Aunque los experimentos de Milgram han recibido fuertes críticas, algunas teoricometodologías,
otras éticas y muchas que insisten en el hecho de que no hay similitud entre las situaciones
experimentales y las situaciones de la vida real, lo cierto es que los resultados
de los experimentos están ahí. Tanto en situaciones provocadas en el laboratorio como
en situaciones reales, parece que las órdenes y el hecho de someterse a la autoridad
están por encima del sentido moral.
El último apartado se cierra con un examen de la relación entre el individuo y las
instituciones. Las instituciones son establecimientos sociales o conjuntos de reglas
por las cuales transcurre buena parte de nuestra realidad cotidiana. Éstas nos proporcionan
rutinas de conducta, normas, valores y elementos culturales. Suelen absorber buena
parte de nuestro tiempo e interés y tienen la cualidad de dotarnos de mundos o realidades
propias. Tienen un vector absorbente que se acentúa especialmente en las denominadas
instituciones totales.
La institución total es un lugar caracterizado por los rasgos siguientes: a) la ruptura
de las barreras que separan la residencia, el trabajo y el ocio; b) todos los aspectos
de la cotidianidad se desarrollan en un espacio único; c) las actividades diarias
se llevan a término en compañía de otros; d) las actividades están programadas, y
e) las actividades obligatorias integran a todos los participantes en un único plan
racional que obedece a objetivos de la institución. El estudio de las instituciones
totales es una buena herramienta para entender cómo inciden y generan fenómenos psicológicos
los parámetros sociales y culturales Concretamente, permiten entender cómo se producen
socialmente determinadas identidades. La relación individuo-institución nos permite
comprender cómo se generan subjetividades obedientes y complacientes con la autoridad.
La introducción a la psicología social se detiene en esta temática. Hemos revisado
la historia de la disciplina y su apuesta para entender la constitución social de
los fenómenos psicológicos; el tema de la identidad como ejemplo privilegiado de esta
constitución social; el tema de la organización de las actitudes, que mostraba cómo
se configuran nuestras ideas y predisposiciones a actuar y, finalmente, la explicación
de cómo se produce la influencia, la conformidad y la obediencia.
Esta introducción os proporciona la base necesaria para entender los contenidos que
aparecerán en otras materias del área de psicología social, asignaturas que tratarán
temáticas como las relaciones de poder, la dinámica grupal o la noción de organización
e institución.
A continuación describimos extensamente dos textos clásicos en el ámbito de la psicología
social. Se recomiendan especialmente para el trabajo que se realizará en esta asignatura
y también son un material de referencia útil para toda la formación en el área de
psicología social y cultural.
Al final del programa de la asignatura deberíais ser capaces de:
1) Comprender la naturaleza social, cultural e histórica de los procesos psicológicos.
2) Manejar ciertas herramientas conceptuales que os permitan entender y analizar la
realidad cotidiana como un suceso complejo constituido por fenómenos psicosociales.
3) Comprender cómo se constituyen socialmente fenómenos psicológicos concretos como
la identidad o las actitudes y sus dinámicas de cambio.
4) Entender y valorar la relevancia que tienen los mecanismos de influencia, conformidad
y obediencia a la hora de explicar acciones y relaciones sociales que pueden contradecir
nuestros principios o creencias.
5) Tener una visión global de la psicología social como disciplina científica, y también
de sus relaciones con otras disciplinas sociales y humanas.
C. Textos especialmente recomendados
1) J.R. Torregrosa; E. Crespo (comp.) (1984). Estudios básicos de psicología social. Barcelona: Hora
El libro de Torregrosa y Crespo es un texto clásico en el ámbito de la psicología
social producida en castellano. Su interés principal radica en el hecho de que es
una compilación de textos escritos por autores muy importantes en la tradición, y
que abarca un amplio abanico de temáticas. Así, tenemos páginas escritas por nombres
como Albert Bandura, Erich Fromm, Erving Goffman, Jerome Bruner, Henri Tajfel, Leon
Festinger y un largo etcétera de investigadores ahora considerados clásicos en la
disciplina.
Es importante tener acceso a los textos originales. Su lectura permite conocer de
primera mano el estilo en el cual se redactan y explican las investigaciones en psicología
social, permite que accedamos a las fuentes que manejan o manejaban estos autores,
que observemos cómo se definen ciertos conceptos, qué orientaciones teóricas son criticadas
o superadas, qué problemas intentan resolver, cómo se aplican determinados dispositivos
metodológicos, etc.
Este conjunto de escritos se agrupa en varias temáticas. Tenemos un primer capítulo
dedicado a las orientaciones teóricas principales. En éste se repasan aportaciones
que van desde el conductismo social hasta el interaccionismo simbólico. El segundo
trata sobre la percepción social. Reúne tres textos en los cuales se revisa la definición
de percepción social, cómo percibimos al otro y cómo se generan prejuicios a partir
de esta percepción. En una tercera parte, se reúnen cinco escritos sobre las emociones
y la motivación social. En éstos se establece la relación que existe entre constantes
culturales determinadas, patrones sociales y nuestra afectividad. En el capítulo cuatro
se trata la temática de la organización y el cambio de actitudes. En esta sección
se hace referencia a un escrito sobre el enfoque funcional de las actitudes, un texto
clásico sobre la reducción de disonancia cognitiva en ciertos contextos sociales,
otro sobre la importancia del grupo de referencia en el desarrollo de las actitudes
y el último sobre el dogmatismo como temática susceptible de ser analizada desde las
herramientas conceptuales que proporciona el tema de las actitudes. En el quinto capítulo
se recopilan cuatro de los textos más clásicos que existen sobre la influencia social
y el conformismo. Tratan sobre el papel que la fuerza de grupo ejerce en la formación
de normas y actitudes o en la modificación de juicios, sobre obediencia a la autoridad
y sobre los procesos de sumisión, identificación e internalización como nexos entre
el individuo y el sistema social. El capítulo seis detalla los elementos que intervienen
en los procesos de socialización. El capítulo siete está dedicado a las definiciones
de la nociones de norma y rol. Y el último trata sobre estructura y dinámica de grupo.
En este capítulo se analizan procesos como la atracción interpersonal, el conflicto,
la cooperación y se definen los ejes para una aplicación de la psicología social.
Finalmente, no tenemos que olvidar la misma introducción de Torregrosa y Crespo. En
esta introducción se presenta una buena panorámica de la historia de la psicología
social, se establece su relación con otras ciencias sociales y se revisan algunas
de las tendencias más recientes y también algunos de los problemas más candentes que
tiene la disciplina.
2) S. Moscovici (1984). Psicología social (2 vol.). Barcelona: Paidós
Los dos volúmenes de Serge Moscovici constituyen uno de los manuales más utilizados,
mencionados y referenciados en la psicología social de ámbito europeo. Concretamente,
son un conjunto de textos escritos por diferentes autores y editados por el que probablemente
hoy día es el psicólogo social más importante en Europa. Estos volúmenes son extremadamente
interesantes por dos razones. En primer lugar, es una obra que reúne muchas aportaciones
de los campos más relevantes de la disciplina. Y en segundo lugar, sus páginas constituyen
una crítica a la psicología social mainstream ('dominante en mundo académico'), un ejemplo de lo que se ha denominado la perspectiva europea en psicología social y, finalmente, ofrecen una visión de algunos experimentos originales que se pueden
encontrar descritos en el libro comentado con anterioridad.
La obra que edita Moscovici reúne buena parte del descontento que la psicología europea
ha manifestado hacia la psicología social de tipo experimental eminentemente norteamericana
que ha constituido durante mucho tiempo la corriente principal de la disciplina y
a la cual se acusa de individualismo metodológico y de olvidar el papel que debe tener
el aspecto social en sus formulaciones. Para los autores que participan en esta obra,
la psicología social debe ser más social. Debe prescindir del positivismo, proclamar
el carácter histórico de los conocimientos psicosociales, enfatizar el papel del lenguaje
en la realidad social e interesarse por los procesos concretos de la vida cotidiana.
Efectivamente, el primer volumen incluye temática como los procesos de influencia,
con capítulos dedicados a la conformidad y la obediencia, la innovación y la influencia
de las minorías, el cambio de actitud o la conformidad simulada y la conversión; las
relaciones interpersonales, con un capítulo sobre las relaciones íntimas; y los fenómenos
grupales, con textos dedicados a la creatividad de los grupos, las decisiones en grupo,
los procesos de grupo y jurados y las relaciones entre grupos. El segundo volumen
trata temáticas como la constitución del pensamiento social y los sistemas de creencias,
con capítulos dedicados a la epistemología del sentido común, la teoría de la atribución,
los sistemas de creencias y representaciones ideológicas, las representaciones sociales
y el lenguaje y la comunicación; otras temáticas tratadas son la relación entre psicología
social y problemas sociales, con escritos sobre el racismo, prejuicios y discriminación,
la psicosociología de la educación, la comunicación de masas, las masas y las multitudes
y la relación entre ciencia y sentido común.
D. Propuestas de reflexión
Finalizaremos esta presentación mostrando cómo nos pueden ayudar, los procesos y mecanismos
de análisis que encontraréis en los contenidos de los materiales, a comprender e interpretar
de otra manera los fenómenos sociales que experimentamos en nuestra vida cotidiana.
Pensamos, por ejemplo, en una de estas muchas noticias que aparecen en la prensa y
que explican que un grupo de jóvenes ha agredido a otra persona. La noticia nos sitúa
inmediatamente ante el fenómeno de la violencia, en general, y el supuesto fenómeno
de la violencia juvenil, en particular. La mayoría de las interpretaciones que acompañan
a estas informaciones se pueden agrupar bajo dos perspectivas. En la primera se ofrece
un enfoque individualista, psicologizante y patologizante del fenómeno. Se cualifica,
por tanto, a los agresores de enfermos mentales, de personas agresivas por naturaleza
o de inadaptados sociales. En la segunda, se plantea una perspectiva más sociologizante
y se habla de problemas educativos, de violencia institucional o de problemas de inserción
laboral y cultural. Sin desmerecer estos enfoques y reconociendo los elementos de
interés que tienen, la psicología social plantea explicaciones un poco diferentes.
¿Cómo hay que tratar el fenómeno de estos grupos de jóvenes violentos desde la psicología
social?
Las temáticas que estudiaréis en esta asignatura nos permiten tratar el fenómeno de
la violencia y atender dimensiones como la identidad, el grupo y la ideología. Dimensiones
que habitualmente escapan a las anteriores perspectivas. Nuestro análisis, además,
intentará mostrar que lo que denominamos social y lo que denominamos psicológico es un proceso único e indiferente.