiento y servicios municipales

Indicador 22 - Indicador 29

2) Participación ciudadana e información de interés para el ciudadano

Indicador 30 - Indicador 36

D3. Transparencia económico-financiera

1) Información contable y presupuestaria

Indicador 37 - Indicador 42

2) Transparencia en los ingresos, gastos y deudas municipales

Indicador 43 - Indicador 47

D4. Transparencia en las contrataciones, convenios, subvenciones y costes de los servicios

1) Contrataciones

Indicador 48 - Indicador 54

2) Convenios, encomiendas de gestión y subvenciones

Indicador 55 - Indicador 57

3) Suministradores y costes de los servicios

Indicador 58 - Indicador 59

D5. Transparencia en materias de urbanismo, obras públicas y medioambiente

1) Planes de ordenación urbana y convenios urbanísticos

Indicador 60 - Indicador 64

2) Información sobre licitaciones de obras públicas

Indicador 64 - Indicador 68

3) Urbanismo y obras de infraestructura

Indicador 69 - Indicador 71

D6. Derecho de acceso a la información

1) Visibilidad, canales y características del acceso a la información pública

Indicador 72 - Indicador 77

2) Reclamaciones y evaluación del derecho de acceso a la información pública

Indicador 78 - Indicador 80

Podéis ver el detalle completo de los 80 indicadores y el cálculo del índice de Transparencia en los Ayuntamientos (ITA), como ejemplo de la fase 4 de retorno a los conceptos, en el enlace «Metodología del índice de transparencia de los ayuntamientos 2017».
Lecturas recomendadas

Para mayor información, podéis consultar J. Hox (1997). «From Theoretical Concept to Survey Question». En: L. E. Lyberg; P. Biemer; M. Collins; E. de Leeuw; C. Dippo; N. Schwarz; D. Trewin (eds.). Survey measurement and process quality (págs. 47-69). Nueva York: John Wiley & Sons.

Para una revisión más detallada de la construcción del objeto de estudio, podéis consultar:

P. González Blasco (1993). «Medir en las ciencias sociales». El análisis de la realidad social. Métodos y técnicas de investigación (págs. 209-235). Madrid: Alianza Universidad.

P. Lazarsfeld (1979). «De los conceptos a los índices empíricos». Metodología de las Ciencias Sociales (págs. 35-46). Barcelona: Editorial Laia.

Retomando ahora el hilo sobre la encuesta por cuestionario, ¿por qué es importante la construcción del objeto de estudio para el diseño del cuestionario? En primer lugar, porque la construcción del objeto de estudio es la estructura, el primer esquema provisional del cuestionario. Por ello, aquellos indicadores que no se han previsto no serán trasladados en forma de pregunta dentro del cuestionario y, en consecuencia, no se obtendrá información al respecto. En segundo lugar, la construcción del objeto de estudio tiene efectos en el diseño del cuestionario, ya que la forma en que se definen teórica y operativamente los conceptos determina el tipo y la calidad de la información recogida y, en consecuencia, el tipo de análisis estadístico a realizar. Así pues, el nivel de medida de las variables dependerá de cómo se haya recogido la información.
Por ejemplo, no es lo mismo medir la edad de las personas preguntando por el año de nacimiento (información muy detallada que nos permitirá obtener una variable cuantitativa), que la edad agrupada por intervalos (menos de 20 años, de 21 a 30, de 31 a 40, etc.), que nos aportará una variable de tipo ordinal.
5.1.2.Fase 2. Diseño del cuestionario
Una vez reconsiderada la construcción del objeto de estudio, se puede desarrollar el diseño del cuestionario como tal. Esta fase pretende trasladar los indicadores establecidos en la anterior fase y redactarlos a modo de pregunta de cuestionario.
Figura 5. Relación entre indicador, pregunta de cuestionario y variable
Fuente: elaboración propia.
Fuente: elaboración propia.
La concreción de indicadores en preguntas de cuestionario debe tener en cuenta no solo la información que debe recogerse, sino también elementos como:
  • Objetivos de la encuesta

  • Recursos disponibles (humanos, materiales y económicos)

  • Tamaño y diseño de la muestra

  • Demandas de los usuarios (quiénes demandan la encuesta)

  • Resultados esperados

  • Modo de registro de los datos

  • Población objeto de estudio

  • Modo de recogida de datos

Figura 6. Interacción entre el diseño de la encuesta y el cuestionario
Fuente: Eurostat (2006). Handbook of Recommended Practices for Questionnaire Development and Testing in the European Statistical System [en línea] (pág. 15). Disponible en: <https://unstats.un.org/unsd/EconStatKB/KnowledgebaseArticle10364.aspx>
Fuente: Eurostat (2006). Handbook of Recommended Practices for Questionnaire Development and Testing in the European Statistical System [en línea] (pág. 15). Disponible en: <https://unstats.un.org/unsd/EconStatKB/KnowledgebaseArticle10364.aspx>
El diseño empieza con la estructura del propio instrumento. La estructura la determina el proceso de fragmentación de los conceptos que se ha realizado en la construcción del objeto de estudio, por lo tanto, las preguntas que antes eran antiguos indicadores ahora se transforman en preguntas de cuestionario. La secuencia temática del cuestionario viene establecida por el proceso de dimensionalización: así, las dimensiones serán los principales bloques temáticos.
Transición entre bloques
Sería recomendable incluir una frase de introducción en el momento de cada cambio de dimensión, lo que implica un cambio de tema, hecho conocido como transición entre bloques. Por ejemplo: «Ahora les vamos a preguntar sobre aspectos relacionados con su trabajo».
En la tabla 8 podéis ver un ejemplo detallado de la conversión de una dimensión, con sus respectivos indicadores, a preguntas de cuestionario.
Tabla 8. Conversión de indicadores a preguntas de cuestionario de la dimensión «seguridad»

Dimensión

«Pasamos ahora a tratar cuestiones relativas a la seguridad en Madrid»

Indicador

Preguntas

I1. Percepción seguridad barrio/día

16. ¿Podría decirme cómo se siente usted de seguro/a en el barrio o zona donde vive...? Leer escala

PID_00275928_13.gif

I2. Percepción seguridad barrio/noche

I3. Percepción seguridad ciudad

17. ¿Podría decirme cómo se siente usted de seguro/a en la ciudad de Madrid...? Leer escala

PID_00275928_14.gif

I4. Frecuencia robos, atracos y hurtos barrio

18. Dígame con qué frecuencia, siendo 0 nunca y 10, con mucha frecuencia, cree usted que en su barrio se producen los siguientes hechos relacionados con la seguridad:

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I5. Frecuencia agresiones físicas o sexuales barrio

I6. Frecuencia homicidios barrio

I7. Frecuencia consumo/menudeo drogas barrio

I8. Frecuencia prostitución vía pública barrio

I9. Frecuencia reyertas/peleas barrio

I10. Frecuencia conductas radicales/discriminatorias barrio

I11. Frecuencia abusos/coacciones de agentes seguridad barrio

I12. Frecuencia vandalismo espacios públicos barrio

19. Y con qué frecuencia, siendo 0 nunca y 10, con mucha frecuencia, observa que en su barrio se producen los siguientes hechos en los espacios públicos:

PID_00275928_16.gif

I13. Frecuencia uso indebido espacios públicos barrio

I10. Frecuencia conductas radicales/discriminatorias barrio

I14. Frecuencia botellón espacios públicos barrio

I15. Frecuencia personas orinando espacios públicos barrio

I16. Frecuencia ruidos molestos espacios públicos barrio

I17. Frecuencia grafitis espacios públicos barrio

I18. Frecuencia excrementos animales domésticos espacios públicos barrio

I19. Frecuencia venta ambulante no autorizada espacios públicos barrio

I20. Frecuencia estacionamientos indebidos barrio

I21. Frecuencia exceso velocidad barrio

I19. Frecuencia conductas de riesgo de seguridad vial barrio

I20. Víctima robo, atraco o agresión último año ciudad

20. ¿Ha sido víctima de algún robo, atraco o agresión en el último año en la ciudad de Madrid? (Entrevistador, léale al entrevistado:‘Responda Sí o No’)

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La premisa de partida es que el cuestionario debería emular lo máximo posible una conversación, aunque intencionada y en un entorno artificial. Por ello, su diseño debe considerar normas conversacionales, de modo que las preguntas han de ser relevantes y no redundantes, y con un orden que facilite la reflexión y la expresión de las opiniones de la persona entrevistada. ¿Y por dónde empezar el cuestionario? En este punto, recomendamos lo que vendría a ser «la montaña de la confianza junto al nivel de dificultad o intromisión de las preguntas». Imaginemos una montaña perfecta donde, en una primera etapa de ascensión, realizaremos unas preguntas «fáciles» que permitan ganar confianza con la persona entrevistada, que permitan «romper el hielo». Una vez en la cumbre, habiendo captado la atención de la persona entrevistada, realizaremos aquellas preguntas más complicadas y que requieren más intromisión. A partir de aquí, la etapa de descenso, ya con muestras de «cansancio» de la persona entrevistada, volverán a ocuparla aquellas dimensiones de menos complejidad. A colación de esta propuesta, ¿dónde situaríamos las preguntas sociodemográficas? Pueden plantearse diferentes opciones: incluirlas al principio del cuestionario, y por lo tanto podrían tener la función de ser las preguntas «iniciales» que ayudarían a «romper el hielo» y a ganar confianza; o, por el contrario, incluirlas al final. Nuestra recomendación es que se incluyan al final del cuestionario, a no ser que cumplan función de filtro (por ejemplo, un cuestionario dirigido a mujeres de más de 30 años, lo que implicaría que edad y sexo deberían ir al principio). La razón es que suponen un conjunto de preguntas que podríamos considerar fáciles y rápidas de responder, y, por ello, conviene guardarlas para el final, cuando el cansancio es mayor. En el caso de que se decida empezar el cuestionario con las preguntas sociodemográficas, la excepción vendrá con las preguntas relacionadas con el nivel de ingresos, ya que recomendamos que, sí o sí, se formulen al final, con el fin de evitar efectos de reactividad en sus respuestas (incomodidad, deseabilidad social, etc.).
5.1.3.Fase 3. Testeo del cuestionario (prueba piloto)
Una vez que se obtiene una versión provisional del cuestionario, se recomienda realizar una prueba piloto (pretest) con la intención de obtener algún indicio de la fiabilidad y validez de los ítems preguntados. Así, la prueba piloto permite testear dos tipos de aspectos: uno primero que correspondería a los aspectos formales: facilidad en su lectura, sencillez en responder, filtros de preguntas correctos, codificación coherente tanto dentro de las preguntas como en la globalidad del cuestionario, errores gramaticales y/o tipográficos, cuestionario ordenado, numeración errónea, repetición innecesaria, etc. Y un segundo tipo de elementos son las reacciones del colectivo entrevistado: comprobar si existen preguntas más difíciles o aquellas que requieran más tiempo para responder.
Durante la prueba piloto es recomendable recoger las impresiones provocadas a través de preguntas del estilo: «¿hay alguna pregunta que considere relevante para el estudio y no se ha incluido?», «¿encuentra alguna pregunta o tema específicamente difícil de responder?»; «en caso afirmativo, ¿puede identificarlo y explicar por qué?». En definitiva, una primera toma de contacto con una casi realidad para estimar la duración, las constricciones a las cuales puede enfrentarse el cuestionario y tomarlas en consideración para que no afecten a la calidad de los datos recogidos. En apartados sucesivos retomamos este punto.
5.1.4.Fase 4. Revisión del borrador de cuestionario
Lógicamente, con los resultados de la anterior etapa, el cuestionario se revisa y se modifican los aspectos oportunos para obtener una versión final, que ya debe contener la presentación de este. Tal como afirma Gideon (2012b), la introducción al cuestionario es sumamente importante porque ayuda a generar interés en el objeto de estudio y promociona la confianza en el investigador y la institución. La introducción o presentación deben incluir detalles del estudio que faciliten su cumplimiento, como también las normas éticas de confidencialidad estadística. Los elementos concretos que deben redactar y constar en esta introducción que situaremos en la primera página serán los siguientes: una presentación; una explicación del principal objeto y objetivo de cuestionario; una referencia también a la institución que participa en el estudio para generar confianza, aumentar la legitimidad y la participación; y la exposición de la duración del cuestionario. Además, es posible añadir algunas instrucciones simples y garantizar el anonimato de los datos y la confidencialidad estadística de su tratamiento. Por último, debe facilitarse información de contacto por si existen dudas, y reiterar el agradecimiento por su colaboración.
Esta presentación debe diferenciarse de algunos datos específicos de control del trabajo de campo (únicamente se incluirían en cuestionarios face to face o telefónicos): número de cuestionario, fecha, entrevistador/a, datos de contacto de la persona entrevistada, etc. Evidentemente, estos datos no los debe rellenar la persona entrevistada.
Figura 7. Ejemplo de introducción de cuestionario
Fuente: Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) (2017b). Percepción social de la violencia sexual.
Fuente: Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) (2017b). Percepción social de la violencia sexual.
5.1.5.Fase 5. Recogida de datos (trabajo de campo)
La recogida de datos significa el inicio del trabajo de campo y simboliza que ya no hay marcha atrás desde la última versión del cuestionario. En esta fase, deben tenerse en cuenta la disponibilidad de recursos, tanto materiales como humanos, el modo de administrar el cuestionario (cara a cara, telefónicamente o en línea); el medio por el cual se contacta a los individuos seleccionados (por carta, teléfono, correo electrónico, cara a cara, etc.); el ámbito geográfico (los recursos deben ser mayores si la recogida de datos es personal y para un ámbito geográfico amplio que si es por medio del teléfono); el tamaño muestral que se ha alcanzar; la duración del cuestionario y el colectivo poblacional al cual debe contactarse (deben considerarse las dificultades para acceder a la población que será entrevistada, además de las reticencias que puede presentar esa población ante determinados temas de cierta complejidad) (Domínguez y Simó Solsona, 2003).
En el caso de realizar una encuesta en directo o telefónica, también debe tenerse en cuenta el equipo que realizará el trabajo de campo. Además de asegurar un número suficiente y coherente con el calendario previsto y el tamaño muestral que se desea alcanzar, es recomendable realizar una breve formación para presentar el objeto de estudio, el cuestionario en sí y las recomendaciones sobre cómo afrontar cada una de las preguntas de este. Además de reiterar los condicionantes éticos sobre la confidencialidad de los datos obtenidos, la no sugerencia de respuestas y la forma de aproximarse al colectivo que se va a encuestar, también hay que salvaguardar un determinado trato conversacional.
Por último, queda por explicar todo el trabajo interno que realiza la empresa de trabajo de campo o la persona que lo coordinadora. Paralelamente al desarrollo del trabajo de campo, su función consiste principalmente en conocer el grado de cobertura de la muestra, las sustituciones de las personas que serán entrevistadas y los motivos, así como un control aleatorio de algunos cuestionarios para comprobar la fiabilidad y veracidad de los datos. Toda esta información se recoge en los informes de trabajo de campo, que se elaboran generalmente cada semana y permiten conocer los avances y no avances de manera pormenorizada acorde al calendario.

5.2.Las preguntas de cuestionario: tipos y características

Las preguntas del cuestionario se pueden clasificar en diferentes grupos: un primer grupo en función del modo de recoger la información; un segundo grupo formado por preguntas clasificadas según el tipo de información que recogen; y, en último lugar, un tercer grupo de cuestiones en relación con la función que cumplen cada una de ellas dentro del cuestionario.
Tabla 9. Tipos de preguntas de cuestionario

Forma en que se recoge la información

Abiertas

Cerradas

Categoriales con clase de equivalencia

Estrictamente cerradas dicotómicas (elección limitada)

Cerradas de elección múltiple (multiple choice)

  • Unirrespuesta

  • Multirrespuesta (dicotómicas o categoriales)

Semiabiertas

Con estructura de ordenación

Orden simple

Escalar

  • Tipo Likert

  • Yuxtaposición de adjetivos

  • Diferencial semántico

  • Ordenación de adjetivos

Tipo de información que recogen

Hechos

  • Preguntas de clasificación/demográficas sobre la persona, otros e informante

  • Preguntas de conocimiento

Comportamientos

Actitudes, opiniones, creencias

Hipotéticas

Función dentro del cuestionario

Filtro

Control o consistencia

Introducción o cambio de tema

Indirectas

Batería

5.2.1.Según la forma de recoger la información
Las preguntas abiertas son aquellas en las que la persona entrevistada dispone de total libertad para responder y utilizar su propio vocabulario, lo que permite recoger mucho más fielmente la opinión de la persona. Su utilización se recomienda básicamente en estudios de carácter exploratorio, o cuando no se dispone de mucha información para ofrecer un listado cerrado de respuestas. Una segunda razón de su uso serían aquellas situaciones en las que el listado de respuestas es tan amplio que sería casi imposible mostrarlo. El ejemplo más representativo de pregunta abierta sería: «¿Por qué?». Las preguntas abiertas también son aptas cuando requerimos máxima concreción y, además, podemos utilizar una codificación preestablecida a posteriori.
Un ejemplo sería la ocupación de la persona entrevistada. Sería imposible ofrecer un listado de todas las ocupaciones existentes; por esta razón se deja un espacio suficiente para que se explique con el máximo detalle la ocupación desempeñada. Posteriormente, se utilizan las clasificaciones existentes, como la Clasificación Nacional de Ocupaciones (CON-2011/CON-94), para equiparar la descripción con el código ya existente. Otro ejemplo de pregunta abierta sería el lugar o fecha de nacimiento.
Las preguntas abiertas no están exentas de dificultades y riesgos. Su codificación es más laboriosa y no son adecuadas para personas con dificultades de comprensión, además de que requieren más esfuerzo para la persona entrevistada que «marcar una cruz», lo cual puede desembocar en un alto grado de no respuesta.
Las preguntas cerradas, al contrario que las abiertas, no permiten la libertad en la respuesta, sino que esta debe adecuarse al listado de opciones de respuesta presentado. Por lo tanto, se presupone que entre las respuestas está la que más se parece al «mundo posible» de la persona entrevistada. El listado de alternativas presentadas debe cumplir dos condiciones: exhaustividad y ser mutuamente excluyentes. En relación con la exhaustividad, se refiere a que el listado debe incluir el completo rango de variación entre las respuestas, es decir, todos los «mundos posibles» del colectivo entrevistado. Así, parece que la solución sería ofrecer un listado largo de respuestas, pero, atención, puede darse lo que se llama «efecto memoria». El efecto memoria se produce cuando los entrevistados eligen entre las primeras o últimas opciones porque es la que más recuerdan de un sinfín de respuestas, además de la inversión de tiempo en la lectura y comprensión del listado. Por mutuamente excluyentes nos referimos a que una persona únicamente puede situarse en una y solo una categoría de respuesta, evitando así solapamientos (a excepción de que se le pida expresamente más de una respuesta, como veremos en el caso de las preguntas multirrespuesta). Las preguntas cerradas son más fáciles que las abiertas y requieren menor inversión en su procesamiento (ya que se pueden codificar con anterioridad). Su uso es aconsejable cuando se pueden anticipar todas (o casi todas) las respuestas y no se requiere una concreción exacta de la respuesta.
Entre las preguntas cerradas, podemos encontrar diferentes tipos. Un primer nivel son las preguntas cerradas categoriales con clase de equivalencia (permiten clasificar a la muestra) o las preguntas cerradas con estructura de ordenación (no solo clasifican, también existe un orden establecido).
1) Preguntas cerradas categoriales con clase de equivalencia. Estas preguntas comprenden una lista previamente establecida de respuestas, pero todas ellas tienen el mismo valor, sin establecer ningún orden entre ellas. Dentro de este grupo encontramos las siguientes variantes:
a) Preguntas estrictamente cerradas dicotómicas (elección limitada). Debe elegirse una sola respuesta entre dos posibles alternativas, mutuamente excluyentes, por ejemplo: sí/no, a favor / en contra, bueno/malo, etc. La inclusión de la categoría ns/nc no alteraría este carácter dicotómico porque no se considera una opción de contenido propiamente dicho.
Tabla 10. Ejemplo de pregunta cerrada dicotómica

P.11. En los últimos doce meses, ¿ha acudido Ud. personalmente a alguna oficina de la Administración Pública o centro público para solicitar información o realizar una consulta, trámite o gestión?

1

No

2

No recuerda

8

N.C.

99

b) Preguntas cerradas de elección múltiple (multiple choice). El listado de respuestas propuesto es más amplio que en el caso anterior, como mínimo más de dos. Dentro de este tipo, se puede requerir una sola respuesta a la pregunta (unirrespuesta) o más de una respuesta a la misma pregunta (multirrespuesta). Entre ellas podemos hablar de las preguntas multirrespuestas dicotómicas o categoriales. En el primer caso, dentro del listado amplio de respuestas, se pide responder a cada una de las opciones de forma dicotómica.
Tabla 11. Ejemplo de pregunta multirrespuesta dicotómica

28. ¿Me podría decir cuáles de las siguientes formas de contacto o interacción con las administraciones o servicios públicos por internet ha usado, por motivos particulares, en los últimos 12 meses? Se excluye el uso de correo electrónico.

No

a) Obtener información de páginas web o app de la Administración

1

6

b) Descargar o imprimir formularios oficiales

1

6

c) Enviar formularios cumplimentados (por ejemplo, presentar la declaración de la renta u otros impuestos o solicitar una cita médica)

1

6

En cambio, en las preguntas multirrespuesta categoriales, la muestra entrevistada debe proporcionar más de una respuesta dentro de un listado. Sus elecciones pueden estar ordenadas o no. El siguiente ejemplo de pregunta multirrespuesta categorial precisa que la persona entrevistada aporte tres respuestas que hay que elegir entre un listado cerrado de preferencias, por lo tanto, aporta tres unidades de información (que después serán tres variables). En este caso, estas tres preferencias están ordenadas por orden de prioridad.
Tabla 12. Ejemplo de pregunta multirrespuesta categorial con orden de prioridad

P.23 ¿Cuál es, a su juicio, el principal problema que existe actualmente en España? ¿Y el segundo? ¿Y el tercero?

(Entrevistador/a: no leer - marcar la opción que más se aproxime a lo dicho textualmente o completar «Otro, ¿cuál?».)

1.º

2.º

3.º

Los peligros para la salud: COVID-19

95

95

95

La crisis económica, los problemas de índole económica

8

8

8

El paro

1

1

1

Los problemas políticos en general

51

51

51

Lo que hacen los partidos políticos

50

50

50

El mal comportamiento de los/as políticos/as

13

13

13

La corrupción y el fraude

11

11

11

La sanidad

6

6

6

Los problemas de índole social

16

16

16

La inmigración

18

18

18

Los problemas relacionados con la calidad del empleo

9

9

9

La independencia de Cataluña

45

45

45

Las pensiones

12

12

12

La violencia de género

19

19

19

Otro, ¿cuál? .........................................

96

96

96

Ninguno

97

97

97

N.S.

98

98

98

N.C.

99

99

99

Otro ejemplo de mutirrespuesta categorial estaría constituido por aquellas cuestiones en las que no se especifica ningún orden entre el listado, como el modelo de pregunta siguiente:
Tabla 13. Ejemplo de pregunta multirrespuesta categorial sin orden

P.13 Y en esta última ocasión, concretamente acudió a esa oficina u organismo para...

(Respuesta múltiple: marcar todas las que mencione la persona entrevistada) (mostrar tarjeta)

Solicitar un impreso

1

Solicitar un documento o certificado

2

Solicitar permisos o licencias

3

Realizar una inscripción o registro (empadronamiento, registro civil o de otro tipo, matrícula en un centro, demanda de empleo, etc.)

4

Realizar un pago

5

Solicitar o realizar un trámite relativo a alguna prestación (subsidio/prestación por desempleo, pensión, subvención, ayuda, préstamo)

6

Pedir información o realizar una consulta

7

Presentar una queja o recurso

8

Hacer una sugerencia

9

Denuncias (robos, agresión, etc.)

10

Realizar trámites con Hacienda

11

Solicitar cita

12

Enviar/recoger paquetes, cartas, certificados, etc.

13

Comparecer en el juzgado

14

Otros

15

N.C.

99

Como podemos ver, las preguntas multirrespuesta tienen unas características comunes: como su nombre indica, exigen más de una respuesta, por lo tanto, aportan más de una unidad de información (más de un indicador/variable) en una misma pregunta de cuestionario. Además, este conjunto de informaciones comparte una misma temática (por ejemplo, principales problemas) y un mismo conjunto de respuestas (paro, crisis económica, etc., para la primera, segunda y tercera preferencias). Ambas difieren en que las dicotómicas «obligan» a revisar cada ítem y a posicionarse entre dos respuestas antagónicas; en cambio, en el caso de las categoriales no es obligatorio posicionarse en cada una de ellas, sino que, de un listado, elegimos un número limitado de opciones (ordenadas o no).
c) Preguntas semiabiertas. Estas preguntas ofrecen un listado de respuestas posibles además de una última alternativa: «Otra: a especificar», seguido de un espacio para poder concretar la respuesta nueva que no estaba prevista en el listado anterior. Las preguntas semiabiertas son útiles cuando es prácticamente imposible asegurar la exhaustividad en las respuestas. Con estas preguntas se aumenta la libertad de elección de la persona entrevistada. Pero debemos ser cautelosos en su proceso de elaboración porque en el caso de que tengamos una alta frecuencia de respuesta en la categoría «otros» sería síntoma de un mal diseño de la pregunta. Además, debe recordarse que existe el riesgo de que parte de la muestra señale esta respuesta pero que no concrete qué «otra respuesta», con la consiguiente pérdida de información sustancial.
Tabla 14. Ejemplo de pregunta semiabierta

P.36 ¿En cuál de las siguientes situaciones se encuentra usted actualmente?

(Mostrar tarjeta)

Trabaja

1

Jubilado/a o pensionista (anteriormente ha trabajado)

2

Pensionista (anteriormente no ha trabajado)

3

Parado/a y ha trabajado antes

4

Parado/a y busca su primer empleo

5

Estudiante

6

Trabajo doméstico no remunerado

7

Otra situación, ¿cuál? .........................................

8

N.C.

9

2) Preguntas cerradas con estructura de ordenación. Estas preguntas ofrecen un listado de respuestas amplio y ordenado. Dentro de este grupo podemos distinguir entre:
a) Preguntas cerradas con estructura de ordenación: de orden simple. Ofrecen un listado amplio (más de dos) cerrado de respuestas y, además, estas mantienen un orden, en este caso implícito en las mismas respuestas. Como, por ejemplo:
Tabla 15. Ejemplo de pregunta cerrada con estructura de orden simple

P.11 Y más en concreto, teniendo en cuenta lo que usted y su familia reciben de las distintas administraciones públicas, ¿diría usted que las administraciones públicas le dan más de lo que usted paga en impuestos y cotizaciones, más o menos lo que paga, o menos de lo que paga en impuestos y cotizaciones?

Más de lo que paga

1

Más o menos lo que paga

2

Menos de lo que paga

3

N.S.

8

N.C.

9

b) Preguntas cerradas con estructura de ordenación: tipo escalar. Como en el caso anterior, estas ofrecen un abanico amplio de respuestas ordenadas, pero en este caso se apoyan en una escala que sirve a la población entrevistada para situar su opinión, actitud o valoración respecto del ítem cuestionado. La principal característica de las preguntas de tipo escalar es que presenta las respuestas ordenadas dentro de un abanico limitado en forma de escala, donde el mínimo y el máximo son completamente contrarios. Además, cada «salto» en la escala mantiene la misma distancia e intensidad, es decir, existe la misma gradación entre el punto 1 y 2 que entre el 2 y 3. Habitualmente se las confunde con preguntas tipo Likert (como tributo al psicólogo Rensis Likert), pero existen diferentes subtipos que detallaremos a continuación. Las preguntas escalares de tipo Likert son ampliamente utilizadas en ciencias sociales, donde se construye una afirmación y se pide el grado de acuerdo o desacuerdo con relación a esta. Entre los adjetivos más usuales están «muy de acuerdo / muy en desacuerdo»; «muy bien / muy mal»; «muy importante / nada importante», etc.
Tabla 16. Ejemplo de pregunta cerrada con estructura de orden escalar

P.25 Ahora indíqueme, por favor, si está usted muy de acuerdo, de acuerdo, en desacuerdo o muy en desacuerdo con cada una de las siguientes afirmaciones:

(Mostrar tarjeta)

Muy de acuerdo

De acuerdo

No leer

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

En desacuerdo

Muy en desacuerdo

N.S.

N.C.

Generalmente, los temas fiscales son tan complicados que la gente como usted no puede entenderlos.

1

2

3

4

5

8

9

El pago de impuestos es la única forma en que la gente como usted puede contribuir al sostenimiento del sistema.

1

2

3

4

5

8

9

Está mejor informado/a sobre los temas fiscales que la mayoría de la gente.

1

2

3

4

5

8

9

Los políticos/as deben ser sensibles a las demandas fiscales de la gente corriente.

1

2

3

4

5

8

9

Existe una gran variedad en el diseño de las preguntas escalares, que pueden diferir según el tipo de etiquetas utilizadas (verbal o numérico); la amplitud de la escala (1-5, 1-7, 1-9, aunque también debemos incluir la escala de 0-10 o del 1-10); y la dirección (ascendente o descendente). Partiendo del modelo de Likert, podemos encontrar las preguntas escalares de yuxtaposición de adjetivos, donde se sustituye el grado de acuerdo/desacuerdo por calificativos, con la intención de obtener una imagen del ítem preguntado. La yuxtaposición de adjetivos es muy utilizada en estudios de consumo, aunque su gran reto es establecer correctamente los calificativos claramente antónimos.
Tabla 17. Ejemplo de pregunta escalar de yuxtaposición de adjetivos

P.1 ¿Cuáles de las siguientes características definen mejor el Ayuntamiento de su ciudad?

Eficiente

1

Ni una cosa ni la otra

2

Ineficiente

3

N.S./N.C.

9

Transparente

1

Ni una cosa ni la otra

2

No transparente

3

N.S./N.C.

9

Participativo

1

Ni una cosa ni la otra

2

No participativo

3

N.S./N.C.

9

Otra variante son las preguntas escalares de diferencial semántico, que deben su nombre a los psicólogos neoconductistas Osgood, Suci y Tannenbaum (1957). El propósito es evaluar la estructura de un concepto y, para tal fin, se añade un listado de adjetivos bipolares con una serie de valores intermedios para construir un imaginario.
Tabla 18. Ejemplo de pregunta escalar de diferencial semántico

P.33 La información recibida para participar en la «Consulta participativa para decidir el nuevo uso del Espacio Edificio Valle Inclán» en los Presupuestos participativos de 2021 que ha convocado el Ayuntamiento de Madrid es:

De ningún interés

1

2

3

4

5

6

7

De gran interés

Nada creíble

1

2

3

4

5

6

7

Muy creíble

Inútil

1

2

3

4

5

6

7

Útil

Nada atractiva

1

2

3

4

5

6

7

Muy atractiva

Nada clara

1

2

3

4

5

6

7

Muy clara

No llama la atención

1

2

3

4

5

6

7

Llama la atención

No gusta

1

2

3

4

5

6

7

Gusta mucho

Nada convincente

1

2

3

4

5

6

7

Muy convincente

Por último, encontramos las preguntas escalares con ordenación de adjetivos, también llamadas de ranquin relativo porque la evaluación se realiza con relación al resto de las propuestas. Su utilización está justificada cuando nos interesa saber el calificativo más (o menos) importante de entre una lista de características. Así, en el ejemplo, en la evaluación de la atención recibida en el servicio de atención al ciudadano, la profesionalidad se evalúa considerando la rapidez, el trato humano y la solución del problema. El mismo proceso se realiza con el resto de los ítems. En cambio, en las anteriores preguntas, de ranquin definido, la información se recoge de manera independientemente y cada ítem es valorado también de manera independiente de los demás, lo que no nos permite afirmar cuál es el más importante de todos.
Tabla 19. Ejemplo de pregunta escalar con ordenación de adjetivos

Ordene de mayor a menor grado, la valoración que daría a la atención recibida en el servicio

1

Rapidez

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2

Profesionalidad

3

Trato humano

4

Solución del problema

Por último, en las preguntas cerradas con estructura de ordenación, el orden en el que se presentan los factores que se evalúan condiciona la respuesta: aquellos ítems que aparecen en primer lugar tienden a ser posicionados también en este lugar; así, cuanto más extensa sea la lista, mayores probabilidades de sesgo existen (Gideon, 2012a). Esto se debe a que, ante el cansancio y el esfuerzo que deben realizar las personas entrevistadas para considerar la totalidad de la lista, existe la posibilidad de que se centren en los primeros sin prestar atención al resto. Por esta razón, se recomienda una lista de tres o cuatro ítems, además de añadir unas instrucciones que aseguren que la pregunta es clara, corta y fácil de cumplimentar.
Por último, en relación con las preguntas escalares, se sintetizan aquí las principales características que deben cumplir para asegurar la calidad de las respuestas.
  • Etiquetas/descriptores totalmente contrarios. Debe incluirse el descriptor totalmente contrario en las categorías de respuestas: difícil/fácil, feliz/infeliz. Si es difícil encontrar el contrario, siempre podemos utilizar el «no» delante del descriptor, aunque no es recomendable.

  • Gradación de la escala en positivo. Es recomendable que la numeración de la escala sea en números positivos, ya que los negativos añaden más prejuicios sobre esta parte de la escala; por lo tanto, evitar el −3, −2, −1.

  • Equilibrio entre la parte negativa y positiva de la escala. Se recomienda utilizar una escala que tenga igual número de posiciones favorables que desfavorables para evitar sesgos. En alguna ocasión, puede aceptarse una escala sesgada (generalmente hacia las posiciones positivas) por «conveniencia social», cuando la falta de suficientes opciones negativas hace creer a la persona entrevistada que si elige una respuesta negativa es no deseable, aunque raramente se utilizan las escalas expresamente sesgadas.

    Solo cuando tenemos el convencimiento de que las personas entrevistadas no utilizarán el lado negativo: «the only justification for using an unbalanced rating scale is in a situation where it is known a priori that virtually all respondents are learning in one direction (if you known that one side of the scale will not really be used)» (Friedman y Amoot, 1999, citado en Eurostat, 2006, pág. 41).

  • Opción neutra. Existe un gran debate sobre incluir o no las posiciones neutrales en una escala (Rojas Tejada, Fernández Prados y Pérez Meléndez, 1998; Spector, 1992). La existencia de un punto medio incrementa las posibilidades de que las personas entrevistadas se refugien en él cuando no se posicionan sobre ni la parte positiva ni negativa. Existen diferentes opciones: bien el «ni totalmente de acuerdo ni totalmente en desacuerdo», bien «ni una cosa ni la otra», bien el «parcialmente de acuerdo», aunque consideramos que ya conlleva unos matices de sesgo hacia un lado de la escala. Estos posicionamientos neutros deben diferenciarse del no sabe o no contesta, que se reservarían para los casos en los que no puede aportar una respuesta por falta de conocimiento. Así, para evitar confusiones entre los puntos neutros y un ns/nc, este último preferiblemente se presenta fuera de la escala y generalmente codificado con un 9, 99, 999, etc.

  • Predominancia del lado izquierdo de la escala. Diferentes estudios demuestran que hay un sesgo de concentración hacia el lado izquierdo (primero) de la escala, por lo tanto, el hecho de que las primeras posiciones sean las positivas o las negativas tendría cierta influencia. Aun así, la práctica social nos ha socializado en que la escala va de menos a más, por lo tanto, evolucionaría de izquierda a derecha; excepto cuando alteramos este orden expresamente para «obligar» a las personas entrevistadas a leer todos los ítems y a evitar «automatismos» en sus respuestas.

  • Amplitud de la escala. La escala ideal es aquella que tiene suficientes puntos para registrar la información necesaria (Friedman y Amoot, 1999. Citado en Eurostat, 2006). La amplitud de la escala debería oscilar entre cinco y nueve puntos, aunque lo habitual es la escala de 1-5; 1-7 y del 0-10 o 1-10, ya que recuerdan a las calificaciones escolares. El mejor consejo es ir alternando diferentes formatos para evitar el automatismo en las respuestas. No obstante, debe prestarse atención a las preguntas escalares cuando la encuesta sea telefónica, ya que el medio dificulta la visibilidad de la escala en caso de que tenga muchas categorías; por lo tanto, en estos casos se recomendaría la de 1-5 o la del 0-10 o 1-10, por si su similitud con las calificaciones de las instituciones educativas.

5.2.2.Según el tipo de información que recogen
La segunda clasificación diferencia las preguntas según el tipo de información o datos que se quieren obtener, especialmente según su sustantividad. Principalmente existen los tipos siguientes:
1) Preguntas de hechos, que recogen información más que opiniones. Estas pueden hacer referencia a información personal de los individuos entrevistados, información relativa a otros o a veces combinadas (personal y otros, que es cuando aparece la figura del informante). Ejemplos de estas pueden ser la edad, el nivel educativo y el origen, a las que comúnmente se le llaman preguntas de clasificación o sociodemográficas, ya que caracterizan al colectivo entrevistado. Un segundo conjunto son las preguntas de conocimiento, las cuales indagan sobre el saber y el entendimiento sobre determinados temas.
2) Preguntas de comportamiento, aquellas que registran la actividad de las personas entrevistadas, tanto sus hábitos como la frecuencia. En este caso, estas preguntas recurren al recuerdo que tiene la persona entrevistada y, por tanto, es importante acotar la franja de tiempo y que este sea relativamente reciente.
3) Preguntas sobre actitudes, opiniones, creencias (religiosas o políticas) y sobre estándares normativos y valores (indagan sobre los principios que rigen los comportamientos de las personas entrevistadas). Son preguntas específicas que remiten más a la subjetividad que los hechos observables. Las preguntas de formato escalar son las más habituales para medir estas características. Las dificultades sobre estas preguntas son la imposibilidad de comprobar su validez, la alta sensibilidad al lenguaje y redactado de estas y el riesgo de que la persona entrevistada pueda no tener opinión al respecto del tema preguntado. Con estas preguntas debe prestarse atención a los efectos de aquiescencia y satisfacción. Con relación al primero, se trata de un consentimiento pasivo cuando la población entrevistada tiene una tendencia a situarse en las posiciones del acuerdo más que del desacuerdo, especialmente ante afirmaciones que son generalidades plausibles, o bien en preguntas cuyas respuestas son sí/no. Las personas tienden a estar de acuerdo ante preguntas ambiguas o que son difíciles de responder. El efecto satisfacción está relacionado con el anterior, ya que el colectivo selecciona la primera respuesta razonable para evitar el esfuerzo de reflexionar sobre la mejor opción. Para compensar estos efectos, se recomienda disponer una escala equilibrada entre los grados del acuerdo y del desacuerdo o cambiar a una pregunta multirrespuesta dicotómica (Eurostat, 2006).
4) Preguntas hipotéticas. Estas presentan una situación no real y preguntan nuestro posicionamiento con relación a esta situación probable. Su principal limitación es que nunca puede verificarse hasta qué punto la respuesta es válida, ya que esta viene condicionada por su percepción, más que sobre la probabilidad real de que ocurran los hechos. Por ello, tampoco sirven para predecir un futuro comportamiento.
5.2.3.Según la función que cumplen dentro del cuestionario
Por último, las preguntas también desempeñan una función dentro del cuestionario. Entre las principales funciones, podemos destacar las siguientes: preguntas filtro; de control o consistencia; de introducción o cambio de tema; preguntas indirectas; y, por último, preguntas batería.
1) Las preguntas filtro, como su nombre indica, sirven para dirigir parte de las preguntas del cuestionario a una selección de la muestra, y, por consiguiente, aportan orden y estructura al cuestionario. Dos casos pueden ilustrar su utilización. El primero de ellos viene definido por una encuesta por cuestionario dedicada a una población concreta, por ejemplo, hombres y mujeres menores de 30 años residentes en una determinada localidad. Por lo tanto, deberían disponerse dos preguntas filtro: una relativa a la edad y la otra a la localidad de residencia. En caso de que no pertenezcan al grupo poblacional que se quiere entrevistar, agradecemos su disponibilidad, y finalizaría esa entrevista.
Tabla 20. Ejemplo de pregunta filtro previa al cuestionario

6. ¿Cuál era su municipio de residencia hace exactamente un año?

(Para menores de un año, municipio de residencia de la madre en el momento del parto) ... MUN2

El mismo que en la actualidad

1 Fin de encuesta

Distinto

6

No sabe

0 Fin de encuesta

El segundo caso es cuando utilizamos las preguntas filtro dentro del cuestionario para, igualmente, dirigir una parte de la muestra a unas preguntas específicas. Por ejemplo, si queremos saber información relativa al trabajo de las personas, antes debemos filtrar entre aquellos que trabajan y los que no. Otro ejemplo podría ser el siguiente:
Tabla 21. Ejemplo de pregunta filtro dentro del cuestionario

A2 CARD 1 People can use the internet on different devices such as computers, tablets and smartphones. How often do you use the internet on these or any other devices, whether for work or personal use?

Never

1

Go to A4

Only occasionally

2

A few times a week

3

Most days

4

Ask A3

Every day

5

(Refusal)

7

Go to A4

(Don’t know)

8

2) Las preguntas de control o de consistencia permiten comprobar la veracidad y fiabilidad de las respuestas del entrevistado. Son preguntas sobre el mismo tema, pero planteadas en un lenguaje distinto y en diferentes momentos del cuestionario.
Tabla 22. Ejemplo de preguntas de control o de consistencia

P.8 Durante los últimos doce meses, ¿ha acudido usted a la consulta de un médico o una médica de cabecera (o de familia) para una verdadera consulta, es decir, no para pedir una cita, hacerse una radiografía, un análisis u otra prueba, ni para acompañar a otra persona? [P8]

1

No

2

No recuerda

8

N.C.

9

P.8A Y durante estos últimos doce meses, ¿puede recordar cuántas veces acudió usted a un médico o a una médica de cabecera (o de familia) de la sanidad pública? ¿Y cuántas a uno/a privado/a?

Sanidad pública

Número de veces [P8A01]

..........................

Ninguna

97

No recuerda

98

N.C.

99

Sanidad privada

Número de veces [P8A02]

..........................

3) Es recomendable que cuando cambiemos de dimensión, es decir, de bloque temático se informe también a la persona entrevistada con una frase del estilo: «Ahora procederemos a preguntar sobre las características de su trabajo». Pero, en ocasiones, hay preguntas que necesitan cierta introducción, ya sea porque tratan un concepto sensible o técnico, porque marcan un cambio de registro respecto a las anteriores o porque queremos informar del procedimiento y captar la atención de la persona entrevistada. Para tal fin las preguntas de introducción o de tema son aquellas que van precedidas de un texto para evitar cambios temáticos bruscos.
Tabla 23. Ejemplo de pregunta de introducción o de tema

P.19 A menudo los inmigrantes que vienen a España tienen una cultura, una lengua y unas costumbres distintas de las españolas. Con respecto a esto, dígame, por favor, ¿con cuál de las siguientes frases está usted más de acuerdo?

(Mostrar tarjeta)

Aunque aprendan nuestra cultura y costumbres, es bueno que los inmigrantes también mantengan su cultura y costumbres.

1

Los inmigrantes deberían poder mantener solo aquellos aspectos de su cultura y costumbres que no molesten al resto de los españoles.

2

Los inmigrantes deberían olvidar su cultura y costumbres y adaptarse a las españolas.

3

N.S.

8

N.C.

9

4) Las preguntas indirectas son aquellas que permiten indagar sobre temas sensibles o que pueden comprometer a la persona entrevistada, ya que se perciben como una invasión de la privacidad. Partiendo de que el objeto de investigación no sea sumamente sensible, pues obligaría a plantearse otra técnica de recogida de datos más propia de la metodología cualitativa, las preguntas indirectas permiten aproximarse a temática sensible con el fin de evitar respuestas inexactas e incluso la no respuesta.
Tabla 24. Ejemplo de preguntas indirectas

73. Diga desde su punto de vista en cuáles de las siguientes situaciones se puede transmitir el virus del sida. Puede señalar varias opciones

En las relaciones sexuales

1

Al recibir sangre

2

En los lavabos públicos

3

Bebiendo del vaso de una persona infectada

4

Por una picadura de mosquito

5

Al donar sangre

6

Estando hospitalizado en el mismo sitio que una persona infectada

7

En ninguna de estas situaciones

8

74. Diga desde su punto de vista qué riesgo de infectarse del virus del sida tienen las personas que se inyectan drogas:

Mucho riesgo

1

Bastante riesgo

2

Poco o ningún riesgo

3

Depende de si comparten o no jeringuilla

4

75. ¿Cómo valoraría su propio riesgo de contraer el virus del sida con su comportamiento sexual actual?

Mucho riesgo

1

Bastante riesgo

2

Poco riesgo

3

Ningún riesgo

4

No lo sé

5

76. En alguna ocasión, ¿ha tenido usted miedo de haberse podido infectar del virus del sida?

1

No

6

Las preguntas sensibles deben ir acompañadas de otras medidas, como la reiteración de que su información es confidencial y que únicamente se tratará con finalidades estadísticas. En los cuestionarios administrados presencialmente (face to face), la persona entrevistadora puede desempeñar un papel importante, tanto en positivo como en negativo: en positivo, con una actitud neutra y facilitando que la persona entrevistada se sienta a gusto; en negativo, porque su propia presencia predisponga a la persona entrevistada a facilitar la respuesta más «aceptable» al anticipar el riesgo de divulgar las respuestas «verdaderas», aunque sean percibidas como socialmente indeseables (Tourangeau y otros, 2000, citado en Eurostat, 2006).
5) Las preguntas batería tratan un mismo tema y permiten recoger gran cantidad de información de manera ordenada a través de tablas o matrices. Entre sus ventajas, cabe señalar que la persona entrevistada está focalizada respondiendo a una temática, además del orden y del ahorro de espacio que suponen. También permiten una mejor visualización de las respuestas, aunque las preferencias en cómo se muestran puede condicionar la respuesta. Su principal desventaja es que, a pesar del ahorro de espacio y de tiempo, la experiencia ha demostrado que raras veces se cumplimentan de manera correcta, especialmente cuando las tablas son complicadas o de gran extensión. Esto es principalmente una amenaza en el caso del cuestionario en línea o autoadministrado. Así que la principal recomendación es que deben estar redactadas de manera rigurosa, e incluir instrucciones para su administración.
Tabla 25. Primer ejemplo de preguntas batería

(Show Card T)

Many things are desirable, but not all of them are essential characteristics of democracy. Please tell me for each of the following things how essential you think it is as a characteristic of democracy. Use this scale where 1 means «not at all an essential characteristic of democracy» and 10 means it definitely is «an essential characteristic of democracy» (read out and code one answer for each):

Not an essential characteristic of democracy of

An essential characteristic of democracy

V131

Governments tax the rich and subsidize the poor.

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

V132

Religious authorities ultimately interpret the laws.

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

V133

People choose their leaders in free elections.

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

V134

People receive state aid for unemployment.

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

V135

The army takes over when government is incompetent.

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

V136

Civil rights protect people from state oppression.

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

V137

The state makes people’s incomes equal.

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

V138

People obey their rulers.

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

V139

Women have the same rights as men.

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

O también este segundo ejemplo para reconstruir el perfil sociodemográfico tanto de la persona entrevistada como de las personas con quien convive.
Tabla 26. Segundo ejemplo de preguntas batería

Descending age order (oldest first) .........→

Person

01

(respondent)

02

03

04

05

06

Optional:

First name or Initial

F2 Sex

Male

1

1

1

1

1

1

Female

2

2

2

2

2

2

F3 Year born

F4 Relationship

Husband/wife/partner

01

01

01

01

01

Son/daughter (inc. step, adopted, foster, child of partner)

02

02

02

02

02

Parent, parent-in-law, partner’s parent, step parent

03

03

03

03

03

Brother/sister (inc. step, adopted, foster)

04

04

04

04

04

Other relative

05

05

05

05

05

Other non-relative

06

06

06

06

06

(Refusal)

77

77

77

77

77

(Don’t know)

88

88

88

88

88

5.3.La elección del tipo de preguntas

5.3.1.¿Abiertas o cerradas?
La elección entre preguntas abiertas o cerradas vendrá determinada por diferentes elementos, como, por ejemplo, el tipo de datos que se requiere, la información que se pregunta, el nivel de precisión, la disponibilidad para su procesamiento, los recursos para su codificación, además de la posición que ocupa en el cuestionario y la sensibilidad de la temática a la que hace referencia (Eurostat, 2006, pág. 37). La exigencia cognitiva es diferente en ambas preguntas. Así, mientras que en las abiertas las personas entrevistadas deben identificar el trasfondo y el significado preguntándose a sí mismas, en las cerradas no existe este punto de partida de reflexión, ya que la respuesta debe adecuarse al listado previamente ofrecido. Esto no significa las preguntas cerradas sean neutras, sino que el listado de respuestas puede influir y condicionar la respuesta finalmente marcada. Cada una tiene efectos sobre la calidad, fiabilidad y validez de la respuestas (ved Stalans, 2012). La elección entre un tipo u otro dependerá del nivel de conocimiento que tengan los investigadores que diseñan el cuestionario sobre el objeto de estudio.
Tabla 27. Comparativa de las ventajas e inconvenientes de las preguntas abiertas y cerradas

Preguntas abiertas

Preguntas cerradas

Ventajas

Inconvenientes

Ventajas

Inconvenientes

  • No hay influencia sobre la respuesta.

  • Mayor flexibilidad.

  • Para estudios exploratorios.

  • Ante objetos de estudios no estructurados/trabajados.

  • ¿Por qué...?

  • Rango de respuesta amplio.

  • No superioridad de las respuestas.

  • Difícil codificación.

  • Peligro de influencia de la persona encuestadora.

  • Mayor coste en su tratamiento.

  • Más respuestas inadecuadas.

  • Fatiga de la persona entrevistada: «¡uf! ¡Escribir!»

  • Mayor probabilidad de no respuesta.

  • Fáciles de responder: «Marcar la cruz».

  • Permiten codificación previa.

  • Mayor comparabilidad.

  • Facilidad tanto en preguntar como en responder.

  • Proporcionan unidad y la variedad se conoce de antemano.

  • Más esfuerzo en testar su efectividad.

  • Pérdida de espontaneidad.

  • Riesgo de olvidarse de categorías de respuesta importantes.

  • Presentan rigidez en las opciones.

  • Bloqueo mental (mind blockage) porque las opciones no representan la respuesta original.

5.3.2.Número de opciones de respuesta: ¿respuestas agrupadas o detalladas?
El número de respuestas listadas influye en la calidad de los datos recogidos, y los errores pueden venir tanto por defecto como por exceso. Si ofrecemos un listado extenso, aumentamos la posibilidad de la no respuesta, además del cansancio de recordar y la desatención. En el caso de existir pocas posibilidades, esto dificulta la adecuación de nuestra respuesta real a la poca variedad ofrecida. No nos atrevemos a proponer un número fijo, ya que dependerá de nuestros objetivos de concreción y de la temática, pero se podría seguir el consejo de Schaeffer y Presser (2003):

«Based largely on psychophysical studies, the standard advice has been to use five to nine categories, although even that number of categories can be difficult to administer in telephone interviewers».

Schaeffer y Presser (2003). En: Eurostat (2006). Handbook of Recommended Practices for Questionnaire Development and Testing in the European Statistical System [en línea] (pág. 38). Disponible en: <https://unstats.un.org/unsd/EconStatKB/KnowledgebaseArticle10364.aspx>

¿Qué es mejor, detallar las opciones de respuesta o plantear grandes agrupaciones? Nuestra recomendación es que siempre que sea posible se redacten las opciones de respuesta lo más detalladas y concretas posibles, ya que la posibilidad de agruparlas a posteriori siempre existe. En cambio, si planteamos un redactado agrupado, la concreción y el detalle no lo podremos materializar y, por tanto, algunos análisis pueden ser superfluos, con la consiguiente pérdida de información que ello supone. Seguramente, el ejemplo de la tabla 25, con la pregunta relativa a la edad de las personas entrevistadas, ayuda a entender mejor nuestra argumentación, y también incide en otro aspecto como la mejor forma de preguntar la edad, si por año de nacimiento o por número de años cumplidos.
Tabla 28. Ejemplo de preguntas detalladas o agrupadas

Pregunta 1. ¿En qué año nació?

Pregunta 2. ¿Cuál es su edad?

................

................

Pregunta 3. ¿En qué año nació?

Pregunta 4. ¿Cuál es su edad?

  • Antes de 1970

  • Entre 1970-1975

  • Entre 1976-1980

  • Entre 1981-1985

  • Entre 1986-1990

  • Entre 1991-1995

  • Entre 1996-2000

  • Entre 2001-2005

  • Entre 2006-2010

  • Entre 2011-actualidad

  • Menor de 18 años

  • De 18 a 20 años

  • De 21 a 22 años

  • De 23 a 25 años

  • De 26 a 30 años

  • Más de 30 años

Respecto al detalle o agrupación de las categorías de respuesta, la mejor pregunta redactada sería la 1 o la 2, ya que el espacio en blanco será rellenado por la persona entrevistada. Las agrupaciones, ya sean en años o en franjas de edad (preguntas 3 y 4), pueden siempre realizarse a posteriori del trabajo de campo, y no a la inversa. Si disponemos de intervalos, no podremos nunca saber el año concreto de nacimiento y, por tanto, análisis propios de las variables cuantitativas no podrán realizarse, además de no poder construir otras agrupaciones distintas. Con relación al segundo aspecto, entre preguntar por años cumplidos o año de nacimiento, nuestra recomendación sería preguntar por año de nacimiento, ya que evita la confusión de tener dos edades durante el mismo año (antes del cumpleaños y después); además de que también intenta evitar la tendencia al engaño de aquellas personas que quieren ocultar su edad.
5.3.3.El orden de presentación de las respuestas
El orden de las respuestas puede inducir al sesgo de estas. Ya se ha comentado anteriormente este aspecto en relación con las preguntas ordinales. Las opciones que se presentan en primer lugar tienen más probabilidad de ser elegidas porque son las primeras y existe el riesgo de que en las siguientes decrezca la atención. En el caso de las preguntas cerradas con estructura de ordenación, es preferible presentar las categorías ordenadas de menos a más. En el caso de que no exista orden, el consejo es presentar la respuesta o respuestas más comunes en las primeras posiciones o totalmente aleatorio. También el apoyo en tarjetas donde se listen las opciones de respuesta puede ayudar a mejorar la calidad del trabajo de campo; así se evita el esfuerzo de memoria, aunque no pueden obviarse las dificultades que pueden presentar las personas entrevistadas con habilidades limitadas de visión y de comprensión lectora.

5.4.Principios y recomendaciones para el diseño de la encuesta por cuestionario

Antes de enumerar las principales recomendaciones, consejos y estrategias para un buen diseño del cuestionario, deben considerarse dos premisas. La primera es que es imposible tratar de redactar un cuestionario perfecto; el objetivo debe ser alcanzar unas preguntas eficaces en cuanto a reducir la potencial amenaza de las confusiones. Es decir, reducir la ambigüedad: la probabilidad de abrir la puerta a más de una interpretación. La segunda es que de poco sirven los consejos si no se practica. Así que, como toda tarea en el marco de las técnicas de investigación, la práctica, los borradores, el ensayo-error y el dar un paso hacia adelante y tres hacia atrás forman parte del aprendizaje para elaborar un buen cuestionario, una versión definitiva que mejora años luz la versión inicial.
En primer lugar, se explicarán los principios que deberían impregnar el proceso de elaboración del cuestionario. Posteriormente, se entrará a detallar algunas recomendaciones de cara al diseño propiamente dicho. En cuanto a lo primero, las personas que formulan el cuestionario deben tener siempre presente los objetivos del estudio, intentando abordar en la mayor medida de lo posible los conceptos clave, proporcionando para ello una amplia cobertura con las opciones de respuesta (exhaustividad y exclusividad). Como principal recomendación a lo anteriormente dicho, es importante diseñar un buen proceso de construcción del objeto de estudio.
Otro principio que debe regir en la encuesta por cuestionario es la fluidez lógica de los apartados. Así, debe emular al máximo lo que sería una conversación totalmente intencionada y estructurada. Se espera, por lo tanto, que haya un orden lógico entre las secciones temáticas (que antes eran las dimensiones de la construcción del objeto de estudio), que se incluya una frase para avisar del cambio de tema y que, tal como recomendábamos anteriormente, sigan la «montaña perfecta»: empezar por preguntas fáciles y de no intromisión, a medida que ascendemos en la montaña podremos preguntar aspectos más privados, y en el descenso, con la fatiga ya presente, volveremos a preguntar cuestiones fáciles, como las preguntas sociodemográficas (excepto que sean preguntas filtro, que las obligaría a ir al principio del cuestionario).
Además, es importante partir de la premisa de que el cuestionario ha de ser inclusivo, pensando en toda la población que compone la muestra, no únicamente en aquellas «personas entrevistadas óptimas». Además, debemos evitar la sensación de pérdida de tiempo entre las personas entrevistadas, o cansarlas innecesariamente, así que es preciso que se eviten preguntas irrelevantes, que alargan el cuestionario sin aportar información sobre el objeto de estudio; por lo tanto, se recomienda absolutamente que el cuestionario sea lo más breve posible y preciso (short and to the point). Y, por último, el cuestionario debe adaptarse al nivel educativo de la muestra, utilizando un lenguaje convencional, con buena redacción gramatical, puntuación y un vocabulario estándar, evitando así frases incompletas, abreviaturas, coloquialismos y tecnicismos. La persona entrevistada puede sentirse violentada si no comprende lo que le están preguntando, si percibe que no es una entrevista sino un «examen», de modo que la probabilidad de abandono o de no respuesta aumenta considerablemente. Por lo tanto, la regla fundamental debería ser «simple items, complex concepts» (Gideon, 2012b, pág. 102).
En cuanto a las recomendaciones a la hora de diseñar las preguntas y los demás apartados del cuestionario, estas se recogen en la tabla 29.
Tabla 29. Principales recomendaciones para el diseño del cuestionario

1

Coherencia entre enunciado de la pregunta y opciones de respuesta disponibles

2

Evitar preguntas sesgadas y con carga emocional (leading or loaded questions)

3

Una idea = una pregunta (double-barreled questions)

4

Evitar tecnicismos y vocabulario ambiguo

5

Evitar dobles negaciones

6

Evitar excesiva repetición

7

Evitar preguntas largas

8

Evitar preguntas excesivamente generales

9

No realizar juicios implícitos

10

Evitar la falsa premisa

11

Carecer de un marco temporal de referencia

12

Evitar esfuerzos de memoria excesivos

13

Copiar-pegar

14

No sabe / No contesta

15

Nivel de ingresos: recomendación preguntas por niveles, intervalos y siempre al final del cuestionario

1) Coherencia entre enunciado de la pregunta y opciones de respuesta disponibles. Algunas preguntas plantean un enunciado que no es coherente con las opciones de respuesta que lo acompañan.
Un ejemplo podría ser el siguiente: «¿Estaría dispuesto a participar en la consulta sobre los presupuestos municipales de su localidad? Muy dispuesto/a; ni mucho ni nada; nada dispuesto/a». Uno espera poder responder afirmativa o negativamente, y en cambio, nos encontramos con una escala de mucha a nada disposición. Similar situación nos encontraríamos con: «¿Puede decirme algunos de los beneficios de la administración electrónica? Sí/No».
2) Evitar preguntas sesgadas y con carga emocional (leading and loaded questions). Las preguntas condicionantes y con carga emocional suelen dirigir la respuesta de la persona entrevistada (Bryman, 2012, pág. 257).
Ejemplos como: «¿Usted es demócrata?» o «¿Es feliz en su matrimonio?» difícilmente tendrían una respuesta negativa. Similar sesgo se incluye en preguntas que ya citan algunas de las posibles respuestas, como, por ejemplo: «¿Está usted de acuerdo con...?».
En relación con las preguntas con carga emocional, deben evitarse palabras de connotación negativa como por ejemplo «abuso de drogas», «racista» o «gastar», o palabras relacionadas con prácticas sexuales. Debe recordarse que una pregunta puede ser al mismo tiempo dirigida y llevar asociada una sobrecarga emocional, por lo que siempre se recomienda una relectura para intentar redactarlas en el tono más neutral posible, tanto en el enunciado como en las respuestas.
3) Una idea = Una pregunta. Preguntar más de una idea en una misma pregunta es una tarea cognitiva compleja que lleva a la confusión en la respuesta ofrecida y, por lo tanto, supone una amenaza a la fiabilidad de los datos conseguidos para un correcto análisis. La recomendación es utilizar para cada idea una pregunta, y si es necesario también servirse de las preguntas batería, además de prestar atención a los conectores: «y», «además de», «así como también», etc.
Un ejemplo de lo que debería ser evitado sería: «¿Considera necesaria la reducción de los puestos administrativos y la reducción de impuestos?», o «¿A qué partido político votó en las últimas elecciones generales?». En este último caso sería mejor redactar dos preguntas para incluir aquellas personas que no votaron: una primera haría la función de filtro: «¿Fue a votar en las últimas elecciones generales?», y en caso afirmativo, «¿A qué partido político votó en las últimas elecciones generales?».
4) Evitar tecnicismos y vocabulario ambiguo. «¿Alguna vez se ha sentido alienado en su trabajo?» es un ejemplo de pregunta que incluye una palabra excesivamente técnica, lo que dificulta la comprensión y conlleva que uno sienta cierta «vergüenza» por no conocer su significado. Ante ello, pueden darse diferentes reacciones: preguntar aclaraciones (siempre que sea posible), rechazar la respuesta o incluso tratar de adivinar el significado y proponer una respuesta de acuerdo con esta proyección de significado. Las tres opciones disminuyen la fiabilidad de la medida (Fowler, Floyd J. Jr y Cosenza, 2008, pág. 139). Al hilo de los principios generales que deben guiar la elaboración de la encuesta por cuestionario, deben evitarse palabras técnicas, abreviaturas, etc. Hay que emplear un lenguaje simple y adaptado a la muestra que debe responderlo. En caso de que no sea posible evitar el uso de este vocabulario, se recomienda incluir una explicación adicional (con las preguntas de introducción) o aproximarse gradualmente a los conceptos con preguntas que preparen a la muestra, como por ejemplo: «¿Le es familiar el concepto de “economía colaborativa”?»; una respuesta afirmativa dirigiría a la siguiente pregunta, que verificaría su comprensión del concepto: «¿Cuáles de las frases siguientes cree que describe mejor el concepto de “economía colaborativa”?».
Con relación al vocabulario ambiguo, existen algunas palabras, especialmente adverbios de frecuencia, que no facilitan que la repuesta sea precisa: «así como», «regularmente», «frecuentemente», «a menudo», «acostumbra a», «suele ir a», «habitualmente», etc., son términos o construcciones que aumentan la ambigüedad porque no inciden en un periodo temporal concreto: «¿Con qué frecuencia se conecta a la página web del Ayuntamiento?».
5) Evitar dobles negaciones. Las preguntas deben formularse en positivo, ya que incluir un «no» aumenta la confusión, y según Gideon también la frustración, lo cual puede desembocar en una no respuesta (2012b, pág. 96). La misma idea de doble negación debe evitarse con palabras como: «control», «restricción», «prohibición», «ilegal», «oponerse», etc., ya que pueden entenderse como negativas, como por ejemplo: «¿Cuál es su grado de acuerdo o desacuerdo, en una escala del 1 (muy desacuerdo) a 5 (muy de acuerdo), con una ley que prohíba el uso de los móviles en las salas de urgencias?». En las ocasiones donde no se pueda evitar formular la pregunta en negativo, recomendamos señalar el «no» en mayúsculas para que no pase desapercibido para la persona entrevistada.
6) Evitar la excesiva repetición. Mientras que incidir sobre algunos aspectos reiterando algunas preguntas es útil para ahondar y cerciorarse de la fiabilidad de los datos proporcionados, la excesiva repetición sin ningún propósito puede provocar efectos negativos. Además de un tiempo perdido y de una prolongación del cuestionario totalmente innecesaria, provoca cansancio y desmotivación, lo que puede desembocar en un abandono o una no respuesta en aquella pregunta y las siguientes. Ante conceptos complejos que no son fácilmente abordables en una única pregunta, recomendamos realizar más de una cuestión, pero sin caer en la repetición, con un examen exhaustivo de su absoluta necesidad además de una prueba piloto.
7) Evitar preguntas largas excepto en preguntas sobre comportamiento. Como regla general, las preguntas largas deberían evitarse, ya que provocan que las personas entrevistadas pierdan el hilo conductor o abandonen el cuestionario ante la fatiga. Según Sudman y Bradburn, este consejo podría ser una excepción en las preguntas de comportamiento, dado que las preguntas largas facilitan la memoria y el recuerdo debido al tiempo que conlleva completarlas (citado en Bryman, 2012, pág. 255).
8) Evitar preguntas excesivamente generales. Deben evitarse preguntas demasiado generales que no facilitan la obtención de información concreta y precisa del objeto de estudio. Las preguntas deben ayudar a contextualizarse en su realidad a las personas entrevistadas, o si es necesario dividirlas en más de una. Esta recomendación resulta especialmente útil en preguntas sobre actitudes, motivaciones y valoraciones (Domínguez y Simó Solsona, 2003).
9) No realizar juicios implícitos. El tono neutral de las preguntas –y de las opciones de respuesta– debe ser una regla fundamental imperante a lo largo de la elaboración del cuestionario. En este caso, se recomienda no realizar juicios implícitos ni sugerir respuestas con interlocuciones como: «es cierto que...», «tal como se sabe...», etc.:

«Últimamente parece que el ambiente político está muy crispado. ¿Cómo valora esta situación?».

M. Domínguez, M. Simó Solsona (2003). Tècniques d’investigació social quantitatives (pág. 143). Barcelona: Edicions Universitat de Barcelona.

10) Evitar la falsa premisa. Al igual que en el caso de la realización de juicios implícitos, existe el error de plantear una falsa premisa. Se trata de preguntas que contienen asunciones sobre la situación de la persona entrevistada o la forma en que debe pensar la persona entrevistada sobre un determinado ítem, que no necesariamente deben ser ciertos. El error está en plantear un argumento o proposición donde se niega o se afirma un determinado hecho. Esta frase precede la pregunta y una forma de reconocerla es detectar determinadas construcciones ampliamente utilizadas, como «sabiendo que…», «dado que…», «puesto que…», «ya que...». En la segunda parte, podemos encontrar palabras como: «por lo tanto…», «entonces…», «así que…», «de ahí que…».
Un ejemplo de este error sería: «Dado que se deben reducir el gasto de las administraciones públicas, el Gobierno municipal debería: 1. Aumentar los impuestos; 2. Pagar menos a los funcionarios; 3. Cerrar instalaciones municipales». O bien, «¿A causa del aumento de la violencia doméstica, usted piensa que las condenas de las personas maltratadoras deberían ser mayores?».
11) Carecer de un marco temporal de referencia. Incluir un periodo temporal de referencia ayuda a las personas entrevistadas a situar los límites sobre aquello que se les interroga. Si no se especifica una unidad temporal, puede ser que algunas respondan en referencia a hoy, a ayer, a hace un mes, etc. Evidentemente, aquellas preguntas que hacen referencia a las percepciones, como también a sentimientos, cambios de humor, incluso a la percepción de salud, pueden variar entre un momento u otro. Por ello, incluir una referencia temporal ayuda tanto a situar ese tema en aquel momento, como también tomarlo en consideración de cara al análisis posterior de esos datos.
Tabla 30. Ejemplo de marco temporal de referencia

1. La semana de referencia, de lunes a domingo, ¿trabajó aunque solo fuera una hora? TR

1

No

6 Pasar a 3

No sabe

0 Pasar a 3

12) Evitar esfuerzos de memoria excesivos. Además del marco temporal de referencia, debemos ser conscientes de las amenazas a la calidad de los datos que supone el hecho de rememorar el pasado en las preguntas: el efecto «telescopio» o la proyección que se hace del aspecto recordado sobre la línea del tiempo y el factor olvido. Indagar en la memoria a largo plazo afecta más a la calidad de los datos que preguntar por la memoria más inmediata.
El efecto telescopio surge cuando las personas entrevistadas sitúan el acontecimiento cuestionado en un momento antes o después de cuando realmente ocurrió, por lo tanto, sitúan el acontecimiento de forma incorrecta en el periodo de referencia. Una recomendación para evitarlo podría ser tratar de redactar o señalar de manera muy específica el comienzo y final del periodo de referencia, por ejemplo, utilizando expresiones como «la semana que termina el sábado 1 de agosto», en lugar de «la última semana» o anclando el comienzo del periodo de referencia a un acontecimiento vital de la persona entrevistada. La memoria es limitada para los hechos más comunes de la vida cotidiana; por lo tanto, el factor relevancia de aquello que indagamos sobre la persona entrevistada también influirá en el recuerdo o no. No es lo mismo preguntar el número de vehículos que ha adquirido en los últimos cinco años que las veces que ha ido al teatro en el mismo periodo de tiempo.
Como recomendación general, debería especificarse al máximo el marco temporal de referencia sin que este sea excesivamente extenso, para evitar un esfuerzo memorístico que lleve al cansancio y a la desmotivación, ya que cuanto mayor sea el marco temporal, más remoto y asociado a una vaguedad de temática, mayor imprecisión en los datos. Bryman (2012, pág. 258) recomienda tener como punto de partida el último mes, aunque podríamos matizar que esta referencia temporal variará según la periodicidad con la que se dan, la probabilidad de que sean recordados o que sigan un patrón y los objetivos de la encuesta por cuestionario (Schaeffer y Presser, 2003).
13) Copiar-pegar. Otra recomendación es utilizar aquellas preguntas que otras investigaciones reconocidas por su ética y rigor ya han utilizado y testado previamente. Es de las pocas veces que el copiar literalmente el enunciado, y en especial las categorías de respuesta, ayuda a la fiabilidad y comparabilidad de los datos recogidos. Esta recomendación es especialmente útil en la redacción del nivel de ingresos, el nivel educativo o la situación laboral, donde la EPA, el Censo y otras encuestas, por ejemplo provenientes del CIS, tienen ampliamente elaboradas.
14) No sabe / No contesta. Otra duda que puede interrogar a cualquier persona investigadora es incluir o no la opción de no respuesta, materializada en la opción de no sabe / no contesta (o de forma separada: no sabe; no contesta) y no recuerdo. Estas opciones deben considerarse especialmente ante preguntas de actitudes, opiniones y valoraciones.
El hecho de incluirla permite que las personas entrevistadas se refugien allí en caso de no saber la opción, no conocerla o no recordarla, por lo que aporta cierta flexibilidad. Pero puede convertirse en un recurso fácil para aquellas personas entrevistadas que quieren evitar el reflexionar sobre el ítem cuestionado, lo cual supondría una pérdida de información valiosa. Si no se incluye, las personas entrevistadas pueden verse obligadas a responder cuando desconocen su actitud u opinión sobre el tema. La inclusión o no dependerá en gran medida del tema que se vaya a tratar. En el caso de considerarse una pregunta crucial para el cuestionario, no deberían incluirse. En el caso de considerarse un aspecto delicado, pero no esencial, puede ser bueno aportar cierta flexibilidad y, por lo tanto, incluirlas.
Respuestas según el nivel educativo
Krosnick y otros (2002, citado en Bryman, 2012) comprobaron que el nivel educativo de las personas entrevistadas influía ante la presencia o no del «no sabe»; en el caso de aquellos niveles más bajos, estas eran más propensas a seleccionar esta respuesta. Además, concluían que el orden de las preguntas también influía, ya que a medida que avanza el cuestionario, aumenta el cansancio y el aburrimiento, y por lo tanto se es más propenso a responder en la categoría del «no sabe». Sus conclusiones eran que la inclusión del «no sabe» no mejoraba la calidad de los datos, y por consiguiente recomiendan no incluirlas a menos que sea absolutamente necesario.
En el caso de incorporarlas a las opciones de respuesta, se recomienda que estén en el último lugar del listado de respuestas, o separadas en caso de ser escalar, con el fin de no confundirla con una posición neutra dentro de una pregunta escalar (por ejemplo, en una escala del 1 al 5, sería un error confundirla con la posición 3).
Otra propuesta sería la de Converse y Presser (1986), que abogan firmemente por incluir la opción de «no sabe», pero mediante la redacción de dos preguntas: una primera que filtrase a las personas que no tienen opinión sobre un tema y la segunda dirigida solo a aquellos que ya tienen opinión (citado en Bryman, 2012).
Tabla 31. Ejemplo de opción «no sabe»

P.24 ¿Podría decirme si conoce o ha oído hablar del Gobierno Abierto? [P24]

1

No

2

N.C.

9

Saltos:

Si No P24=1 ir a [P25A1] –Prime carácter de gobierno abierto

P.24a Y, concretamente, ¿ha oído hablar de los planes de Gobierno Abierto? [P24A]

1

No

2

N.C.

9

15) Nivel de ingresos: ¿intervalos o cantidad exacta?. Finalmente, una de las dificultades a la hora de redactar un cuestionario es cómo preguntar el nivel de ingresos. Dos cuestiones deben tenerse en consideración: el formato de la pregunta y el orden de esta. Con relación al primero, nuestra recomendación es que se pregunte el nivel de ingresos de forma agrupada en diferentes intervalos. Para ello, se aconseja replicar las preguntas que utilizan otras encuestas con amplia experiencia. En el caso de los ingresos, se recomienda también incluir la opción «no sabe» diferenciada del «no contesta». Ambas al final del listado de intervalos. Además, se aconseja presentar una tarjeta en el caso de ser un cuestionario administrado personalmente para proporcionar más confianza a la persona entrevistada. Y, por último, reiterar el anonimato de la encuesta para poder obtener una repuesta lo más fiable posible. Con relación al segundo aspecto, el nivel de ingresos debería ser la última pregunta del cuestionario, ya que su ubicación ha permitido ganarse la confianza de la persona entrevistada durante las preguntas anteriores.
Tabla 32. Ejemplo de pregunta del nivel de ingresos

C.19 Actualmente, entre todos/as los/as miembros del hogar (incluida la persona entrevistada) y por todos los conceptos, ¿de cuántos ingresos disponen por término medio en su hogar al mes, después de la deducción de impuestos (o sea, ingresos netos)? No le pido que me indique la cantidad exacta, sino que me señale en esta tarjeta en qué tramo de la escala están comprendidos los ingresos de su hogar.

(Mostrar tarjeta)

No tiene/n ingresos de ningún tipo

1

Menos o igual a 300 €

2

De 301 a 600 €

3

De 601 a 900 €

4

De 901 a 1.200 €

5

De 1.201 a 1.800 €

6

De 1.801 a 2.400 €

7

De 2.401 a 3.000 €

8

De 3.001 a 4.500 €

9

De 4.501 a 6.000 €

10

Más de 6.000 €

11

N.S.

98

N.C.

99

6.La muestra en un estudio de investigación mediante encuestas

Una vez diseñado el cuestionario, es el momento de decidir si realizaremos observaciones sobre todos los sujetos que componen la población objeto de estudio, o si ceñiremos los datos recogidos a los individuos de una muestra. Debido a las limitaciones temporales y presupuestarias que suelen existir en cualquier estudio mediante encuestas, en la mayoría de las ocasiones solo es posible obtener información de una muestra de elementos. Por ello, salvo en el caso de poblaciones muy pequeñas, lo habitual será trabajar con muestras. La idoneidad de la muestra dependerá de su representatividad, es decir, de su capacidad para reproducir las características de la población de la que procede.
Para abordar el análisis de la muestra en una investigación por encuestas, presentamos en este apartado una serie de consideraciones generales que se refieren, en primer lugar, al diseño de la muestra y a los principales tipos de muestreo. Se detalla, en última instancia, el procedimiento de cálculo del tamaño muestral para poblaciones finitas e infinitas, así como el cálculo del error muestral para cada uno de estos supuestos. Antes, sin embargo, presentamos brevemente los conceptos clave y sus definiciones.
Algunas definiciones y conceptos previos
1) Población: por población se entiende «el conjunto de todos los elementos que cumplen ciertas propiedades, entre las cuales se desea estudiar un determinado fenómeno» (García Ferrando, 1985, pág. 132).
2) Parámetros poblacionales: medidas de resumen de las variables de interés que se obtienen para el total de la población.
3) Estadísticos: medidas de resumen de las variables de interés que se obtienen con la información procedente de la muestra. Sirven para estimar los valores de los parámetros poblacionales cuando la población completa es inaccesible.
4) Inferencia estadística: proceso de estimación o generalización de la muestra a la población.
5) Marco muestral: se define como la operacionalización de la población de estudio, de donde se extraerá la muestra. El marco muestral es un listado que contiene los elementos de la población objeto de estudio; acotando el universo y las unidades que lo componen (Czaja y Blair, 1996, pág. 116).
6) Fracción de muestreo: porcentaje de unidades de la muestra sobre el total de población.
7) Coeficiente de elevación: número de veces que está contenida la muestra en la población. Es decir, por qué valor deberíamos multiplicar la muestra para obtener a todos los efectivos de la población. Se calcula como el inverso de la fracción de muestreo f−1 = N/n.
8) Equilibrio de una muestra. Ponderación: si una muestra no es representativa del total de población, la desviación puede corregirse mediante la ponderación. Una muestra puede estar equilibrada respecto a ciertas características de la población, pero no respecto a otras. Se debe intentar equilibrar la muestra respecto a aquellas características que más influyen en el resultado.
9) Error muestral (e): mide el grado de exactitud o precisión de los resultados obtenidos. Se define como la diferencia entre los parámetros poblacionales y los estadísticos muestrales (xm), (pP), (xX), etc. En estadística no se suelen aceptar errores superiores al 5 %.
10) Intervalo de confianza (IC): conjunto de valores donde se encontrará el valor del parámetro poblacional con una probabilidad dada (nivel de confianza) y un margen de error determinado, y nos proporciona una indicación sobre la exactitud (precisión) de nuestra estimación. Se construye mediante el valor estimado obtenido ± el margen de error.
11) Nivel de confianza: es la probabilidad de que el verdadero valor poblacional se encuentre dentro del intervalo de confianza definido. No es recomendable trabajar con niveles de confianza inferiores al 95 %.

6.1.La muestra en investigación cuantitativa

El primer paso para diseñar la muestra de un estudio es la identificación y cuantificación de la población o universo al que este va dirigido.
Por ejemplo, si queremos conocer la satisfacción de los usuarios de un servicio en un periodo concreto, la población estaría constituida por el conjunto de personas que han utilizado dicho servicio en ese periodo.
Una vez identificada la población, es necesario determinar qué parte de ella se va a encuestar para obtener la información deseada, es decir, definir las unidades de observación. Tal y como ya se ha mencionado, en la mayor parte de las ocasiones, la dimensión de la población impide la observación de todas las unidades, por lo que se hace necesario proceder a un muestreo. El diseño de la muestra consiste precisamente en seleccionar unas unidades concretas de dicha población que sean representativas. Se pueden utilizar distintos métodos para proceder a dicha selección, pero en cualquier caso es preciso disponer de un marco de muestreo, es decir, un registro o listado exhaustivo de todas las unidades concretas de dicha población del que partir (por ejemplo, un censo de individuos, un listado telefónico de los usuarios de un servicio, etc.).
El trabajo con muestras en la investigación social permite:
  • Reducir los costes en la recogida de datos.

  • Conseguir una mayor rapidez en la recogida de datos.

  • Garantizar una mayor precisión de los datos obtenidos, pues se trabaja con menor cantidad de información que en los estudios poblacionales. Cuanto mayor sea el volumen de datos con el que trabajemos, mayores serán las imprecisiones que irán apareciendo, y mayor dificultad para su posterior análisis.

  • Obtener información detallada, pues al tener que implementar el cuestionario a un menor número de personas, podemos obtener un mayor detalle de cada una de ellas.

  • No alterar a todos los elementos de la población por la aplicación del cuestionario, es decir, no movilizar a todos los clientes de una empresa, por ejemplo, para analizar su satisfacción con un nuevo servicio contratado.

A continuación, definiremos qué es el muestro en el marco de un estudio mediante encuestas y cuáles son los principales métodos de selección de la muestra.

6.2.El muestreo

Se denominan técnicas de muestreo a los procedimientos que aseguran que los individuos que componen la muestra son representativos de la población de la que proceden (Casas Anguita y otros, 2003).
La finalidad principal de la aplicación de este tipo de técnicas de muestreo es triple, de modo que con su implementación el investigador busca maximizar:
  • La representatividad de la muestra: la muestra debe ser representativa del total de la población.

  • La fiabilidad de los resultados: los resultados obtenidos mediante una muestra no deben diferir de los parámetros poblacionales.

  • La precisión de los datos: el trabajo con muestras supone asumir algún margen de error en nuestras estimaciones estadísticas. La precisión permite controlar de algún modo este error. A mayor precisión, menor error.

En este punto, es necesario destacar la necesidad de tener un conocimiento previo del universo antes de llevar a cabo cualquier proceso de selección muestral, lo que implica que debe disponerse de alguna fuente que permita conocer con detalle el ámbito objeto de estudio (Díaz de Rada Igúzquiza, 2002). El marco muestral disponible, la información contenida y la calidad de esta información determinarán el tipo de muestreo que debe utilizarse, así como los procedimientos de estimación utilizados en la investigación (Lessler y Kalsbeek, 1992, pág. 40). Ante las limitaciones existentes en los marcos muestrales (los documentos que detallan las características de la población que reside en un determinado ámbito geográfico), las muestras realizadas a la población general utilizan conjuntamente varios métodos de selección muestral. Así, por ejemplo, resulta extremadamente complicado contar con un censo con los datos de contacto de toda la población de un territorio para poder seleccionar una muestra a partir de este. Las empresas dedicadas a los estudios mediante encuestas buscan, cada vez en mayor medida, obtener datos de contacto, como teléfono o correo electrónico, para poder contar con un mayor marco muestral que les permita seleccionar la muestra de manera más sencilla y precisa. Cuando son las propias empresas las que quieren analizar a sus clientes o trabajadores, la obtención de esta información resulta más sencilla, pues suelen contar con bases de datos en las que se registra esta información. Del marco muestral disponible dependerá, en gran medida, el tipo de selección de la muestra.
Existen diferentes métodos para seleccionar una muestra representativa a partir de un marco de muestreo dado. La elección de un método u otro se definirá en función de distintas variables, como los medios técnicos disponibles, el presupuesto, el tiempo o la propia naturaleza de los elementos de la población. Una primera distinción básica es la que clasifica los métodos de muestreo en función de si son probabilísticos o no (López-Roldán y Fachelli, 2015). Si bien el tipo de muestreo probabilístico proporciona un mayor control sobre aspectos como la representatividad, el error muestral y la validez de los resultados, lo cierto es que a veces, este debe combinarse con algún tipo de muestreo no aleatorio para llegar a cumplir los propósitos del estudio realizado. A continuación, detallamos las distintas tipologías de muestreo asociadas a esta diferenciación.
1) Muestreo probabilístico o aleatorio. Dentro de esta tipología de muestreo, todos los elementos de la población tienen una probabilidad conocida y distinta de formar parte de la muestra. Por ello, es posible conocer y calcular el denominado error muestral.
El muestreo probabilístico permite aplicar con propiedad los conocimientos de la teoría de probabilidades y de la inferencia estadística, por lo que proporciona resultados extrapolables a toda la población. Para que una muestra sea probabilística, es preciso que la aleatorización guíe todo el proceso de selección, y que se utilice un procedimiento que respete la probabilidad que tiene cada elemento de pertenecer a la muestra. La aleatoriedad debe respetarse no solo en el diseño muestral, sino que debe guiar todo el proceso de recogida de información, especialmente durante el trabajo de campo (Rodríguez-Osuna, 1991, pág. 13).
Como principal inconveniente, cabe destacar que la selección de la muestra es más costosa que con las formas de muestreo no probabilísticas.
2) Muestreo no probabilístico o intencional. Se incumplen las anteriores condiciones, es decir, no todos los elementos de la población tienen una probabilidad conocida y distinta de 0 de formar parte de la muestra. Es el investigador quien selecciona la muestra que le parece más adecuada, o aquella a la que tiene un mayor acceso, o que puede ser extraída con mayor comodidad y/o menor coste (clientes de un determinado servicio, personas que cumplen con un determinado rango de edad, o estudios, etc.).
La principal ventaja de este tipo de muestreo es que no precisa de la existencia de un marco muestral y, por lo tanto, su aplicación resulta más sencilla y económica. Además, en algunos casos concretos, es la única forma posible de seleccionar una muestra.
Como inconveniente, no es posible aplicar con propiedad los conocimientos de la teoría de probabilidades y de la inferencia estadística, y, por ello, no se pueden extrapolar con rigor los resultados de la muestra a la población general objeto de estudio. La siguiente tabla resume los principales tipos de muestreo probabilísticos y no probabilísticos.
Tabla 33. Tipos de muestreo

Formas de muestreo probabilístico o aleatorio

Formas de muestreo no probabilístico o no aleatorio

Muestreo aleatorio simple (MAS)

Muestreo accidental o fortuito

Muestreo sistemático

Muestreo sistemático centrado

Muestreo por conglomerados

Muestreo por cuotas

Muestreo intencional (diversos tipos):

  • Muestreo de casos extremos

  • Muestreo de casos poco usuales

  • Muestreo de casos con máxima variación

  • Muestreo de subgrupos homogéneos

  • Muestreo estructural

  • Muestreo estratégico (bola de nieve y expertos)

  • Muestreo de criterio

  • Muestreo de casos críticos

  • Muestreo de casos confirmatorios y contradictorios

6.2.1.El muestreo aleatorio simple (MAS)
Es el tipo básico de muestreo aleatorio. Las demás técnicas de muestreo se derivan del MAS. Este muestreo puede servir también como comparación con otro método de muestreo que se puede utilizar con la intención de mejorar los resultados en términos de reducción del error muestral.
Dentro del MAS, todos los elementos de la población tienen igual probabilidad de ser seleccionados para la muestra. Es el tipo de muestreo que realizaríamos si conociéramos a todos los individuos de la muestra, la idea es que de un listado previamente elaborado, seleccionáramos, de manera aleatoria, un número concreto de estos. Hay dos tipos de muestreo aleatorio simple (MAS):
1) MAS con reemplazamiento: se mantiene una probabilidad constante a lo largo de todas las extracciones. Es decir, un elemento puede formar parte de la muestra más de una vez.
Por ejemplo, si estuviéramos realizando la selección de la muestra extrayendo bolas de un cubo con el nombre de los entrevistados, al sacar cada una de ellas y apuntar dicho nombre como parte de la muestra, volveríamos a introducir la bola elegida en el cubo. ¿Por qué? Porque si contamos con cien bolas, en la primera extracción la posibilidad de cada individuo de ser seleccionado sería 1/100. Pero, tras sacar esta primera bola fuera del cubo, la posibilidad de los individuos restantes de ser elegidos se reduciría a 1/99, y así sucesivamente. Para evitar este cambio en la probabilidad de ser seleccionado, tras cada extracción la bola se devuelve al cubo, manteniéndose la proporción 1/100.
2) MAS sin reemplazamiento: se evita que un elemento forme parte de la muestra más de una vez, pero la probabilidad de selección cambia en las sucesivas extracciones. Los individuos de la muestra tienen cada vez una mayor posibilidad de ser seleccionados, tal y como acaba de detallarse.
Un ejemplo de muestreo aleatorio simple es el estudio llevado a cabo por el Ayuntamiento de Barcelona sobre los visitantes del parque zoológico de Barcelona. El estudio consistió en la realización de una encuesta presencial (estudio 19031), en el que los encuestadores seleccionaron, de forma aleatoria, a los visitantes del parque. La representatividad de la muestra se garantizó a través de la distribución de las encuestas durante todo el trabajo de campo, que abarcó diferentes días y horarios de visita al parque.
6.2.2.El muestreo sistemático
El muestreo sistemático consiste en realizar una selección aleatoria del primer elemento de la muestra para, posteriormente, proceder a la extracción de los elementos siguientes utilizando intervalos fijos o sistemáticos hasta alcanzar el tamaño de la muestra deseado.
Para su utilización se precisa la lista de todos los elementos de la población (N).
Además de las ventajas asociadas al MAS, el muestreo sistemático es fácil de aplicar y solo hay que elegir un número aleatorio para su procedimiento de implementación. Sin embargo, si existiera un factor de periodicidad de las estimaciones obtenidas de los datos de la muestra, esta estaría sesgada. La existencia de factores de periodicidad es muy poco frecuente, y en caso de detectarse bastaría con «desordenar» la lista.
Su procedimiento de aplicación es el siguiente:
1) Se fija el tamaño muestral (n).
2) Se calcula el coeficiente de elevación (K) como la inversa de la fracción de muestreo: K = N/n.
3) Se divide la lista de la población en intervalos de muestreo con K elementos cada uno de ellos.
4) Se selecciona un punto de arranque aleatorio (r) eligiendo un número entre 1 y K por un procedimiento probabilístico.
5) A partir de esa selección se incluirán en la muestra los elementos r, r + K, r + 2K, r + 3K, etc., hasta completar el tamaño muestral (n).
Para este tipo de muestreo suele contarse con un listado de individuos que forman parte de la población, divididos en grupos atendiendo al coeficiente de elevación.
Por ejemplo, si contamos con una población de mil usuarios, de la cual queremos extraer una muestra de cien individuos, el coeficiente de elevación sería de diez (K = 100/10). Realizamos, por lo tanto, agrupaciones de diez personas en nuestro listado. A partir de este momento, seleccionamos aleatoriamente un punto de arranque (determinados programas y paquetes de cálculo suelen tener opciones para seleccionar este inicio de forma aleatoria). Por ejemplo, el individuo que ocupa el puesto quinto en nuestra lista. Una vez seleccionado este individuo, para elegir al siguiente solo debemos sumar el coeficiente de elevación (5 + 10), el siguiente elemento a extraer sería el individuo que ocupa el puesto decimoquinto en el listado; el tercer elemento a extraer sería el número 25 (5 + 2 × 10) de nuestro listado, y así sucesivamente hasta completar el tamaño muestral que precisamos.
6.2.3.El muestreo estratificado
El muestreo estratificado separa a la población en segmentos exclusivos y homogéneos (estratos), para luego extraer una muestra aleatoria simple en cada uno de ellos. La suma de los tamaños de todos los estratos poblacionales es igual al tamaño poblacional total.
Su principal ventaja es la mejora de precisión de las estimaciones con relación al muestreo aleatorio simple, disminuyendo el error muestral para un mismo tamaño de muestra, o bien reduciendo el tamaño para un mismo margen de error (López-Roldán y Fachelli, 2015). El número de muestra necesario siempre será menor para el mismo nivel de error muestral que en el muestreo aleatorio simple, por lo que abarata los costes y reduce el tiempo de aplicación de la encuesta respecto al MAS.
En cambio, como principal inconveniente cabe destacar la necesidad de conocer previamente las variables principales que segmentan la población objeto de estudio en diferentes estratos muestrales, lo que, en ocasiones, dificulta su implementación en la investigación.
Su procedimiento de aplicación es el siguiente:
1) Se determinan los estratos poblacionales en función de las variables criterio seleccionadas. El número idóneo de estratos depende de varios factores, donde hay que considerar las particularidades de cada diseño y los objetivos de investigación.
2) Se selecciona una parte de la muestra en cada uno de los estratos poblacionales por un procedimiento probabilístico.
3) Se reparte la muestra entre los distintos estratos a través de un procedimiento denominado afijación. Existen diferentes tipos de afijación:
a) Simple: supone asignar el mismo número de unidades muestrales a cada estrato. Este tipo de afijación da la misma importancia a todos los estratos, en cuanto a tamaño de la muestra, con lo cual favorecerá los estratos de menor tamaño y perjudicará a los grandes en cuanto a precisión. Solo es conveniente en poblaciones con estratos de tamaño similar.
b) Proporcional: implica asignar a cada estrato un número de unidades muestrales proporcional a su tamaño.
c) Óptima: conlleva repartir el tamaño global proporcionalmente a la variabilidad en cada estrato. De este modo, estratos con poca varianza (estratos más homogéneos) requerirán un tamaño de muestra menor, mientras que los estratos más heterogéneos requerirán una muestra mayor.
d) Mixta: supone asignar un porcentaje de muestra de manera simple o uniforme, y el resto de manera proporcional u óptima.
Cuanto más homogéneos sean los estratos internamente, y más heterogéneos sean entre ellos, mayor será la ganancia en eficiencia respecto al MAS. Es decir, a mayor reducción del error tendremos un tamaño de muestra menor para obtener un error determinado. ¿Por qué?
  • Homogeneidad intraestratos: permite tomar menos muestras, ya que la variabilidad es más baja.

  • Heterogeneidad interestratos: permite optimizar la distribución de la muestra en los diferentes estratos.

La encuesta llevada a cabo por el Ayuntamiento de Barcelona a los usuarios del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) en el año 2019 (estudio 19021) es un ejemplo de muestreo estratificado. Su objetivo era conocer las características de los usuarios de este servicio municipal para identificar los distintos perfiles existentes, sus rasgos personales, demandas y opinión sobre el servicio recibido. La población objeto del estudio estaba compuesta por todos los usuarios y usuarias del SAD. Para el cálculo de la muestra se utilizó un muestreo estratificado, se calcularon estratos en función de los diferentes distritos de la ciudad de Barcelona, y del sexo y la edad de los usuarios. ¿Qué significa esto? Con el fin de que la muestra fuera lo más representativa posible, se hicieron grupos homogéneos: cada distrito de la ciudad se clasificó como si fuera un grupo poblacional homogéneo, se hicieron dos grupos en función del sexo (hombres y mujeres) y cuatro segmentos de edad (de 16 a 74, de 75 a 79, de 80 a 84 y de 85 años y más). Dentro de cada uno de estos grupos se aplicó un muestreo aleatorio simple para extraer la muestra final, en función del peso de cada uno de estos colectivos en la distribución poblacional del municipio de Barcelona. ¿Cuál fue la finalidad de este tipo de muestreo? Con un menor coste que el que supondría realizar un muestreo aleatorio simple, se consigue que todos los grupos de población que resultan interesantes para el estudio (en este caso el distrito de residencia, el sexo y la edad) se encuentren correctamente representados en la misma proporción que se encuentran en el total de población. Aplicando un muestreo aleatorio simple, podría suceder que uno de los distritos, por ejemplo, quedase sin representación dentro de la muestra, al no haber sido seleccionado de forma aleatoria al extraer las unidades de observación.
6.2.4.El muestreo por conglomerados
El muestreo por conglomerados trata la población objeto de estudio como si estuviese compuesta de distintos conjuntos de elementos o conglomerados (clústeres). La muestra se toma por grupos y no por elementos. A las agrupaciones de individuos se las conoce como unidades de muestreo primarias y a las unidades individuales, como unidades de muestreo secundarias.
Al contrario que en el caso del muestreo aleatorio estratificado, busca construir grupos o unidades que sean lo más heterogéneas internamente y lo más homogéneas entre ellas que sea posible. Por ello, se busca que cada conglomerado sea una representación a escala reducida de todo el universo objeto de estudio. Si con un solo conglomerado pudiéramos representar todo el universo, tendríamos una buena muestra. Pero en la práctica no suele suceder, por lo que hemos de seleccionar varios de estos conglomerados. El hecho de concentrar la muestra en unos cuantos conglomerados representativos reduce los costes del trabajo de campo.
El muestreo por conglomerados, en términos de precisión, es menos eficiente que el MAS, por lo que para compensar este incremento de error se debería incrementar el tamaño de la muestra.
Su uso es recomendable cuando no se dispone de una lista actualizada de las unidades elementales o si su ámbito geográfico es muy disperso (lo que conlleva un elevado coste del desplazamiento de los encuestadores).
Existen diferentes tipos de muestreo por conglomerados en función de las etapas de aplicación de la técnica:
1) Muestreo por conglomerados en una sola etapa, o sin submuestreo: una vez seleccionados los conglomerados que hay que incluir en la muestra se obtiene información sobre todos los elementos de cada conglomerado.
2) Muestreo bietápico o con submuestreo: se obtiene una muestra de unidades elementales dentro de cada uno de los conglomerados seleccionados previamente.
3) Muestreo polietápico: se produce una generalización del proceso a un mayor número de etapas, en cada una de ellas existe un tipo de unidades de muestreo y es necesario establecer una jerarquía entre ellas. Una vez establecidas las unidades primarias, los conglomerados (que pueden ser, por ejemplo, municipios), se selecciona una muestra representativa de estos y, posteriormente, se decide cómo extraer aleatoriamente las unidades secundarias, los individuos (por ejemplo, a través de rutas aleatorias por cuotas de sexo). Así, si dividimos el territorio español y lo agrupamos en municipios en función del tamaño de habitantes, seleccionaremos aleatoriamente un número por determinar de conglomerados de municipios que resulten estadísticamente significativos. De cada municipio deberemos extraer un número determinado de hombres y mujeres que cumpla la representatividad poblacional.
Un buen ejemplo de aplicación del muestreo por conglomerados lo constituyen los barómetros que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) realiza regularmente para conocer información de los españoles y españolas mayores de 18 años sobre política, economía y diversos temas de interés y actualidad. El barómetro de enero de 2020 (estudio 3271) se realizó mediante un muestreo polietápico por conglomerados. Los conglomerados se crearon en función del tamaño de municipio (menor o igual a 2.000 habitantes, de 2.001 a 10.000, de 10.001 a 50.000, de 50.001 a 100.000, de 100.001 a 400.000, de 400.001 a 1.000.000, y más de 1.000.000 de habitantes). ¿Qué quiere decir esto? Para el cálculo de la muestra, todos los municipios españoles que cuenten, por ejemplo, con menos de 2.000 habitantes se consideran un único grupo, un único conglomerado, del que después se extraerá una muestra aleatoria de un número determinado de municipios (por ejemplo, cinco municipios). Con esto se consigue abaratar costes de desplazamiento, ya que todos los municipios españoles menores de 2.000 habitantes, estarán representados por los cinco extraídos. Este procedimiento se repite para cada uno de los conglomerados que forman parte del muestreo.
6.2.5.El muestreo accidental o fortuito
El muestreo accidental o fortuito, también se denomina muestreo de conveniencia. Consiste en seleccionar para la muestra los elementos que están más a mano, continuando el proceso hasta que se completa el tamaño muestral fijado inicialmente.
A menudo, ni siquiera se fija un tamaño muestral y se recoge la información de todos los elementos que, de alguna manera, participan en el proceso. Su principal desventaja es que se desconocen los sesgos por incluir personas atípicas o casos extremos.
6.2.6.El muestreo intencional
El objetivo del muestreo intencional es seleccionar casos que permitan obtener gran cantidad de información sobre el tema a analizar. Las muestras intencionadas podrían estar justificadas si el tamaño muestral es muy reducido, pero con todas las cautelas a la hora de realizar generalizaciones. En una muestra intencionada el riesgo de sesgo es de magnitud desconocida. Se lleva a cabo siguiendo distintas estrategias, según los objetivos de la investigación, que se resumen a continuación:
1) Muestreo de casos extremos. Se seleccionan únicamente los casos cuyos valores se encuentran en los extremos de la distribución de una variable.
2) Muestreo de casos poco usuales. Se seleccionan los elementos con valores poco frecuentes en la distribución de una variable.
3) Muestreo de casos con máxima variación. El objetivo es construir una muestra lo más heterogénea posible y observar si, a pesar de la heterogeneidad, se producen pautas comunes de comportamiento.
4) Muestreo de subgrupos homogéneos. Se seleccionan pequeñas muestras, lo más homogéneas posible, para recoger información en profundidad sobre un tema concreto en uno o varios grupos.
5) Muestreo estructural. La muestra se compone de elementos que están conectados por una relación específica, por ejemplo, por su posición social, su situación en una red social, su pertenencia a grupo informal, etc.
6) Muestreo con informantes estratégicos. Este tipo de muestreo es una combinación del homogéneo y del estructural. Se basa en la idea de que el conocimiento y la información están desigualmente distribuidos. Tiene 2 subtipos:
a) Bola de nieve o en cadena. Se emplea en poblaciones especiales o de difícil acceso. Se parte de una serie de informantes iniciales a los que se les pide que faciliten los nombres de otros miembros potenciales de la muestra.
b) Selección de expertos. Se pide a un experto que elija los casos que considere típicos o representativos. El problema de esta estrategia es que los expertos no siempre consideran los mismos casos típicos.
7) Muestreo de criterio. Selecciona para su estudio a aquellos casos que se ajustan a algún criterio predeterminado, como alcanzar un determinado valor en una variable de interés.
8) Muestreo de casos críticos. Se analizan los casos que, en relación al tema de estudio, pueden servir de referencia lógica para el resto de la población o parte de ella. Estos muestreos permiten las generalizaciones lógicas derivadas del peso de la evidencia que puede llegar a producir incluso un solo caso.
9) Muestreo de casos confirmatorios y contradictorios. Cuando la investigación está avanzada, puede interesar obtener una muestra en busca de casos que sirvan para confirmar o contradecir las conclusiones alcanzadas.
6.2.7.El muestreo por cuotas
Se trata de una forma de muestreo no probabilístico ampliamente utilizada por analistas de mercado y de opinión pública, ya que es menos costoso y más rápido que un muestreo aleatorio con el mismo tamaño. Para su aplicación, se reparte el tamaño muestral entre diversos grupos o cuotas que siguen la distribución poblacional de las características que definen las cuotas. La asignación de cuotas persigue controlar los sesgos de elección que podrían ocurrir si hubiese total libertad en la selección de los entrevistados. Las cuotas se asemejan a los estratos, ambos representan grupos de población en los que se seleccionan muestras, la diferencia reside en que en los estratos los elementos se seleccionan por métodos probabilísticos, en cambio en el caso de las cuotas no sucede lo mismo. El hecho de que los componentes de la muestra no se seleccionen aleatoriamente puede introducir sesgos de selección e imposibilita aplicar con rigor las herramientas de inferencia estadística.
Este tipo de muestreo se utiliza en numerosos estudios de mercado que se realizan a pie de calle, es decir, el encuestador debe seleccionar en la vía pública a los sujetos que formarán parte de la muestra atendiendo a las cuotas establecidas (por ejemplo, 50 mujeres de más de 60 años, 25 varones entre 18 y 35 años, etc.). También se utiliza en las encuestas en línea, después de tratar de conseguir la máxima aleatoriedad, para garantizar que se cumplen ciertos criterios de representatividad (por ejemplo, en una encuesta a trabajadores de una empresa en la que no se ha conseguido respuesta por parte de ningún trabajador eventual o de ninguna mujer).

6.3.Cálculo del tamaño muestral

Tal y como hemos señalado, si se selecciona aleatoriamente un número suficientemente grande de elementos, se obtiene una información muy parecida a la de la población en su conjunto. Si seleccionamos de forma adecuada un número representativo de clientes de un servicio, los resultados serán muy parecidos a los obtenidos si entrevistásemos mediante un cuestionario a todos ellos.
Cuanto mayor sea el número de elementos seleccionados menor será el error de muestreo, es decir, a mayor tamaño muestral, los resultados serán más seguros, fiables y representativos.
Sin embargo, esta premisa suele verse amenazada por el hecho siguiente: el tamaño muestral suele fijarse por criterios presupuestarios, de modo que no se realizarán más encuestas que las que se puedan pagar. Normalmente, contamos con un presupuesto máximo que no podemos superar, limitando así el tamaño máximo de la muestra, ya que cada individuo añadido supone realizar una encuesta más, con su correspondiente coste económico y temporal. Por ello, es necesario establecer no solo el número de individuos que formarán parte de la muestra, sino también el margen de error que estamos dispuestos a asumir en nuestro estudio. A menor tamaño muestral, el error a la hora de hacer una estimación sobre nuestra muestra para después generalizarla a toda la población, es mayor.
Si preguntamos a doscientos clientes en lugar de a cien, seguramente las conclusiones que obtengamos sean más representativas de toda la clientela de la empresa; pero, si no podemos llegar a doscientas encuestas realizadas debemos pensar... ¿qué margen de error estamos dispuestos a asumir? De ello dependerá, en gran parte, el número de encuestas a realizar.
En cualquier caso, la muestra debe contar con un tamaño mínimo que anule los errores que puedan producirse por azar. Además, para el cálculo del tamaño muestral han de tenerse en cuenta los criterios siguientes:
  • El tema que se va a investigar y los objetivos de la encuesta: existen temas complejos o delicados que precisan de un mayor número de encuestas para obtener valores representativos.

  • El método de encuesta (personal, telefónica, en línea, etc.): las encuestas personales tienen un mayor coste que cualquier otra modalidad de aplicación, por esta razón es posible que debamos reducir el número de encuestas a realizar si contamos con un presupuesto reducido.

  • Los recursos y el tiempo disponibles para la realización de la encuesta: del mismo modo que en el caso anterior, la encuesta personal suele llevar asociado mayor tiempo de recogida de datos que la encuesta en línea o telefónica, por lo que debemos ser conscientes de los plazos establecidos antes de fijar el número de encuestas a realizar.

En resumen, se trata siempre de llegar a un equilibro entre el tamaño muestral deseable y el error máximo admisible dadas unas limitaciones de tiempo, dinero y trabajo, lo que se traduce siempre en la decisión de fijar el número de unidades de la muestra: cuántas encuestas se realizarán.
En la determinación del tamaño muestral se conjugan estos cuatro elementos con los siguientes criterios estadísticos que intervendrán en la fórmula de cálculo (Cea d’Ancona, 2004):
1) Tamaño de la población (N): es la amplitud del universo, el número total de individuos que conforman la problemática a investigar (por ejemplo, toda la población mayor de 18 años de un municipio o los usuarios del servicio de transporte público de una localidad). A la hora de calcular el tamaño muestral diferenciamos dos situaciones respecto a la población: si la población es finita (si tiene menos de 100.000 individuos) o es infinita (a partir de 100.000 individuos).
Con poblaciones finitas el tamaño muestral tiende a ser cada vez más sensible al tamaño poblacional. Es decir, que haya más o menos individuos en nuestra población, variará de forma sustancial el número de personas que hemos de seleccionar en nuestra muestra. En cambio, cuando la población es muy numerosa la diferencia con respecto al número de muestra es muy pequeña. Por la ley de regularidad estadística sabemos que, a partir de un determinado número de unidades, los valores tienden a estabilizarse, y nuevos elementos en la población aumentan cada vez en menor medida el tamaño de la muestra.
2) Nivel de confianza: expresa el grado de probabilidad, o confianza, con el que consideramos que la estimación realizada mediante la encuesta se ajusta al valor real. Nos indica en qué medida se espera que los resultados de la encuesta reflejen las opiniones de la población general. Ello se relaciona de manera directa con la precisión con la que se desea obtener la estimación, es decir, la amplitud del intervalo de confianza. Este margen lo decide el investigador dependiendo de la finalidad de la estimación. Cuanto más precisa se desee la estimación, más estrecho será el intervalo y, por lo tanto, mayor será el número de sujetos que compongan la muestra. El nivel de confianza se relaciona, de forma directa, con las unidades de desviación típica. Habitualmente, el nivel de confianza con el que se trabaja en investigación es de dos unidades de desviación típica (2σ o z = 2), lo que supone un 95,5 % de probabilidad de acertar en la estimación.
3) Error muestral (e): en términos estadísticos, se refiere a la cantidad de error de muestreo aleatorio resultado de la elaboración de una encuesta. A mayor margen de error existe un menor grado de confianza en la investigación y viceversa. El margen de error nos da una estadística: cuanto más pequeños sean estos márgenes, los resultados de las encuestas serán más exactos.
4) Varianza de la población: cuanto más heterogénea sea una población, mayor será su varianza poblacional y, en consecuencia, se necesitará un mayor tamaño muestral para que quede adecuadamente representada la variedad de componentes en la muestra. Si no se dispone de datos útiles, o no puede realizarse una prueba piloto, puede adoptarse la postura de la máxima indeterminación o supuesto más desfavorable, lo que supone que el porcentaje que se desea estimar se encuentra alrededor del 50 % (P = Q = 0,5). Es decir, cuando no conocemos cómo de heterogénea es una población, debemos estimar que tendrá la máxima heterogeneidad ya que será el peor escenario de todos los posibles, y para el cual debemos ajustar en mayor medida el error muestral (frente a un escenario de máxima indeterminación, la posibilidad de error es mayor, por lo que siempre es recomendable partir de este supuesto).
En estadística, este supuesto se conoce con la probabilidad del 50 %, es decir, es tan probable que suceda un fenómeno, como que no lo haga, no tenemos datos que nos permitan hacer una predicción más ajustada y, por lo tanto, trabajamos con la máxima indeterminación posible.
Una vez determinado el tamaño de la muestra, esta se extraerá del marco o directorio que se haya dispuesto mediante el método de muestreo elegido (simple, sistemático, estratificado, por conglomerados, etc.). Finalmente, todos los aspectos del diseño de la encuesta han de quedar resumidos en lo que denomina ficha técnica, que debe recoger información sobre los objetivos del estudio, el organismo promotor, el ámbito poblacional, geográfico, temporal, método de muestreo, error muestral, tamaño de la muestra, método de recogida y el periodo de recogida. Mostramos a continuación un ejemplo de ficha técnica realizada por el CIS.
Ficha técnica estudio CIS n.º 3259
Opinión pública y fiscal
16 septiembre 2019
Ámbito: Nacional.
Universo: Población española de ambos sexos de 18 años y más.
Tamaño de la muestra:
Diseñada: 2.500 entrevistas.
Realizada: 2.464 entrevistas.
Afijación: Proporcional.
Ponderación: No procede.
Puntos de muestreo: 253 municipios y 50 provincias.
Procedimiento de muestreo: Polietápico, estratificado por conglomerados, con selección de las unidades primarias de muestreo (municipios) y de las unidades secundarias (secciones) de forma aleatoria proporcional, y de las unidades últimas (individuos) por rutas aleatorias y cuotas de sexo y edad.
Los estratos se han formado por el cruce de las 17 comunidades autónomas y las dos ciudades autónomas, con el tamaño de hábitat, dividido en 7 categorías: menor o igual a 2.000 habitantes; de 2.001 a 10.000; de 10.001 a 50.000; de 50.001 a 100.000; de 100.001 a 400.000; de 400.001 a 1.000.000, y más de 1.000.000 de habitantes.
Los cuestionarios se han aplicado mediante entrevista personal asistida por ordenador (CAPI) en el domicilio de los entrevistados.
Error muestral: Para un nivel de confianza del 95,5 % (dos sigmas), y P = Q, el error real es de ±2,0 % para el conjunto de la muestra y en el supuesto de muestreo aleatorio simple.
Fecha de realización: Del 16 de septiembre al 20 de octubre de 2019.
En síntesis, los pasos que hay que seguir para determinar la muestra de una investigación mediante encuestas serán los que se muestran en la figura 8.
Figura 8. Pasos a seguir para determinar la muestra en una investigación
Fuente: P. López-Roldán; S. Fachelli (2015). Metodología de la investigación social cuantitativa [en línea]. Bellaterra: Universitat Autònoma de Barcelona. Disponible en: <https://ddd.uab.cat/record/129382>
Fuente: P. López-Roldán; S. Fachelli (2015). Metodología de la investigación social cuantitativa [en línea]. Bellaterra: Universitat Autònoma de Barcelona. Disponible en: <https://ddd.uab.cat/record/129382>

7.¿Y después qué? Organización del trabajo de campo

En todo estudio mediante encuestas, además de los aspectos de corte más metodológico, a los que hemos ido haciendo referencia a lo largo de estas páginas, hay otros de carácter práctico, menos controlables, pero igualmente importantes a la hora de garantizar la calidad de los resultados obtenidos.
Estos aspectos obedecen, esencialmente, al proceso de recogida de datos, que se enmarca dentro de lo que se denomina trabajo de campo.
El trabajo de campo se refiere a la fase de la investigación en la que se recaba la información que luego será analizada para la obtención de resultados y conclusiones.
En este apartado se presenta una breve síntesis de lo que supone esta etapa en el contexto de un estudio mediante encuestas. En primer lugar, se define la importancia del pretest para la detección de errores en la implementación del cuestionario. A continuación, se expone la importancia del papel del investigador en la organización del trabajo de campo. Se presentan, además, posibles soluciones al problema de la no respuesta que pueden llevarse a cabo durante esta fase de la investigación. Por último, se detallan los pasos que cierran la implementación de cualquier encuesta por cuestionario, previas al análisis de resultados: la codificación de los datos.

7.1.El pretest

Antes de comenzar el desarrollo del trabajo de campo, resulta necesario abordar uno de los problemas más importantes en la investigación por encuestas: los errores de respuesta. Uno de los métodos utilizados con más frecuencia para esta finalidad es el diseño y la puesta en marcha de un pretest. Un pretest constituye un estudio piloto en el que se administra el cuestionario final a una muestra más reducida pero similar a la población objeto de estudio (Martín y González-Rábago, 2019). Su principal objetivo es informar de potenciales errores, especialmente en lo que se refiere a la formulación de las preguntas, duración del cuestionario, etc. Asimismo, el pretest se encuentra encaminado a mejorar la calidad de los datos obtenidos y detectar posibles necesidades de formación del personal entrevistador (Goode y Hatt, 1967).
El tamaño del pretest suele oscilar entre cincuenta y cien casos, aunque siempre debe tratarse de aplicar a una muestra aleatoria, o en todo caso a un grupo con una heterogeneidad semejante a la de la población.
Una vez llevado a cabo el pretest e incorporadas las modificaciones necesarias, debería llevarse a cabo un nuevo pretest para comprobar que las mejoras incluidas dieron el resultado esperado.

7.2.El papel del entrevistador

La realización del cuestionario y del diseño muestral puede verse invalidada por una deficiente aplicación del mismo. En este sentido, es imprescindible realizar una buena selección del personal encuestador y preparar los materiales necesarios para la correcta realización del trabajo de campo. Estos deben tener una formación general sobre la investigación mediante encuestas y específica sobre la investigación concreta en la que participan, en especial en la implementación de encuestas presenciales. Las normas para la correcta realización del trabajo de campo deben recogerse en un manual para entrevistadores, en el que suele incluirse lo siguiente:
  • Información general sobre los objetivos del estudio y la organización que lo lleva a cabo.

  • Instrucciones detalladas (en caso necesario) sobre el procedimiento de selección de los entrevistados, incluyendo la tabla de números aleatorios.

  • Guía de la entrevista, en la que se recoge el modo de proceder desde el primer contacto con la persona que vamos a entrevistar hasta el final de la entrevista: saludo, introducción, motivación, despedida, etc.

  • Instrucciones precisas sobre las particularidades del cuestionario (preguntas filtro, preguntas abiertas, preguntas que necesitan un apoyo visual, etc.).

  • Instrucciones sobre cómo abordar algunas preguntas o problemas frecuentes.

Por último, cabe destacar que en la investigación realizada mediante encuesta también deben respetarse unos principios éticos. La persona entrevistada debe conocer en todo momento que su participación tiene carácter voluntario, que la información suministrada está protegida por la ley, que está garantizado su anonimato y restringido el uso de los datos ofrecidos, en exclusividad, a la investigación especificada. Así, la legislación sobre secreto estadístico obliga a difundir la información estadística de manera que no pueda saberse, ni siquiera indirectamente, a quién corresponde un dato particular. Por ello, la información obtenida suele ser sometida a técnicas de protección que, sin mermar su utilidad a efectos estadísticos, impiden deducir, ni siquiera aproximadamente, cuál es el perfil de una persona concreta, tal y como indica el Instituto Nacional de Estadística (INE).

7.3.El problema de la no respuesta

Como ya se ha mencionado en apartados anteriores, es posible diferenciar dos tipos de no respuesta:
1) La no respuesta a la totalidad del cuestionario, que está relacionada con el muestreo, con posibles sesgos y que puede tener repercusiones sobre la validez externa.
Para abordar la problemática de la no respuesta total existen diferentes tipos de soluciones que pueden implementarse a lo largo del trabajo de campo (Sánchez Carrión, 2000).
a) En primer lugar, es importante poder realizar un contacto previo con los hogares o personas que vamos a entrevistar para concertar una cita en el momento más conveniente, y asegurar que estarán en su domicilio para realizar la entrevista. En caso de que esto no sea posible, se aconseja realizar un seguimiento de la muestra, insistiendo con rellamadas, recordatorios por correo o revisitas al hogar, según el tipo de encuesta.
b) El encuestador puede tratar de mejorar la presentación de la encuesta, insistiendo en la confidencialidad y el anonimato y la ley de secreto estadístico, para fomentar el desarrollo de un clima de confianza con el entrevistado. Asimismo, es importante que cuente con formación y experiencia necesaria para tratar de convertir las negativas en aceptación, fomentando y motivando la participación de los individuos de la muestra.
c) Otras posibles soluciones pasan por adecuar el trabajo de campo a la población que va a ser encuestada, por ejemplo: evitando las semanas «atípicas» (vacaciones) o eligiendo horarios en los que puedan encontrarse todo tipo de personas en el domicilio.
d) En lo que se refiere específicamente a las encuestas autoadministradas en línea, con el fin de reducir las tasas de no respuesta, suelen enviarse numerosos recordatorios a través del correo electrónico, también se ofrecen diferentes incentivos a los potenciales encuestados, como gratificaciones económicas o descuentos en la compra o utilización de determinados servicios. Por tratarse este de uno de los principales problemas vinculados a este tipo de cuestionarios, tal y como ya hemos señalado con anterioridad, en ocasiones se recurre a grupos de personas voluntarias, que, de forma intencional, se apuntan en distintos listados para la recepción de cuestionarios o dan su consentimiento previo para recibir diferentes tipos de encuestas. Por tratarse de un público voluntario, se espera una mayor motivación por su parte a la hora de responder al cuestionario, evitando así contar con un elevado volumen en las tasas de no respuesta. Sin embargo, la captación de grupos de voluntarios puede afectar directamente a la representatividad de la muestra.
A nivel estadístico, cuando existen problemas de no respuesta total, conviene considerar si existen distintas tasas de no respuesta en distintos estratos. En caso de que las diferencias entre estratos sean relevantes, se pueden emplear ponderaciones para recuperar la proporcionalidad. La ponderación no es necesaria si solo se van a comparar los estratos, pero está indicada cuando se pretende agregar los resultados de la encuesta para generalizarlos a la población general.
2) La no respuesta a algunas preguntas de algunos cuestionarios, denominada no respuesta parcial.
En cuanto a la no respuesta parcial, debe ser abordada de igual forma que la total durante el trabajo de campo. Algunas recomendaciones son mejorar el diseño del cuestionario, especialmente en los casos en los que el cuestionario se administra a través de la web, encontrar una mejor forma de enviarlo para que su alcance y atractivo sea mayor, modificar la redacción de las preguntas o intensificar la formación de los encuestadores.
A nivel estadístico, frente a la no respuesta a algunas de las preguntas del cuestionario, se puede realizar algún método de imputación:
a) Asignando la respuesta que se haya dado a esa pregunta en otra entrevista que sea muy similar (emparejamiento individual).
b) Asignando el valor promedio de un subgrupo que tenga determinadas características similares a las del cuestionario con falta de información.
c) Asignando la respuesta más probable a partir de las otras respuestas del cuestionario (generalmente empleando un análisis de regresión).
Figura 9. Tipos de no respuesta
Fuente: elaboración propia a partir de J. J. Sánchez Carrión (2000). La bondad de la encuesta: el caso de la no respuesta. Madrid: Alianza Editorial.
Fuente: elaboración propia a partir de J. J. Sánchez Carrión (2000). La bondad de la encuesta: el caso de la no respuesta. Madrid: Alianza Editorial.

7.4.La codificación de datos para su posterior análisis estadístico

Una vez realizado el trabajo de campo, los datos que se recogen en el cuestionario tienen que tratarse o prepararse para poder ser analizados (López-Roldán y Fachelli, 2015).
El primer paso para la obtención de los datos es la codificación, que consiste en la asignación de símbolos, ordinariamente numéricos, a las respuestas proporcionadas por los sujetos en cada una de las preguntas del cuestionario con el fin de obtener, así, los distintos valores de las variables con los que se construye la matriz de datos.
El proceso de codificación aborda dos objetivos principales (López-Roldán y Fachelli, 2015):
1) Garantizar la homogeneidad y la corrección en la identificación de los datos.
2) Permitir la tabulación de los datos, es decir, poder agrupar (clasificar, recontar) las respuestas y presentarlas a modo de tablas o gráficos informativos.
La codificación de las preguntas cerradas y de las preguntas de elección múltiple no ofrece ninguna dificultad. El procedimiento que se sigue puede sintetizarse en los puntos siguientes:
  • Se deben asignar los mismos códigos numéricos a las mismas respuestas (Sí, No, N.S./N.C.).

  • Es conveniente que el código numérico tenga correspondencia con el significado de la respuesta (sobre todo en las variables ordinales).

  • Los códigos numéricos suelen colocarse a la derecha de cada opción para facilitar la tarea de la persona codificadora.

  • Es conveniente disponer de un libro de códigos, en el que figuren todos los posibles cambios y las recodificaciones posteriores de las variables (por ejemplo, cuando se realizan agrupaciones de categorías o cambios de dirección en las escalas de respuesta de variables ordinales).

Sin embargo, la codificación de preguntas abiertas resulta algo más problemática. Para esta tarea, Visauta (1989) propone, en primer lugar, la selección al azar de un 10 % de los cuestionarios con el fin de realizar un análisis del contenido de las respuestas y establecer categorías generales que puedan, a su vez, ser divididas en subcategorías o categorías más específicas. Desde el punto de vista formal, todas estas categorías deben ser exhaustivas y excluyentes. Una vez establecidas cada una de las categorías y sus subcategorías, se asignarán códigos numéricos del modo anteriormente explicado. Las respuestas que no puedan ser incluidas en ninguna de las categorías establecidas pueden agruparse en una categoría denominada «otras respuestas», teniendo siempre en cuenta que el número de respuestas que agrupe no sea superior a un 5 %.
Una vez codificadas las respuestas, se podrá proceder a la creación de una base informatizada de datos que nos permita su posterior tratamiento estadístico. Este trabajo se puede complementar con la revisión o verificación de las respuestas del cuestionario (editing) para detectar posibles errores u omisiones. En síntesis, la organización del trabajo de campo puede sintetizarse en la figura 10.
Figura 10. Fases de la organización del trabajo de campo
Fuente: elaboración propia.
Fuente: elaboración propia.

8.Validez y fiabilidad: análisis de la calidad en una encuesta

A pesar de la profusa y extensa literatura existente sobre la encuesta por cuestionario, lo cierto es que autores como García Ferrando manifiestan que «diversos aspectos centrales de la investigación mediante encuestas han sido escasamente investigados, o por lo menos no lo suficientemente como el amplio uso de encuestas merece» (García Ferrando, 2000, pág. 198). De entre estos aspectos cabe destacar, por ejemplo, el análisis de la calidad de los datos obtenidos tras la implementación de una encuesta, o del error asociado a estos. A lo largo de las páginas siguientes, se realizará una breve definición de lo que se entiende por calidad en el contexto de una encuesta, intentando determinar cuándo un cuestionario cumple los criterios mínimos de calidad para poder extraer de él conclusiones representativas y generalizables al conjunto de la población.
Si bien investigadores como Sánchez Carrión (1996), Díaz de Rada (2002) y Cea d’Ancona (2004) han abordado el estudio de las diferentes dimensiones que influyen y determinan la calidad de un cuestionario, los errores en el proceso de realización de encuestas y sus posibles consecuencias en las conclusiones obtenidas han sido problemáticas menos abordadas en los diferentes manuales sobre la técnica de encuesta.
Al evaluar la calidad de los resultados de una estadística se pretenden conseguir dos objetivos fundamentales (Instituto Nacional de Estadística, 2011):
1) Detectar los errores que se han producido en las distintas fases de su elaboración.
La detección de los errores no debe reducirse a una mera exposición numérica de estos, sino que es imprescindible poder proceder a su análisis exhaustivo con el fin de poder determinar qué posibles causas los originan. Además, la calidad de la encuesta ha de comprobarse no de forma aislada, sino mediante la conjunción de cada una de sus partes. Desde un punto de vista metodológico, debe evaluarse la calidad de los datos en relación con la problemática de la investigación. Desde un punto de vista material-instrumental, en cambio, se deben tener en cuentas los factores presupuestario y temporal (López-Roldán y Fachelli, 2015).
2) Proporcionar a los usuarios una información detallada acerca de la calidad de los datos que manejan.
En lo que respecta a la calidad de los datos, su validez se relaciona con la adecuación y corrección de las mediciones de las variables recogidas en el proceso de observación e implementación del cuestionario. En este sentido, las fuentes de error –cuya suma es el error total– en las encuestas son diversas (López-Roldán y Fachelli, 2015):
a) Error estadístico (de muestreo): errores originados por la obtención de datos mediante muestras. Varía según el tamaño de la muestra y el método de muestreo. El análisis de la precisión de las estimaciones muestrales también exige calibrar los «errores de no cobertura» y de «no respuesta», ya que afectan directamente a la representatividad de la muestra y a las posibilidades de inferencia de los datos de encuesta.
b) Error sistemático (de la muestra, de medición): este tipo de errores obedecen a una inadecuada selección de la población y de las unidades muestrales, o a una incorrecta sustitución de rechazos, resultado de una inadecuada observación.
Sánchez Carrión (1996) amplía la perspectiva global del análisis de la calidad de la encuesta. Para este autor, ha de incluir un «triple ojo escrutador»: el técnico (que analiza los posibles errores cometidos en su implementación), el metodológico (que mira la pertinencia de su utilización) y el epistemológico (que observa la encuesta después de haber contestado una pregunta clave: ¿para qué sirve la investigación, para explicar la realidad social, para comprender los fenómenos sociales o para transformar el objeto de estudio?). Los tres niveles se hallan relacionados en orden jerárquico, de manera que la respuesta que se dé al epistemológico influirá en el metodológico y este, a su vez, en el técnico. Se precisa conocer las posibilidades y los límites de la encuesta; su adecuación como recurso metodológico al objeto de estudio.
A los determinantes de la encuesta hay que sumar el punto de vista de los tres componentes básicos en cualquier proceso investigador: los objetivos perseguidos, los recursos o medios materiales, económicos y humanos de los que se disponga para hacer factible el estudio, y el tiempo concedido para su realización. A mayores recursos y plazos temporales para su ejecución se espera una mayor calidad de la investigación, asociada, a su vez, a la obtención de datos válidos y fiables (Cea d’Ancona, 2005).
Y es que el cumplimiento de los criterios de validez y de fiabilidad se vincula a la consecución de una encuesta de calidad. El cuestionario debe alcanzar los objetivos del estudio, pero sin dejar de seguir por ello los criterios de validez propuestos por autores como por Campbell y Stanley (1970) o Cook y Campbell (1979). Distinguimos entre la denominada validez interna (el «control» de explicaciones alternativas en las relaciones causa-efecto analizadas), externa (la generalización de los datos de encuesta, que depende de la presencia de los errores de no observación), de conclusión estadística (circunscrita al análisis estadístico de los datos) y de constructo (o adecuación de la medición de los conceptos principales del estudio, lo que dependerá de la existencia de errores de medición y de especificación). Su cumplimiento es garantía de fiabilidad, pero no a la inversa (Cea d’Ancona, 2005).

9.Análisis de datos. Una breve introducción

El trabajo de campo permite obtener unos datos que han sido codificados y ordenados a través de una estructura matricial, donde se pueden leer los datos en filas (casos) y sus respectivas respuestas en columnas (variables). Es el momento de comenzar la última fase de cualquier investigación por encuestas: el análisis y la interpretación de los datos para la elaboración de futuras conclusiones.
El análisis de datos, aunque sea una fase especialmente empírica, pretende comprobar la parte más teórica (fase de ruptura) anteriormente establecida. Por lo tanto, se trata de contrastar los resultados obtenidos con las hipótesis planteadas realizando la revisión teórica de las primeras etapas del estudio.
Nuestro propósito no es explicar detalladamente las diferentes técnicas de análisis de datos propias de la metodología cuantitativa, pero sí hacer una breve introducción y, por qué no, motivar a que los lectores inicien su aprendizaje. Además, tampoco podemos obviar el soporte que tenemos gracias a los programas informáticos propios de análisis de datos, desde los más básicos de hojas de cálculo (por ejemplo, Excel) hasta los más sofisticados, como SPSS, R, SAS o Mplus, entre otros.
Las técnicas de análisis de datos propias de la metodología cuantitativa se organizan en diferentes ejes:
1) según el número de variables: univariante, bivariante y multivariante;
2) según su carácter analítico: exploratorio, descriptivo y explicativo;
3) según el tipo de variables que hay que analizar: variables cualitativas nominales, variables cualitativas ordinales y variables cuantitativas; y
4) según el rol que desempeñen estas variables en el análisis.
Así, tenemos variables dependientes o que hay que explicar, variables independientes o explicativas y variables control. Por último, tendríamos técnicas de análisis de datos según el diseño temporal, como aquellas que permiten realizar estudios transversales (en un momento concreto, como si se tratara de una instantánea en el tiempo) o longitudinales (aquellos datos que captan diferentes momentos a lo largo de una evolución temporal).
Concluimos este apartado con una breve presentación de las principales técnicas de análisis de datos:
1) El análisis descriptivo univariante, como bien dice su nombre, resume la información más relevante que contienen los datos de una matriz, presentándolos de forma concisa, comprensible y visual (López-Roldán y Fachelli, 2015, parte III, capítulo 3). Su principal finalidad es analizar la distribución de las respuestas, aportando información sobre la homogeneidad o heterogeneidad de estas, pero solo con una variable como foco de análisis. Para tal propósito se sirve de tablas de frecuencias, estadísticos (de tendencia central y dispersión) y gráficos, utilizados en función del tipo de medida de las variables. Es el análisis más básico porque, además de ofrecer la primera aproximación a la distribución de las respuestas, también forma parte del trabajo de depuración de datos y, por tanto, permite comprobar su correcta identificación. También es el punto de arranque para la elaboración de análisis más complejos (bivariante y multivariante).
A continuación, se presentan los resultados de realizar el análisis estadístico descriptivo univariante de la variable P7_4, que pregunta si en los últimos años, las administraciones públicas del Estado, autonómicas y locales han mejorado o empeorado en materia de incorporación de las nuevas tecnologías (variable cualitativa ordinal escalar):
Tabla 34. Estadísticos

P7_4 En la incorporación de nuevas tecnologías (SMS, citas telefónicas automáticas, uso de internet)

N

Válido

2.489

Perdidos

0

Mediana

1,00

Moda

1

Percentiles

25

1,00

50

1,00

75

2,00

Tabla 35. P7_4 En la incorporación de nuevas tecnologías (SMS, citas telefónicas automáticas, uso de internet)

Frecuencia

Porcentaje

Porcentaje válido

Porcentaje acumulado

Válido

1 Han mejorado

1.656

66,5

66,5

66,5

2 (No leer) Siguen igual

421

16,9

16,9

83,4

3 Han empeorado

217

8,7

8,7

92,2

8 N.S.

190

7,6

7,6

99,8

9 N.C.

5

0,2

0,2

100,0

Total

2.489

100,0

100,0

Figura 11. P7_4 En la incorporación de nuevas tecnologías (sms, citas telefónicas automáticas, uso de internet)
Fuente: elaboración propia a partir del programa estadístico SPSS con la matriz de datos del estudio sobre la calidad de los Servicios Públicos elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) (2018).
Fuente: elaboración propia a partir del programa estadístico SPSS con la matriz de datos del estudio sobre la calidad de los Servicios Públicos elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) (2018).
2) Sin embargo, es verdad que algunos conceptos se comprenden mejor cuando los relacionamos entre ellos, como permite el análisis bivariante. Este posibilita el análisis de los datos de dos variables con la intención de comprobar su relación. Dentro del análisis bivariante existen múltiples técnicas de análisis concretas acordes tanto al tipo de variables como al propio propósito del análisis. Por ejemplo, las tablas de contingencias permiten comprobar la relación estadística entre dos variables cualitativas por medio de la elaboración de una tabla de frecuencias donde se cruzan ambas variables, además de estadísticos de asociación local (para corroborar las hipótesis específicas) y estadísticos de asociación global para corroborar las hipótesis globales (entre ellos el chi cuadrado). Las tablas de contingencia permitirían comprobar si existen diferencias estadísticamente significativas en los ingresos según el tipo de ocupación que uno desarrolla. Por ejemplo, comprobar si existe relación entre la satisfacción con los servicios públicos del ayuntamiento (en una escala que va del 1, muy insatisfecho, al 5, muy satisfecho, siendo por tanto una variable cualitativa ordinal escalar) y su nivel de estudios (variable cualitativa ordinal simple). Otra técnica incluida en el análisis bivariante es el análisis de la regresión lineal para comprobar la relación entre dos variables cuantitativas, por ejemplo, cuando nos planteamos en qué medida el índice de corrupción de los ayuntamientos (variable cuantitativa) varía en función del presupuesto anual de cada ayuntamiento (euros por año, variable cuantitativa). Disponemos de la comparación de medias en el momento que analizamos una variable dependiente cuantitativa y la ponemos en relación con una independiente cualitativa con dos categorías de respuesta. Por ejemplo, cuando se quiere comprobar si existen diferencias estadísticamente significativas entre la media de salario de hombres y mujeres (los grupos de la variable independiente, cualitativa nominal).
3) Por último, el análisis multivariante trata con un número elevado de variables, como mínimo más de dos. Existe una gran diversidad de técnicas incluidas en el análisis multivariante. No presentaremos aquí todas las técnicas, sino sus diferentes criterios de clasificación. Siguiendo a López-Roldán y Fachelli (2015):
a) Un primer criterio organiza las técnicas según si tratan unidades (sean individuos, empresas, etc.) o se ubican en el campo de las variables (espacio de los atributos).
b) Un segundo criterio establece la relación de dependencia entre las variables (dependientes e independientes), por lo tanto, una relación con carácter explicativo o una relación de interdependencia, donde todas las variables se consideran independientes y la finalidad es más descriptiva.
c) Un tercer criterio es el número de variables implicadas: una o más de una, tanto en el rol de dependientes como independientes.
d) Un cuarto criterio es la métrica de estas variables: cuantitativas o cualitativas.
e) El quinto y último criterio es que algunas técnicas se pueden clasificar porque permiten análisis longitudinales (diacrónicos) y otras únicamente ofrecen una «fotografía» del momento y son análisis sincrónicos.
En la tabla 36 presentamos un resumen las principales técnicas de análisis multivariable organizadas según estos criterios.
Tabla 36. Principales técnicas de análisis multivariante

Espacio de las variables

Relaciones de dependencia

(VI → VD)

(explicativos)

1 VD

VD cuantitativa

VI cuantitativas

Análisis de la regresión múltiple

VI cualitativas

Análisis de la varianza

VI cuantitativas y cualitativas

Análisis de covarianza (ANCOVA)

VD cualitativa

VI cuantitativas

Análisis discriminante

VI cualitativas

Análisis Log-lineal logit

VI cuantitativas y cualitativas

  • Análisis regresión logística

  • Análisis regresión ordinal

  • Análisis regresión probit

  • Análisis de regresión lineal múltiple con variables ficticias

2 o más VD

VD cuantitativa

VI cuantitativas

Análisis de modelos de ecuaciones estructurales

VI cualitativas

Análisis multivariable de varianza

VI cualitativas

  • Análisis de covarianza múltiple

  • Análisis de correlación canónica

VD cualitativa

VI cuantitativas

Análisis discriminante múltiple

VI cualitativas

Análisis Log-lineal logit múltiple

Relaciones de interdependencia

(V ↔ V)

(descriptivos)

Análisis sincrónico

Vs cuantitativas

  • Análisis factorial

  • Análisis componentes principales

Vs cualitativas

  • Análisis Log-lineal

  • Análisis correspondencias múltiples

Análisis diacrónico

VD tiempo

  • Análisis de series temporales

  • Análisis de supervivencia

Espacio de las unidades

Relaciones de dependencia (VI → VD) (explicativos)

Análisis de segmentación

Relaciones de interdependencia (V ↔ V) (descriptivos)

  • Análisis de clasificación (clúster)

  • Análisis de escalamiento multidimensional (métrico y no métrico)

10.Conclusiones y reflexiones finales

«Winwood Reade escribe muy bien acerca del tema –dijo Holmes–. Hace observar que mientras el hombre, tomado individualmente, es un acertijo irresoluble, el conjunto de los hombres se convierte en una certeza matemática. No puede usted, por ejemplo, anunciar de antemano qué es lo que hará un hombre determinado, pero se puede prever con precisión lo que hará la mayoría de ellos. Eso es lo que dice la estadística».

A. Conan Doyle (2019). Obras Completas (pág. 201). Barcelona: Olmak Trade, S.L. (reedición de la versión original de la novela Las aventuras de Sherlock Holmes, publicada en 1982).

A lo largo de las páginas que componen este módulo, hemos realizado un recorrido por las distintas etapas que componen una investigación social mediante encuestas, desde su inicio, con la construcción del objeto de estudio y el planteamiento de la problemática de investigación, hasta el análisis de los resultados obtenidos. La finalidad de este itinerario ha sido, en todo momento, introducir a las personas lectoras en el campo de la metodología cuantitativa en general, y en la encuesta como técnica de recogida de datos en particular, presentando, para ello, las numerosas oportunidades que se encuentran asociadas a esta herramienta de recogida de información.
Entre estas oportunidades, sin duda, la más ampliamente conocida por el público general es el potencial de la entrevista para obtener datos de una muestra representativa, a través de cuestionarios estructurados, que pueden ser generalizables al conjunto de la población objeto de estudio a través de la inferencia estadística. Este hecho ha convertido a la encuesta, tal y como hemos podido comprobar, en una de las herramientas más demandadas y utilizadas en el contexto de los estudios de cualquier índole. Desde los estudios de mercado a los sondeos de opinión o las encuestas electorales, son numerosas las investigaciones que pretenden conocer, explicar y predecir los comportamientos y las actitudes de la población de un determinado territorio sobre una temática concreta.
Ya en 1892, el famoso detective de ficción Sherlock Holmes era consciente de la importancia del análisis estadístico para establecer patrones y tendencias sobre un conjunto de personas. Así, en la cita que se recoge al inicio de este apartado, el protagonista de las novelas de Arthur Conan Doyle hace referencia a la incertidumbre vinculada a las acciones individuales frente a la certeza proporcionada por los parámetros estadísticos. En una versión más amplia de esta cita, Holmes continúa su reflexión afirmando: «Los individuos varían, pero los porcentajes se mantienen». La encuesta proporciona una fotografía sobre una determinada parte de la realidad social que después seremos capaces de interpretar a través del análisis estadístico. Los resultados obtenidos son más que la suma de cada una de las personas que han formado parte de la investigación, lo que permite a investigadores, instituciones, organizaciones y empresas pronosticar comportamientos y tomar decisiones de manera más informada, legitimada y adecuada a estos.
Sin embargo, como toda técnica de investigación, la encuesta presenta también una serie de limitaciones que toda persona que esté pensando en aplicarla debe conocer, y sobre las que este texto reflexiona en cada uno de sus apartados. Así, por ejemplo, por tratarse de una imagen fija de una parte de la población, la encuesta no permite abordar las particularidades que subyacen a cada caso o individuo concreto, lo que supone dejar a un lado las subjetividades que, en ocasiones, guían las actitudes, los comportamientos y los imaginarios compartidos. Tampoco es la técnica idónea para recoger la interacción y dinámicas de influencia grupal. De ello se deriva que, no en todas las ocasiones, llevar a cabo una investigación mediante encuestas puede resultar la mejor opción, bien por razones teóricas, vinculadas a los objetivos y el modelo de análisis o, incluso, por motivaciones presupuestarias o temporales, pero debe prestarse atención a las dificultades que aquí se han ido señalando y que amenazan su validez interna, como el sesgo en las respuestas señaladas, el tratamiento de la no respuesta y la contaminación entre preguntas, entre otras. Es importante recordar que, como ya hemos mencionado, la encuesta no vale para todo y como técnica debe estar al servicio de la problemática de investigación planteadas y no al revés.
Fuente: Viñetas de El Roto (elroto.elpais@gmail.com) en El País (2011, 13 de julio; 2012, 2 de marzo).
Fuente: Viñetas de El Roto (elroto.elpais@gmail.com) en El País (2011, 13 de julio; 2012, 2 de marzo).
En resumen, el presente texto proporciona información detallada sobre la práctica de la encuesta con el fin de servir de base a estudios de diversa índole para que investigadores e investigadoras puedan poner la encuesta por cuestionario al servicio de sus trabajos, en organizaciones diversas, con las máximas premisas de calidad profesional, científica y académica. Especialmente, hemos querido hacer hincapié en que cualquier estudio, por el simple hecho de utilizar preguntas cerradas y estructuradas, no puede definirse como una investigación por encuestas. La popularización de la encuesta en distintos campos no debe suponer una flexibilización de sus condiciones de aplicación. Lo cierto es que la implementación de una encuesta por cuestionario debe ir siempre acompañada de un rigor teórico, técnico y metodológico que garantice la calidad de los datos obtenidos y permita obtener información precisa y fiable, asumiendo para ello el mínimo error posible. Y esto no solo a la hora de seleccionar las orientaciones que guiarán el diseño del cuestionario, o las pautas para determinar el tipo de muestreo que hay que seguir o el tamaño de la muestra, sino también a la hora de plantear y formular cada una de las etapas que formarán parte de él. Una buena selección de las preguntas del cuestionario dependerá, en gran medida, de un correcto planteamiento de los objetivos de investigación, y estos, a su vez, descansarán en una adecuada formulación de la temática de estudio. La obtención de una muestra representativa obedecerá no solo a criterios matemáticos o estadísticos, sino también a una buena delimitación de las unidades de estudio dentro de la investigación.
De ahí la importancia de entender el proceso que subyace tras la aplicación de una encuesta como un todo articulado, en el que el método, la metodología y las técnicas de recogida y análisis de datos se integran y entrelazan para dar respuesta a los objetivos de investigación planteados.
Animamos a todas las personas lectoras a adentrarse en el universo de la encuesta por cuestionario y sacar el mayor rendimiento de esta técnica en sus investigaciones.

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