Guía de psicología del desarrollo

  • Beatriz Martín del Campo

     Beatriz Martín del Campo

    Beatriz Martín del Campo es doctora en Psicología y profesora titular en Educación Social de la UCLM. Sus investigaciones y publicaciones están centradas en el ámbito de la educación, la formación del profesorado y la discapacidad.

  • Elisabet Orta Pujadas

     Elisabet Orta Pujadas

    Psicóloga y educadora social. Tiene una gran experiencia profesional en el campo de la educación social dentro de los Servicios Sociales básicos y en programas de intervención con la infancia y la adolescencia en riesgo social.

  • Rodrigo Serrat Fernández

     Rodrigo Serrat Fernández

    Profesor e investigador en el Departamento de Cognición, Desarrollo y Psicología de la Educación de la Universidad de Barcelona. Imparte asignaturas del ámbito de la psicología evolutiva y de la educación en los niveles de grado y máster. Su investigación se centra en la participación social, cívica y política de la gente mayor en diferentes contextos, incluyendo organizaciones del tercer sector y residencias de gente mayor.

PID_00259938
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño general y la cubierta, puede ser copiada, reproducida, almacenada o transmitida de ninguna forma, ni por ningún medio, sea este eléctrico, mecánico, óptico, grabación, fotocopia, o cualquier otro, sin la previa autorización escrita del titular de los derechos.

Índice

Introducción

El objetivo de esta guía es facilitar el estudio de la asignatura. Por este motivo se sitúa su material básico (Mariscal et al., 2009) en un contexto más amplio que relaciona los conocimientos que la psicología del desarrollo aporta sobre el ser humano con su importancia en la práctica de la educación social. Asimismo, pretendemos contextualizar la asignatura en un marco concreto de actuación que facilite un estudio significativo y crítico a partir de diversas fuentes.

Objetivos

En concreto, los objetivos de esta guía de estudio son los siguientes:
  1. Ofrecer un marco significativo desde el cual estudiar Psicología del desarrollo en el grado de Educación Social.

  2. Facilitar el estudio aportando un marco teórico de referencia donde situar los contenidos de la asignatura.

  3. Contextualizar el estudio de la asignatura en la formación y la práctica profesional de un educador y educadora social.

  4. Ofrecer diferentes recursos para profundizar en las unidades didácticas.

  5. Orientar el estudio de la asignatura aportando recursos visuales que faciliten al estudiante la integración de la información a partir de diversas fuentes.

  6. Aportar actividades prácticas que sitúen el aprendizaje de los estudiantes en casos concretos.

1.Psicología del desarrollo para educadoras y educadores sociales

Psicología del desarrollo es una asignatura básica de seis créditos de la rama de Ciencias sociales y jurídicas del Plan de estudios de Educación Social. Esta asignatura se imparte en el primer curso del grado de Educación social y aporta los conocimientos básicos sobre el desarrollo del ser humano y de los procesos psicológicos que lo componen. Asimismo, se relacionan estos conocimientos con su aplicación en la intervención socioeducativa propia de la educación social.
El objetivo de esta guía es facilitar el estudio de la asignatura situando el material básico de la misma (Mariscal et al., 2009) en un contexto más amplio que relacione los conocimientos que la psicología del desarrollo aporta sobre el ser humano y su importancia en la práctica de la educación social.
Desde nuestro punto de vista, esta importancia es triple. Por una parte, si el objetivo de la educación social es dotar a ciertos grupos humanos de recursos educativos que les posibiliten la plena integración en la sociedad, hemos de tener en cuenta los procesos evolutivos en los que están implicadas estas personas y conocer los hitos fundamentales por los que pasan las personas a lo largo de su vida; de modo que, cuando trabajamos con grupos humanos, conozcamos sus peculiaridades.
Por otra parte, las educadoras y educadores sociales deben conocer los procesos psicológicos implicados en el aprendizaje de las personas, así como sus peculiaridades de pensamiento en función de la edad. Las distintas teorías del desarrollo nos explican cómo construyen las personas su conocimiento sobre el mundo, y en este sentido es fundamental que la labor de un educador o educadora esté fundamentada empíricamente en cuanto al tipo de métodos que va a utilizar para "educar" a los grupos con los que trabaja.
Existe un tercer motivo por el que el estudio de la psicología del desarrollo es importante para el educador y la educadora social. Este estudio le invitará a reflexionar sobre el concepto de desarrollo que se maneja en la sociedad occidental y a reformularlo a partir de los casos prácticos concretos a los que se enfrente a lo largo de su profesión. Para ello, es importante que el estudiante de educación social se introduzca en el conocimiento de los múltiples enfoques que componen la psicología del desarrollo. De esta forma, tomará conciencia de que el desarrollo humano no es algo que está ahí fuera para ser descubierto, sino que se materializa a partir de la idea del ser humano y de los objetivos prácticos de las personas que formulan su definición.
Por tanto, a lo largo de este apartado trataremos, en primer lugar, de profundizar en el significado que tiene el estudio de la psicología del desarrollo para las educadoras y educadores sociales. En segundo lugar, plantearemos la relación de la asignatura con los distintos ámbitos de actuación de la educación social. Finalmente, haremos una introducción a los principales enfoques teóricos de esta disciplina, que será complementaria a la que ofrecen los materiales de la asignatura.

1.1.Sentido de la psicología del desarrollo para la educación social

Toda persona que se dedica a la educación debe tener en cuenta que el modelo de persona que defiende es fundamental para dirigir su acción profesional. Este modelo de persona hace referencia al ideal que todo educador o educadora persigue cuando está realizando su labor. ¿Qué objetivos perseguimos con nuestra acción educativa? ¿Cómo actuamos para alcanzarlos? ¿Por qué diseñamos los entornos educativos de una forma y no de otra? La respuesta a todas estas preguntas está relacionada en cierto modo con la visión del desarrollo humano que adoptemos y depende de cómo nosotras y nosotros mismos, como educadores, nos situamos con respecto a las personas a las que va dirigida nuestra acción. Reflexionemos sobre tres formas de aproximarse al hecho educativo completamente diferentes, y que suponen relaciones que van de la máxima asimetría a la máxima simetría:
  • El educador/a como director de orquesta. Si pensamos que las personas con las que trabajamos necesitan de conocimientos y recursos que nosotras y nosotros poseemos para alcanzar una plena integración social, entonces el proceso será unidireccional desde el educador o educadora hacia el educando. Desde este punto de vista, el educador es el protagonista del proceso educativo; él decide qué es lo que hay que enseñar, para qué y por qué. Desde este punto de vista, los conocimientos que hay que adquirir están prefijados de alguna forma desde la perspectiva del grupo dominante. A las personas que no están integradas en la sociedad les faltan conocimientos y recursos que el educador o la educadora social deben proporcionarles.

  • El educador/a social como medio para la adquisición de poder. Si, por otra parte, nuestra creencia es que las personas actúan y viven en entornos sociales en los que adquieren sus habilidades para participar en la vida social, el proceso puede ser más simétrico al intentar nosotras y nosotros comprender la complejidad de la situación vital de las personas con las que trabajamos y facilitar, desde esta situación, un fortalecimiento de las redes sociales para dotar a estas personas de más y mejores recursos. Desde este punto de vista, las formas de adaptación social son diversas; no existe una única forma de relacionarse con el mundo e interpretarlo, y, por lo tanto, las formas de marginación social tienen su origen en las relaciones de poder que se dan entre los distintos grupos sociales. Si las formas adaptativas que desarrolla uno de los grupos que componen nuestra comunidad pasan a ser las únicas formas de alcanzar privilegios y recursos sociales, no es que los otros grupos estén equivocados en sus formas de adaptarse, sino que requieren hacer conscientes las diferencias de acceso a los privilegios bien para desarrollar habilidades apropiadas para acceder a los recursos disponibles, bien para crear vías de acceso alternativas, bien para desarrollar prácticas que aumenten la justicia social.

  • El educador/a social como medio para la autodeterminación. Por último, si además pensamos que cada persona debe aprender y tiene derecho a construir su propio itinerario de desarrollo y aprendizaje para una plena integración en la sociedad, entonces nuestro papel como educadores pasa a ser el de un guía que apoya este proceso de autodeterminación y acompaña a la persona, ofreciéndole en momentos puntuales recursos que le pueden ser útiles, pero dejando a su decisión el "currículo" que se implemente y el camino que se siga.

No vamos a ocultar que, de entre estas tres formas de entender la educación social, nos decantamos por las dos últimas: la educación como un proceso de toma de conciencia de las formas de ver la realidad y de actuar sobre ella para buscar formas más eficaces de acceder a los privilegios sociales y como un proceso de elección del camino por el que transitar a lo largo del ciclo vital. Este tipo de educación es incompatible con la figura del maestro que todo lo sabe y que siempre tiene la razón, y el alumno que sólo sabe lo que le enseña el maestro y debe atender a las explicaciones de su docente.
En este sentido, hemos de tener en cuenta que las distintas perspectivas o paradigmas que componen la psicología del desarrollo guardan una relación concreta con estas diferentes formas de ver al ser humano, y por tanto de educarle. Si pensamos que el desarrollo depende de la acumulación de conocimiento por parte del educando, educaremos desde nuestra perspectiva de protagonista que sabe lo que el otro necesita adquirir. Si por el contrario pensamos que el desarrollo depende de la participación activa en los entornos de práctica que nos brinda nuestra comunidad y que serán las motivaciones y necesidades concretas del individuo las que le guiarán por caminos de desarrollo no prefijados, entonces educaremos convirtiéndonos en guías y apoyos para nuestros educandos, que serán los verdaderos protagonistas de este proceso.
En definitiva, los procesos educativos dependen en gran medida de la idea que tenga el educador o educadora sobre cómo aprenden las personas o cómo construyen el conocimiento sobre su mundo. Por ello, el estudio de la psicología del desarrollo hará que el educador o educadora social se haga consciente de la teoría del desarrollo que está dirigiendo su tarea educativa y las consecuencias que el uso de estas teorías tienen en su práctica profesional.
1.1.1.¿Y cuál es, entonces, el sentido?
Por lo tanto, ¿por qué es importante que los futuros educadores y futuras educadoras sociales estudien Psicología del desarrollo? La respuesta a esta pregunta no es tan sencilla como puede parecer. Una psicóloga del desarrollo tradicional diría que el estudio de esta materia es relevante porque señala a los educadores y las educadoras cuál debe ser el resultado final del proceso educativo (en qué se deben convertir las personas a las que pretende educar) o porque en el proceso educativo es importante tener en cuenta los procesos de pensamiento y aprendizaje característicos en cada momento evolutivo. Sin embargo, ya que no nos posicionamos desde una postura tradicional, encontramos motivos diferentes e incluso más sustanciales por los que un educador y una educadora social debe estudiar Psicología del desarrollo. Son los siguientes:
  • Porque la psicología del desarrollo abre un campo de reflexión sobre los procesos de cambio del ser humano y sus factores desencadenantes. La tensión entre el concepto de maduración y aprendizaje, la tensión entre el mecanicismo, el organicismo y el contextualismo son reflexiones útiles para una persona que se va a dedicar a la educación. La creencia que debe desarrollar una educadora o educador social en la educabilidad del sujeto depende de este debate, y esta creencia bascula peligrosamente entre la creencia de que las características del ser humano dependen fundamentalmente de factores biológicos, o el pensamiento de que la experiencia humana es una experiencia que se encuentra fundamentada cultural y socialmente.

  • Porque la psicología del desarrollo abre una sensibilidad necesaria hacia las diferencias en las distintas etapas de la vida, tanto en cuanto a los cambios que se producen en el propio individuo como en los distintos contextos de desarrollo por los que este pasa a lo largo de su vida. Es necesario que el educador tenga en cuenta las peculiaridades de la persona y se sensibilice ante los diferentes objetivos educativos que se plantean en función de estas diferencias. Por otra parte, desde este punto de vista se abre la reflexión sobre la universalidad o no de los cambios a lo largo de la vida y de los contextos en los distintos entornos culturales. Los educadores sociales deben reflexionar sobre la cuestión de si distintos grupos culturales tienen distintas trayectorias evolutivas y distintos contextos de desarrollo. Esta reflexión es crucial porque, como resultado, da lugar a un posicionamiento ideológico necesario cuando nos vamos a dedicar a la educación en entornos multiculturales. Y en nuestra sociedad actual este tipo de entornos están aumentando y dominando el panorama social.

  • Porque el estudio de la psicología del desarrollo, como ya hemos señalado, ayuda a las futuras y futuros educadores sociales a situarse ideológicamente sobre el modelo de persona y el modelo educativo que van a adoptar a lo largo de su trayectoria profesional. Y esto es así porque la propia psicología del desarrollo está sujeta a tensiones de este tipo entre sus distintos planteamientos teóricos. Las distintas formas de conceptualizar el desarrollo de la persona implican distintas formas de llevar a cabo la educación de las mismas. Plantear la existencia de una secuencia previsible de desarrollo frente a la consideración de la influencia del contexto y la relación social en el crecimiento personal nos conducirá a formas muy diferentes de elegir nuestros métodos educativos (ver Bruner más adelante).

  • Porque el estudio de la psicología del desarrollo puede orientar los procesos de "transmisión educativa" en dos sentidos. ¿Debe la educación social dedicarse a promover el cambio individual transmitiendo conocimientos a personas concretas, o, por el contrario, la acción educativa se debe centrar en la promoción de contextos idóneos que posibiliten el cambio a través de la participación social? En este sentido, la psicología del desarrollo profundiza en los cambios normativos a lo largo del ciclo vital, no sólo en cuanto a procesos madurativos se refiere, sino también en cuanto a adaptaciones diversas por las que pasan las personas debido al cambio de contextos de desarrollo en determinadas fases de su vida en una cultura concreta. Así, es de suma importancia la reflexión a la que invitan ciertas teorías del desarrollo, como el modelo ecológico, en la que no sólo se analizan las características de la persona, sino también las características que tienen determinados contextos como ámbitos de desarrollo. En este sentido, la psicología del desarrollo nos ofrece una imagen sobre lo que la sociedad espera de una persona en distintos momentos de su ciclo vital y de los contextos en los que ésta participa, como la familia, la escuela o la comunidad. Esto nos lleva a otra forma de orientar los procesos de transmisión educativa mediante la reflexión sobre dónde situarlos: ¿en la persona (procesos de cambio individual) o en el grupo social (procesos de cambio grupal)?

En definitiva, la psicología del desarrollo puede orientar los procesos de intervención socioeducativa ofreciendo vías para reflexionar sobre el modelo de persona que estamos manejando en nuestras intervenciones educativas y sobre las formas de cambio que pueden posibilitar los procesos educativos.

1.2.Ámbitos de práctica de la educación social

Como ya hemos señalado, la psicología del desarrollo aporta a la educación social un conocimiento esencial a la hora de intervenir en grupos humanos.
Figura 1. Sucesos y contextos relevantes a lo largo del ciclo vital
Figura 1. Sucesos y contextos relevantes a lo largo del ciclo vital
Esta disciplina engloba el conocimiento acerca de los cambios que se producen en el ser humano a lo largo de su ciclo vital; los cuales pueden ser de muy diversa índole y origen: biológico, social, cultural y ligados a la propia historia de vida personal. La educación, como práctica que debe ir ligada a las condiciones vitales de las personas, no puede ser ajena a estos cambios, que muchas veces implican crisis, necesidad de adaptación y de dominio de nuevas competencias. En la figura 1 esquematizamos algunos de los sucesos que acontecen a lo largo del ciclo vital y a los que la educación social debería prestar atención.
Estos sucesos están íntimamente relacionados con los ámbitos en los que las educadoras y educadores sociales desarrollan su labor educativa. A continuación relacionaremos estos ámbitos con los conocimientos que puede aportar la psicología del desarrollo para educar en los mismos.
Familia, entorno y comunidad
En esta asignatura planteamos el desarrollo humano como un proceso inmerso en contextos que dan forma y dirección a los cambios que experimenta la persona a lo largo de su vida. La familia, como grupo primario al que nuestra cultura concede una importancia primordial, será en muchas ocasiones la base de vuestra labor educativa. La psicología del desarrollo, en este aspecto, os puede aportar conocimiento de gran relevancia sobre diversos asuntos: el papel que cumple la familia en el desarrollo a lo largo del ciclo vital, los cambios en el concepto de familia y sus efectos en el desarrollo, las competencias parentales y su aprendizaje, etc. Por otra parte, como veremos en alguno de los temas de la asignatura, es esencial dotar a la familia de recursos para relacionarse con otros entornos comunitarios relevantes en el desarrollo de sus miembros y para crear redes sociales que le faciliten el apoyo necesario para un crecimiento armonioso. Por tanto, la educación social centrada en la familia y sus relaciones con el entorno y la comunidad puede tener efectos decisivos en la trayectoria vital de las personas.
Itinerarios de inclusión social
Hoy más que nunca se hace necesaria una educación para la inclusión. La participación activa de la ciudadanía en sus entornos sociales es la clave para que las personas disfruten de una calidad de vida adecuada y tengan acceso a los recursos que el sistema les brinda. Pero esta participación requiere de ciertas competencias que son adquiridas a su vez en estos entornos. En este círculo vicioso, las personas que se quedan al margen de la participación, o que por distintas razones no comparten los mismos principios y valores de la mayoría cultural y social, van perdiendo la posibilidad de acceder a los bienes fundamentales que brinda la sociedad. Desde este punto de vista, las acciones educativas orientadas a dotar de recursos a las minorías y a los grupos que históricamente han sufrido exclusión social, así como la educación en valores orientada a promover la solidaridad, la igualdad y la resolución pacífica de conflictos serán fundamentales para trabajar en este ámbito.
A lo largo de la asignatura trataremos algunos puntos clave relacionados con las diferencias culturales y su influencia en el desarrollo. Desde este punto de vista, considerar las dificultades de inclusión de la población infantil inmigrante en el ámbito escolar más como un problema cultural que un problema de fracaso individual y familiar puede transformar de forma decisiva las posibilidades de trabajo de la educación social como mediadora en conflictos culturales.
Por otra parte, si consideramos el desarrollo como un proceso de dotación de recursos para participar de forma exitosa en la sociedad más que como un proceso biológico de maduración física y cognitiva, es mucho más fácil desarrollar estrategias educativas para atajar los problemas de exclusión social.
¿Dónde se origina la desigualdad? La respuesta a esta pregunta es clave para determinar el carácter de nuestras intervenciones socioeducativas. Algunas teorías psicológicas, seguidoras del darwinismo social (Dawkins, 1976; Gould, 2003) han intentado situar la desigualdad social en la desigualdad psicológica de naturaleza genética. Desde este punto de vista, los que están por debajo en la escala social poseen una inferioridad congénita que poco puede variar a partir de métodos educativos. La educación social debe reflexionar profundamente sobre estas ideas, que están profundamente interiorizadas en nuestra sociedad, y luchar por descartarlas para así movilizar procesos de igualdad social, inclusión y empoderamiento de los grupos excluidos. La educación moral y en valores se convierte en este ámbito en un punto clave. La psicología del desarrollo, desde su reflexión sobre el desarrollo moral, nos puede aportar pistas para trabajar el cambio de valores con los grupos mayoritarios de nuestra cultura.
Pero también hemos de tener en cuenta que los grupos culturales tienen sus propios criterios a la hora de definir qué es un desarrollo adecuado y exitoso. Por tanto, un educador o educadora social debe ser sensible a los valores y creencias de los distintos grupos humanos y relativizar los conocimientos que son patrimonio de su propio grupo cultural.
En definitiva, al trabajar en la creación de itinerarios de inclusión social, es fundamental la reflexión sobre los elementos culturales que sitúan a las personas al margen de la sociedad. Es fundamental reflexionar sobre dónde es más útil situar la causa de la marginación: ¿en los individuos?, ¿en las condiciones de participación que impone la sociedad en la que viven estas personas? Cuando se habla de "inclusión social" y no de "exclusión social", estamos pasando de un modelo del déficit –lo que le falta a la persona para ser "normal"– a un modelo de las acciones y las posibilidades –lo que hace falta para que esa persona acceda a ciertos recursos sociales y de participación. Nos centraremos en lo que las personas poseen y cómo aprovecharlo en aras de la inclusión para posibilitar no sólo nuevas habilidades personales, sino también dotar a estas personas del poder de transformar su entorno.
Cultura y acción socioeducativa
En este ámbito, la psicología del desarrollo nos proporciona teorías que nos explican que la relación entre mente y cultura no es unidireccional, sino que las herramientas simbólicas que se usan en el entorno social repercuten decisivamente en los procesos psicológicos que se desarrollan a lo largo de la vida. Por tanto, es de vital importancia que las personas tengan acceso a las herramientas y recursos simbólicos valorados por su entorno social. El acceso al arte, la música, la escritura, el cine, la televisión, las nuevas tecnologías, etcétera dotará a las personas de elementos fundamentales para sentirse miembros de un grupo y, a la vez, para participar en la producción simbólica del mismo. Por otra parte, las teorías del desarrollo nos darán pistas sobre cómo se aprende a usar estas herramientas simbólicas y cuáles son las estrategias educativas idóneas para facilitar este aprendizaje.
Dependencia y acompañamiento a la autonomía
Otro ámbito importante de trabajo para la educación social es el relacionado con la diversidad funcional. La diferencia en las funciones físicas, psicológicas, sensoriales o culturales puede dar lugar a situaciones de dependencia que impiden el desarrollo completo de la persona. En este terreno, la teoría de uno de los psicólogos del desarrollo más emblemáticos, Vygotski, puede aportar conceptos de gran relevancia para trabajar en este ámbito profesional. Desde su punto de vista, la discapacidad es debida a la falta de posibilidades que el grupo social otorga para que las personas que se desarrollan de formas diferentes puedan alcanzar la plena validez social. En este sentido, el desarrollo pleno puede darse por distintos caminos, sin necesidad de atenerse a un plan fijo y determinado cuya desviación suponga un fallo y un fracaso irremediable. Pero para que esto sea posible, las personas tienen que tener el apoyo de su grupo social. La eliminación de barreras tanto físicas como ideológicas es crucial para que la autonomía de las personas con diversidad sea posible. Es importante que en el acompañamiento que realiza en este ámbito el educador o educadora social sea sensible a las necesidades que las personas diversas tienen que cubrir en cada momento de su ciclo vital y posibilitar que éstas puedan ser cubiertas apoyando la eliminación de barreras.
En este ámbito de trabajo, es importante tener en cuenta el concepto de resiliencia. Ésta, entendida como la capacidad de reponerse a las experiencias traumáticas, surge de experiencias de apoyo y afecto que ayudan a que la persona construya una personalidad flexible y a la vez sólida, que le permita hacer frente a las dificultades. Las educadoras y educadores sociales deben aprender a facilitar por distintos medios ese apoyo afectivo generador de resiliencia.
Salud y educación social
Otro ámbito en el que la educación social posee un papel es en el de la promoción y educación para la salud. En este ámbito, la psicología del desarrollo puede hacer aportaciones especialmente relevantes en aquellos aspectos relacionados con la salud en distintos momentos del ciclo vital. En este sentido, es de gran importancia conocer los detalles de estas fases, sus momentos más vulnerables y los factores que pueden incidir negativamente en el desarrollo.
Asimismo, la promoción de hábitos saludables en las distintas fases de la vida de las personas implica un conocimiento de las circunstancias vitales que atraviesan estas personas en los distintos momentos de su trayectoria vital. Mientras que la alimentación y el deporte serán elementos fundamentales en la educación a lo largo de todos los momentos de la vida, en ciertas fases habrá problemas que adquirirán especial relevancia.
Salud y edad
En el ámbito de la salud infantil cobran especial importancia las acciones dirigidas a la prevención de la discapacidad tanto en lo que respecta a la fase prenatal, como perinatal y postnatal.
En la adolescencia será interesante la prevención en temas relacionados con los trastornos de alimentación, las drogodependencias, la prevención de embarazos no deseados o la prevención de enfermedades de transmisión sexual.
Durante la edad adulta pueden tener especial interés el trabajo con problemas de salud relacionados especialmente con la mujer, como la fibromialgia, la depresión o la menopausia. Finalmente, en el período de la vejez será importante trabajar por ejemplo hábitos de vida activa para evitar el sedentarismo, o la promoción de un envejecimiento saludable.
Infancia, adolescencia y acción socioeducativa
En cuanto al ámbito de la acción socioeducativa en la infancia y la adolescencia, es evidente lo que en este terreno puede aportar la psicología del desarrollo. El conocimiento de las características y los problemas particulares asociados a estas etapas será fundamental para elaborar acciones socioeducativas adecuadas a estas poblaciones. En este sentido, será crucial la reflexión sobre qué es el desarrollo y cómo se produce para crear la posibilidad de intervenciones que de otra forma quizás nunca se llevarían a cabo. En este sentido, ¿qué puede aportar la educación social a la infancia y la adolescencia que no aporte ya la educación reglada?
En primer lugar, la educación social, como ya señalábamos anteriormente, puede cumplir un papel especialmente relevante en la mediación entre los contextos de desarrollo más relevantes en estas etapas: la familia, la escuela y el instituto.
Por otra parte, el educador o educadora social de calle puede actuar en otro de los contextos relevantes de desarrollo que escapa muchas veces a la acción de la familia y la escuela: el grupo de iguales. Muchos de los procesos de desarrollo fundamentales que tienen lugar en la adolescencia, como la formación de la identidad, ocurren en este entorno.
Asimismo, las educadoras y educadores sociales, libres de las limitaciones que impone la educación reglada, pueden tratar temas de especial relevancia pero de abordaje limitado en la educación reglada, como la educación sexual, la educación en valores, el uso de las TIC en la creación de redes sociales, la intervención socioeducativa en problemas de drogodependencias, etc.
Acción socioeducativa y diversidad cultural
Por último, el estudio de la psicología del desarrollo puede tener especial relevancia en la forma como se lleve a cabo la acción socioeducativa en el terreno de la diversidad cultural. Desde este punto de vista, la psicología del desarrollo nos puede aportar información sobre la forma de conceptualizar estas diferencias de forma que no supongan un obstáculo para el progreso, sino una fuente de riqueza social que hay que aprender a respetar y aprovechar. De este modo, se convierte en fundamental la tarea de educar a la población en general hacia un cambio de valores que supongan desarrollar conceptos de cultura, inclusión y diversidad que posibiliten una convivencia fructífera y una participación de todos los sectores de la sociedad.
Por otra parte, como ya hemos señalado, la psicología del desarrollo en algunas de sus facetas pondrá en cuestión la universalidad de los procesos de pensamiento, de modo que consideraremos la posibilidad de que el desarrollo de la mente sea dependiente de las actividades que son relevantes para cada grupo sociocultural concreto, más que de procesos madurativos genéticamente dependientes.
Esto supone la entrada en una dimensión distinta, de una promoción de la integración en valores culturales que no son los propios a una inclusión de valores multiculturales en una sociedad plural. Desde este punto de vista, el respeto a la diferencia y la posibilidad de participar en una sociedad desde un planteamiento plural se convierten en objetivos educativos primordiales.

1.3.Perspectivas dentro de la psicología del desarrollo

La psicología del desarrollo se convierte, desde su multiplicidad, en una herramienta para que las futuras y futuros educadores sociales reflexionen sobre la importancia de un posicionamiento epistemológico a la hora de desempeñar su profesión. Como veremos en este subapartado, la psicología del desarrollo posee una vertiente tradicional, a partir de la que se estudian los cambios que se producen en las personas de forma asociada a la edad desde una óptica universalista –estos cambios se producen de la misma forma independientemente de la procedencia cultural de la persona–; una vertiente dialéctica, desde la cual se señala la interdependencia entre los procesos psicológicos y contextuales para el desarrollo de las personas, y una psicología crítica del desarrollo, desde la que se reflexiona sobre el papel social que cumplen los "saberes" generados por la disciplina como productores de instituciones y procesos de control del sujeto.
Reflexión
En este subapartado nos centraremos en las distintas formas de entender el desarrollo que se han propuesto en la disciplina. Invitamos a todos los estudiantes a hacer una reflexión sobre cómo encajarían estas distintas perspectivas en su forma de entender la educación social. La introducción de perspectivas teóricas que ofrecemos a continuación es complementaria con la información que se presenta en los materiales de la asignatura sobre estas perspectivas e intenta dar una visión -si no exhaustiva, sí completa- del panorama actual de la disciplina.
Pensamos que es interesante introducir al estudiante de educación social en la multiplicidad de perspectivas teóricas que inundan la psicología del desarrollo, ya que existe una polémica reciente entre psicología y pedagogía, que se produce más por la ignorancia interdisciplinar que por problemas teóricos reales. Esta polémica queda expresada en palabras de García Molina como sigue:

"Desdichadamente, la tendencia a dejar en manos de la psicología la producción propia de la pedagogía no sólo no ha sido superada, sino que parece seguir en pleno auge. A las viejas aspiraciones del positivismo y conductismo pedagógicos hay que sumar en nuestros días la prevalencia, tanto en didáctica como en pedagogía (social), de la psicología de las facultades mentales o cognitivismo; las lecturas de los textos freudianos que lo apuestan todo a la capacidad adaptativa del yo (ego); las interpretaciones del corpus piagetiano que, fascinadas por la descripción fenomenológica de la conducta, estimulan la creencia de poder fundar una pedagogía más científica, y, más recientemente, las categorizaciones de la psicología social. Por desgracia, ha sido esta concepción 'organicista' del sujeto psicológico -entendida tanto en su dimensión monádica, como en la diádica- la que ha hecho fortuna en las teorías del aprendizaje escolar o social y en los discursos que alimentan las actuales pretensiones pedagógicas o psico-socio-pedagógicas. Todas estas teorías psicológicas se autoerigen en portadoras de un conocimiento científico acerca de la máquina de aprender, de los desarrollos de la inteligencia, la afectividad, la moralidad, el carácter; en definitiva, el control de un sujeto cognitivo –afectivo-social predeterminado y determinable."

García Molina, J. (2003). Dar la palabra: deseo, don y ética en educación social (pp. 61-62). Barcelona: Gedisa.

Desde este punto de vista, la pedagogía debe ser consciente de que tanto Piaget como la psicología cognitiva o el propio psicoanálisis o el conductismo son paradigmas que ya han sido, si no superados, discutidos y criticados desde la propia disciplina; y han surgido aproximaciones nuevas que merece la pena que conozca una educadora o educador social. En este sentido, también desde dentro de la psicología se ha producido una discusión sobre la conveniencia de seguir la alternativa positivista, y se ha trabajado en profundidad sobre el problema de la relación entre el desarrollo de la persona y su entorno, que lejos de ser monádica o diádica, es dialéctica desde una perspectiva sociocultural y seguidora de la teoría del desarrollo vygotskiana.
Por tanto, es interesante que los educadores sociales se formen descartando la creencia, que es más parte del imaginario popular que de la propia psicología del desarrollo, de que esta disciplina indica a la educación cómo actuar ajustándose a las capacidades innatas de los sujetos. La psicología del desarrollo es múltiple, como ya hemos dicho, y en este sentido el papel de las capacidades innatas de las personas adquiere diferente relevancia dependiendo de la perspectiva teórica del desarrollo que adoptemos.
En este subapartado vamos a realizar un acercamiento a las distintas perspectivas con las que nos encontramos cuando tratamos de conceptualizar el desarrollo humano. Dentro de las diferentes perspectivas que encontramos en la psicología del desarrollo, podemos distinguir entre perspectivas generalistas -que no solamente pertenecen al ámbito de la psicología del desarrollo, sino que van más allá de sus fronteras, como la tradición psicoanalítica o la psicología conductista- y teorías propiamente evolutivas, que estudian las diferencias que se producen en los procesos psicológicos en función del paso del tiempo a través de cambios madurativos y/o de los contextos de desarrollo.
Dentro de las teorías propiamente evolutivas nos encontramos con la teoría del desarrollo cognitivo de Piaget, la teoría sociocultural de Vygotski, así como algunas teorías enmarcadas dentro del paradigma cognitivo del Procesamiento de la Información. Estas tres teorías han tenido, desde su formulación, una larga trayectoria hasta nuestros días, de modo que han sido reformuladas, ampliadas y contrastadas por numerosos autores y autoras que han cobrado gran relevancia en la disciplina.
Por último, encontramos orientaciones recientes, como la psicología ecológica de sistemas de Bonfenbrenner, la teoría del apego de Bolwby, la teoría de la resiliencia y la psicología crítica del desarrollo, que plantean temas y conceptos de gran relevancia para la educación social.
1.3.1.Perspectivas generalistas: el psicoanálisis y el conductismo
El psicoanálisis
Desde que lo formulara Freud a lo largo del siglo XIX, el psicoanálisis ha sido un paradigma que ha influido decisivamente en la historia del pensamiento occidental. Las ideas de Freud tienen su origen en su actividad como médico psiquiatra y en la relación que mantuvo con sus pacientes. Por tanto, el interés que pueda tener Freud por la infancia no es directo, sino indirecto, a partir de la exploración que hace del pasado de las vidas de las personas a quienes atiende en su clínica. Lo que le importa a Freud es mostrar cómo los acontecimientos que transcurren en nuestra infancia influyen de forma decisiva en el desarrollo de nuestra personalidad. Este desarrollo implica una dinámica entre nuestra parte instintiva (el ello) y nuestra parte cultural (el superyo), a partir de la que surge nuestro yo. Cuando el bebé nace, es puro instinto, puro ello; pero desde el momento en que ve la luz, su ser natural se va a ver sometido a las tensiones de la educación, de la socialización, de la cultura. El yo, la parte del ser que entra en contacto con la realidad, se ve sometido a una tensión entre el ello (la parte puramente instintiva, que busca el placer, que fluye con la vida) y el superyo (la educación, los padres, la cultura, las normas del grupo en el que nace el ser). En palabras del propio Freud:

"Como sedimento del largo período infantil en que el hombre en formación vive dependiendo de sus padres, fórmase en el yo una instancia particular que perpetúa esa influencia parental y a la que se ha dado el nombre de superyo. En la medida en que se separa del yo o se le opone, este superyo constituye una tercera potencia, que el yo ha de tener en cuenta. Un acto del yo es correcto cuando satisface al mismo tiempo las exigencias del yo, del superyo y de la realidad, es decir, si logra conciliar mutuamente sus respectivas pretensiones. Los detalles de la relación entre el yo y el superyo siempre se explican cuando se la reduce a la relación del niño con sus padres. Desde luego, en el influjo parental no sólo interviene la índole personal de los padres, sino también la influencia de las tradiciones familiar, racial y popular que aquellos perpetúan, así como las demandas del respectivo medio social que los padres representan. En el curso de la evolución individual, el superyo también incorpora aportes de ulteriores sustitutos y sucesores de los padres, como los educadores, los personajes ejemplares, los ideales venerados en la sociedad. Se advierte que, pese a todas sus diferencias fundamentales, el yo y el superyo coinciden entre sí al representar las influencias del pasado: el ello, las heredadas; el superyo, principalmente, las recibidas de otros, mientras que el yo es determinado esencialmente por las vivencias propias, es decir, por lo actual y accidental."

Freud, S. (1984). Esquema del psicoanálisis. Barcelona: Paidós Mexicana Editorial.

En este sentido, para Freud la infancia es importante en tanto que es la etapa en la que se conforma la personalidad, el yo, a partir de las experiencias y vivencias particulares. Al ser la sexualidad una parte fundamental del ello, Freud reflexiona a lo largo de su obra sobre los efectos que tiene la represión de este instinto, de la búsqueda del placer, de la libido, en la conformación de la personalidad. De esta reflexión surgen sus etapas sobre el desarrollo de la sexualidad infantil que no es más que la búsqueda del placer interpretada y reformulada por las presiones de la cultura. El niño y la niña buscan la satisfacción de forma instintiva, y en cada etapa de su vida. Este placer se adquiere de formas diferentes, ya sea a través de la boca en la etapa oral, el ano en la etapa anal, o los genitales en las etapas fálica y genital.
Es interesante mencionar a dos autores que han desarrollado las ideas de Freud y que han tenido una repercusión importante en el estudio del desarrollo infantil dentro del psicoanálisis: su hija Anna Freud y su discípulo Wilhem Reich. De acuerdo con Reich:

"Cuando los padres y educadores sepan por qué y para qué educan en realidad, cuando las autoridades dejen de creer que su actuación se guía por el bien de la humanidad, cuando la sociedad comprenda que la relación entre los niños y los adultos es la oposición entre mundos distintos, entonces, tal vez, existirá una posibilidad de pensar en medidas positivas de educación."

Reich W. (1980). Los padres como educadores: la compulsión a educar y sus causas. En V. Schmidt y W. Reich. Psicoanálisis y Educación T. II. Barcelona: Anagrama (p. 93).

El conductismo
El conductismo es un paradigma psicológico que surge en respuesta al mentalismo imperante en la psicología europea del siglo XIX con la introspección como método de investigación principal. Su origen se remonta al descubrimiento y formulación por parte del fisiólogo ruso Pavlov (1849-1936) del principio del reflejo condicionado, según el cual una respuesta natural a un estímulo puede asociarse a través del aprendizaje con un estímulo secundario con el que, en un principio, no estaba relacionada. El fenómeno que llevó a Pavlov a postular este principio fue la salivación de los perros al escuchar los pasos del asistente que les subministraba la comida. A partir de este fenómeno, se abrió un campo para explicar la conducta no tanto a partir de procesos mentales inobservables, sino a partir de las condiciones externas a las que estaba expuesto el sujeto; fenómenos accesibles al ojo del observador.
Watson extiende el interés del conductismo por el control y la predicción de la conducta. De esta forma, en su famosa cita de 1930 señala:

"Denme una docena de niños sanos y bien formados y mi propio mundo para criarlos y les garantizo que tomaré uno al azar y lo entrenaré para que se convierta en el tipo de especialista que yo seleccione: doctor, abogado, artista, jefe mercader e, incluso, pordiosero y ladrón, sin importar sus talentos, inclinaciones, tendencias, habilidades, vocaciones y raza de sus ancestros."

J. B. Watson (1930). Behaviorism. Chicago: University of Chicago Press.

Aparte de las ficciones que esta afirmación haya podido suscitar, con ella se abre una forma de acercarse al ser humano, que culmina con la propuesta por parte de Skinner del conductismo radical, con la introducción de nuevas leyes de aprendizaje en el marco del condicionamiento operante y el análisis experimental de la conducta.
Por una parte, el conductismo ha sido muy criticado por su afán de control de la conducta humana; sin embargo, también abre una perspectiva esperanzadora ante las perspectivas deterministas, que plantean que las aptitudes del ser humano están preescritas en su material genético. El sujeto del conductismo es una persona con capacidad de ser educada sin límites. Sin embargo, las leyes del aprendizaje que postula el conductismo son leyes mecanicistas. Se otorga al sujeto del aprendizaje un papel pasivo, o al menos no se hace hincapié en la importancia de su motivación, voluntad y acción en el proceso de desarrollo.
1.3.2.Teorías del desarrollo: la teoría psicogenética de Piaget, la teoría socio-cultural de Vygotski y las teorías del desarrollo derivadas del Procesamiento de la Información
La teoría psicogenética de Piaget
La acción del sujeto como fuente de construcción del conocimiento adquiere un papel predominante en la teoría de Piaget, una de las más importantes en el marco de la psicología del desarrollo.
Como señala Flavell (1996), la gran contribución de Piaget a la psicología del desarrollo es plantear una nueva visión de la naturaleza de la infancia, y sobre qué se desarrolla en este período, cuándo y cómo. Sin embargo, hemos de tener en cuenta que cuando Piaget formula su teoría sobre el desarrollo del conocimiento, su interés se centra no en el estudio de la infancia, sino en el modo en que surgen el conocimiento y la inteligencia como formas de adaptación al entorno por parte de los organismos vivos. De hecho, él era biólogo, y sus primeras investigaciones están relacionadas con el estudio de los mecanismos adaptativos de distintas especies. Su teoría, por tanto, se centra en el desarrollo de las aptitudes intelectuales del ser humano, frente a elementos afectivos, motivacionales o sociales. El ser humano se concibe como ser biológico que desarrolla su intelecto de forma orgánica a partir de su relación activa con el entorno. Mediante la inteligencia el organismo logra un equilibrio más complejo y flexible en sus relaciones con el medio.
Uno de los conceptos centrales de la teoría de Piaget es el constructivismo. Frente al papel pasivo que tiene la persona desde la perspectiva conductista, la teoría piagetiana presenta a un sujeto que es activo en la construcción de su estructura mental y cuya conducta está motivada intrínsecamente y no desde el exterior. Los niños y las niñas exploran porque están hechos para hacerlo, aunque en cierta medida haya elementos sociales o de tipo ambiental que animen la curiosidad de los pequeños. Desde una perspectiva educativa, éste es uno de los elementos más importantes de la teoría de Piaget, ya que tienen consecuencias pedagógicas directas en la forma en que deben ser diseñados los entornos de aprendizaje para fomentar la construcción del conocimiento. Éstos deben ser entornos que faciliten la exploración autónoma por parte del sujeto y que se adapten a sus estructuras mentales con niveles de discrepancia moderados. A través de la exploración autónoma del entorno Piaget muestra cómo los niños pequeños desarrollan estrategias cognitivas sin que nadie se las enseñe de manera explícita.
Otro principio fundamental del constructivismo es que la construcción del nuevo conocimiento implica la integración del conocimiento previo con nuevas experiencias. En este sentido, la creación del conocimiento se da a través de una compleja relación entre el conocimiento ya existente y la nueva información que se obtiene por medio de la interacción con el mundo (Siegler y Ellis, 1996).
Resulta interesante para entender la teoría psicogenética de Piaget mencionar la polémica con la perspectiva psicolingüística chomskiana. En 1975, Chomsky y Piaget se dieron cita en la Abadía de Royaumont, cerca de París, para debatir sobre sus perspectivas acerca de la inteligencia y el lenguaje. Chomsky defendía la tesis de la especificidad del lenguaje, es decir, que el desarrollo de la capacidad lingüística está encapsulada o es independiente de otras capacidades mentales. Por su parte, Piaget defendía la idea de que el desarrollo del lenguaje dependía a su vez del desarrollo de una capacidad de inteligencia general, de modo que el lenguaje era una adquisición secundaria y dependiente de dicha capacidad general. Esta concepción del lenguaje como una habilidad que surge ligada a una capacidad de inteligencia general también colisiona con el papel que Vygotski concede al lenguaje en su teoría, como veremos más adelante, aunque las posiciones de Chomsky y de Vygotski son a su vez totalmente distintas.
Por otra parte, creemos que la teoría de Piaget presenta una paradoja frente a la polémica herencia-ambiente. Por una parte, en esta teoría se concede un lugar destacado a la acción autónoma por parte del sujeto para construir su propio conocimiento. Desde este punto de vista, se pone el acento en la importancia de la historia de aprendizaje personal en el desarrollo cognitivo de la persona. Pero, por otra parte, la teoría limita el aprendizaje postulando las llamadas invariantes funcionales, que serían formas universales de funcionamiento de los sistemas vivos: la organización (búsqueda del equilibrio) y la adaptación (asimilación y acomodación). Estas invariantes funcionales darían lugar a una estructura cognitiva que cambiaría con el paso del tiempo y que acogería, por así decirlo, los elementos conceptuales del conocimiento. Esta estructura pasa por unas fases homogéneas (1) , sea cual sea la experiencia de la persona para llegar a ellas. Por tanto, desde esta teoría se admite una posible variedad de contenidos de conocimiento dependiendo de los entornos culturales en los que se desarrolla el sujeto, pero la estructura de conocimiento será universal, independiente de esta variabilidad.
En los materiales complementarios de la asignatura os ofrecemos algunos recursos a partir de los cuales podéis profundizar en esta teoría. En el ámbito educativo, y desde nuestro punto de vista, debéis considerar que la teoría piagetiana abre una puerta a las formas de enseñanza activas, en las que el sujeto pasa a ser el protagonista de su propio aprendizaje.
Teorías del desarrollo derivadas del paradigma del Procesamiento de la Información
En los años 60, en Estados Unidos, tienen lugar distintos sucesos y condiciones históricas que posibilitan el surgimiento de la Psicología Cognitiva y el paradigma del Procesamiento de la Información. En primer lugar, la Psicología del Procesamiento de la Información surge como una perspectiva que reacciona frente al reduccionismo conductista de estudio de la conducta observable y propone que la mente humana también puede ser conocida a través de los métodos científicos de investigación o método hipotético-deductivo. Desde este punto de vista, se empiezan a generar modelos teóricos de cómo funciona la mente humana a partir de procesos básicos de funcionamiento, como la memoria, la atención, la percepción, etc., que luego son puestos a prueba a partir de situaciones experimentales en las que participan sujetos humanos.
Por otra parte, la revolución cognitiva (Bruner, 1998) surge del "descubrimiento", por parte de los psicólogos norteamericanos, de la psicología europea. Bruner introduce a finales de los sesenta la obra de Piaget y de Vygotski en el continente americano; y es sobre todo a partir de la obra del primero cuando aparecen una gran cantidad de publicaciones inspiradas en su teoría (Flavell, 1963).
Además, la invención de los ordenadores hace que estos aparatos se conviertan en la metáfora material de la mente. La creación de aparatos que a través de la aplicación de procesos y algoritmos son capaces de realizar operaciones a una velocidad muy superior a la mente humana da lugar a modelos que intentan explicar el funcionamiento de la misma como un sistema de procesamiento de la información con estructuras análogas a la de estas máquinas.
Esta perspectiva nos ofrece una imagen de sujeto que realiza una serie de operaciones mentales con la información que le llega del entorno: la selecciona, la codifica, la elabora, la clasifica, etc. Lo que se prioriza desde esta perspectiva es el funcionamiento de la mente como una máquina que trabaja con la información a partir de una serie de programas. La aplicación de estos programas a la información que procede del mundo posibilita que la persona resuelva una serie de tareas.
El estudio pormenorizado de la mente y sus procesos de funcionamiento ofrecen la ilusión de que la aplicación de este conocimiento a las situaciones de enseñanza y aprendizaje puede dar lugar a una mejora sustancial de los mismos. Desde este punto de vista, el éxito de la enseñanza depende fundamentalmente del conocimiento por parte del educador o la educadora de los procesos mentales implicados en la construcción del conocimiento, el diseño de tareas adecuadas para facilitar el desarrollo de los mismos y el conocimiento pormenorizado de la situación inicial con la que el estudiante llega a la situación de aprendizaje.
Desde este punto de vista, se ha estudiado el desarrollo de distintos procesos implicados en el aprendizaje, como son la planificación (Friedman y Scholnick, 1997), la memoria (Tulving, 1972) o la metacognición (Flavell, 1979). Asimismo, se ha estudiado la diferente forma de aproximarse a las tareas dependiendo de si se posee experiencia en la resolución de las mismas (expertos) o no (novatos) (Chi, 1988). Desde esta perspectiva se plantea que las estrategias que se desarrollan con la práctica en una tarea determinada –el ajedrez, las matemáticas o cualquier otra área de conocimiento– son totalmente diferentes a las que emplean las personas novatas en el área. El objetivo de aprendizaje, por tanto, es llegar a desarrollar estrategias similares a las que emplean los expertos en el área. Desde esta perspectiva se supone que el conocimiento de estas estrategias expertas facilitará la enseñanza y el camino hacia la pericia en cualquier área de conocimiento.
¿Qué puede aportar esta perspectiva a la educación social? Como educadores y educadoras sociales nos aproximamos a problemas educativos que van mucho más allá de la construcción del conocimiento. Las personas y grupos con los que trabaja la educación social se enfrentan a problemas reales de la vida cotidiana en los que no solamente está implicado el manejo de información, sino que además debemos tener en cuenta otros aspectos que nunca han sido tenidos en cuenta por la psicología cognitiva, como la desigualdad social, el acceso diferencial a los recursos sociales, el poder y la riqueza, las diferencias culturales, etc. Quizás desde los paradigmas que presentamos a continuación podemos empezar a tener en cuenta estos aspectos.
Teoría sociocultural de Vygotski y la Psicología Cultural
La aportación fundamental de Vygotski a la psicología del desarrollo es la idea de que los procesos psicológicos, que desde la perspectiva piagetiana dirigen la acción del sujeto en su entorno, tienen su origen en la participación social de la persona en sus grupos. Es decir, los procesos psicológicos superiores (PPS) se construirían a partir de la participación activa de la persona en sus grupos sociales y culturales de pertenencia. Esto queda reflejado en la ley vygotskiana de la doble formación; según esta ley, todos los procesos de pensamiento privados del sujeto tienen lugar primero en el ámbito de la interacción social, para después ser interiorizadas en un proceso de individualización.
En este sentido, la teoría de Vygotski revoluciona las ideas sobre el desarrollo humano al poner el origen de este desarrollo en la organización social del ser humano como parte fundamental de su esencia.
En este sentido, la diferencia fundamental entre las teorías de Vygotski y Piaget en relación a la educación es que, mientras que Piaget hace hincapié en la importancia de la implicación individual para aprender, Vygotski enfatiza la importancia del contexto social y la participación de la persona en el mismo como elemento clave del aprendizaje. Esto se ve de forma clara en su concepto de zona de desarrollo próximo (ZDP), concepto que hace referencia al desarrollo psicológico y que incluye como parte fundamental al otro, ya que esta zona corresponde a aquellas actividades, tareas y habilidades que el sujeto es capaz de realizar con la ayuda de un adulto o un igual más capaz.
En este marco teórico, el lenguaje como sistema simbólico compartido cobra una relevancia especial en la explicación del desarrollo humano. Frente al lenguaje como una capacidad innata del ser humano y dependiente del desarrollo de determinadas áreas cerebrales, desde la teoría sociocultural, el lenguaje es entendido como una herramienta construida y compartida socialmente cuyo uso es capaz de transformar la realidad y cuyo desarrollo depende de la participación activa en actividades significativas de la propia cultura.
Por otra parte, desde este paradigma se da especial importancia a la influencia de los procesos históricos y culturales en la formación de la mente. Los procesos mentales, que desde la perspectiva del procesamiento de la información o desde la teoría piagetiana son universales, desde la perspectiva vygotskiana dependen del momento histórico y de las condiciones culturales que cada persona esté viviendo en los distintos momentos de su ciclo vital. Por tanto, cobran vital importancia en el estudio del desarrollo humano factores como las costumbres y los hábitos de crianza en las distintas culturas, las actividades culturales para las que niñas y niños son preparados y educados, las circunstancias sociales en las que se produce el desarrollo, etc.
La teoría sociocultural de Vygotski tiene gran relevancia en el marco de la educación social, ya que pone de manifiesto la diversidad del ser humano y la importancia de los contextos en los que éste se desarrolla en sus procesos de evolución y de aprendizaje. Las seguidoras y seguidores de la teoría sociocultural nos aportan importantes conceptos para abordar los procesos educativos de manera significativa y culturalmente orientada (Roggoff, 2003; Lave y Wenger, 1991; Bruner, 1997; Cole, 2006; Werstch, 1991; Valsiner, 2007; Wells, 2001). Conceptos como andamiaje y pensamiento narrativo y paradigmático (Bruner, 1997), participación guiada (Roggoff, 1993), aprendizaje situado (Lave y Wenger, 1991), o comunidades de práctica (Wenger, 1998) surgen del estudio de los contextos de desarrollo en los que el ser humano se convierte en integrante de su grupo social y cultural.
1.3.3.Perspectivas contemporáneas en psicología del desarrollo
En este subapartado hablaremos de las últimas aportaciones que actualmente se están desarrollando en el marco de la psicología del desarrollo.
Teoría de los sistemas ecológicos del desarrollo
La teoría de los sistemas ecológicos del desarrollo fue formulada por Bronfenbrenner en su libro La ecología del desarrollo humano (1979-1982).
Bronfenbrenner define la ecología del desarrollo humano como el estudio de la relación entre el ser humano en crecimiento y las propiedades de los escenarios en los que vive. En su opinión, los procesos de desarrollo se ven afectados por las relaciones entre estos escenarios y los contextos más amplios en los que estos escenarios están incluidos.
Desde su punto de vista, el desarrollo humano se produce con relación a cinco sistemas de interacción:
  • microsistema,

  • mesosistema,

  • exosistema,

  • macrosistema,

  • cronosistema.

La naturaleza de cada sistema depende de la los contextos en los que la persona se desenvuelva. En la figura 2 mostramos la forma habitual en la que se esquematiza la teoría de Bronfenbrenner: como un modelo de círculos concéntricos con la persona en el centro.
Figura 2. Esquematización de la teoría de Bronfenbrenner
Figura 2. Esquematización de la teoría de Bronfenbrenner
El microsistema, que sería el círculo que rodea al niño, está compuesto por los entornos más inmediatos de la persona. Estos entornos constituyen para las niñas y los niños, así como para las personas de otras edades, los contextos de aprendizaje más íntimos y más importantes. Para las niñas y los niños son su punto de referencia en el mundo; de modo que es muy importante prestar una gran atención a los mismos desde un punto de vista educativo. Su microsistema más temprano es la familia, en cuyo seno las relaciones que se entablan y mantienen a lo largo de la vida son de suma importancia para el desarrollo global. La escuela es otro microsistema de gran importancia en la infancia. En la adolescencia, los grupos de iguales se constituyen en microsistema emergente donde tienen lugar gran cantidad de procesos evolutivos cruciales en la vida de la persona. El lugar de trabajo, las asociaciones, los grupos de amigos, etcétera serían microsistemas relevantes en la vida adulta.
En cuanto al exosistema, se refiere a aquellos sistemas con los que tenemos relación psicológica, pero no física. En este sentido, el colegio o la guardería a la que asisten los niños son un microsistema para ellos, pero un exosistema para sus madres y padres. A la inversa, el lugar de trabajo de la madre y/o del padre constituye un exosistema para sus hijos. Esto es así porque la influencia de estos sistemas en la vida de la persona es directa y puede ser beneficiosa o perjudicial. Imaginad que la madre y el padre tienen trabajos que consumen gran parte de su tiempo y son estresantes. Esto repercutirá de forma directa en el entorno familiar, de modo que dará lugar a una repercusión negativa en el desarrollo del niño.
El macrosistema hace referencia a los sistemas de creencias culturales, valores sociales, tendencias políticas y sucesos dentro de la comunidad en la que habita la persona. Estos sistemas influyen en el qué, cómo, cuándo y dónde desarrollamos nuestras relaciones. Imaginemos el impacto que las políticas sociales y educativas tienen en nuestras vidas y en las de los niños y niñas.
El mesosistema no está constituido por sistemas propiamente dichos, sino que hace referencia a las relaciones que conectan dos o más sistemas. Por ejemplo, las relaciones entre familia y escuela, como veremos a lo largo de la asignatura, son cruciales en el desarrollo infantil. Cuidar y diseñar de forma estudiada estas relaciones constituye una intervención en el mesosistema que es de suma importancia para mantener un equilibrio en la vida de los niños y niñas y sus familias; y previene conflictos, el fracaso escolar, etc.
Por último, el cronosistema se refiere al contexto histórico en el que se desarrolla la vida de las personas. Cada etapa histórica tiene sus condicionantes y sus características peculiares, que afectan de forma decisiva a los sistemas que están bajo su influencia. No es lo mismo vivir en un periodo de guerra que en uno de paz, vivir en una crisis económica o en una época de bonanza, en una era de apertura ideológica o en una de restricciones y censura. Aquí tiene especial relevancia lo que en psicología del desarrollo se denomina efecto cohorte, que hace referencia a las peculiaridades de un grupo de personas de la misma generación, y que surgen por el hecho de vivir en un entorno histórico similar.
Hemos elegido este modelo teórico para organizar en cierta forma el temario de la asignatura, de modo que en las unidades didácticas 3, 4 y 5 haremos alusión a este modelo para contextualizar los hitos más relevantes de desarrollo en cada una de las etapas de la vida.
Teorías del apego y la resiliencia
También nos gustaría hacer referencia a dos teorías que, a pesar de tener orígenes muy diferentes, se relacionan de manera decisiva cuando hablamos del desarrollo afectivo: la teoría del apego de Bowlby (1999) y la teoría de la resiliencia de Boris Cyrulnik (2002).
La teoría del apego de Bowlby parte de la idea de que el afecto es una necesidad primaria cuya disponibilidad es crucial para el desarrollo temprano del ser humano. Esta afirmación contrasta con las ideas freudianas, según las cuales el vínculo afectivo con la madre se forma asociado a la necesidad primaria de alimentación, pero en sí es una necesidad secundaria. Sin embargo, los estudios de Bowlby con niños y niñas huérfanos institucionalizados tras la Segunda Guerra Mundial mostraron cómo la carencia de un vínculo afectivo en edades tempranas tiene serias consecuencias en la salud y el desarrollo infantil independientemente de la satisfacción de necesidades consideradas primarias, como la alimentación.
Bowlby plantea que el desarrollo del vínculo afectivo con un cuidador o cuidadora principal (normalmente la madre) evoluciona a lo largo de la primera infancia y, finalmente, se constituye como parte integrante y fundamental de la estructura psicológica de la persona. De esta forma, la calidad del vínculo afectivo será decisiva en el desarrollo de la personalidad y la identidad del individuo.
El vínculo, sin embargo, no es siempre seguro. Algunas investigadoras desarrollaron métodos para medir la seguridad del vínculo. La técnica más común es la diseñada por Mary Ainsworth y sus colaboradores en 1978. Esta técnica, denominada la situación extraña, se basa en el siguiente razonamiento: si el desarrollo del vínculo es adecuado, los niños usarán a la madre como base segura para explorar una habitación de juegos desconocida. Cuando la madre se ausenta durante un corto periodo de tiempo, experimentarán ansiedad de separación, y un adulto desconocido será menos consolador que la madre, aunque se habituarán a él y, finalmente, dejarán que les consuele. Ainsworth reclutó parejas formadas por una madre y su bebé y les sometió a la siguiente prueba: dejaba a la niña o niño sólo con su madre en una habitación con juguetes. A lo largo de varias situaciones, la madre permanecía con su hijo/a; en un momento determinado se ausentaba y le dejaba solo en la habitación. Entonces aparecía un extraño. Finalmente madre e hijo se reencontraban. A lo largo de estas situaciones (tabla 1) se observaban las reacciones del niño.
Tabla 1. Episodios de la situación extraña de Mary Ainsworth (adaptada de Delval, 1998)

Episodio

Acontecimientos

Conductas de vinculación observadas

1

El experimentador introduce a la madre y al niño en una habitación de juegos y se va.

2

La madre se sienta mientras el niño juega.

Madre como base segura

3

El extraño entra, se sienta y habla con la madre.

Reacción a un adulto desconocido

4

La madre se va de la habitación. El extraño responde al niño y le ofrece consuelo si se entristece.

Ansiedad de la separación

5

La madre regresa, saluda al niño y, si es necesario, le consuela. El extraño se marcha de la habitación.

Reacción ante la reunión

6

La madre se va.

Ansiedad de la separación

7

El extraño entra en la habitación y ofrece consuelo.

Habilidad para ser apaciguado por un extraño

8

La madre vuelve; saluda al bebé; si es necesario, le ofrece consuelo, e intenta que el niño tenga interés otra vez por los juguetes.

Reacción ante la reunión

Analizando las reacciones de los niños y niñas en estas situaciones, Ainsworth las clasificó en cuatro tipos de vínculo, que exponemos a continuación:
  • Vínculo seguro. Los niños y niñas con apego seguro a la madre como base segura. Cuando se separan, puede que lloren o no, pero lo hacen por la ausencia de la madre, ya que muestran preferencia por ella. Cuando la madre vuelve, buscan activamente su contacto y dejan de llorar. Es el tipo de vínculo más frecuente.

  • Vínculo evasivo. Los niños y niñas no interactúan con la madre cuando está presente. Cuando se va, no se entristecen y reaccionan con el extraño igual que con ella. Cuando la madre vuelve, el niño la evita o la saluda sin entusiasmo, y cuando la madre lo coge, no se abraza a ella.

  • Vínculo de oposición. Antes de la separación buscan la cercanía de la madre y no exploran. Cuando vuelven, están enfadados, empujan y pegan. Algunos continúan llorando cuando les cogen y no se consuelan fácilmente.

  • Vínculo desorganizado/desorientado. Este tipo de vínculo es el que refleja la mayor inseguridad. Al reunirse con la madre, las niñas y los niños muestran variedad de conductas confusas y contradictorias. Miran hacia otro sitio cuando están en brazos y a veces presentan una expresión facial aturdida. Unos pocos lloran de repente después de haber sido calmados, o adoptan posturas extrañas. Es el tipo de vínculo menos frecuente y el que más se relaciona con situaciones de crianza problemáticas y desestructuradas.

En la actualidad se admite que el vínculo afectivo que se forma con la madre no es el único relevante, y que hay vinculaciones múltiples que se pueden establecer con el padre, los hermanos, los abuelos u otras figuras que ejercen de cuidadoras en determinadas circunstancias. Por otra parte, muchos investigadores intentan relacionar ciertas circunstancias en la adolescencia y la edad adulta con la calidad del vínculo afectivo construido en la infancia. Desde este punto de vista, las circunstancias de maltrato físico y/o psicológico en la familia de origen pueden tener una influencia importante a la hora de formar una familia propia.
Por otra parte, se ha estudiado el efecto de los cuidados alternativos en la seguridad del vínculo. Asimismo, éste es un tema de gran relevancia al considerar los cuidados que reciben las niñas y niños pequeños en los centros de acogida y debería ser tenido en cuenta al resolver cuestiones relacionadas con las familias de acogida y las familias de origen.
Pero desde nuestro punto de vista, si la teoría del vínculo tiene relevancia en la labor de la educación social, la teoría de la resiliencia marca un punto de inflexión a la hora de situarnos ante colectivos de personas que han pasado por circunstancias traumáticas y difíciles en la vida. Como señalan Muñoz y De Pedro (2005), fue Bolwby el primero que usó este término para referirse a la capacidad que las personas tienen para resistir las circunstancias adversas y reponerse para seguir viviendo.
Según Boris Cyrulnik (2002), la resiliencia depende del temperamento personal, la significación cultural de las agresiones sufridas y el sostén social del que dispone la persona. El temperamento personal se va dotando de recursos internos a lo largo de los primeros años de vida. Las relaciones que se establecen en estos primeros años son cruciales para lograr capacidades que nos permitan ser resilientes. En cuanto a las agresiones sufridas, es más importante la interpretación que hacemos de ellas a lo largo de nuestra historia personal que la agresión en sí. Por último, la constitución de redes sociales que nos aporten un apoyo sólido a lo largo de nuestra vida es fundamental para lograr ser resilientes.
En definitiva, la resiliencia no es un estado, es un proceso que no deja de generarse a lo largo de toda la vida. Una persona puede ser muy poco resiliente en un momento determinado, pero ciertas circunstancias sociales y personales pueden dotarle de esas capacidades que requiere para lograr superar los golpes de la vida.
Por ello, es muy importante que las educadoras y educadores conozcan qué tipo de acciones promueven la resiliencia en las personas, caracterizada como un conjunto de procesos sociales e intrapsíquicos que posibilitan tener una vida satisfactoria, aún estando rodeados de circunstancias adversas.
Psicología crítica del desarrollo
No podemos acabar este subapartado sin referirnos a la psicología crítica del desarrollo. La Psicología Crítica supone un cambio de perspectiva importante para acercarse a los temas psicológicos. Dentro de la Psicología Crítica del desarrollo destacamos el trabajo de Erica Burman (1998) o el de John R. Morss (1995). Estos dos autores cuestionan el concepto de desarrollo tal y como se plantea desde la psicología convencional.
Desde este punto de vista, la Psicología Crítica del desarrollo no es una teoría alternativa sobre el mismo, sino que plantea otra forma de hacer psicología. Esto supone tomar conciencia de que la psicología del desarrollo (y cualquier otra disciplina) surge de una construcción activa por parte de unos agentes sociales y personales, los psicólogos y psicólogas del desarrollo, que a su vez no trabajan dentro de un entorno aséptico y ausente de creencias sobre cómo se produce el desarrollo y cuáles son los elementos relevantes para estudiarlo. Es decir, la psicología del desarrollo no sólo describe las fases de nuestro desarrollo, sino que además prescribe lo que se puede considerar desarrollo y lo que no.
Ejemplo
Una pareja acude al centro de atención temprana con sus hijos mellizos de un año (niña y niño). Según las estadísticas, los casos de retraso en el desarrollo son más frecuentes en embarazos gemelares, por lo que se realizan tests de control del desarrollo por parte del centro para prevenir esta situación.
Tanto la niña como el niño, a juicio de los padres, tienen un desarrollo excelente. Pero son diferentes: la niña es más sociable y se interesa más por las relaciones sociales que por la manipulación de objetos. Sin embargo, cuando las psicólogas del centro terminan de realizar el test, le dicen a los padres que están preocupados por la niña, ya que no ha sido capaz de introducir bolas en un bote. Los padres se extrañan y le preguntan qué hacía la niña cuando le presentaban la tarea. La psicóloga dice que la niña sólo estaba interesada en reír y entablar conversación con ellas.
En este caso, para las psicólogas, el desarrollo está definido por la manipulación de objetos, y a partir de ahí hacen los juicios diagnósticos sobre el nivel de desarrollo de la niña. El efecto puede ser que a partir de ese momento los padres dejen de valorar los progresos en las habilidades sociales que desarrolla su hija para centrarse compulsivamente en que meta bolas en un bote.
De acuerdo con Broughton:

"La psicología del desarrollo es un conjunto de diversas actividades humanas. No sólo se trata de una disciplina científica que combina la teoría con la práctica y la investigación, también es parte de la sociedad, una institución social con una estructura profesional y una presencia pública. No sólo influye en la conducta social, sino que además representa una forma especial de participación continua en el proceso político. No sólo refleja las actividades sociales, sino que además participa en su formación, regulación y transformación."

Broughton, J. (1987). Critical theories of psychological development (p. 1). New York: Plenum Press.

En definitiva, la Psicología Crítica del desarrollo pretende reflejar que la psicología no solo debe ser considerada como una disciplina que ofrece conocimiento científico sobre el desarrollo humano, sino además como una práctica social que se inserta en las actividades cotidianas de la comunidad y da forma al mismo desarrollo definiéndolo y estipulando lo que es adecuado y lo que no lo es.
Este cambio de perspectiva se produce al entrar en contacto con planteamientos existentes en otras disciplinas, como la sociología, la política, la lingüística o la antropología. De acuerdo con Burman (2008), este contacto con otras disciplinas permite superar los condicionamientos históricos y estructurales que impone la disciplina propia.
Por lo tanto, la Psicología Crítica del desarrollo tiene como objeto de estudio la psicología del vínculo. Uno de sus principales objetivos es "deconstruir" esta disciplina (Burman, 1998), es decir, desentrañar la forma en la que esta disciplina se inserta en nuestra sociedad y da lugar a formas de desarrollo normativas y a instituciones que controlan este desarrollo. Burman, siguiendo la propuesta de Foucault de trazar la genealogía de las ideas fuertemente arraigadas en nuestra sociedad, analiza las ideas que sobre el desarrollo mantienen los libros de divulgación y las revistas dedicadas al cuidado del los bebés, así como los libros de texto antiguos de psicología del desarrollo. Por ejemplo, la idea de que las mujeres poseen lo que algunos llaman "instinto maternal", tiene un origen histórico que puede ser trazado y comprendido. Comprender el origen histórico y social de ideas potentes que dirigen nuestras vidas es una forma de eliminar de ellas el sentido de realidad total o de verdad absoluta. En este sentido, el origen histórico del instinto maternal va ligado a las teorías psicoanalíticas del apego, a los cambios sociolaborales que se producen en los periodos de guerras y entreguerras, cuando hay que convencer a la mujer para que deje su puesto de trabajo y vuelva a ocuparse del hogar y la casa.
En conclusión, desde la Psicología Crítica, la psicología del desarrollo surge como institución, práctica y un discurso determinado en practicas sociales reales, bien de las personas de la calle, en las prácticas de crianza cotidiana, bien en las prácticas de investigación y teorización de los profesionales que se dedican al estudio y control del desarrollo infantil (no sólo psicólogos, también médicos pediatras, matronas, maestras y maestros, educadoras y educadores, etc.). Esta institución determina decisivamente las formas de desarrollo normativamente aceptadas y aquellas otras que son marginales y deben ser tachadas como patológicas.
Por supuesto, esta forma de ver la psicología del desarrollo no es compartida por la mayoría de los psicólogos/as del desarrollo. Para la mayoría, las psicólogas y psicólogos que defienden los modelos empiristas y positivistas de la ciencia, la psicología del desarrollo es una disciplina científica que observa de forma objetiva el desarrollo humano sin influir en él; es independiente de cualquier movimiento político o ideológico. Su tarea se restringe a la constatación de una realidad natural: la del desarrollo humano.
En respuesta a esta imposición de un concepto naturalizado del desarrollo humano, Burman (2008) hace una propuesta radical: dejar de hablar de desarrollo. Para ello nos sugiere tres estrategias:
  • Cuestionar las afirmaciones universalistas. Cuando decimos que el desarrollo se produce de tal o cual forma, realmente lo que estamos haciendo es imponer las formas en las que se produce el desarrollo en la clase cultural dominante. Las afirmaciones universalistas sobre el desarrollo empiezan a desmontarse cuando profundizamos en la diversidad cultural y en la socioeconómica. La autora recomienda investigar la especificidad, más que la generalidad o universalidad.

  • Explorar los múltiples actores y las múltiples interpretaciones que pueden surgir en estas situaciones específicas que estamos estudiando. Toda situación es interpretada desde distintos ángulos por los distintos actores participantes en las mismas. Si volvemos al ejemplo del test del desarrollo de la niña de un año que exponíamos anteriormente, la niña, las psicólogas, el padre, la madre y el hermano seguramente interpretarán la situación de test y sus resultados de formas muy diferentes. La psicología convencional tiende a resaltar y priorizar la versión del profesional, pero desde la perspectiva crítica el análisis de las múltiples perspectivas es lo que puede dar lugar al éxito en las intervenciones sociales.

  • Ser conscientes de la estructuración social de las cualidades y actividades individuales. En este sentido, las personas que trabajan en el ámbito de la infancia (y en cualquier otro ámbito) deberían ser conscientes de cómo las ideas de desarrollo y trayectoria vital "normal" u "óptima" marcan en cierta forma las trayectorias de desarrollo reales de las personas con las que trabajan.

Hasta aquí la introducción que hemos querido hacer para mostrar la importancia del estudio de la asignatura de Psicología del desarrollo en el marco del grado de educación social. De aquí en adelante presentamos la estructuración de los contenidos de la asignatura, así como la relación con los materiales básicos y otros recursos complementarios que os ayudarán a obtener una visión completa (aunque no exhaustiva) de la disciplina.

2.Psicología del desarrollo: competencias, contenidos y recursos

En este apartado desarrollamos los contenidos de estudio de la asignatura Psicología del desarrollo. En ella trataremos de dar una visión panorámica de la disciplina, pero sin perder nunca de vista la relación que tiene esta asignatura con la educación social. En este sentido, los contenidos de la asignatura estarán relacionados con acciones concretas que los educadores y educadoras sociales pueden emprender a partir de los conocimientos aportados por la asignatura. De este modo, pretendemos que estos conocimientos estén vivos en el marco de actuación profesional para el que os estáis preparando.

2.1.Psicología del desarrollo: objetivos de aprendizaje, competencias y contenidos

En este subapartado introducimos los objectivos de aprendizaje de la asignatura y las competencias que se pretenden desarrollar, asociadas a los contenidos que se trabajarán al cursar la misma. Además, relacionaremos estos contenidos con los materiales básicos de la asignatura (Mariscal et al., 2009), para ofreceros en el subapartado siguiente otra serie de recursos que podéis utilizar para completar vuestro aprendizaje.
Los objetivos de aprendizaje que se establecen para la asignatura son los siguientes:
  • Conocer y reflexionar sobre las diferentes teorías, conceptos y métodos de estudio del desarrollo humano.

  • Reflexionar y comprender las implicaciones de estos conocimientos para la práctica de la educación social.

  • Promover una visión integrada de los procesos de cambio a lo largo del ciclo vital.

En la tabla 2 se presentan las competencias transversales y específicas que se deben alcanzar con el estudio de esta asignatura y en la tabla 3 los contenidos de la asignatura Psicología del desarrollo.
Tabla 2. Competencias transversales y específicas

Competencias transversales

1) Análisis y síntesis.

2) Comunicación efectiva a través de diferentes medios y en diversos contextos.

3) Gestión de la información.

4) Argumentación en valoraciones, juicios, críticas, exposiciones o defensas.

Competencias específicas

1) Comprensión de los referentes teóricos, históricos, culturales, políticos y legales que constituyen al ser humano como protagonista de la educación.

El contenido de la asignatura se distribuye en cinco unidades didácticas, una referente a los conceptos fundamentales y perspectivas teóricas en psicología del desarrollo, y el resto dedicadas a las diferentes etapas o agrupaciones del desarrollo (primera infancia, segunda infancia, adolescencia y juventud y edad adulta y vejez).
Tabla 3. Contenidos de la asignatura Psicología del desarrollo

Unidad didáctica 1. Conceptos fundamentales y perspectivas teóricas en psicología del desarrollo

1) El estudio del desarrollo humano: fundamentos y perspectivas teóricas principales

  • Supuestos teóricos y conceptos fundamentales en psicología del desarrollo

  • Las grandes teorías del desarrollo humano

  • La teoría piagetiana

  • La génesis social de la conciencia: la teoría de Vygotski

  • Comparación entre las teorías de Piaget y Vygotsky

Unidad didáctica 2. El desarrollo cognitivo y socioafectivo durante la primera infancia y el desarrollo del lenguaje

2) El desarrollo cognitivo del bebé y el desarrollo del pensamiento

  • El recién nacido

  • Las capacidades perceptivas del bebé

  • La explicación piagetiana del periodo sensoriomotriz

  • El pensamiento preoperatorio según Piaget

  • La teoría de Vygotski

  • La teoría de la mente

3) Los inicios de la comunicación y el lenguaje y el desarrollo del lenguaje oral

  • Aproximación histórica al estudio del apego

  • Formación, desarrollo y tipo de apego

  • Desarrollo del Yo

  • El mundo emocional y afectivo

  • Relaciones con la familia y los iguales

  • El juego

  • La identidad de género

  • El pensamiento moral

4) El desarrollo afectivo, emocional y social

  • Aproximación histórica al estudio del apego

  • Formación, desarrollo y tipo de apego

  • Desarrollo del Yo

  • El mundo emocional y afectivo

  • Relaciones con la familia y los iguales

  • El juego

  • La identidad de género

  • El pensamiento moral

Unidad didáctica 3. El desarrollo cognitivo y socioafectivo durante la segunda infancia

5) El desarrollo cognitivo y socioafectivo desde los siete hasta los once años

  • Desarrollo cognitivo (desarrollo del razonamiento y de la atención y la memoria)

  • Desarrollo emocional y social

Unidad didáctica 4. Desarrollo cognitivo y socioemocional durante la adolescencia

6) El desarrollo cognitivo durante la adolescencia y la primera juventud

  • La llegada del pensamiento formal

  • Críticas a la visión de Piaget

  • Cambios cognitivos y sensaciones adolescentes

7) El desarrollo socioemocional del adolescente

  • La teoría de Erik Erikson

  • Los estatus de la identidad de James Marcia

  • Autoconcepto y autoestima

  • Relaciones familiares

  • Relaciones con los iguales

  • La influencia de los amigos

  • Relaciones de pareja y sexualidad

Unidad didáctica 5. El desarrollo durante la edad adulta y la vejez

8) El desarrollo psicológico durante la vida adulta y la vejez

  • Las tareas de la vida adulta

  • Los avances cognitivos durante la vida adulta y la vejez

  • Los avances en el campo de la vida personal

  • El desarrollo epistemológico durante la vida adulta

  • Los hechos y las teorías

  • El ámbito de la familia

  • Hombres y mujeres en el ámbito familiar

  • La violencia en la familia

  • Matrimonio, conflicto y separación

  • El adulto en el mundo actual

Desde nuestro punto de vista, la construcción de competencias en el estudio de una materia está relacionada con la forma como se aborda el trabajo de construcción del conocimiento que debe realizar el estudiante. Por ello queremos empezar relacionando la competencia específica con los contenidos que vamos a abordar, para más adelante relacionar las competencias transversales con los recursos y actividades que propondremos para trabajar los contenidos de la asignatura.
Comenzando por la competencia específica que concierne a esta asignatura, el estudio de la psicología del desarrollo por parte de las educadoras y los educadores sociales comporta comprender al ser humano como protagonista de la educación desde los múltiples puntos de vista que este papel implica: histórico, cultural, teórico, político y legal. En este sentido, la psicología del desarrollo se debe estudiar teniendo siempre presente en qué sentido la información y los recursos que nos aporta dicha disciplina pueden contribuir a nuestra comprensión del ser humano como un agente de los procesos educativos. Como ya hemos visto en el apartado anterior, la psicología del desarrollo es polifacética, y nunca nos va a ofrecer una sola visión sobre las personas que podamos usar de una forma automática e irreflexiva. Por tanto, y tal y como nos enseña la psicología crítica del desarrollo, siempre que hagamos una afirmación sobre las características de una persona o de su entorno y la influencia de estas características en los procesos educativos, debemos cuestionarnos cuáles son las consecuencias prácticas, políticas y sociales que están teniendo estas afirmaciones en nuestras prácticas educativas concretas.
Por ello, será de gran importancia contextualizar la asignatura, en primer lugar, desde un punto de vista histórico. Conocer los orígenes de una disciplina y el transcurso de su evolución nos permitirá acercarnos a las necesidades que motivaron su aparición. Asimismo, indagaremos en las formas en que la disciplina genera sus conocimientos; aspecto de especial importancia para mantener una postura reflexiva y crítica ante cualquier disciplina. Finalmente, abordaremos el conocimiento de las distintas perspectivas que componen la psicología del desarrollo, de las que ya hemos hecho una pequeña introducción en el apartado anterior. Para ello, además del material básico, propondremos algunos materiales complementarios que nos ayudarán a completar el panorama múltiple de la disciplina.
Las unidades didácticas 2, 3, 4 y 5 abordan de manera cronológica (por etapas) las distintas fases en las que se divide el ciclo vital humano según la cultura occidental en la que vivimos:
  • infancia,

  • niñez,

  • adolescencia y juventud,

  • edad adulta y vejez.

Junto a estas etapas cronológicas, intentaremos explorar, de forma longitudinal, dos ejes de especial relevancia en el estudio del desarrollo humano: los procesos que se desarrollan (lenguaje, desarrollo psicomotriz, desarrollo emocional y de la personalidad, etc.) y los contextos en los que el desarrollo del ser humano tiene lugar en las distintas fases de su vida, ligados a los posibles problemas educativos que surgen en estos contextos (figura 3).
Figura 3. Ejes de organización para estudiar el desarrollo humano
Figura 3. Ejes de organización para estudiar el desarrollo humano
¿Por qué planteamos estos tres ejes organizativos? Algunos autores han planteado la importancia de reflexionar sobre las formas en las que se conceptualiza el cambio en la psicología del desarrollo (Overton y Reese, 1981): ¿cómo se produce el cambio a lo largo del desarrollo?; ¿supone este cambio rupturas radicales con lo anterior, o el cambio es un proceso continuo que se debe a factores acumulativos? Estas preguntas tienen respuestas muy diferentes dependiendo del marco teórico desde el que contestemos.
Aunque no pretendemos resolver este dilema, que es clave en nuestra disciplina, queremos que seáis conscientes, como señalaremos más adelante, de que la conceptualización del cambio está presente en la propia organización de los contenidos que os presentamos.
De los tres ejes organizativos que hemos usado en esta guía, el primero, el de las etapas, es un eje que muchas y muchos de vosotros instintivamente espera encontrar: descripciones de las personas correspondientes a los distintos períodos de la vida (primera infancia, segunda infancia, adolescencia, juventud, edad adulta y vejez). Pero además, la psicología del desarrollo también estudia el cambio que sufren los diferentes procesos psicológicos que se han considerado relevantes a lo largo de la historia de la disciplina (lenguaje, emociones, cognición, etc.). Esta visión procesual enriquece en gran medida la visión por etapas; de manera que nos muestra que son múltiples los fenómenos que cambian a lo largo de la vida, así como los múltiples análisis que podemos hacer del desarrollo humano. Sin embargo, no podemos perder de vista el tercer eje explicativo que proponemos para organizar los contenidos de esta asignatura: el eje contextual. Al añadir este tercer eje es cuando la psicología del desarrollo cobra una importancia crucial para su aplicación en la educación social: las etapas y los procesos no pueden entenderse si no se contextualizan en un marco social y cultural concreto que les da significado. Además, al tener en cuenta este eje en la explicación del desarrollo humano, contamos con nuevos elementos para explicar el cambio; elementos que van ligados a los cambios vitales que cada cultura tiene programados en cada etapa de la vida.
Por tanto, introducimos este tercer eje explicativo y organizativo (el eje contextual) por dos motivos:
  • porque desde nuestro punto de vista no tiene sentido hablar del desarrollo humano independientemente del contexto en el que este desarrollo se produce;

  • porque para que la psicología del desarrollo sea útil a la educación social, debe ser capaz de señalar los problemas educativos concretos que se pueden encontrar y abordar en cada una de las etapas del ciclo vital, y esto no puede hacerse sin tener en cuenta los contextos del desarrollo en los que se producen estos problemas y en los que hay que implementar los recursos educativos.

En cuanto a las competencias transversales, pretendemos que sean desarrolladas a partir de la metodología de trabajo que os proponemos para asimilar los contenidos de la asignatura, que está relacionada con la solución de problemas educativos reales. En muchos momentos, veréis que los contenidos propuestos no están directamente explicitados en los materiales básicos y complementarios de la asignatura. En estos casos, en el apartado de recursos os proponemos que realicéis actividades de análisis y síntesis (competencia transversal 1), que implican la lectura de distintos textos y la extracción de conclusiones relevantes en relación con los temas tratados; actividades que suponen la búsqueda de distintos tipos de información, en distintos medios y entornos comunicativos, seleccionando la que es relevante para el problema planteado en la actividad (competencias transversales 2 y 3). En todas estas actividades será necesario que pongáis en marcha habilidades de argumentación realizando juicios, críticas, evaluaciones o defensas de distintas posturas teóricas o prácticas (competencia transversal 4).

2.2.Síntesis de los contenidos de la asignatura

A continuación os presentamos de manera detallada los contenidos de la asignatura, para después ofreceros una serie de recursos y actividades que os ayudarán a construir el conocimiento alrededor de estos contenidos.
2.2.1.Unidad didáctica 1. Conceptos fundamentales y perspectivas teóricas en psicología del desarrollo
En esta primera unidad didáctica se trata de dar respuesta a cuatro preguntas fundamentales para comprender la psicología del desarrollo: ¿cómo se configuró la psicología del desarrollo como disciplina?, ¿qué conceptos fundamentales emplea la disciplina para explicar su objeto de estudio?, ¿cuáles son los principales paradigmas teóricos que han surgido para explicar el desarrollo humano?, ¿cómo aborda el estudio de su objeto de conocimiento la psicología del desarrollo?
En primer lugar, haremos una introducción histórica de la aparición de la psicología del desarrollo. En este sentido, debemos tener en cuenta que una disciplina surge siempre ligada a unas necesidades sociales que demandan un conocimiento específico de aspectos determinados de la realidad. En el caso de la psicología del desarrollo, es importante tener en cuenta que en sus comienzos solo se ocupaba de la infancia y la adolescencia. De hecho, se pensaba que el desarrollo terminaba una vez el individuo acababa su proceso madurativo. Con el paso del tiempo, se empezó a considerar que el desarrollo se extiende a lo largo de todo el ciclo vital, desde el nacimiento hasta la muerte.
En segundo lugar, y a pesar de los avances que se han producido en la disciplina los últimos cincuenta años, la psicología del desarrollo todavía se considera una disciplina inmadura. Esta inmadurez se ve reflejada en la existencia de dualismos y oposiciones teóricas que aún no se han integrado y resuelto adecuadamente. Entre estos, destacamos los siguientes:
1) Herencia frente a medio ambiente: ¿qué influye más en nuestro desarrollo, los genes o las influencias del contexto en el que nos desarrollamos?
2) Desarrollo frente a aprendizaje: ¿es el desarrollo lo que permite el aprendizaje o el aprendizaje lo que impulsa el desarrollo?
3) Inteligencia general frente a inteligencia emocional: ¿qué es más importante para nuestro pleno desarrollo, saber gestionar las emociones o razonar de forma lógica?
4) Individual frente a social: ¿hay que centrarse en las relaciones interpersonales y los grupos para describir el desarrollo o debemos poner en primer lugar los factores individuales y idiosincrásicos?
5) Cualitativo frente a cuantitativo: ¿cómo describimos los cambios que se producen en el desarrollo, como la emergencia de nuevas estructuras o como el producto de la acumulación de conocimiento y experiencias?
6) General frente a particular: los cambios afectan a todas las áreas del desarrollo o son específicos de cada área?
La psicología del desarrollo, sin embargo, también evoluciona de forma paralela a la psicología general, preocupada cada vez más por la construcción de sistemas teóricos coherentes y el desarrollo de métodos de investigación que hagan de la disciplina una ciencia. El estudio del desarrollo ha girado históricamente alrededor de tres paradigmas o formas de explicarlo: racionalismo, asociacionismo y constructivismo.
El racionalismo concibe el desarrollo como la progresiva evolución de estructuras, tanto físicas como psicológicas, que se encuentran determinadas genéticamente. El asociacionismo sostiene que todo el conocimiento se deriva de la experiencia. Finalmente, el constructivismo propone una síntesis entre racionalismo y empirismo y postula que el desarrollo es efecto de la interacción dinámica entre herencia genética y exposición al ambiente.
Estos paradigmas han dado lugar a varias teorías que pretenden describir y explicar el desarrollo. El racionalismo, por ejemplo, se ve reflejado en la teoría de adquisición del lenguaje de Noam Chomsky o en la teoría del vínculo afectivo o apego propuesta por John Bowlby que estudiaremos en la unidad 2. El asociacionismo se ha aplicado a los postulados de la psicología conductista. Finalmente, el constructivismo ha tenido una gran influencia en dos teóricos fundamentales de la psicología del desarrollo: Piaget y Vygostki.
Ya hemos comentado a lo largo de la guía la importancia de conocer distintas perspectivas teóricas que existen sobre el desarrollo humano. En esta unidad intentaremos abordar las más importantes, resaltando fundamentalmente las diferencias que existen entre ellas y la utilidad que presentan para el trabajo educativo.
En la tabla 4 presentamos una comparativa de las distintas perspectivas que presentamos en la asignatura; destacamos su diferencia en cuanto a aquello que significa "desarrollarse" para cada teoría en concreto, qué es lo que mueve y promueve el desarrollo, cómo se conceptualizan (o conceptualizarían) en cada una de las perspectivas teóricas las dificultades de aprendizaje y cómo se entienden los procesos educativos.
Los recursos que os ofrecemos para el estudio de estas perspectivas teóricas muchas veces no aluden directamente a estos elementos, pero os invitamos a que reflexionéis y elaboréis vuestros propios apuntes acerca de la relación de cada una de las teorías con los puntos que se explicitan en la tabla y que detallamos a continuación.
Tabla 4. Comparativa de las distintas teorías del desarrollo en función de cuatro criterios

 

¿Qué se desarrolla?

Motor del desarrollo

Dificultades de aprendizaje

Educación

Psicoanálisis

La personalidad,

la sexualidad

La dinámica entre el ello, yo y súper-yo y la resolución de conflictos

No resolución de los conflictos en la dinámica entre los elementos de la personalidad

Centrada en la emoción y la resolución de conflictos internos

Conductismo

La conducta

Las leyes del aprendizaje (condicionamiento clásico, operante, imitación, modelado, etc.)

Entornos en los que no se ha diseñado correctamente el desarrollo conductual

Centrada en el análisis de la conducta y el diseño de entornos educativos

Teoría constructivista de Piaget

Esquemas de conocimiento y acción

La acción sobre el medio físico

Entornos en los que no se deja actuar a la persona para aprender

Centrada en el conocimiento del entorno físico a través de la experimentación activa

Teoría sociocultural de Vygotski

Procesos psicológicos superiores

La interacción social en actividades significativas

Guía ausente o deficitaria por parte del adulto o los iguales

Centrada en la participación guiada en actividades relevantes y significativas

Paradigma del Procesamiento de la Información

Capacidad de procesamiento y/o de almacenamiento

La maduración y el aprendizaje

Trastornos o fallos en el Sistema Nervioso Central (SNC)

Centrada en el desarrollo de procesos mentales y la solución de problemas

Teoría ecológica de sistemas de Bronfenbrenner

Aprendizaje de capacidades para vivir en los distintos entornos sociales de la propia cultura

Las tareas y situaciones en las que participa una persona como miembro de una cultura, así como otros sistemas que influyen en su vida

Los entornos en los que habita el sujeto carecen de capacidad para integrarlo

Centrada en el análisis de los contextos y las capacidades necesarias para tener éxito en los mismos

Psicología Crítica del desarrollo

Puesta en cuestión del propio desarrollo desde un punto de vista ideológico

Puesta en cuestión del propio desarrollo desde un punto de vista ideológico

Las diferencias en el desarrollo y/o el aprendizaje son un problema de la forma en que está organizada la sociedad y lo que la clase dominante espera de las personas

La educación debe poner al descubierto las formas de opresión y ayudar a superarlas

¿Qué se desarrolla desde las distintas perspectivas teóricas?
Reflexionad un instante sobre este asunto. ¿En qué estamos pensando cuando hablamos de desarrollo? Cuando decimos que una persona se desarrolla o evoluciona, ¿qué pasa realmente? ¿Crece su capacidad para aprender cosas nuevas? ¿Aumenta su competencia para adaptarse a las distintas situaciones? ¿Maduran una serie de capacidades que existen dormidas en nuestro ser desde nuestro nacimiento? ¿Hay un desarrollo paralelo de distintos procesos que se desarrollan como dominios independientes (lenguaje, representación, cognición social, emocional, etc.)? Cuando nos aproximamos al estudio de la psicología del desarrollo es interesante que reflexionemos sobre estas preguntas en relación con las distintas perspectivas teóricas existentes.
Como vemos en la tabla 4, las aproximaciones teóricas en las que nos centraremos en esta asignatura entienden distintas cosas cuando hablamos de desarrollo. Al hablar de desarrollo, el psicoanálisis se centra en la sexualidad y en cómo afecta ésta a la personalidad, mientras que la teoría de Vygotski se ocupa del desarrollo de los procesos psicológicos superiores y la teoría piagetiana se centra en el desarrollo de los esquemas de acción y de conocimiento.
En este sentido, hemos de ser conscientes de que para estudiar el desarrollo la psicología ha tenido que recurrir a constructos teóricos que no están ahí esperando a ser descubiertos, sino que son elaborados para explicar el cambio que experimenta una persona a lo largo de su vida. Y este cambio es tan polifacético y complejo, que hemos de admitir que las aproximaciones teóricas son simplificaciones de una parte muy concreta de este fenómeno.
¿Cuál es el motor del desarrollo?
Las personas cambian, y este cambio es impulsado por fenómenos tanto internos como externos, que son los que ponen en marcha y determinan la dirección de dichos cambios. Por ejemplo, los investigadores afirman que las causas de la maduración física y del envejecimiento están inscritas en nuestros genes, además de estar determinadas por la alimentación que llevamos a lo largo de nuestra vida. Para la Psicología del Procesamiento de la Información, los motores del desarrollo son tanto los procesos de maduración que aumentan la capacidad física de procesamiento del SNC, como los procesos de aprendizaje que hacen que las estrategias de procesamiento sean más eficaces. Sin embargo, la perspectiva de Bonfrenbrenner amplía su mirada a un nivel superior y más contextual, y señala como motor del desarrollo las necesidades que imponen las situaciones sociales en las que participa el sujeto a lo largo de su vida.
En este apartado tiene gran importancia la reflexión sobre el debate entre herencia y ambiente y conocer las distintas alternativas que se plantean desde las perspectivas teóricas presentadas para resolver este conflicto.
¿Cómo se conceptualizan las dificultades del aprendizaje?
Esta pregunta es de gran relevancia desde una perspectiva educativa. La forma en que se conceptualizan las dificultades de aprendizaje desde las distintas perspectivas teóricas influye decisivamente en las medidas que se toman para superar estas dificultades. En este sentido, las distintas perspectivas de la psicología del desarrollo nos ofrecen sugerencias muy diferentes sobre este aspecto, basadas en su forma de entender la forma en que se produce el desarrollo en el ser humano. Por ejemplo, desde una perspectiva vygotskiana, será fundamental para superar las dificultades de aprendizaje buscar caminos alternativos de desarrollo que permitan mediar el aprendizaje de formas diferentes a las que se emplean habitualmente. Sin embargo, desde una perspectiva del procesamiento de la información, las dificultades de aprendizaje se deben a fallos en el SNC, de modo que estos fallos son muy difíciles de superar a través de intervenciones contextuales. Para una persona con dificultades de aprendizaje quizás sea más provechoso que las personas que la rodean mantengan una teoría vygotskiana, ya que al menos desde esta teoría se pueden llevar a cabo acciones concretas para superar estas dificultades.
¿Cómo se conceptualiza la educación?
Por último, es muy importante reflexionar sobre la forma en que las distintas perspectivas teóricas conceptualizan la educación. Esto supone determinar cuáles de las perspectivas dentro de la psicología del desarrollo consideran que la educación es un factor que determina decisivamente el cambio de la persona, y además comprender qué entienden estas perspectivas por educar, ser educado y educarse.
Desde este punto de vista, es muy interesante reflexionar sobre las diferencias entre la perspectiva piagetiana y vygotskiana. Desde la primera, se entiende que el desarrollo cognitivo depende de la maduración de una capacidad intelectual general que crece a partir de la interacción con el entorno físico. Esta maduración hace que la persona sea capaz de aprender cosas cada vez más complejas. Sin embargo, desde la perspectiva vygotskiana, es el aprendizaje en colaboración con compañeros y compañeras más capaces el que da lugar a procesos psicológicos superiores cada vez más complejos; en este caso, el aprendizaje va por delante y es el que produce el desarrollo. Por tanto, desde la primera perspectiva habrá que esperar a que la persona tenga la estructura mental necesaria para enseñarle determinadas cosas, mientras que desde la segunda, si no enseñamos algo, nunca se creará la estructura mental encargada de sustentarlo mentalmente.
Sería interesante que hicieseis el ejercicio de reflexionar sobre la postura que ante la educación tienen todas las perspectivas que hemos presentado antes de acudir a buscar la respuesta en la tabla 4. Dejamos que vosotras y vosotros mismos desarrolléis este punto y hagáis vuestro propio trabajo de reflexión sobre la relación de las distintas perspectivas teóricas de la psicología del desarrollo con la educación.
2.2.2.Unidad didáctica 2. El desarrollo cognitivo y socioafectivo durante la primera infancia y el desarrollo del lenguaje
En esta unidad didáctica se empiezan a tratar los aspectos relacionados con el desarrollo humano, centrándonos en los primeros años de vida. En un primer bloque, el material básico de la asignatura (Mariscal et al., 2009) hace referencia al desarrollo temprano del bebé.
Durante esta etapa, aunque desde la educación social no se intervendrá propiamente en el bebé, es importante conocer el desarrollo del bebé, desde la concepción hasta los dos años, porque esto tiene una incidencia en las personas que interactúan (por ejemplo, un bebé que esté muy a menudo enfermo incide en la dinámica familiar en la que intervendrá, o la etapa normativa en la que el niño sistemáticamente tira todas las cosas en el suelo repetidamente, incide en la dinámica y en la paciencia de los padres). Así, se analizará cómo los bebés interactúan con su entorno y cómo se inician las primeras relaciones con otras personas, básicamente la familia y también el entorno físico.
Por eso en esta etapa se tratarán aspectos relacionados con el desarrollo cognitivo del bebé (los sentidos, los reflejos, la percepción, y como el bebé interacciona con su entorno). También se hará referencia al inicio de la comunicación y del lenguaje; como el bebé hace intentos para comunicarse y la interpretación que hace el adulto de las conductas del bebé para conseguirlo.
En un segundo bloque, se tratarán aspectos relacionados con el desarrollo afectivo, emocional y social durante la primera infancia, se hará énfasis en la vida emocional del bebé y especialmente en el vínculo afectivo que caracteriza las relaciones humanas; como este vínculo es necesario para lograr un desarrollo normativo y saludable, cómo se forma y desarrolla el vínculo afectivo, y los factores que influyen.
Durante la primera infancia también será relevante conocer el desarrollo del pensamiento y cómo se justifica desde cada paradigma o teoría. Así, según la teoría de Piaget, se describe la etapa de los dos a los seis años como una etapa marcada por el uso de la función simbólica y la carencia de un pensamiento lógico y reversible. En cambio, para Vygotski el lenguaje y la interacción con el entorno son elementos básicos para el desarrollo del niño.
Conoceremos también cómo las diferentes teorías explican la adquisición del lenguaje; desde una visión innatista o una visión constructivista.
Por último, estudiaremos el mundo social del niño; las relaciones que establecen con su entorno; cómo la familia por medio de los diferentes estilos educativos incide en el desarrollo del niño, y cómo las relaciones con los iguales influirán en el proceso de crecimiento del individuo.
Aspectos como la identidad de género y el pensamiento moral tendrán mucha relevancia en este momento del ciclo vital. Por lo tanto, aunque en este periodo, nos centraremos en distintos procesos de desarrollo (emocional, de la personalidad, psicomotriz, del lenguaje y cognitivo), no vamos a restringir nuestro foco a los procesos de cambio que experimenta el bebé, sino que además nos acercaremos a las madres y a los padres como contexto más próximo del niño, que también experimentan cambios decisivos con la llegada de un nuevo ser a sus vidas y que dependen de un contexto social y cultural más amplio (figura 4). Desde un punto de vista educativo, es infructuoso fijarnos sólo en uno de los elementos que componen el sistema, cuando el desarrollo del bebé empieza a forjarse desde que es concebido en un entorno eminentemente social.
Figura 4. Nicho ecológico del desarrollo desde los cero a los tres años
Figura 4. Nicho ecológico del desarrollo desde los cero a los tres años
2.2.3.Unidad didáctica 3. El desarrollo cognitivo y socioafectivo durante la segunda infancia
A partir del bloque III del manual de la asignatura (Mariscal et al., 2009), se hace referencia al desarrollo durante la etapa escolar (teniendo en cuenta la etapa obligatoria), a partir de los seis años.
Se pone énfasis en el desarrollo intelectual, momento en el que los niños –según Piaget– pueden razonar haciendo uso de la lógica. Es lo que Piaget denomina periodo de las operaciones concretas. Durante este periodo, se darán una serie de principios que permitirán el crecimiento a nivel cognitivo: principios de conservación, clasificación, seriación y número, así como las nociones espaciotemporales y el desarrollo de la atención y la memoria.
El desarrollo socioafectivo durante esta etapa incluye el que Saarni et al. (2006) llaman la adquisición de la competencia emocional y que incluiría las habilidades para tomar conciencia de las propias emociones y para expresarlas y cómo comunicarlas; para identificar y comprender las emocionales de los demás y para empatizar con ellos; la toma de conciencia de la diferencia entre un estado emocional interno y la expresión externa del mismo, y la capacidad para afrontar emociones adversas y circunstancias estresantes.
En este ámbito se deberá tener en cuenta el mundo de las relaciones sociales de los niños y las relaciones con los iguales, que cada vez tendrán más relevancia y en cómo el establecimiento del vínculo en ciertas relaciones tendrá influencia en el desarrollo psicológico posterior. Finalmente, haremos referencia al desarrollo moral.
Según Scribner y Cole (1981), seguidores del paradigma sociocultural de Vygotski, la escolarización tiene unos efectos decisivos en el desarrollo de la mente humana. La participación en el entorno escolar supone aprender a resolver problemas descontextualizados, lo que da lugar al surgimiento del pensamiento abstracto. Los efectos de la participación del ser humano en ámbitos culturales determinados en el desarrollo de su mente no son tenidos en cuenta desde otros paradigmas, que abordan este desarrollo de manera independiente; lo cual tiene consecuencias prácticas muy distintas.
Paradigma piagetiano
Desde el paradigma piagetiano, en este periodo el niño y la niña pasan por dos períodos de pensamiento: el preoperatorio y el de las operaciones concretas. El periodo preoperatorio, que abarca desde los dos años a los siete años, supone el surgimiento del pensamiento simbólico, lo cual permite la aparición del lenguaje, pero tiene ciertas carencias que limitan su forma de acercamiento a la realidad. Es un pensamiento irreversible, centrado, sincrético y animista. Todas estas limitaciones son superadas en el periodo de las operaciones concretas; momento en el que las niñas y los niños ya son capaces de realizar operaciones sobre la realidad para transformarla.
Como vemos, la forma de abordar el aprendizaje escolar desde ambos modelos será muy diferente. El paradigma sociocultural sitúa en primer plano la participación en situaciones sociales significativas como motor del desarrollo y generador principal de procesos psicológicos superiores, que serán distintos según las características de estas situaciones y de las distintas estrategias de pensamiento que sean necesarias para participar en ellas de forma exitosa. Por su parte, el paradigma piagetiano resalta la importancia de la maduración de estructuras mentales cada vez más complejas al entrar en contacto con el entorno físico. El lenguaje y la interacción social son consecuencia de este desarrollo, y no su causa, como plantea Piaget.
De nuevo, el modelo ecológico de Bonfrenbrenner (figura 5) nos servirá como organizador para tener en cuenta simultáneamente el desarrollo del individuo y su relación con la participación en los microsistemas familiar y escolar, además de la importancia de las relaciones entre estos microsistemas. El papel mediador del educador social puede ser crucial en la catalización de las relaciones entre la familia y la escuela, y de esta manera influirá de forma decisiva en el desarrollo infantil.
Figura 5. Nicho ecológico del desarrollo desde los tres años a la adolescencia
Figura 5. Nicho ecológico del desarrollo desde los tres años a la adolescencia
Por otra parte, abordaremos el problema del desarrollo cognitivo y las relaciones entre la familia y la escuela. En este tema nuestra intención es que quede de manifiesto que el niño y la niña, cuando llegan a la escuela, no son personas aisladas que llegan vacíos de contenidos y dispuestos a aprender todo lo que se les va a enseñar. Muy al contrario, las características socioculturales del entorno familiar influirán decisivamente en los procesos de enseñanza y aprendizaje que tendrán lugar en este nuevo entorno. Sin embargo, la escuela en raras ocasiones ha tenido esto en cuenta, de modo que trata al niño y a la niña como un procesador aislado de información. Esto es lo que da lugar a discontinuidades entre los dos entornos de interacción más importantes del niño y la niña, la familia y la escuela, y es, a partir del paradigma de la continuidad/discontinuidad entre la familia y la escuela, desde donde se pueden explicar el fracaso escolar y los conflictos entre estos dos entornos. Desde este punto de vista, el educador social puede actuar como mediador entre ambos entornos e idear estrategias educativas que faciliten la colaboración entre ambos; facilitará así el desarrollo de las niñas y los niños.
2.2.4.Unidad didáctica 4. Desarrollo cognitivo y socioemocional durante la adolescencia
En un momento determinado de su vida, las niñas y los niños empiezan a cambiar físicamente. Los cambios experimentados en su cuerpo señalan la llegada de la pubertad, nombre que designa a estos cambios físicos sujetos a variaciones hormonales. Acompañando a estos cambios físicos, aparecen también cambios psicológicos y sociales. Estos cambios están modulados por los valores y las creencias culturales que giran en torno a esta etapa de la vida que ha venido a llamarse adolescencia y/o juventud.
La adolescencia, como concepto determinado culturalmente, hace referencia al paso de la niñez a la edad adulta. La adolescencia es conceptualizada de maneras muy diferentes en distintos entornos culturales. No es lo mismo ser adolescente en Angola que en España, o en el 1936 que en el 2009. Las diferencias están determinadas por los contextos y las prácticas culturales en las que participan las personas designadas por la cultura como "adolescentes". En este sentido, es importante que no demos a la adolescencia un significado esencial y que seamos conscientes de la importancia de las circunstancias culturales e históricas en las formas de "ser adolescente".
A partir del capítulo 9 del manual básico de la asignatura (Mariscal et al., 2009) se empieza a tratar los aspectos relacionados con el desarrollo durante la adolescencia y juventud.
La adolescencia es la etapa del ciclo vital que se encuentra entre la infancia y el paso a la edad adulta. Se trata de un período lleno de cambios, tanto físicos, que modifican el cuerpo y lo preparan para la reproducción, y es lo que conocemos con el nombre de pubertad, como de pensamiento y en las relaciones sociales.
Este cambio a todos los niveles marca el inicio de una etapa compleja; la importancia de la imagen corporal, las relaciones con la familia, los padres y los amigos y la nueva forma de pensar harán que el individuo termine de conformar su identidad.
A lo largo de los capítulos destinados a tratar esta etapa analizaremos cómo el adolescente adquiere lo que Piaget llama el pensamiento formal. El pensamiento formal, según Piaget, es el último periodo de desarrollo, es la forma más compleja que se puede alcanzar. Divide este período en dos etapas; una primera en la que el adolescente, hacia los once o doce años, hace uso de las operaciones formales de forma ocasional y, posteriormente, hacia los catorce o quince años, generaliza su uso en otras situaciones. La característica principal en esta etapa es el pensamiento abstracto y con ello la posibilidad de formular hipótesis y, por tanto, hacer un razonamiento hipotético.
Se analizarán también las críticas sobre la teoría de Piaget, así como se analizarán y se describirán ciertos cambios que aparecen en la forma de pensar de los adolescentes y que pueden explicar algunas sensaciones y emociones que aparecen en esta época.
El capítulo 11 estudiará los resultados obtenidos en relación con los cambios que se dan en el adolescente en los entornos sociales, sin embargo, también se hará referencia a la teoría del desarrollo psicosocial de Erikson, que hace referencia al proceso del adolescente en busca de su identidad y como los cambios físicos, cognitivos y sociales que suponen en esta época de transición derivan a cambios en el autoconcepto y la autoestima de los chicos y chicas.
Nuevamente, la familia y las relaciones familiares toman un papel importante en el desarrollo del individuo y, por tanto, veremos cómo esto afecta en esta etapa del desarrollo.
Asimismo, durante la adolescencia adquiere especial importancia el grupo de amigos o iguales, con quien los adolescentes pasan cada vez más tiempo; aparecen las relaciones de amistad íntimas para dar paso, posteriormente, a las relaciones de pareja e inicio de las relaciones sexuales.
Los cambios que se producen en el cuerpo y en las relaciones con sus iguales, que adquieren matices eróticos y sexuales que antes no existían, hacen que los adolescentes y las adolescentes se replanteen quiénes son y cuál es su lugar en el mundo. Desde la educación social, la reflexión sobre la identidad adolescente es de gran relevancia, ya que todo esto se deberá tener en cuenta para ofrecer un apoyo educativo que oriente la constitución exitosa de la identidad personal y el conocimiento de sí mismo. Pero también las educadoras y educadores sociales deberán ser conscientes de que el trabajo en determinados asuntos implica necesariamente reflexionar y posicionarse ideológicamente sobre temas tan relevantes como la diversidad sexual, el aborto o la diversidad cultural.
2.2.5.Unidad didáctica 5. El desarrollo durante la edad adulta y la vejez
Por último, abordaremos la edad adulta y la vejez y los procesos de desarrollo que se producen en estas etapas de la vida.
A partir del capítulo 11 del manual básico de la asignatura (Mariscal et al., 2009) se trabajan diferentes aspectos del desarrollo durante la edad adulta y la vejez. En primer lugar, nos adentraremos en los avances cognitivos que se producen durante esta etapa. Así, veremos que se incrementan los conocimientos de tipo declarativo, se desarrollan las capacidades de deducción, inducción y abducción, se automatizan numerosos procedimientos cognitivos ya consolidados y se incorporan nuevas estrategias intelectuales.
A nivel de desarrollo moral, la adultez es también el periodo en el que se construyen unos principios éticos de validez universal y se aprende a relativizar otros que no tienen esta validez. Finalmente, algunos autores sostienen que en la adultez cambia la misma visión epistemológica del mundo. Así, los adultos pasarían de una visión epistemológica racionalista a otra de tipo relativista o dialéctica.
En segundo lugar, estudiaremos los cambios que se producen en el seno de la familia durante la adultez. Se pondrá particular atención en las diferencias de género en cuanto a la concepción de las relaciones humanas. Al menos en las sociedades occidentales, los hombres privilegian los derechos universales y abstractos y se reservan su parcela de autonomía, en tanto que las mujeres son más sensibles a las necesidades de los demás. Reflexionaremos, pues, sobre la implicación que estas concepciones tienen sobre los roles de hombres y mujeres en la familia.
Finalmente, en cuanto al desarrollo social, veremos que está ligado a los acontecimientos vitales fundamentales que se producen en la adultez y en la vejez: la formación de una familia, el trabajo, la estabilidad económica, la jubilación, etc. Tenemos que pensar que estos acontecimientos vitales forman parte del ideario social de nuestra cultura, y que tanto si formamos una familia como si optamos por continuar solos y no tener hijos, tanto si tenemos trabajo como si estamos en paro, este ideario tiene efectos contundentes en nuestra vida y nuestra imagen social que resolveremos a partir de los recursos disponibles. Es por ello que, desde nuestro punto de vista, la acción del educador social en esta etapa es difícil, porque se trata de un trabajo con personas que ya se consideran "educadas", pero fundamentalmente, porque la educación puede generar una gran cantidad de recursos para superar situaciones difíciles relacionadas con estos acontecimientos vitales.

2.3.Vinculación de los contenidos con el material básico

En la tabla 5 presentamos la correspondencia de las unidades, tema por tema, con el material básico, es decir, con los capítulos del manual El desarrollo psicológico a lo largo de la vida (Mariscal et al., 2009)
Tabla 5. Unidades didácticas y relación con el material básico

Unidad didáctica 1. Conceptos fundamentales y perspectivas teóricas en psicología del desarrollo

1) El estudio del desarrollo humano: fundamentos y perspectivas teóricas principales

Cap.1, pp. 1-41

Unidad didáctica 2. El desarrollo cognitivo y socioemocional durante la primera infancia y el desarrollo del lenguaje

2) El desarrollo cognitivo del bebé y el desarrollo del pensamiento

Cap. 2, pp. 43-80

Cap. 5, pp. 135- 159

3) Los inicios de la comunicación y el lenguaje y el desarrollo del lenguaje oral

Cap. 3, pp. 81-109

Cap. 6, pp. 161-187

4) El desarrollo afectivo, emocional y social

Cap. 4, pp. 111-131

Cap. 7, pp. 189-219

Unidad didáctica 3. El desarrollo cognitivo y socioafectivo durante la segunda infancia

5) El desarrollo cognitivo y socioafectivo desde los siete hasta los once años

Cap. 8, pp. 221-262

Unidad didáctica 4. Desarrollo cognitivo y socioemocional durante la adolescencia

6) El desarrollo cognitivo durante la adolescencia y primera juventud

Cap. 9, pp. 263-279

7) El desarrollo socioemocional del adolescente

Cap. 10, pp. 281-304

8) El desarrollo durante la edad adulta y la vejez

Cap. 11, pp. 305-327

2.4.Vinculación de los contenidos con otros materiales y recursos

Dado que los materiales básicos tocan de manera superficial algunas de las perspectivas teóricas y contenidos que hemos propuesto como fundamentales al inicio de la guía, aquí proponemos algunos recursos que os ayudarán a completar vuestra visión de la psicología del desarrollo. Asimismo, os proponemos realizar una serie de actividades a través de las cuales desarrollaréis las diferentes competencias transversales.
2.4.1.Unidad didáctica 1. Conceptos fundamentales y perspectivas teóricas en psicología del desarrollo
Con el fin de profundizar en los conceptos fundamentales y las principales perspectivas teóricas en psicología del desarrollo, os proponemos una serie de textos que os pueden ayudar a complementar la información que hay en los materiales básicos sobre estas teorías. Además, os sugerimos algunas actividades de profundización que os ayudarán a comprender mejor estas teorías.
  • En primer lugar, os proponemos la lectura del texto de Kozulin (2000), titulado "Piaget, Vygotski y la revolución cognitiva." En este texto, Kozulin sitúa las teorías de los dos autores en su contexto académico y resalta tanto las semejanzas como las diferencias entre ambas teorías. Este texto es especialmente interesante, ya que hace referencia a la influencia que estas dos teorías han tenido en los ámbitos educativos.

  • En segundo lugar, ya que los materiales básicos inciden principalmente en la teoría de Piaget, os proponemos una serie de lecturas para profundizar en el resto de las teorías. En el texto de Berk (1999) "Desarrollo cognitivo: una perspectiva del procesamiento de la información" encontraréis una aproximación bastante completa a las bases de la psicología del procesamiento de la información y la forma en que desde ella se conceptualiza el desarrollo humano.

  • Por otra parte, para profundizar en la teoría sociocultural de Vygotski os proponemos la lectura de un texto breve del propio Vygotski (1986): "Aprendizaje y desarrollo intelectual en la edad escolar", en el que hace referencia a aspectos tan importantes de su teoría como la relación entre aprendizaje y desarrollo, la influencia de esta relación en el aprendizaje escolar, la ley de la doble formación o la zona de desarrollo próximo (ZDP).

  • En cuanto a las orientaciones teóricas recientes, os dejamos sendas lecturas para profundizar en la teoría ecológica de Bronfenbrenner (Contextos de crianza del niño: problemas y prospectiva, 1985), la teoría del vínculo afectivo (Oliva, 2009) (Estado actual de la teoría del apego) y la teoría de la resiliencia (Educar para la resiliencia. Un cambio de mirada en la prevención de situaciones de riesgo social) (Muñoz y De Pedro, 2005). En la primera, Bronfenbrener propone investigar la influencia de los contextos de crianza en el desarrollo infantil, que en su opinión son inseparables y esta influencia va más allá del nicho familiar, y propone la conceptualización de diferentes tipos de contextos; sugiere también posibles influencias de los mismos en el desarrollo humano.

    En la segunda lectura, Alfredo Oliva sintetiza la teoría del vínculo afectivo y las formulaciones actuales de la misma y señala la influencia que puede tener el estudio de la misma en la reflexión sobre la calidad del cuidado y su influencia en el desarrollo infantil. También la lectura de Muñoz y De Pedro hace referencia a la influencia de la calidad de las relaciones con las niñas y los niños en la generación de la resiliencia, o la capacidad para superar las situaciones adversas. Los efectos del maltrato y el abuso pueden ser demoledores, pero la capacidad de resiliencia puede recomponer a la persona. Esta capacidad es educable, de modo que toda persona tiene la posibilidad de rehacer su vida a partir de prácticas educativas que dota a la persona de mecanismos emocionales que la hacen resistente a la adversidad.

  • A modo de actividad de reflexión, le invitamos a visualizar el documental Genie, la niña salvaje. Este caso pasa a engrosar la lista de "niños salvajes" que han interesado tanto a la psicología a lo largo de la historia. Estos casos nos pueden dar pistas sobre la polémica de la relación de la herencia con el ambiente, ya que son casos en que los niños y las niñas son despojados de la interacción con su grupo humano de origen y se crían en un entorno ajeno a la cultura humana. La mayoría de estos niños no desarrollan el lenguaje y tienen unos patrones alimentarios, motores y relacionales muy diferentes de los que desarrolla un niño en su grupo humano de origen. Por otra parte, se debe tener en cuenta que la mayoría de estos niños proceden de un entorno social desestructurado, han sido abandonados, maltratados o expulsados ​​de sus grupos de origen debido, a menudo, de discapacidades previas al abandono.

2.4.2.Unidad didáctica 2. El desarrollo cognitivo y socioafectivo durante la primera infancia y el desarrollo del lenguaje
En la tercera unidad didáctica añadimos recursos para que conectéis los conocimientos sobre el desarrollo prenatal, el parto y el desarrollo en la primera infancia con los contextos en los que se producen y las posibles intervenciones educativas que se pueden desarrollar en los mismos. A este respecto, es de gran importancia que comprendáis el potencial educativo de estos contextos y la importancia de intervenir educativamente en sintonía con lo que cultural e históricamente significa ser madres y padres. Por ello, os proponemos como recursos dos páginas de Internet que os acercarán a las preocupaciones de muchas madres y algunos padres que han decidido asociarse para mejorar las prácticas alrededor del nacimiento en España, para dialogar sobre las formas de crianza más adecuadas para las niñas y niños y promover lo que ellas y ellos llaman "crianza con afecto" o "crianza con respeto".
  • En primer lugar, os recomendamos la página de Crianza Natural. Además de todos los artículos e información que podéis encontrar en la página, es de especial interés el foro de debate, fundado hace unos años por un grupo de personas preocupadas por mejorar las pautas de crianza culturalmente aceptadas y sustituirlas por formas de crianza más respetuosas con los ritmos y las necesidades afectivas de los bebés.

  • En segundo lugar, os recomendamos que visitéis el portal Criatures.ara.cat, donde encontraréis todo tipo de informaciones relacionadas con el mundo de los niños: noticias, contenidos curiosos, consejos para padres y madres, recomendaciones de libros y actividades para hacer con los niños y niñas.

  • Asimismo, os recomendamos la lectura del libro de Rosa Jové (2009), La crianza feliz. En este libro, que mantiene los mismos principios que podréis entresacar del foro de Crianza Natural, se plasman de forma sencilla y concisa las pautas educativas que se mantienen desde esta perspectiva.

  • Por último, os sugerimos el artículo "El papel de la actividad en el desarrollo y la educación" (Gordon Wells, 2004), en el que se reflexiona sobre la interacción que se da entre los humanos y cómo esta construcción conjunta permite el aprendizaje y el desarrollo. Se refiere también al origen de esta visión en Vygostki.

  • En esta unidad didáctica sugerimos como actividad que os registréis en el foro de Crianza Natural y hagáis un pequeño trabajo de observación etnográfica (cibernética, eso sí) sobre las motivaciones que mueven a las mujeres que allí participan, los problemas fundamentales que debaten, los argumentos que utilizan, sus razonamientos, etc.; y que relacionéis todo ello con los contenidos teóricos trabajados en esta unidad didáctica. Esto os ayudará a trabajar todas las competencias transversales propuestas para la asignatura.

  • Asimismo, os adjuntaremos algunos enlaces a vídeos, donde podréis visualizar algunas experiencias relacionadas con el desarrollo en la infancia; los estadios de desarrollo según Piaget, experiencias relacionadas con el desarrollo del vínculo afectivo o apego, entre otros.

2.4.3.Unidad didáctica 3. El desarrollo cognitivo y socioafectivo durante la segunda infancia
Para trabajar la unidad didáctica 3 también os sugerimos algunos recursos que servirán para completar los contenidos de los materiales básicos.
  • El capítulo del libro de Kozulin (2000) titulado "Las aptitudes cognitivas de estudiantes inmigrantes o pertenecientes a minorías étnicas" servirá para introducir la idea de la influencia de la cultura en el desarrollo cognitivo. La mente se desarrolla para realizar tareas en prácticas culturales concretas, de modo que en algunos casos la dificultad de las minorías étnicas para adaptarse a la escuela proviene de estas diferencias y sus problemas para resolver tareas propias de otra cultura. La solución a este problema pasa por una adecuada relación entre la familia y la escuela. Esta última debería habilitar sistemas de relación con la familia de modo que se suavice la brecha o la discontinuidad que muchas veces existen entre las actividades propias de la escuela y las que se desarrollan en la familia. Para profundizar en este tema os recomendamos la lectura del artículo de Comellas (2006): "Nuevas alternativas y modelos en la relación familia-escuela y profesionales de la comunidad", de especial relevancia para la educación social, ya que sugiere caminos para la mediación entre todos los contextos del desarrollo.

  • Por otra parte, para trabajar la influencia de los contextos en la vida afectiva y moral os recomendamos la lectura del artículo de Ortega y Mora-Merchán (1996): "El aula como escenario de la vida afectiva y moral". Con este artículo tratamos de ofrecer el contrapunto sociocultural a la visión más piagetiana y cognitiva que se ofrece en los materiales sobre el desarrollo moral y afectivo. En el artículo se relaciona ese desarrollo con la participación de las niñas y niños en las aulas como sistemas sociales de transmisión de valores, que no es independiente del tono emocional. Asimismo, se introduce un tema de especial relevancia en la sociedad actual: el maltrato en las aulas. Como complemento a este artículo, ofrecemos otro de Martín (2002) en el que se trabajan algunos recursos para educar para la paz y la resolución de conflictos.

  • También os recomendamos la lectura de un artículo de Torío López et al., "Estilos Educativos parentales. Revisión bibliográfica y reformulación teórica" (2008), que trata los estilos educativos parentales y cómo las diferentes estrategias para educar y los modelos que los padres y madres aportan a sus hijos e hijas pueden determinar el desarrollo de la infancia y adolescencia. De esta manera se pretende realizar una propuesta que permita el desarrollo de programas de intervención socioeducativa.

  • También os proponemos visualizar varios videos relacionados con los estilos educativos. Encontraréis los enlaces en los cuadros resumen de recursos del apartado siguiente u os los facilitará el profesorado en el aula.

  • Como actividad os proponemos el comentario del artículo "Los niños y la violencia en la televisión n.° 13", que proviene de una página web de recursos para la familia elaborada por la American Academy of Child and Adolescent Psychiatry (AACAP). A través de la lectura de este artículo podemos comentar la influencia en el desarrollo afectivo y moral de otro sistema: los medios de comunicación, y en este caso, de la televisión. Os proponemos elaborar a partir de esta lectura un programa de intervención para familias dirigido a disminuir las horas de visionado de la televisión y la sustitución por otro tipo de actividades.

2.4.4.Unidad didáctica 4. Desarrollo cognitivo y socioemocional durante la adolescencia
En esta unidad didáctica os proponemos tres lecturas que completarán la información que encontraréis en los materiales básicos sobre el desarrollo en la adolescencia.
  • La primera, titulada "Estilos de vida en la adolescencia y su relación con los contextos de desarrollo", de Rodrigo y cols. (2006), nos presenta un estudio en el que se relacionan los estilos de vida de los adolescentes y las adolescentes y los efectos que en éstos tienen las características de sus contextos de desarrollo y la relación entre los mismos. En concreto, se analizan las características de su entorno familiar, el ajuste escolar, los grupos de iguales y la peligrosidad del barrio. En este artículo se señala la importancia de la intervención en estos contextos para promover hábitos saludables en la población adolescente, y puede ser de gran interés para reflexionar sobre el tipo de actuaciones que puede llevar a cabo la educación social en el terreno de la adolescencia.

  • Además, os sugerimos la lectura de un artículo que alude a la intervención en otra de las áreas consideradas más importantes en el terreno de la adolescencia: el desarrollo de la identidad. En el artículo "¿Es posible la optimización del desarrollo de la identidad en la adolescencia? Intervenciones más allá del autoconcepto" Zacarés e Iborra (2006) reflexionan sobre la relación del desarrollo de la identidad (tema clásico en el ámbito de la adolescencia) con las condiciones sociales actuales en las que se desarrolla la persona. Discuten también la pertinencia de la teoría de Erikson sobre el desarrollo de la identidad, y a partir de ella proponen guías fundamentales para intervenir en este desarrollo, además de otras orientaciones teóricas que podrían aportar ventajas añadidas al trabajo desde la teoría clásica de Erikson.

  • La actividad que os proponemos en esta unidad didáctica trata un tema que crea una gran alarma social por la dificultad que desde los distintos campos profesionales se encuentra para trabajar con él: los trastornos de alimentación. Estos trastornos, que afectan principalmente a las chicas adolescentes pero que también pueden darse en chicos y en niñas y niños más pequeños, tienen un índice de mortalidad de un 5% y un proceso largo y difícil de regreso a los hábitos saludables de alimentación. En el artículo "Ana y Mia, princesas de Internet", publicado en El País Semanal, el autor nos muestra cómo la anorexia y la bulimia se han convertido, a través de los distintos foros de interacción que brinda Internet, en un estilo de vida que algunas y algunos adolescentes promueven y defienden como una meta en su vida: la de tener un cuerpo perfecto para mostrar al mundo. Como señala el artículo, la censura es un método poco eficaz para atajar la gran cantidad de blogs, foros, vídeos y páginas dedicadas a este tema. Os proponemos que hagáis una búsqueda tanto en Google como en Youtube, poniendo como palabras clave Ana y Mia, y hagáis una relación de los materiales encontrados, así como un pequeño análisis de las motivaciones que llevan a las adolescentes a usar Internet como medio de intercambio en relación con sus hábitos alimentarios.

2.4.5.Unidad didáctica 5. La edad adulta y la vejez en nuestra sociedad
Por último, en la unidad didáctica 5 os proponemos la lectura de dos textos para completar la información aportada por los materiales básicos.
  • En el primer texto, "El desafío del encuentro en pareja y en familia en la actualidad" (González, 2006), se habla de los cambios en las relaciones conyugales y de pareja motivadas por los cambios sociales y en valores, sobre todo en relación a la incorporación de la mujer a la vida activa de la sociedad. La autora propone los programas de formación de padres como intervenciones válidas que permiten acompañar a los adultos en la resolución saludable de sus relaciones conyugales y paterno-filiales al ofrecerles espacios de reflexión y de entrenamiento de habilidades comunicativas.

  • El segundo texto, "Educación en la vejez: hacia la definición de un nuevo ámbito en la psicología de la educación" (Villar, 2005), es un artículo de especial interés para la educación social, ya que plantea unas bases firmes de apoyo de los procesos educativos en una etapa de la vida en la que muchas personas cuestionan la utilidad de las intervenciones. Desde nuestro punto de vista, la intervención educativa en la vejez es tan importante como en cualquiera de las demás etapas vitales, ya que puede contribuir al aumento de la calidad de vida en esta etapa, así como a paliar los problemas de aislamiento, sedentarismo y deterioro.

  • Como actividad para esta última unidad didáctica os queremos acercar a un tema que, por ser tabú, condena a la exclusión a muchas personas ancianas en el mundo: el tema de la homosexualidad en la vejez. Aquí os dejamos el enlace a un vídeo alojado en la página de la BBC en el que se explica la situación del colectivo gay anciano en Estados Unidos: "La homosexualidad en la vejez". Os proponemos que a partir del visionado de este vídeo hagáis una propuesta educativa concreta para atajar este problema. Debéis de concretar a qué colectivo dirigiréis la acción educativa, cuáles serán vuestros objetivos, las actividades concretas que desarrollaréis y la forma de evaluación del éxito de vuestra propuesta.

2.5.Resumen de unidades y recursos

En la tabla 6 encontraréis las fichas resumen de los recursos y actividades propuestos en los subapartados 2.3 y 2.4 para cada unidad.
Tabla 6. Fichas de las unidades didácticas en las que se detalla la relación con materiales básicos, recursos complementarios y actividades

Unidad didáctica 1. Conceptos fundamentales y perspectivas teóricas en psicología del desarrollo

Material básico

1) El estudio del desarrollo humano: fundamentos y perspectivas teóricas principales

Cap.1, pp. 1-41

Otros recursos

Bronfenbrenner, U. (1985). Contextos de crianza del niño. Problemas y prospectiva. Infancia y Aprendizaje, 29, 45-55.

Kozulin, A. (2000). Piaget, Vygotsky y la revolución cognitiva. Instrumentos psicológicos: la educación desde una perspectiva sociocultural (cap. 2, pp. 51-76). Barcelona: Paidós.

Luria, A. R., Leontiev, A. N., y Vygotsky, L. S. (1986). Aprendizaje y desarrollo intelectual en la edad escolar. Psicología y Pedagogía (pp. 23-39). Madrid: Akal.

Muñoz Garrido, V. y Pedro Sotelo, F. de (2005). Educar para la resiliencia. Un cambio de mirada en la prevención de situaciones de riesgo social. Revista Complutense de Educación, 16 (1), 107-124.

Oliva Delgado, A. (2004). Estado actual de la teoría del apego. Revista de Psiquiatría y Psicología del Niño y del Adolescente, 4 (1), 65-81.

Actividades

Visualizad y comentad el documental Genie la niña salvaje: https://www.dailymotion.com/video/x4e5rf6

Unidad didáctica 2. El desarrollo cognitivo y socioafectivo durante la primera infancia y el desarrollo del lenguaje

Material básico

2) El desarrollo cognitivo del bebé y el desarrollo del pensamiento

Cap. 2, pp. 43-80

Cap. 5, pp. 135-159

3) Los inicios de la comunicación y el lenguaje y el desarrollo del lenguaje oral

Cap. 3, pp. 81-109

Cap. 6, pp. 161-187

4) El desarrollo afectivo, emocional y social

Cap. 4, pp. 111-131

Cap. 7, pp. 189-219

Otros recursos

Jové. R. (2009). La crianza feliz. Madrid: La Esfera de los Libros.

Gordon Wells, H. (2004). El papel de la actividad en el desenvolupament y la educación. Infancia y Aprendizaje, 27 (2), 165-187.

https://www.crianzanatural.com/ [Consulta realizada el 19 de mayo de 2009]

https://criatures.ara.cat/ [Consulta realizada el 26 de abril de 2018]

Actividades

Unidad didáctica 3. El desarrollo cognitivo y socioafectivo durante la segunda infancia

Material básico

5) El desarrollo cognitivo y socioafectivo desde los siete hasta los once años

Cap. 8, p. 223-262

Otros recursos

Comellas, M. J. (2006). Nuevas alternativas y modelos en la relación familia-escuela y profesionales de la comunidad. Cultura y Educación, 18 (3-4), 295-309.

Kozulin, A. (2000). Las aptitudes cognitivas de estudiantes inmigrantes o pertenecientes a minorías étnicas. Instrumentos psicológicos: La educación desde una perspectiva sociocultural (cap. 5, pp. 121-152). Barcelona: Paidós.

Ortega, R. y Mora-Merchán, J. A. (1996). El aula como escenario de la vida afectiva y moral. Cultura y Educación, 3, 5-18.

Torío López, S. et al. (2008). Estilos Educativos parentales. Revisión biliográfica y reformulación teórica. Teor. educ. 20, (151-178).

Actividades

  • Visualizad el libro sobre estilos educativos que encontraréis en: https://www.youtube.com/watch?v=TAFYrQK-ADk [consulta realizada el 26 de abril de 2018].

  • Comente el artículo "Los niños y la violencia en la televisión" (núm. 13), que proviene de un sitio web de recursos para la familia elaborado por la American Academy of Child and Adolescent Psychiatry (AACAP): https://goo.gl/DTs7oa [Consulta realizada el 19 de mayo de 2009]. Después elabore un programa de intervención dirigido a familias para disminuir las horas que los niños ven la televisión y sustituirlas por otra clase de actividades (disponible en el anexo 1).

Unidad didáctica 4. El desarrollo cognitivo y socio-emocional durante la adolescencia

Material básico

6) El desarrollo cognitivo durante la adolescencia y la primera juventud

Cap. 9, pp. 263-281

7) El desarrollo socioemocional del adolescente

Cap. 10, pp. 281-305

Otros recursos

Rodrigo, M. J. et al. (2006). Estilos de vida en la adolescencia y super Relación con los contextos de desarrollo. Cultura y Educación, 18 (3-4), 381-395.

Zacarés, J. J. y Iborra, A. (2006). ¿Es posible la optimización del desarrollo de la identidad en la adolescencia? Intervenciones más allá del autoconcepto. Cultura y Educación, 18 (1), 31-46.

Actividades

Leed el artículo "Ana y Mia: princesas en Internet". Haga una búsqueda usando tanto Google como Youtube, poniendo como palabras clave Ana y Mia, relacione el tipo de materiales que ha encontrado y analice las motivaciones que conducen las adolescentes a utilizar Internet como medio de intercambio en relación con los hábitos alimentarios: https://elpais.com/sociedad/2009/04/04/actualidad/1238796001_850215.html [Consulta realizada el 19 de mayo de 2009] (disponible en el anexo 2).

Unidad didáctica 5. El desarrollo durante la edad adulta y la vejez

Material básico

8) El desarrollo durante la edad adulta y la vejez

Cap. 11, pp. 305-327

Otros recursos

González, M. L. (2006). El desafío del encuentro en pareja y en familia en la actualidad. Cultura y Educación, 18 (1), 83-94.

Villar, F. (2005). Educación en la vejez: Hacia la definición de un nuevo Ámbito para la psicología de la educación. Infancia y Aprendizaje, 28 (1), 63-79.

Actividades

  • Véase el vídeo «La homosexualidad en la vejez»: https://news.bbc.co.uk/hi/spanish/multimedia/video/newsid_7886000/7886921.stm [Consulta realizada el 19 de mayo de 2009] (disponible en el anexo 3).

  • A partir del vídeo, haced una propuesta educativa concreta para detener el problema que se plantea a este colectivo. Se debe concretar a qué clase de personas dirigiréis la acción educativa, qué objetivos tendréis, las actividades concretas que desarrollaréis y la manera de evaluar el éxito de vuestra propuesta.

3.Anexo: artículos de reflexión

3.1.Anexo 1

Los niños y la violencia en la televisión n.° 13 (Revisado 4/99)

Los niños americanos miran televisión un promedio de tres a cuatro horas diarias. La televisión puede ser una influencia poderosa en el desarrollo de un sistema de valores y en la formación del comportamiento. Desgraciadamente, una gran parte de la programación actual es violenta. Cientos de estudios sobre los efectos de la violencia en la televisión en los niños y en los adolescentes han encontrado que los niños pueden:

  • volverse "inmunes" al horror de la violencia;

  • gradualmente aceptar la violencia como un modo de resolver problemas;

  • imitar la violencia que observan en la televisión;

  • identificarse con ciertos caracteres, ya sean víctimas o agresores.

Los niños que se exponen excesivamente a la violencia en la televisión tienden a ser más agresivos. Algunas veces, mirar un sólo programa violento puede aumentar la agresividad. Los niños que miran espectáculos en los que la violencia es muy realista, se repite con frecuencia o no recibe castigo, son los que más tratarán de imitar lo que ven. Los niños con problemas emocionales, de comportamiento, de aprendizaje o del control de sus impulsos puede que sean más fácilmente influidos por la violencia en la televisión. El impacto de la violencia en la televisión puede ser evidente de inmediato en el comportamiento del niño o puede surgir años más tarde y la gente joven puede verse afectada aun cuando la atmósfera familiar no muestre tendencias violentas.

Esto no indica que la violencia en la televisión sea la única fuente de agresividad o de comportamiento violento, pero es ciertamente un factor contribuyente significativo.

Los padres pueden proteger a los niños de la violencia excesiva en la televisión de la siguiente manera:

  • prestando atención a los programas que los niños ven en la televisión y mirando algunos con ellos;

  • estableciendo límites a la cantidad de tiempo que pueden estar mirando televisión;

  • considerando el hecho de quitar el televisor del cuarto del niño;

  • señalándoles que, aunque el actor no se ha hecho daño ni se ha muerto, tal violencia en la vida real deriva en dolor o en muerte;

  • negándose a dejar que los niños miren programas que contienen violencia y cambiando el canal o apagando la televisión cuando se presenta algo ofensivo, explicándoles lo que hay de malo en el programa,

  • no dando su aprobación a los episodios violentos frente a sus hijos, enfatizando la creencia de que tal comportamiento no es la mejor manera de resolver un problema;

  • contrarrestando la presión que ejercen sus amigos y compañeros de clase, comunicándose con otros padres y poniéndose de acuerdo para establecer reglas similares sobre la cantidad de tiempo y el tipo de programa que los niños pueden mirar.

Los padres también deben tomar ciertas medidas para prevenir los efectos dañinos de la televisión en temas tales como los asuntos raciales y los estereotipos sexuales. La cantidad de tiempo que los niños miran televisión, sin importar el contenido, debe ser moderada, ya que reduce el tiempo para que los niños lleven a cabo otras actividades de mayor beneficio, tales como leer y jugar con sus amigos y desarrollar aficiones. Si los padres tienen dificultades serias estableciendo límites, o mucha preocupación sobre cómo su niño está reaccionando a la televisión, ellos deben ponerse en contacto con un psiquiatra de niños y adolescentes para una consulta y ayuda.

https://www.aacap.org/page.ww?section=Informacion+para+la+Familia&name=Los+Ninos+y+la+Violencia+en+la+Television+No.+13 [Consulta realizada el 19 de mayo de 2009]

3.2.Anexo 2

Ana y Mia, princesas de Internet

Guillermo Abril – 04/04/2009

Ser 'princesa' es más que una imagen: es un estilo de vida. Una forma de adornar lo desagradable de los trastornos de la conducta alimentaria. Nos adentramos en el peligroso fenómeno de la anorexia y la bulimia en la red.

Bienvenidas. Éste es un blog para aquellas que buscan un sueño y que se sienten incomprendidas, que están cansadas de que todos vengan a decirles "no hagas eso, te estás matando, la felicidad no reside en el físico" y semejantes bobadas. Decidir luchar por un sueño es mucho más que pesar X kilos, es el esfuerzo, es la superación día a día, es la ilusión porque sabes lo que quieres, y sobre todo es conseguirlo :-). Espero que este blog no sea sólo un monólogo mío, porque creo que tenemos que estar unidas en esto, ayudarnos y darnos muchos ánimos. Porque nadie dijo que fuera fácil ser princesa".

Alejandra expresa su estado de ánimo a través de un fotolog, un espacio de Internet en el que los usuarios cuelgan una foto diaria y añaden un texto breve debajo. El anterior era su mensaje de bienvenida. A los diecisiete años, su felicidad es una ecuación inane que mide en función de su ingesta. Por eso ha sido un "finde perfecto", porque nadie más que ella ha controlado lo que comía. En tres días no ha sumado ni quinientas calorías.

Lo cuenta a través de una conversación en línea. Ella es una princesa, una prin de Valencia. Cursa segundo de bachillerato. Quiere ser arquitecta. Estudia mucho. Se exige todo lo que puede. Desgrana su "buen" fin de semana empezando por el sábado: "Quedamos las princesas de aquí para pasar la mañana juntas y comer por el centro. Comer = no comer nada". Fueron cuatro chicas a la cita, todas se habían conocido a través de distintas redes sociales de Internet. Y se explica: "Una princesa es aquella persona que tiene anorexia, bulimia u otro trastorno alimentario. Nos distinguimos por pulseras. Todas llevamos pulseras en nuestra muñeca izquierda y según el color tienes un trastorno o tienes otro. Es como para reconocernos". Cuentas rojas si eres Ana (anoréxica). Cuentas moradas si eres Mia (bulímica). "Ser princesa significa dejar de compadecerse y empezar a luchar por lo que te propones". Alejandra tiene una meta. Un final feliz para su cuento de hadas expresado en kilos: 50. Y ahí sigue, "luchando por un sueño". Nadie dijo que fuera fácil ser princesa.

Internet se ha convertido en el refugio de miles de jóvenes con trastorno de la conducta alimentaria (TCA); han creado un universo propio con sus símbolos y su imaginario, sus códigos, su lenguaje. Actualizan casi a diario un blog o un fotolog en el que desmenuzan la parte de su existencia que gira en torno a su cuerpo, a lo que comen, dejan de comer o "purgan". Todos interconectados. Lo adornan con fotos de sus thinspirations (del inglés, inspiración de delgadez), como la modelo Kate Moss o la actriz Keira Knightley; e imágenes de mariposas, libélulas y otros seres etéreos. Vestidos vaporosos, mujeres escuálidas con coronas y diademas. La belleza de aspecto frágil es el primer mandamiento de su iconografía.

Las chicas participan en foros, cuelgan vídeos en Youtube, se dan consejos y se apoyan. Se desahogan. "Ser princesa", comentaba a través del Messenger una chica de diecisiete años, "es más que una imagen. Es una forma de vida de cuento de hadas. Como el de las modelos y las actrices". Su blog tenía el nombre "48*", en referencia a su "meta", y en el subtítulo se podía leer: "Quod me nutrit me destruit [lo que me nutre me destruye, en latín]", una frase que la actriz Angelina Jolie se hizo tatuar en el abdomen.

Las comunidades pro-Ana y pro-Mia pasaron relativamente inadvertidas en sus orígenes. Eran webs de difícil acceso para no iniciados. Pero saltaron a los titulares y se disparó el estado de alerta. La primera en poner el grito en el cielo fue la influyente presentadora estadounidense Oprah Winfrey, que dedicó en 2004 uno de sus programas al fenómeno y dijo: "Estos sitios de Internet son como poner una pistola en manos de alguien que está deseando suicidarse". Comenzaron a cerrarse páginas pro-Ana y Mia. Ningún proveedor de servicios quería verse relacionado con estas ideas.

"Desde entonces, el fenómeno no ha dejado de crecer y consolidarse como una realidad", escribía José Miguel Campos en la revista Frenia, de historia de la psiquiatría (Vol. VII, año 2007). Después de cuatro años de estudio de las redes sociales de estas chicas, Campos, sociólogo de la comunicación, está convencido de que perseguir y cerrar páginas va contra la lógica de Internet. El número de webs pro-Ana y Mia creció un 470% entre 2006 y 2007, según la empresa de seguridad informática Optenet. Un crecimiento mayor que el de las páginas de redes sociales. "Nos creemos que cerrarlas es la solución. Mejor eso que nada, se suele decir. Pero puede que sea lo contrario: lo ocultas, lo estigmatizas, ellas se esconden, se crecen y radicalizan", explicaba Campos.

Muchas de estas chicas suelen incluir en un lateral de su diario digital el siguiente mensaje: "Este blog apoya la libertad de expresión". A Alejandra, la chica que sueña con pesar 50 kilos, le desactivaron el suyo poco antes de acceder a ser entrevistada. Al día siguiente abrió una nueva cuenta en www.fotolog.com, añadiendo a su antiguo nombre de usuaria un dos. Y dejó un comentario a sus amigas: "Si lo vuelven a cerrar será igual, pero con un tres, y así sucesivamente".

La apología de la anorexia y la bulimia no es un delito. Aun así, la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía (BIT) elaboró en 2008, por encargo de la Fiscalía de Madrid, un informe interno sobre el fenómeno pro-Ana y Mia en Internet. En él se aseguraba que existe "un número indeterminado" de páginas de este estilo en español, abiertas y accesibles a todo el público. El estudio perfilaba al usuario medio: mujer en un 95%; de entre 14 y 21 años; el 60% se está iniciando y no ha llamado la atención de su entorno familiar y social; el 23% se encuentra ya en una fase de desarrollo del trastorno y reconoce haber despertado la preocupación de ese entorno; el 17% dice encontrarse bajo tratamiento médico y psicológico. Enrique Rodríguez, inspector jefe de la BIT y director del informe, defiende el cierre de estas páginas, pero reconoce sus efectos adversos: "Hay que cerrarlas porque son perjudiciales. Pero tampoco es seguro que sirva de algo: las chicas enseguida abren otras y, además, se las encierra en un gueto, se queda en algo secreto. Y eso tampoco es bueno".

Maia vive en ese gueto. Escribe un blog al que sólo pueden acceder los usuarios que ella decida. No todos pueden ver su entrada del 1 de noviembre de 2008, en la que se ha borrado la cara de las fotografías. Otros días se ha dejado ver gritando desesperada a las tres de la mañana. Insomne. Fumando. Con lágrimas corriéndole el maquillaje. O vestida a la última, coqueta y alegre, lista para salir de casa. La ciclotimia está ligada a los TCA. Subidas y bajadas. Euforia y depresión. Por eso en noviembre la cara de Maia es una mancha pixelada. Ha colgado dos imágenes suyas de cuerpo entero, sólo cubierta con bragas y sujetador. El pie de foto dice: "Ésta soy yo a mis 42,6 kilos". Maia de frente y de espaldas. Su tripa parece un cuenco. Los omóplatos asoman como el muñón de unas alas que pelean por salir. Al lado ha colocado las mismas fotos, retocadas. El pie añade: "Y ésta soy yo adelgazada con Photoshop". Se ha reducido a la nada los muslos. Los brazos son dos alfileres. Maia no sólo se ha borrado la cara. Casi se ha borrado a ella misma.

Sobre la cabecera del blog de esta madrileña hay un divertido muñequito que se pasea por una cuerda. En un extremo del cabo se lee "56 kilos", su peso de hace un año. En el otro, la "meta", 40 kilos. El muñequito se posa con gracia sobre el peso actual de la autora. Maia tiene 21 años. Mide 1,56. La última vez que actualizó su blog, a finales de marzo, la cuerda marcaba 41 kilos.

El día que accedió a hablar para este reportaje, a mediados de septiembre, su estado de ánimo era: "A 5,5 kilos de mi meta, 9 asignaturas, 20 años y 11 meses de una vida por recuperar [...]. Me ha venido la regla (si puede llamarse así)". El discurso de Maia sorprende por sus incoherencias. Ella es consciente, es parte del trastorno. Se acababa de apuntar, contó, a una "carrera de kilos", en la que varias Anas y Mias se retan a perder peso. Cada acción tiene premio: el ayuno total son diez puntos; el semiayuno (infusiones, té, una fruta al día), nueve. Mirar thinspos, esas imágenes de bellas famélicas, dos puntos más. Maia justificaba su comportamiento: "La carrera empieza mañana y es absurdo porque quiero salir, me voy a tratar y, sin embargo, quiero controlarme, restringirme comidas. A esta última me apunté porque estoy volviendo a vomitar, y creo que si me controlo seré capaz de mantener dentro lo poco que coma".

A las dos semanas se presentó en una de las charlas informativas de la Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia (www.adaner.org). Fue allí acompañada de una amiga anoréxica que conoció en Internet. Y decía: "Me van a ver como una foca. ¿Anoréxica yo? Se creerán que voy por algún familiar enfermo". Este reportero aprovechó la oportunidad de conocerla en persona. La reconoció por las fotos de su blog. Ella balbuceó unas palabras y dijo que no se veía capaz de hablar cara a cara de su enfermedad. Ya lo intentó hace un tiempo con psiquiatras y psicólogos. Pero o callaba o mentía de forma compulsiva. "Es innato, una reacción de autodefensa...", dijo. Otra cosa era su blog o la correspondencia electrónica. Allí se sentía libre. Y lo necesitaba: "A veces me obligo a escribir para no dejar que esas pequeñas cosas queden dentro de mí, para no alimentar el monstruo que tengo dentro". Internet, dijo, es su válvula de escape.

La psiquiatra Carmen Ponce de León, jefa de la unidad de trastornos de la conducta alimentaria en el hospital Quirón (Madrid), se muestra escéptica con el cierre sistemático de estas páginas. "No se puede combatir con armas feudales un fenómeno de esta complejidad. Creo en la expresión escrita. Es mucho más poderosa que la oral. Internet podría dar lugar a una comunicación mejor de la que disponemos. Es una oportunidad para los terapeutas". Otra cuestión, matiza, son las referencias a las autolesiones y el suicidio. Muchas chicas se cortan en brazos y piernas con la creencia de que quemarán calorías o porque lo encuentran "liberador". La apología de esta conducta sí es un delito. "Se deberían desactivar las páginas en las que se incita a ello", subraya la doctora Ponce de León. "Los intentos de suicidio y las autolesiones son característicos de la enfermedad. Siempre han existido. Pero ahora se están dando en estadios más precoces."

Lo que no queda demostrado, asegura, es que el aumento de webs pro-Ana y Mia haya dado lugar a un incremento de enfermas. La ausencia de investigaciones recientes sobre desórdenes alimenticios en España hace imposible saber si existe mayor prevalencia que hace cinco años (el último estudio epidemiológico, de 2003, los situaba en el 4,7% de las mujeres). Un experimento sociológico de 2006 sí logró indicar cierta relación entre la visualización de páginas pro-Ana y Mia y la reducción de la autoestima: los visitantes se percibían a sí mismos "más pesados" después de entrar en ellas.

Hace un mes, Maia contaba en su válvula de escape su inexorable deterioro físico. Había perdido un 10% de su escaso peso en cinco meses: "Tengo la garganta inflamadísima, parece que tengo anginas o algo así; los labios llenos de heridas por la acidez de los vómitos y boqueras en los extremos que rajan mi boca haciéndola sangrar cuando la abro lo más mínimo...; tengo la piel seca con dermatitis, un diente roto, el pelo se me cae a puñados, mi mano izquierda está marcada con el emblema de mi dentadura, los dientes corroídos y desconozco el estado de mis órganos internos, pero a ratos tengo reflujo, diarrea, temblores, un frío insoportable o un cansancio horrible... Y de momento ando con retraso de la regla". Una semana después empezaba con la medicación tras ser acogida y diagnosticada en un centro especializado del que le informó Adaner. En su blog colgaba una foto de una joven con alas dibujadas y un texto: "Voy a recoger mis alitas rotas y las pegaré trocito a trozo y volaré...".

Maia comenzó a jugar con sus hábitos alimentarios a los 15 años. Internet no fue la causa, pero cuenta que sintió la necesidad de entrar en contacto con otra gente. La mayor parte de las chicas suele mencionar el "autocontrol" y no la red como uno de los detonantes. Alejandra, la prin de Valencia, comentó lo siguiente: "Empecé con bulimia hace dos años. Es como que no tenía el control sobre nada. Mi padre me controla en todo. Y era una forma de controlar algo yo misma: mi peso, lo que como, lo que no. Mi cuerpo. Así que seguí haciéndolo". Las causas de la anorexia y bulimia nerviosas son una incógnita para la ciencia, aunque se sabe que tiene algún componente genético relacionado con el perfeccionismo.

A los 16 años, en su camino hacia la perfección, Maia empezó a visitar el foro Pro Ana y Mia en español, alojado en Hispavista. En él, cuenta, había gente "realmente loca" que disfrutaba haciendo creer a las niñas que Ana y Mia eran sus amigas y nunca las abandonarían, que eran especiales por llevar ese estilo de vida. "En aquella época, para mí una anoréxica era una persona delgada y con fuerza de voluntad. Ahora lo veo diferente. El mundo de Ana y Mia es irreal, una enorme mentira. Ser princesa consiste en adornar todo lo que resulta desagradable de la enfermedad. Es mucho más bonito decir: 'Ayer llamé a Mia dos veces' que 'Ayer estuve dos veces en el baño vomitando hasta marearme o sangrar". Maia también cuenta que en estas páginas ha conocido a personas maravillosas que le han ayudado. "Te sientes muy sola e incomprendida. Nadie sabe nada, y ellas te entienden, conocen tu dolor y sufren como tú. Cuando he estado realmente mal, han intentado sacarme a flote. Igual que he aprendido de ellas otras maneras de hacerme daño, siempre me han ayudado".

Algunos psicólogos reconocen que Internet ha limitado una parte clave de su terapia, el grupo, porque las chicas ya encuentran ese refuerzo en la red. Para Protégeles (www.protegeles.com), asociación en defensa de los derechos de la infancia, el gran problema se encuentra en que un 17% de los menores que navegan por Internet visita páginas en las que se hace apología de la anorexia. El 70% de ellos, según esta asociación, no ha desarrollado aún un trastorno. "Y eso hace importante la intervención de las autoridades. Los menores están en un periodo crítico en el que se mueven por modas", dice Guillermo Cánovas, presidente de Protégeles. Gracias a acuerdos con los principales proveedores de servicio de Internet, como Yahoo o Microsoft, la asociación ha logrado que se cierren más de quinientas páginas de este estilo en los últimos dos años. En la mayoría de casos, sin orden judicial. "Desactivar las webs es una forma de decirles a estas chicas que no es bueno lo que hacen", concluye Cánovas. "Conseguimos romper el vínculo entre ellas. Se dispersan y dificultamos que niñas nuevas encuentren el contenido."

En esta misma dirección, el parlamento francés aprobó el año pasado una ley por la que el autor de una de estas webs podría arriesgarse a tres años de cárcel y una multa de hasta 30.000 euros. Pero quizá la censura no sea el camino, como demuestra un recientísimo estudio de la Universidad de Maastricht (Holanda) aparecido en el Internacional Journal of Eating Disorders. Los investigadores colocaron un mensaje de advertencia sobre el contenido de 150 webs que hacían apología de los TCA. El aviso, presente durante un año, logró disuadir a un tercio de los visitantes primerizos. "Se trata de una estrategia prometedora", concluye el estudio, porque el cierre de estas páginas "sólo tiene un efecto temporal; pronto reaparecen con otro nombre".

El caso del foro Pro Ana y Mia en español, apodado "Eliforum" por sus usuarios, es significativo. Cuando se abrió, en 2003, era un rincón libre en el que las princesas intercambiaban opiniones, consejos o tips para adelgazar. Registraba cientos de mensajes diarios. Con el tiempo, fue mutando hacia un espacio de crítica consciente sobre los TCA. El Eliforum evolucionó con sus usuarios. "Esto no es un foro pro-Ana y Mia", solían repetir los foreros en verano de 2008. "Somos enfermas. Queremos salir de esto. Si vienes a buscar consejo para adelgazar, lárgate a otro sitio". Los usuarios tenían una lucha personal contra las llamadas wannabes (del inglés wanna be, quiere ser), término con que se apoda a las primerizas.

El 8 de septiembre de 2008, Hispavista desactivó el foro a requerimiento de la Fiscalía de Guipúzcoa (la empresa se encuentra en San Sebastián). Esta compañía, al igual que Google, sigue la política de no cerrar sus páginas sin que exista una orden judicial. Tres meses antes, el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid había solicitado el cierre a los directivos de Hispavista, al considerar que el foro alojaba "contenidos inconvenientes o nocivos, que son aquellos que, si bien no infringen norma alguna, su recepción y asimilación por parte de menores de edad puede suponer menoscabo de su correcto desarrollo". También trasladó su queja a la Fiscalía. Y finalmente se logró cerrar la página.

Tan sólo unos minutos más tarde, los usuarios abrieron un nuevo Eliforum. Pero esta vez mucho más escondido, a salvo de miradas. Allí se vuelven a dejar cientos de mensajes diarios y se pueden leer conversaciones como ésta:

–Llevo un tiempo con atracones... Sintiéndome mierda, pero al menos conseguía no vomitar. El domingo lo hice y me sentí patética. Ocurrió fuera de casa antes de entrar a trabajar. Y hoy otra vez. Sé que no puedo quejarme. He pasado de vomitar cinco veces diarias (como hace dos años) a vomitar una vez a la semana. Sé que es un logro, pero últimamente no paro de pensar en lo mucho que he engordado. Y esto termina en atracón tras atracón. Estoy muy cansada. No paro de tener sueños que me hacen despertarme en la noche... Sólo quería escribir... Lo siento.

–Mi vida, ¿tú ves cómo has evolucionado? ¿Ves lo bien que vas? Estás mucho más positiva que unos meses atrás. Estoy muy orgullosa de ti. Te quiero.

https://www.elpais.com/articulo/sociedad/Ana/princesas/Internet/elpepusoc/20090404elpepusoc_1/Tes [Consulta realizada el 19 de mayo de 2009]

3.3.Anexo 3

El estigma de ser gay en la vejez

Para muchos ancianos homosexuales ocultar su sexualidad es la única solución para evitar ser discriminados.

En Estados Unidos muchos denuncian que los prejuicios de los cuidadores y las reglas de algunas residencias de mayores hacen que cada vez más ancianos homosexuales busquen apoyo en asociaciones de voluntarios.

Conozca la situación de algunos homosexuales mayores en Nueva York en este video preparado por Ramón Goñi, colaborador de BBC Mundo,.
https://news.bbc.co.uk/hi/spanish/multimedia/video/newsid_7886000/7886921.stm [Consulta realizada el 19 de mayo de 2009]

Bibliografía

Ainsworth, M. D. S. y Witting, B. (1969). Attachment and Exploratory Behavior of One-Year-Olds in a Strange Situation. En B. Foss (Ed.) Determinants of Infant Behavior. Vol. 4, pp. 111-136. London: Methuen.
Bowlby, J. (1999). Vínculos afectivos: formación, desarrollo y pérdida. Madrid: Morata.
Bronfenbrenner, U. (1982). La ecología del desarrollo humano. Barcelona: Paidós.
Bronfenbrenner, U. (1985). Contextos de crianza del niño. Problemas y prospectiva. Infancia y Aprendizaje, 29, 45-55.
Broughton, J. (1987). Introduction. En J. Broughton (Ed.) Critical theories of psychological development. New York: Plenum Press.
Bruner, J. (1997). La educación, puerta de la cultura. Madrid: Visor.
Bruner, J. (1998). Actos de Significado. Madrid: Alianza.
Burman, E. (1998). La deconstrucción de la psicología evolutiva. Madrid: Visor.
Burman, E. (2008). Developments, Child, Image, Nation. London: Routledge.
Chi, M. T. H., Glaser, R., y Farr, M. (1988). (Eds.)The nature of expertise., Hillsdale, N. J.: Erlbaum.
Cole, M. y The Distributed Literacy Consortium (2006). The Fifth Dimension: An after school program built on diversity. New York: Russell Sage Foundation.
Comellas, M. J. (2006). Nuevas alternativas y modelos en la relación familia-escuela y profesionales de la comunidad. Cultura y Educación, 18 (3-4), 295-309.
Cyrulnik, B. (2002). Los patitos feos. La resiliencia: una infancia infeliz no determina la vida.. Barcelona: Gedisa.
Dawkins, R. (2000). El gen egoísta. Barcelona: Salvat Editores.
Delval, J. (1994). El desarrollo humano. Madrid: Siglo XXI.
Flavell, J. H. (1979). Metacognition and cognitive monitoring: A new area of cognitive-developmental inquiry. American Psychologist, 34 (10), 906-911.
Flavell, J. H. (1963). The Psychology of Jean Piaget. New York: van Nostrand.
Freud, S. (1984). Esquema del psicoanálisis. Barcelona: Paidós.
Friedman, S. L. y Scholnick, E. K. (1997). The developmental psychology of planning: Why, how, and when do we plan? Mahwah, N. J.: LEA.
García Molina, J. (2003). Dar la palabra: deseo, don y ética en educación social. Barcelona: Gedisa.
González, M. L. (2006). El desafío del encuentro en pareja y en familia en la actualidad. Cultura y Educación, 18 (1), 83-94.
Gordon W. (2004). El papel de la actividad en el desarrollo y la educación. Infancia y Aprendizaje, 27 (2), 165-187.
Gould, S. J. (2003). La falsa medida del hombre. Barcelona: Crítica.
Jové. R. (2009). La crianza feliz. Madrid: La Esfera de los Libros.
Kozulin, A. (2000). Las aptitudes cognitivas de estudiantes inmigrantes o pertenecientes a minorías étnicas. Instrumentos psicológicos: La educación desde una perspectiva sociocultural (cap. 5, pp. 121-152). Barcelona: Paidós.
Kozulin, A. (2000). Piaget, Vygotski y la revolución cognitiva. Instrumentos psicológicos: la educación desde una perspectiva sociocultural (cap. 2, pp. 51-76). Barcelona: Paidós.
Lave, J. y Wenger, E. (1991). Situated Learning. Cambridge, M. A.: Cambridge University Press.
Luria, A. R., Leontiev, A. N., y Vygotsky, L. S. (1986). Aprendizaje y desarrollo intelectual en la edad escolar. Psicología y Pedagogía (pp.23-39). Madrid: Akal.
Morss, J. R. (1995). Growing critical: Alternatives to developmental psychology. London: Routledge.
Muñoz, V. y de Pedro, F. (2005). Educar para la resiliencia: un cambio de mirada en la prevención de situaciones de riesgo social. Revista Complutense de Educación, 16 (1), 107-124.
Oliva Delgado, A. (2004). Estado actual de la teoría del apego. Revista de Psiquiatría y Psicología del Niño y del Adolescente, 4 (1), 65-81.
Ortega, R. y Mora-Merchán, J. A. (1996). El aula como escenario de la vida afectiva y moral. Cultura y Educación, 3, 5-18.
Reich, W. (1980). Los padres como educadores: la compulsión a educar y sus causas. En V. Schmidt y W. Reich. Psicoanálisis y Educación. Barcelona: Anagrama (T. II).
Rodrigo, M. J. et al. (2006). Estilos de vida en la adolescencia y su relación con los contextos de desarrollo. Cultura y Educación, 18 (3-4), 381-395.
Rogoff, B. (1993). Aprendices del pensamiento: el desarrollo cognitivo en el contexto social. Barcelona: Paidós.
Rogoff, B. (2003). The cultural nature of human development. New York: Oxford University Press.
Scribner, S. y Cole, M. (1981). The psychology of literacy. Cambridge: Harvard University Press.
Siegler, R. S. y Shari, E. (1996). Piaget on childhood. Psychological Science, 7 (4), 211-215.
Tulving, E. (1972). Episodic and semantic memory. En E. Tulving y W. Donaldson (Eds.), Organization of memory. New York: Academic Press.
Valsiner, J. (2007). Culture in minds and societies: Foundations of cultural psychology. London: Sage.
Villar, F. (2005). Educación en la vejez: hacia la definición de un nuevo ámbito para la psicología de la educación. Infancia y Aprendizaje, 28 (1), 63-79.
Watson, J. B. (1930). Behaviorism. Chicago: University of Chicago Press.
Wells, G. (2001). Indagación dialógica: hacia una teoría y una práctica socioculturales de la educación. Barcelona: Paidós.
Wenger, E. (1998). Communities of Practice. Learning as a social system. En Systems Thinker, https://www.co-i-l.com/coil/knowledge-garden/cop/lss.shtml. [Consulta realizada el 19 de mayo de 2009].
Werscht, J. (1991). Voces de la Mente. Madrid: Visor.
Zacarés, J. J. y Iborra, A. (2006). ¿Es posible la optimización del desarrollo de la identidad en la adolescencia? Intervenciones más allá del autoconcepto. Cultura y Educación, 18 (1), 31-46.