El análisis de datos y presentación de una investigación cualitativa

  • Carles Riba Campos

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Introducción

En este último módulo cerraremos la asignatura con algunos de los aspectos fundamentales para la investigación cualitativa en criminología.
Primero presentaremos los diferentes tipos de materiales, como las transcripciones y los documentos.
En el segundo y tercer apartado conoceremos con más detalle diferentes maneras de analizar los datos recopilados. Primero hablaremos del análisis de contenido y después nos referiremos a la teoría fundamentada y el método Delphi.
Para terminar, haremos referencia al informe cualitativo y sus requisitos y contenidos.

Objetivos

Los objetivos que deberéis haber logrado una vez trabajados los contenidos de este módulo son:
  1. Conocer y poder identificar los diferentes tipos de material verbal utilizados en la investigación cualitativa.

  2. Pasar unos datos verbales hacia un texto escrito según diferentes reglas de transcripción.

  3. Aplicar el análisis de contenido.

  4. Distinguir diferentes tipos de análisis y conocer sus campos de aplicación.

  5. Aplicar los procedimientos de la teoría fundamentada.

  6. Realizar una investigación según el método Delphi.

  7. Redactar un informe cualitativo.

1.Transcripciones y documentos

1.1.Transcripciones

1.1.1.Introducción
Una vez más deberéis retroceder al módulo inicial de nuestra exposición para situaros respecto al tema que abordaremos a continuación. Debéis recordar que la observación documental, en cuanto que forma particular de observación indirecta, es una de las vías de actuación principales de la investigación cualitativa, una de las que ha permitido aproximaciones muy representativas de esta clase de investigación.
El investigador cualitativo a menudo analiza, interpreta documentos. En estos afloran o se ocultan, según los casos, los comportamientos, los valores, las creencias y las opiniones de la comunidad, grupo social o personas que se quieren estudiar.
Pero, por otro lado, incluso cuando el material de base sobre el que trabaja el investigador no corresponde a documentos originales, incluso cuando ha sido obtenido mediante técnicas de observación no participante y participante como las que hemos expuesto hasta ahora, también entonces este material de base a menudo acaba siendo un texto escrito, adoptando el formato de transcripciones, de copias en papel u ordenador de la conducta verbal registrada a los sujetos.
Finalmente, las propias anotaciones o registros narrativos del observador se pueden considerar documentos.
En definitiva, una parte importante de la investigación cualitativa acaba desembocando en el estudio de registros de las verbalizaciones de las personas o en los documentos o textos que estas crean.
Esto no solo justifica la inclusión de este tema en esta exposición, sino que además –como veremos–explica por qué el núcleo esencial de los análisis de datos cualitativos se concentra en el examen de los contenidos lingüísticos del habla, del discurso o de las narraciones de los sujetos. Por ello, a menudo, en relación con este punto, se dice que una parte troncal de la investigación cualitativa adopta un enfoque narrativo.
Desde esta óptica, os hablaremos de transcripciones y documentos en general: transcripciones hechas a partir de registros participantes o no participantes, y documentos escritos, contrastados con las transcripciones.
1.1.2.Precisiones conceptuales y terminológicas sobre transcripciones y documentos
En una transcripción el observador pone por escrito lo que el sujeto dice, utilizando notaciones especiales además de las propias de la escritura convencional.
Como ya hemos apuntado en diferentes lugares del texto, el investigador social, el criminólogo, puede recopilar información codificada sobre las acciones o conductas no verbales de los sujetos, o puede registrar directamente sus emisiones verbales; puede elegir entre anotar lo que la gente hace y lo que la gente dice, a pesar de que –obviamente– también puede hacer ambas cosas a la vez.
Cuando el observador cualitativo registra lo que la gente dice lo hace habitualmente mediante una grabación en soporte electrónico (vídeo, magnetófono), dado que poner por escrito directamente en un papel lo que un sujeto va diciendo exigiría un dominio excepcional de alguna de las técnicas taquigráficas existentes.
Pese a esto, el recurso de reproducir la cinta tantas veces como sea necesario también garantiza un nivel de fiabilidad del registro que, por el contrario, sería difícil de lograr.
De modo que una cosa es la transcripción de material "enlatado", grabado, puesto en soporte electrónico, y otra la transcripción en directo de aquello que dice una persona. Está claro que cuando se realiza la primera de estas operaciones también se pueden emplear símbolos de tipo taquigráfico, pero su utilización en este contexto no tiene los componentes de presión temporal y rapidez de ejecución que tiene cuando la transcripción es en directo; por lo tanto, el riesgo de error es menor.
Por otro lado, no debemos confundir la operación de transcripción con la de categorización o codificación. En efecto, una cosa es conseguir una copia fehaciente de aquello que un sujeto dice y otra clasificar esta información verbal en categorías de significado o de otro tipo. También desde este punto de vista es obvio que la codificación o categorización de la producción verbal de una persona difícilmente se puede hacer directamente, a medida que esta va hablando: es mucho más cómodo hacerla a partir de una grabación o –aún mejor– de una transcripción anterior. Pero, además de la comodidad, esta última opción es, sobre todo, más fiable en la medida en que evita sesgos introducidos por el observador cuando este se ve obligado a codificar sobre la marcha y aceleradamente las emisiones verbales de un sujeto –por ejemplo, de un sujeto entrevistado.
1.1.3.Fuentes de material transcrito y nociones de la técnica de notación de la transcripción
1) Fuentes. En términos globales, las transcripciones sobre las cuales puede trabajar un investigador cualitativo pueden tener tres procedencias:
  • Materiales procedentes de observación participante obtenidos con alguna de las técnicas de entrevista. Las entrevistas que producen más material textual son, lógicamente, las de tipo no estructurado, con respuestas abiertas, y las entrevistas en profundidad, en las que el entrevistador da la oportunidad al sujeto de desahogarse bastante libremente en el ejercicio de su capacidad verbal. En estos casos, la transcripción de una entrevista genera, por un lado, un texto de tipo dialógico o conversacional que refleja la interacción entre entrevistador y entrevistado y, por otro, secciones totalmente narrativas correspondientes a las intervenciones por separado del sujeto cuando este hace sus exposiciones o argumentaciones. En cambio, las entrevistas con aspecto de cuestionario o muy estructuradas, más que textos analizables o interpretables, dan lugar directamente a categorizaciones de la producción verbal del sujeto. Esta última ya ha sido canalizada desde el inicio del registro, por medio de las preguntas y de las alternativas fijas de respuesta, hacia donde quería el entrevistador.

  • Materiales procedentes de observación participante obtenidos mediante otras técnicas, diferentes de la entrevista. Así, por ejemplo, en un registro de incidentes críticos consignamos de hecho comentarios verbales del sujeto, igual que lo hacemos en un registro de especímenes o en modalidades de observación participante etnográfica en las que lo que diga un sujeto ofrece interés al investigador. Pero, fundamentalmente, los materiales sobre los que las técnicas de notación de las transcripciones se han desarrollado más y mejor son los del análisis conversacional, que podemos incluir en este párrafo si suponemos que los sujetos son conscientes de que se realiza un registro de su conversación (por ejemplo, con cámara oculta). A diferencia de la entrevista, esta clase de materiales generalmente excluye el discurso del sujeto dirigido específicamente al investigador. En compensación, abarca no solo las expresiones verbales del sujeto dirigidas a nadie en particular, sino también sus conversaciones con otros sujetos.

  • Materiales procedentes de observación no participante. Evidentemente, se tratará de investigaciones cuyo objeto de estudio incluye comportamientos verbales que tienen que ser registrados, junto a acciones no verbales o independientemente de ellas. Como en el caso anterior, los sujetos hacen comentarios verbales solos o hablan con otras personas; pero ahora el observador registra sus frases sin que se den cuenta.

Cualitativo
Extendiendo la acepción del término cualitativo, a los materiales enumerados hasta aquí podríamos añadir los que se derivan de procesos comunicativos no verbales, gestuales, posturales, expresivos. Como ya hemos visto (módulo 1, apartado 2.1, "Los métodos cualitativos: rasgos básicos"), la indagación cualitativa no descansa indefectiblemente en el material verbal, sino más bien en el material significativo, y este último puede estar vehiculado por comportamientos no verbales, como una configuración gestual o una expresión facial.
Además, también hay que admitir que algunas transcripciones cualitativas pueden recoger, en vez de producciones verbales, cadenas de segmentos gestuales y expresivos plasmados mediante notaciones convencionales, una especie de taquigrafía aplicada a la acción corporal comunicativa.
La literatura clásica sobre este tema en el área de la comunicación no verbal es abundante. Podéis ver, por ejemplo, una de las notaciones históricamente más elaboradas (aunque difícil de aplicar) en R. L. Birdwhistell (1979). El lenguaje de la expresión corporal. Barcelona: Gustavo Gili.
2) La técnica de notación de la transcripción. Convertir en lenguaje escrito lo que un sujeto dice o expresa verbalmente no debería exigir la posesión de ninguna técnica especial fuera de la de saber escribir o –mejor– la de saber escribir al dictado. No lo tendría que exigir, sobre todo cuando –como ya hemos dicho– esta conversión se puede hacer tranquilamente y por etapas a partir de una grabación.
A pesar de todo, una cierta capacidad de condensación puede ser útil cuando el material elegido tiene un cierto calado y, en estos casos, el conocimiento de alguna notación taquigráfica o similar ayuda a hacer más ágil la transcripción.
Ahora bien, donde la transcripción exige de manera más inevitable el desarrollo de notaciones adicionales, con objeto de hacerla fiel, es en la plasmación de los aspectos paralingüísticos y conversacionales del habla:
  • Entre los aspectos paralingüísticos se cuentan la entonación, la cadencia del discurso, las pausas, el alargamiento de fonemas, los sonidos orales (pero no verbales) que hace el sujeto (carraspera, tos, bostezos), etc.

  • Entre los conversacionales se consideran los turnos de conversación y las interrupciones y encabalgamientos del habla de los interlocutores, tal como ya hemos visto en la exposición de los rasgos principales del análisis conversacional.

Todos estos aspectos se deben recoger mediante símbolos desarrollados ad hoc por cada autor o, a veces, pedidos en préstamo a la lingüística. Obviamente, también se podrían describir por medio de lenguaje corriente, pero entonces el volumen de la transcripción llegaría a cotas que la harían inmanejable.
A continuación, incluimos uno de estos códigos o notaciones de transcripción, elaborado por Heritage en el ámbito de estudio del análisis conversacional.
Las intervenciones de los dos participantes del diálogo van en líneas consecutivas. Sobre la transcripción de las frases de los interlocutores se anotan los símbolos siguientes:

Símbolo

Descripción

Significado

[

Corchete de izquierda

Van en pares e indican el punto en el que hay encabalgamiento entre el habla de un interlocutor y del otro.

=

Igual

Se ponen uno al final de una línea y el otro a comienzos de la siguiente. Informan de la continuidad absoluta entre ambas (no hay pausa entre ellas ni encabalgamiento)

(Número)

Número entre paréntesis

Número de décimas de segundo que han pasado entre dos momentos de la conversación.

(.)

Punto entre paréntesis

Una pequeña pausa, menor de una décima de segundo.

................

Subrayado de frase o palabra

Alguna acentuación del habla, en forma de cambio de tono o volumen.

:

Dos puntos

Prolongación del sonido inmediatamente anterior. El número de marcas de dos puntos indica la magnitud de la prolongación.

Mayúscula

Palabras o partes de palabras con mayúscula

Expresan un volumen de voz relativamente alto en relación con el contexto.

.hhhhh

hhhhh

Filas de h precedidas por punto o no

Una fila de h precedida por punto indica inspiración (toma de aire). Una fila de h no precedidas por punto indica expiración (expulsión de aire).

()

Paréntesis vacíos

No se ha oído bien lo que decían los sujetos.

(Palabra)

Palabra entre paréntesis

No se ha oído bien lo que decían los sujetos, pero se pueden hacer conjeturas.

((................))

Dobles paréntesis

Son descripciones del autor, más que transcripciones.

.,?

Signos de puntuación

Tipo de entonación o deje de quien habla.

Veamos un ejemplo, a la fuerza parcial, de este tipo de transcripciones. Correspondería a la modalidad de material de entrevista no estructurada a la que hemos aludido más arriba.
Ejemplo
Se trata de una adaptación de un ejemplo de Heritage que figura en D. Silverman (1993). Interpreting Qualitative Data. Methods for Analysing Talk, Text and Interaction, 118. London: Sage. Aquí supondremos que el entrevistador es una asistenta social que habla con un padre de familia en dificultades, pues tiene la mujer en la cama. Entrevistador = E; sujeto = S. La línea se rompe por cambio de turno o –también– cuando la intervención dura más de un segundo.
E: Nos preguntamos si podemos hacer algo por ustedes.
S: [Bien, pss
E: [Quiero decir::::(3) ¿quizá podríamos ir a comprar o ayudarla en otras cosa:s? (7)
S: Es muy ama:ble señora.hhh Por ahora no hace falta:. De hecho tenemos los dos ni:ños en casa =
E: = Bien, bien. Si necesita cualquier co::sa =
S: = GRACIAS, gracias
Observad ahora un segundo ejemplo que ilustra las otras dos modalidades de transcripción antes también apuntadas, a saber, transcripciones a partir de materiales obtenidos fuera del contexto de entrevista (pero en observación participante) o a partir de registros observacionales no participantes:
Ejemplo
Las transcripciones a las que nos referimos ahora corresponden a la recogida de datos en un estudio sobre la conducta de los agentes de policía. Hay varias aproximaciones posibles al análisis de la conducta en este contexto, pero aquí nos ceñiremos a la que se relaciona con el tema que estamos trabajando, es decir, al registro y la transcripción de material verbal.
Un material así se podría recoger después de la actividad laboral propiamente dicha, mediante una entrevista. Pero esta posibilidad ya la hemos visto y, además, la información que nos diera un agente de policía en una entrevista no tendría la misma significación que los comentarios que pudiera hacer este mismo sujeto en el curso de su trabajo, con mucha más motivación y espontaneidad.
Por lo tanto, estos comentarios hechos a tiempo real, mientras el policía está haciendo su trabajo, son material verbal registrable.
A su vez, este material se puede obtener en situación de observación participante o de observación no participante. En la primera de estas opciones, el sujeto sabe que se está grabando su comportamiento; en la segunda no lo sabe. En un contexto como este, seguramente sería más deseable la última opción, dado que la primera induciría inevitablemente una dosis considerable de reactividad, difícilmente extinguible con la habituación del sujeto a la situación de ser observado.
En cualquier caso, los dos registros deberían dar como resultado transcripciones de los comentarios verbales del sujeto durante su trabajo, comentarios que acompañarían las frustraciones, contratiempos, fatiga, éxitos y fracasos. De modo semejante al ejemplo de la entrevista, el material verbal debería registrarse en paralelo con los acontecimientos que fueran sucediendo y con los aspectos paralingüísticos de la locución del sujeto.
Un registro de esta clase podría adoptar un aspecto como el que mostramos a continuación. Imaginad a un agente de policía en la comisaría. El registro empieza a las 9 de la mañana. El agente habla solo, si no se indica lo contrario. Para recoger los aspectos paralingüísticos del habla usamos las mismas notaciones de Heritage utilizadas más arriba:

Núm. de orden

Puntos temporales de registro

Comentarios verbales

Contexto de actuación

1

09.00.43

A ver qué día tendremos hoy hhhh! Parece que no tendremos problemas con radio, ¿verda::::d?

Coge la radio. Le llega el primer mensaje.

2

09.03.56

Esto se tiene que carga:r. ¡CADA DÍA IGUAL!

Enseña la radio a los otros compañeros.

3

09.05.21

Hombre... Parece que ya estamos funcionando.

Llega el segundo mensaje.

4

09.09.01

¿Qué::? HOY EMPEZAMOS ANIMADOS, ¿E:H?

Habla con un compañero.

(Material adaptado al tema de la criminología por parte de la autora).
Las transcripciones se pueden hacer de materiales verbales de diferentes procedencias, obtenidos de entrevistas y otros registros participantes o también de las verbalizaciones espontáneas de los sujetos en registros no participantes.

1.2.Documentos

1.2.1.Qué es un documento
Un documento es un texto elaborado por un sujeto, colectivo o institución, que constituye material analizable mediante alguna forma de análisis de contenido.
1) Básicamente, un documento es, pues, escritura, texto escrito, producido directamente por su autor y no transcrito por el científico.
2) A pesar de que a menudo se habla de documentos audiovisuales, nosotros preferimos obviar este término, dado que no encaja con la definición anterior, la más adecuada a los intereses empíricos de la criminología.
En efecto, buena parte del material audiovisual contiene conducta verbal y, por lo tanto, no constituye propiamente un documento entendido como texto escrito, puesto que, como acabamos comentar, sería la transcripción de estas verbalizaciones la que crearía el texto referido. Solo podríamos hablar de documentos audiovisuales cuando el material grabado o filmado no contuviera el habla de los sujetos y, en consecuencia, no requiriera transcripción; pero en este caso el "texto", en el sentido que dan a esta palabra los semióticos de la imagen y del cine, sería eminentemente icónico y tendría un interés más restringido para la ciencia criminológica.
Argumentaciones parecidas, dentro del marco de los intereses normales de la criminología, nos harían descartar materiales como una grabación radiofónica (que también habría que transcribir para sacarle jugo), sin hablar de los elementos culturales en principio ajenos a la comunicación activa, como vestidos, mobiliario u objetos de uso cotidiano, que a veces, en el contexto de investigaciones históricas o arqueológicas, son calificados de documentos. En cambio, sí que habría que admitir como documentos ciertos dibujos, sobre todo los que adopen una forma narrativa o dramática, realizados por niños, psicóticos, pueblos iletrados, etc.
3) Una primera aproximación, a vista de pájaro, al ámbito de la documentación de interés criminológico y social nos ofrece, aun así, una panorámica enormemente variada. Documentos analizables pueden ser los siguientes:
  • La agenda de reuniones de una sociedad

  • Una carta de amor

  • El artículo de un diario

  • Un informe de evaluación escolar

  • Una peritación

  • Un decreto político

  • El diario de un adolescente

  • Registros matrimoniales

  • Los estatutos de un club de fútbol

  • Las anotaciones de un niño en el libro de historia

  • Cartas de restaurantes

  • Anuncios de pisos para estudiantes en los carteles de una facultad

  • Memorias

  • Apuntes de clase

  • Etc.

Pero también pueden serlo:
  • Una autodescripción pedida por el terapeuta a su paciente.

  • Una crónica personal de la vida cotidiana a lo largo de un mes producto de una petición como la del caso anterior.

  • Un cuento solicitado por el maestro a los alumnos.

  • El relato de la niñez de un abuelo escrito por este dentro de las actividades de un centro geriátrico.

  • Etc.

4) Un documento puede tener valor por sí mismo y ser estudiado independientemente de cualquier otro material, o se puede analizar en asociación con otros datos de campo. Por ejemplo, un patrón de victimización descubierto mediante entrevistas en una zona rural se puede validar por medio del examen de los registros policiales.
5) Generalmente, un documento no se puede trabajar tal como llega a nuestras manos, sin preparación previa. Primero hay que clasificarlo y, si procede, archivarlo a sabiendas de una serie de datos sobre su significación, la temática esencial, el contexto de producción, la procedencia y así sucesivamente. Para ello se recomienda asociar los documentos a fichas o sumarios adjuntos en los que consten sus rasgos principales. Un formato posible, entre otros, es el que proponen Miles y Huberman y que incluimos (adaptado) a continuación:
Origen del documento:
Número del documento:
(entre otros conseguidos)
Fecha de recepción:
Fecha de archivo:
Persona receptora:
NOMBRE DEL DOCUMENTO:
.........................................................
CONTACTO O ACONTECIMIENTO ASOCIADO AL DOCUMENTO:
....................................................................................................
SIGNIFICACIÓN DEL DOCUMENTO:
...................................................................................................................................
FORMA DE ESCRITURA
..........................................................................................................
SUMARIO DE CONTENIDOS:
  • ...........................

  • ...........................

  • ...........................

  • ...........................

  • ...........................

1.2.2.Tipos de documentos
Los documentos se pueden clasificar a partir de diferentes criterios. No son clasificaciones gratuitas ni triviales; más bien al contrario, orientan decisivamente sobre la utilidad de cada documento y las posibles direcciones del análisis que hay que aplicar. Así, un documento personal suele exigir una interpretación más contextualizada y una contextualización más detallada que uno público.
Distinguimos entre documentos:

Públicos

Privados

Pueden ser registros oficiales que reflejan alguna transacción formal o contrato (como un certificado de matrimonio o un contrato de compraventa). También pueden ofrecer datos censales o estadísticas. Igualmente, incluyen cualquier documento que pueda ser distribuido o vendido (la prensa, la publicidad en los buzones, la propaganda electoral, la misma literatura, etc.).

Dan información sobre la sociedad y la cultura de la que provienen.

Son textos generados por razones personales, como un diario o una nota recordatoria pegada en la nevera. Constituyen los documentos propiamente dichos.

Dan información sobre la persona de la que provienen, información –eso sí– enmarcada en la cultura y sociedad en la que aquella vive.

Oficiales

Personales

Clasificación que se relaciona con la anterior, pero no coincide del todo. Un documento oficial es generado por una institución política o jurídica (aunque lo firme una persona concreta).

Estos documentos se encuentran en archivos públicos o de acceso restringido. A veces, el acceso a estos materiales depende de disposiciones legales.

O no oficiales. Un documento no oficial es generado por una persona o por un colectivo en cuanto que agregado de personas, no como grupo o sociedad despersonalizada.

El acceso a estos materiales no suele depender de requisitos legales, sino de la habilidad del investigador para obtenerlos. Suelen ser escritos en primera persona.

Creados a petición

Espontáneos

Son textos producidos como consecuencia de una petición explícita del investigador, como decíamos algo más arriba. El sujeto escribe porque solicitamos que lo haga; de lo contrario, no lo hubiera hecho. Se trata, pues, de material de observación participante con una cierta dosis de reactividad. El sujeto, conociendo que su texto será leído y analizado, se puede mostrar exhibicionista, exagerado; o bien, a la inversa, ambiguo o inhibido.

En contrapartida, la ventaja de estos documentos será que el texto podrá tener la forma que más nos interese y apuntará a los contenidos que preferimos, dado que estamos en situación de dar instrucciones al sujeto para que esto sea así.

Son textos generados espontáneamente por el sujeto o la sociedad que son autores de ellos; o –al menos– son textos no inducidos por una petición del investigador (pueden responder a la solicitud de otra persona diferente del investigador, está claro).

Se trata, pues, de material de observación indirecta sin nada de reactividad: cuando el sujeto ha escrito el texto no tenía la menor idea de que este sería leído, interpretado, analizado.

En contrapartida, el texto tendrá la forma y el contenido que el autor haya querido dar, y respecto a esto el observador poco podrá hacer.

Microtextos

Macrotextos

Corresponden a documentos cortos o relativamente cortos. No habría un criterio de longitud claro, pero el texto no pasaría de unas cuantas páginas ni sería menor de un párrafo. Por lo tanto, son documentos confeccionados a lo largo de un periodo de tiempo también corto, minutos, horas, días o semanas, según los casos. El referente básico sería la carta.

Estos documentos pueden llegar a tener una cierta estructura narrativa, pero esta es más laxa y menos elaborada que en los macrotextos.

Corresponden a documentos largos. En la práctica esto significaría que estamos ante documentos de muchas páginas.

Por lo tanto, se trata de documentos elaborados a lo largo de periodos muy largos de tiempos, durante meses, años o quizá durante toda una vida.

Los referentes básicos serían el diario o la autobiografía.

Son documentos con unidad narrativa o estilística y suelen revelar un plan de elaboración del texto.

Los documentos deben ir asociados a una ficha que los resuma y pueden ser públicos o privados, oficiales o personales, hechos a petición o espontáneos, microtextuales o macrotextuales.

2.El análisis de contenido

2.1.Conceptos básicos

El análisis de contenido es una metodología, en principio observacional, que permite aislar unidades, categorizar, medir y establecer relaciones en corpus de mensajes o textos.
2.1.1.Generalidades
En este apartado y los siguientes, sintetizaremos las líneas de análisis principales que se siguen a propósito de los materiales documentales y textuales descritos hasta aquí. Los datos obtenidos mediante las distintas técnicas de recogida de información expuestas, en cuanto que observación participante, no participante o documental, admiten vías también distintas de análisis, dentro –eso sí– de un marco común.
Este marco –recordémoslo una vez más– es el que establece la característica principal de los datos referidos, a saber, el hecho de corresponder a comportamiento humano con significado social y cultural, a materiales de comportamiento significativo y, dentro de este, a lo que se manifiesta por el canal verbal y es codificado y transcrito por el científico, o bien plasmado directamente en el papel por el propio sujeto en estudio.
En resumen, pues,
Aquello que se designa genéricamente como análisis de contenido es una metodología destinada, principalmente, al tratamiento y la resolución de datos verbales, transcritos o escritos, a pesar de que también se puede aplicar a signos y mensajes no verbales.
A pesar de todo, más allá de la homogeneidad relativa de sus materiales de estudio, el análisis de contenido incluye diferentes orientaciones que, como veremos, difieren bastante entre sí.
Por otra parte, conviene añadir que,
Desde una óptica cualitativa, el(los) significado(s) de las producciones verbales del sujeto constituye(n) la mayor vía de comprensión para el científico.
Por tanto, esta metodología no es tan diferente de otras consagradas a la observación de campo o resueltas en condiciones semicontroladas. Como comprobaremos pronto, las fases de la tarea de análisis recuerdan bastante a las del estudio de la conducta o la acción no verbal mediante observación sistemática: muestreo, clasificación o categorización, medida, etc.
Sin embargo, hay un aspecto en el que el análisis de contenido se aparta de la metodología observacional estándar, y es en su dependencia, mayor o menor según los casos, de los enfoques y las técnicas lingüísticas o semióticas, dependencia que será proporcional al grado en el que la investigación sea auténticamente cualitativa, es decir, se ocupe de signos y significados. Por medio de este prisma, autores como Duverger han considerado el análisis de contenido como un subconjunto de la semántica.
Significado
Nuestra presentación del análisis de contenido ha sido deliberadamente sesgada hacia el polo del significado. Somos perfectamente conscientes de que existen tendencias dentro del análisis de contenido que rehúyen o esquivan el significado. Aun así, nosotros hemos querido ofrecer una panorámica de esta metodología congruente con el enfoque cualitativo tal como aquí lo hemos entendido. Aceptada esta exigencia, el análisis de contenido debe recoger obligatoriamente la cuestión del significado, si no quiere perder la coherencia. Esto no significa que deba excluir las líneas de trabajo comprometidas con los aspectos más formales o cuantitativos del texto.
Considerad, por ejemplo, estas dos definiciones:
  • Según Berelson, el análisis de contenido es "el estudio cuantitativo de las características manifiestas de los mensajes".

  • Según Stone y Holsti, el análisis de contenido es "cualquier técnica que permite hacer inferencias a partir de la identificación objetiva y sistemática de ciertas características específicas de los mensajes".

Lectura recomendada

E. Woodrum (1984). "«Mainstreaming»" Content Analysis in Social Science: Methodological Advantages, Obstacles and Solutions”. Social Science Research (núm. 13, págs. 1-19). Observad que ambas definiciones evitan el término significado y, por el contrario, utilizan mensaje. De esto se puede deducir, en clave –precisamente– de análisis de contenido, que estos autores están situados en la órbita de la teoría de la comunicación y no en la de la lingüística o la semiótica.

Así, el talante hermenéutico o interpretativo del científico cualitativo se configura gracias al uso del análisis de contenido, que es el "banco de herramientas" indispensable para llevar a cabo sus interpretaciones.
Estas interpretaciones son básicamente contextuales, arrancan y descansan en el contexto en el que se inscribe la unidad textual o de otro tipo que hay que analizar. Para explicar de qué tipo de contexto hablamos, es obligado referirnos a un tramo anterior de nuestra exposición en el que hemos prefigurado esta noción.
A pesar de esta sintonía del análisis de contenido con las interpretaciones y –por lo tanto– las inferencias, sería un error creer que a cada texto o documento le corresponde una sola interpretación, la verdadera. Esta idea sería más propia de la exegesis de los libros religiosos o de los que son punto de origen de doctrinas ideológicas o políticas, más que de una mentalidad científica tal como lo hemos querido entender hasta ahora.
Ciertamente, a veces se piensa que el discurso escrito es más fácil de fijar de manera fiable en la forma y contenido que el verbal, menos controlable y más susceptible de variación en cuanto que dependiente de la memoria individual. Pero, a pesar de que es innegable que un texto escrito se presta más fácilmente al control de sus variaciones, también lo es que su sentido depende a menudo de quien lo lee y de su situación como lector en un mundo concreto.
Lectura recomendada

Si queréis profundizar más, podéis igualmente consultar D. R. Olson (1998). El mundo sobre el papel. El impacto de la escritura y la lectura en la estructura del conocimiento. Barcelona: Gedisa. En este volumen la cuestión de la polisemia de los textos es explorada sistemáticamente.

En relación con este tema, Ian Hodder señala:

"[...] el significado no reside en un texto sino en su escritura y en la lectura que se hace de él. A medida que el texto es releído en diferentes contextos, recibe nuevos significados, a menudo contradictorios, pero siempre incardinados socialmente. Así que no hay un significado «verdadero » u «original» de un texto más allá de los contextos históricos específicos desde los cuales es interpretado".

I. Hodder (1994). The Interpetation of Documents and Material Culture. En: N. K. Denzin; Y. S. Lincoln (ed.). Handbook of Qualitative Research (págs. 393-402). Thousand Oaks (Cal.): Sage. (La traducción es nuestra.)

2.1.2.Materiales del análisis de contenido
¿A qué materiales se aplica el análisis de contenido? Ya hemos respondido a esta pregunta de manera general en la definición de más arriba. Ahora la perfilaremos mejor. Esta metodología, en su acepción más general, se aplica a:
1) Textos personales espontáneos, categoría en la que incluimos, además de las cartas, diarios y otros documentos de los que ya hemos hablado, las producciones literarias (novela, poesía, teatro, ensayo), periodísticas (diarios, revistas), científicas (manuales, libros y artículos teóricos o aplicados) y las piezas de oratoria (sermones, discursos parlamentarios, etc.).
2) Archivos y documentos públicos u oficiales, como el código penal o civil, la redacción de las sentencias judiciales, los avisos y bandos de los ayuntamientos, los carteles de la dirección de tráfico, la propaganda electoral o política, las consignas...
3) Textos creados a petición, como un relato o narración que se solicita al sujeto, o las versiones finales que se negocian con él en una aproximación etogénica o etnometodológica, o los autoinformes.
4) Transcripciones de habla realizadas por el científico, de entrevistas o de dinámicas grupales o de conversaciones, registradas en vivo o en diferido.
5) Transcripciones elaboradas por el científico de comportamientos no verbales comunicativos o expresivos (gesto, postura, configuración facial, etc.).
6) Materiales no verbales pero estructurados como signos icónicos o simbólicos, en forma narrativa (historieta o cómico, vídeo, cine) o no narrativa (pintura, grafito, fotos, dibujos, imágenes de vallas publicitarias, etc.), que pueden incluir –además– una parte de texto o no incluirla.
El resto de nuestra exposición del análisis de contenido remite a las categorías 1-4, correspondientes a clasificaciones de documentos ya comentadas en los apartados anteriores y que son las que admiten un tratamiento más estandarizado dentro de esta metodología. Los materiales incluidos en 5 y 6 exigen otros recursos lingüísticos o semióticos para ser estudiados con un mínimo de garantía.
El análisis de contenido se aplica a textos o habla transcrita, pero también se puede aplicar a otros tipos de signos, no verbales.

2.2.Puntos de origen, direcciones y puntos de aplicación del análisis de contenido

El análisis de contenido en perspectiva cualitativa se orienta hacia la interpretación de significados en contexto expresivo o comunicativo.
El análisis de contenido, efectivamente, muestra dos vertientes muy marcadas, una más técnica y que se centra en la dirección de los métodos más cuantitativos, y otra más interpretativa, y con una tradición lingüística o semiótica detrás, que mira hacia aquellos campos en los que el trabajo es más cualitativo. Estas dos tradiciones se revelan ya desde los propios orígenes de esta metodología y se siguen manifestando en su puesta en práctica actual.
2.2.1.Puntos de origen y puntos de aplicación
Una parte importante del desarrollo del análisis de contenido ha ido indisolublemente ligada a las crisis sociales y políticas. El primer uso conocido de técnicas clasificables bajo este epígrafe se da en el marco de un conflicto religioso en la Suecia del siglo XVIII. Una colección de himnos, Cantos de Sión, era sospechosa de herejía y fue examinada a partir de la frecuencia y contextualización de ciertos símbolos religiosos en el interior de los textos.
En el siglo XIX, los periodistas de los diarios norteamericanos ya utilizaban recursos como el recuento de términos o palabras para averiguar las tendencias en la cobertura de las noticias. Ya en el siglo XX, estos procedimientos fueron aplicados al descubrimiento de estereotipos raciales en los libros de texto y en la prensa.
Pero el avance decisivo de esta línea de análisis de contenido se produjo en la Segunda Guerra Mundial. El Gobierno de Estados Unidos patrocinó un proyecto dedicado a la evaluación de la propaganda política enemiga. Harold Lasswell, encabezándolo, incrementó los recursos metodológicos disponibles hasta entonces y abrió su campo de aplicaciones.
En los años sesenta y setenta, el interés se desplazó de los textos periodísticos o propagandísticos a la fachada mediática de la sociedad norteamericana, particularmente a los contenidos televisivos y a temas candentes en aquel momento, como la segregación racial o de sexo.
Es fácil darse cuenta de que la infancia y la juventud del análisis de contenido, tal como han sido reseñadas hasta ahora, están vinculadas a la comunicación de masas y al universo cultural anglosajón. Esta, sin embargo, es la vertiente de este tipo de análisis menos abocado al estudio del significado. Junto a esta tradición existe otra más europea y más preocupada por el sentido de los textos y por el contexto que se les otorga. Su metodología (como ya hemos dicho, mucho más deudora de la lingüística) es, hasta cierto punto, independiente de la anterior y surge a finales del siglo XIX con voluntad de superar la crítica literaria, vista entonces como excesivamente arbitraria y personal. Durante el siglo XX, crece y se desarrolla a lo largo de diferentes vías de aplicación, como son la propia crítica literaria y artística, la antropología de raíz lingüística (disección de cuentos, mitos, fábulas) o las interpretaciones arqueológicas e históricas.
Naturalmente, estas dos tendencias entran a veces en contacto, de tal manera que nos podemos encontrar con investigaciones híbridas entre una y otra. De hecho, la teoría de la comunicación no es, ni mucho menos, incompatible con la lingüística o la teoría de los signos, y viceversa. El interés o la falta de interés por el desciframiento de significados y las interpretaciones depende –creemos– de factores ideológicos, más que teóricos o metodológicos.
2.2.2.Direcciones de desarrollo
Las dos tradiciones a las que acabamos de aludir se han perpetuado y continúan estando presentes en la investigación actual. Una tipología del análisis de contenido las debe recoger a la fuerza, de una u otra manera. Aun así, como ya hemos afirmado, estas tradiciones son compatibles, por lo que los esquemas de clasificación creados en torno a una y otra deberán poder superponerse, como iremos señalando.
De momento, proponemos una clasificación de las direcciones de desarrollo del análisis de contenido basada en el esquema central de la teoría de la comunicación. Después, expondremos otra de filiación plenamente lingüística o semiótica. Finalmente, examinaremos brevemente las correspondencias de las dos con la dicotomía cualitativo/cuantitativo.
1) Direcciones de desarrollo en el plano de la relación comunicativa
La teoría de la información y la comunicación proporciona un fondo adecuado en el que situar las orientaciones principales del análisis de contenido. El fondo al que nos referimos nos lo suministra el esquema bastante conocido de lo siguiente:
Emisor (codifica, emite) → mensaje → (recibe, descodifica) receptor
En este marco, el análisis de contenido se puede dedicar a estudiar:
a) Quién habla, es decir, el emisor y su código
En primer lugar, en este apartado entrarán las investigaciones destinadas a buscar al autor –anónimo en un principio– del texto que se halla bajo la mirada del analista. Asimismo, se incluirán todos los estudios comparativos de materiales homólogos pero procedentes de distintas fuentes. Sin embargo, en general el acento de este tipo de investigación recaerá en el descubrimiento, por medio del texto, de las peculiaridades psicológicas y sociales de su creador, de los códigos que emplea para expresarse o comunicarse. El ángulo variará según se trate de un autor en sentido estricto, que ha elaborado el texto por iniciativa propia, o de un individuo entrevistado o solicitado de alguna manera por el investigador. En el análisis de diarios, lógicamente, esta orientación centrada en el emisor está potenciada al máximo.
b) Qué dice quien habla, o el estudio del mensaje en sí mismo (texto u otro)
El énfasis cae ahora en los contenidos propiamente dichos, no totalmente al margen de su relación específica con un emisor o autor concreto o con otros elementos del contexto. Y es que estos contenidos, en cualquier caso, deben situarse en el fondo político, social y familiar en el que ha sido escrito el texto o realizada su transcripción (por ejemplo, se pueden comparar los temas de propaganda de la Primera y de la Segunda Guerra Mundial; o los mensajes de móvil enviados en el trabajo o durante las vacaciones; o los resultados de una entrevista realizada en casa y los obtenidos en el despacho del psicólogo).
A menudo, el análisis de contenido ha sido aplicado al estudio de las propias publicaciones criminológicas. Por ejemplo, K. D. Tunnell (1993). “Political Crime and Pedagogy: A Content Analysis of Criminology and Criminal Justice Texts”. Journal of Criminal Justice Education (núm. 4.1, págs. 101-114) o L. Hannon; L. R. Dufour (1998). “Still Just the Study of Men and Crime? A Content Analysis”. Sex Roles (vol. 38, núms. 1-2, págs. 63-71).
c) A quién habla el emisor o estudio del receptor
Estos análisis pueden empezar averiguando quién es el destinatario del mensaje, si este no se ha hecho explícito en el texto. Este punto no es un misterio en una carta pero lo puede ser en otros tipos de documentos periodísticos, propagandísticos, históricos. Con el vocabulario típico de la comunicación de masas, diremos que hay que determinar el público o la audiencia de los mensajes. Por otro lado, el destinatario explícito no siempre es el real. Frecuentemente mensajes que parecen dirigidos a un receptor se encaminan, en realidad, a otro muy distinto.
Posteriormente, una vez conocido el receptor, es necesario trazar su perfil, sus rasgos psicológicos y sociológicos como tal.
Cuando lo que estudiamos es material transcrito de entrevistas o registros similares, el destinatario de los mensajes analizados es el propio observador científico. En esta situación, las respuestas del sujeto, considerado como emisor, suelen estar mucho más mediatizadas por el destinatario –es decir, el científico– que en otros escenarios de comunicación.
d) Cómo, o el estudio de la relación entre la forma/contenido del mensaje y los efectos constatados en un destinatario
Este es uno de los rumbos principales del análisis de contenido en sus aplicaciones. No solo existe una relación entre el tipo de emisor y el tipo de mensaje, sino también entre este último y el tipo de destinatario elegido. La persuasión, la eficacia, en definitiva, la capacidad de un emisor para conseguir efectos en el entorno social que lo rodea se basan en esta relación.
El contenido de una carta que explica conflictos matrimoniales íntimos se enviará a un amigo o a un familiar cercano, no a destinatarios con los que no se tenga un vínculo de confianza; pero, además, la forma de la carta en cuestión variará según vaya dirigida a la madre o al padre, a un hermano o hermana mayor o a un amigo o amiga de la escuela. El lenguaje y estilo utilizados no serán los mismos en cada caso.
e) Con qué resultado, o el estudio de la respuesta del receptor
El efecto de un mensaje se detecta, precisamente, mediante la respuesta del receptor. El efecto de una pregunta de entrevista se conoce por la respuesta del entrevistado; el efecto de esta respuesta en el entrevistador (en una entrevista abierta, en profundidad) se conoce por la pregunta subsiguiente que este hace; y así sucesivamente. El efecto de una carta se reconoce en otra carta; el de la cabecera de un diario del Gobierno en la cabecera correspondiente de un diario de la oposición. Los diarios no tendrían propiamente receptor.
Cuando el emisor evidencia su previsión de resultados, esta se puede contrastar con los resultados observados.
En resumen, el análisis de la respuesta del receptor es el análisis de su forma y contenido, por lo que este apartado remite también al estudio del mensaje en sí mismo.
2) Direcciones de desarrollo en el plano semiótico o de valor de los signos
Una división clásica en la semiótica o teoría de los signos es la que distingue entre sintaxis, semántica y pragmática.
  • La sintaxis se ocupa de la forma y organización en el tiempo y el espacio de los signos aislados y de las secuencias o constelaciones de signos. En cierto modo, incluye los estudios del significante, es decir, del vehículo o soporte físico del signo, como es el sonido o el trazo gráfico de una palabra o la configuración visual de una señal de tráfico. En cuanto a los textos, adopta su sentido más popular o escolar y se interesa por el orden en el que las palabras se estructuran a lo largo del discurso.

  • La semántica estudia el significado en un sentido: el de la vinculación de la forma del signo (o significante) con objetos o hechos de la realidad circundante, tal como son percibidos por el usuario o la cultura en la que habita.

  • La pragmática estudia el significado en otro sentido: el de la vinculación de la forma del signo (o significante) con el propio usuario o emisor, con el destinatario o con diferentes matices del contexto o situación social en la que el signo concreto ha sido utilizado.

Estos tres vértices del triángulo semiótico están naturalmente unidos entre sí. El significado semántico completa al pragmático, y viceversa; y el orden sintáctico de las palabras o los signos es inseparable de los significados con los que se asocia.
Hechas estas precisiones, indicamos algunos de los caminos a lo largo de los cuales ha progresado el análisis de contenido en cada una de estas vertientes.
Lectura recomendada

Para hacerlo tomaremos como modelo elsiguiente artículo:

P. Navarro; C. Díaz (1995) “Análisis de contenido”. En: J. M. Delgado; J. Gutiérrez (ed.). Métodos y Técnicas Cualitativas de Investigación en las ciencias sociales (págs. 177-224). Madrid: Síntesis.

a) Análisis de contenido con orientación sintáctica
Hay un cierto contrasentido en juzgar que las aproximaciones sintácticas a un texto son "de contenido", dado que –como hemos dicho– se refieren sobre todo a la forma y al orden. Sin embargo, también hemos dicho que el contenido o significado de un texto está marcado por la forma de las palabras y de las oraciones, por su estructuración secuencial.
  • Las denominadas técnicas de análisis de la expresión (aquí, equivalente a forma) pertenecen a esta orientación. Potencian conceptos como el de variedad léxica o el de cociente gramatical, longitud de frase, etc.

  • La estilística cuantitativa también pertenece a esta. Una de sus aplicaciones, el descubrimiento de la autoría de textos anónimos, la vincula con la pragmática y con las tendencias de los estudios de comunicación que se interesaban por el emisor.

  • El análisis automática del discurso intenta llegar al sentido de un texto a partir de su estructura morfosintáctica (objetivo, para muchos, imposible o ilícito). Con una perspectiva más sociológica, podemos introducir aquí el trabajo de Basil Bernstein, que relaciona las categorías gramaticales y sintácticas usadas por niños de diferentes clases sociales con los códigos de la clase de procedencia mencionada.

Estudios cuantitativos
Dentro de la orientación sintáctica, y con voluntad de ser integradores, nos podríamos permitir incluir una serie de perspectivas puramente formales, a pesar de que a menudo ni siquiera evidencian una formulación claramente semiótica. Se trataría de estudios cuantitativos, que a menudo han recurrido a medidas de frecuencia para valorar la presencia de temas, palabras o partes de la oración en diferentes textos (diferentes diarios, diferentes autores literarios, diferentes épocas). Unas veces los índices obtenidos se comparan con índices de utilización estándar o poblacional. En otras, se calculan índices de riqueza o variedad de vocabulario o de competencia sobre los recursos gramaticales (uso de adjetivos, adverbios, conjunciones, etc.).
b) Análisis de contenido con orientación semántica
Esta es la línea de análisis de contenido por antonomasia. En la tipología de comunicación, correspondería al estudio del contenido del mensaje en sí. Como veremos, su estrategia general implica la elaboración de sistemas de categoríasverbales para clasificar las partes del texto.
Los estudios de evaluación de Osgood serían un primer ejemplo de esta orientación clásica. En estos, se trata de averiguar el significado tal como ha sido asignado por el sujeto, al margen de su valor "oficial". Es un abordaje semántico y no pragmático, porque el significado es aislado respecto a un sujeto, pero no se hace depender de él. Distingue entre objetos de actitud (nombres o pronombres), términos evaluativos (adjetivos, nombres, adverbios) y conectores verbales. Otra aproximación debida a Osgood es el análisis de contingencias, en el que cada palabra se relaciona sistemáticamente con las que la rodean y delimitan su contexto de ocurrencia.
Los análisis estructuralistas se acercan a los textos como manifestaciones superficiales de un sistema subyacente, en forma de elementos interrelacionados de una cierta manera. Este sistema es el que hay que poner a cuerpo descubierto.
La Q-análisis también adopta un punto de vista relacional y lo resuelve matemáticamente. Una noción esencial es la de jerarquía de conjuntos de cobertura, similar a la de sistema de categorías. El conjunto jardín cubriría los conceptos de césped, flor, árbol, etc. Pero árbol, a su vez, también estaría regido por el conjunto vegetal. Por lo tanto, en estos conjuntos los términos de un nivel no tienen una relación de exclusividad respecto a los del nivel superior. Cada término se puede relacionar con uno o más términos que lo cubren. Esto diferencia este enfoque de los que utilizan categorizaciones tipo diagramas de árbol, en los que la exclusividad es total. Estas últimas son las que hemos utilizado en otros lugares del texto.
c) Análisis de contenido con orientación pragmática
  • La perspectivainstrumental de George y Mahl quiere recoger las circunstancias en las que se produjo un texto. Este tendría un valor eminentemente instrumental, valor asignado a partir de la intención con la que se creó y de las consecuencias que provoca en el destinatario.

  • El análisis de la expresividad (que no de la expresión) investiga la influencia de las emociones en la modulación del texto. Su campo natural de aplicación son las transcripciones de lenguaje oral.

  • El análisis conversacional, desarrollado por Sacks, se preocupa sobre todo de los turnos de la conversación como medio para controlar al interlocutor y lograr los efectos buscados en él.

En el ámbito anglosajón, el análisis de contenido se orienta a menudo en una dirección pragmática. El lenguaje, en la estela de Wittgenstein y Austin, es entendido como una forma de acción capaz de conseguir efectos diferentes por medio de distintos usos.
En el ámbito francés, el análisis de la enunciación tiene en cuenta la relación de cada discurso con el sujeto que lo ha producido y con aquel al que va dirigido.
Un autor de referencia obligada en este campo, Krippendorf, se interesa por la dependencia mutua entre las instituciones y las comunicaciones que estas lanzan, modeladas por determinadas reglas. Es un enfoque sistémico-comunicacional.
Como veis, esta orientación pragmática del análisis de contenido es, en general, la que mejor sintoniza con el enfoque comunicacional: los contenidos se relacionan con el sujeto, sus efectos, el destinatario, el contexto, etc.
3) Direcciones de desarrollo en el plano de la oposición cualitativo/cuantitativo
En este punto de la exposición, debe ser ya una noción de referencia y bien fijada el hecho de que los métodos cualitativos proporcionan, sobre todo, herramientas para trabajar con la interpretación y el significado. Por lo tanto:
a) Análisis de contenido cualitativo
El análisis de contenido genuinamente cualitativo será el que presente una fachada semántica o pragmática, la que se ocupe –valga la redundancia– de auténticos contenidos y no, o no tanto, de las formas que los envuelven.
En un terreno más operacional, este análisis empleará un recurso de clara filiación lingüística, como es la constatación de la presencia/ausencia de elementos o rasgos, y se consagrará a la construcción de tablas o sistemas de parecidos y diferencias o a la busca de núcleos generativos del texto.
Lo que distingue el enfoque cualitativo no es el rechazo incondicional de la cuantificación, sino la manera de hacer las inferencias: estas se derivan de la presencia/ausencia de alguna característica, no de su frecuencia.
b) Análisis de contenido cuantitativo
Por el contrario, el análisis de contenido cuantitativo se dedicará con preferencia a estudiar las formas de los mensajes o los textos, su organización interna, la distribución de los elementos, etc.
En un terreno más operacional, este análisis empleará un recurso de clara filiación observacional y estadística, como son las medidas de frecuencia de elementos o rasgos.
Lo que distingue el enfoque cuantitativo no es tanto el uso de la cuantificación como la manera de hacer sus inferencias: estas se derivan de la frecuencia de una característica, no del hecho de que esté presente o ausente del texto o el contexto.
El análisis de contenido adopta varias direcciones de trabajo: hacia el emisor, receptor o mensaje; hacia la sintaxis, la semántica o la pragmática; hacia la frecuencia o la presencia/ausencia de rasgos.

2.3.Unidades de análisis

En el resto de este módulo, trataremos de dar una idea general de los procedimientos troncales del análisis de contenido, centrándonos en el aislamiento de unidades de análisis y en la categorización.
Sobre un corpus textual, el análisis de contenido aísla unidades de registro textuales y contextuales y establece la correspondencia entre sí.
Sabemos que, indefectiblemente, las unidades de análisis que utilizará el análisis de contenido se localizarán en el texto, serán unidades textuales. Sin embargo, habrá que añadir a este principio inicial que, según la orientación cualitativa e interpretativa de esta clase de análisis, no solo necesitamos unidades de registro en cuanto que puros "acontecimientos" o piezas del texto, sino que también debemos asociarlas con sus contextos de ocurrencia, que son los que nos permitirán otorgarles un sentido. Por lo tanto, el análisis de contenido cualitativo tiene como objetivo principal relacionar sistemáticamente unidades de texto con su contexto de ocurrencia y, a partir de las pautas de correspondencia detectadas, hacer una interpretación.
En resumen, el registro de información para un análisis de este tipo se dirigirá tanto a unidades textuales como a unidades contextuales. Las dos conformarán un registro completo de análisis de contenido.
2.3.1.Unidades textuales
Las unidades textuales forman el nivel más elemental de referencia, y el más molecular, del análisis. Su pequeñez tiene, como límite, la pérdida de significación. Es decir, al menos en una aproximación cualitativa, la unidad más pequeña debe ofrecer algún significado, por lo que ya os podemos avanzar que este límite estará en la palabra. Por esta razón, estas unidades también se denominan de relevanciao significación.
Al margen de esto, sus características y tamaño dependen, como sería de esperar, de los objetivos de la investigación, de las medidas que, posteriormente, tenemos la intención de emplear y del tipo de inferencias que queremos llevar a cabo.
Las unidades textuales deben ser perfectamente discernibles en cuanto que segmentos de escritura y se han de poder relacionar entre sí.
Las más utilizadas son la palabra y la oración, pero también se usa la frase, los párrafos, los temas (esta es de delimitación difícil) o incluso el texto entero.
2.3.2.Unidades contextuales
La unidad contextual o contexto mínimo es el menor segmento de texto necesario para interpretar una unidad textual. Las unidades textuales, por sí mismas, pueden ser descritas pero no interpretadas. Para ser interpretadas o para atribuirles un significado hay que ponerlas en contexto, en relación con el entorno lingüístico o de otro tipo que las rodea y es relevante para ellas. Estas relaciones pueden ser de dos clases, intratextuales y extratextuales, por lo que distinguimos dos clases de contextos correspondientes.
1) Contextos intratextuales (o textuales a secas). Son aquellos a los que se vinculan las unidades textuales dentro del mismo texto; por lo tanto, son entendidas en el entorno lingüístico, textual, que las contiene, y que coincide con un segmento de escritura que las precede y con otro que las sigue, en conformidad con la pauta global de interpretación contextual que ya hemos proporcionado en su momento.
Por lo tanto, estos contextos pueden tener diferentes amplitudes, según –por ejemplo– si solo abarcan la palabra anterior y la posterior, o las dos anteriores y las dos posteriores, o las tres anteriores y las tres posteriores, etc.
El contexto intratextual es el que prefiere el estructuralismo y el que utilizan las investigaciones lingüísticas y semióticas.
Contexto precedente
En una transcripción de entrevista, el contexto precedente de cada respuesta del sujeto podría ser la pregunta previa del entrevistador, mientras que el consiguiente se podría localizar en la pregunta siguiente (si se trata de una entrevista abierta y en profundidad, que se adapta sobre la marcha) o ser declarado ausente (si se trata de un cuestionario rígido, que no puede recibir la influencia del entrevistado).
En un diario, si tomamos como unidad textual la anotación correspondiente a cada fecha del calendario, el contexto precedente podría ser la anotación del día anterior y el consiguiente, la del día siguiente.
2) Contextos extratextuales. Son aquellos a los que se vinculan las unidades textuales desde dentro afuera del texto. Estos contextos corresponden a las circunstancias en las que se elaboró el texto, a sus condiciones de producción. Los contextos extratextuales se consideran unidades textuales relativamente molares o grandes. Esto es de sentido común. En general, no parece muy prometedor relacionar el uso de una sola palabra, por ejemplo, con la crisis familiar en medio de la cual alguien la puso sobre el papel; parece más fructífero unir esta crisis a unidades temáticas o a documentos enteros. El contexto extratextual es el preferido por los estudios sociológicos y por la crítica ideológica.
Estas unidades de registro de texto y de contexto son codificadas mediante símbolos o notaciones que permitan reconocerlas y forman la base sobre la que se edificará el futuro sistema de categorías o variables que permitirán cuantificar el registro, tal como veremos a continuación.
Las unidades textuales principales, palabra y oración, son de tipo gramatical o formal; las unidades contextuales pueden ser intratextuales y extratextuales.

2.4.La categorización en el análisis de contenido

Cerraremos esta introducción al análisis de contenido con algunas consideraciones imprescindibles sobre la manera de trabajar sobre el material textual mediante técnicas de categorización.
Las categorías textuales o de contenido son las variables sobre las cuales el analista hace sus inferencias.
2.4.1.La categorización de unidades de registro codificadas
Como ya hemos establecido en el módulo "La observación participante y no participante en perspectiva cualitativa", un sistema de categorías es una clasificación lógicamente correcta del comportamiento. Podemos aplicar el mismo principio, ahora al texto, en el caso de un sistema de categorías de contenido: este es, antes de nada, una clasificación del material textual. Los criterios de clasificación utilizados para categorizar un texto estarán dictados, como suele ocurrir, por los objetivos del análisis, pero también por el entorno teórico en el que se mueve el científico.
En términos generales, estos criterios se pueden considerar semióticos o comunicacionales, a pesar de que esta adscripción no siempre se haga explícita. Por lo tanto, encajan en el abanico de orientaciones del análisis de contenido ya enumeradas antes. Comparad los criterios elegidos en los dos ejemplos siguientes:
La primera clasificación es de Berelson (un pionero del análisis de contenido) y Salter. Ordena los objetivos vitales que pone de manifiesto el lenguaje de las telenovelas y revistas populares.
1. Objetivos afectivos o "del corazón"
1.1. Amor romántico
1.2. Matrimonio estable
1.3. Idealismo
1.4. Afecte y seguridad emocional
1.5. Patriotismo
1.6. Aventura
1.7. Justicia
1.8. Independencia
2. Objetivos racionales o "de la cabeza"
2.1. Capacidad de resolver problemas concretos
2.2. Promoción o progreso personal
2.3. Dinero y bienes materiales
2.4. Seguridad económica y social
2.5. Poder y dominación
La segunda es de Stewart y analiza contenidos de la prensa americana distinguiendo entre hechos y comentarios y, dentro de cada una de estas clases, separando diferentes subcategorías:
1. Hechos
1.1. Hechos presentados como ciertos
1.2. Hechos presentados como posibles
1.3. Hechos cuya certeza se valora por un juicio
1.4. Hechos cuya incertidumbre es objeto de valoración
2. Comentarios
2.1. Personales del autor o de la fuente directa de procedencia
2.2. Indirectas del emisor o fuente determinados
2.3. Indirectas del emisor o fuente no determinados
2.4. Citación directa de fuente determinada
2.5. Citación directa de fuente no determinada
2.4.2.Construcción de un sistema de categorías de análisis de contenido o AC
El proceso de construcción de un sistema de categorías AC se puede poner en paralelo con el de un sistema de categorías conductual. Sin embargo, existen diferencias entre ambos procesos y que estas no se pueden menospreciar, en cuanto que derivan de la naturaleza, también diferente, de la materia prima sobre la cual trabajan unos y otros sistemas: textos y registros narrativos.
De hecho, el material sobre el cual se construye un sistema de categorías AC no es el texto en bruto, sino, como también hemos visto, el registro de unidades de texto y contexto, preclasificadas, cada una con un código (número, letra) que ya lo adscribe a un tipo o clase. Es a este conjunto de codificaciones al que se suelen aplicar los criterios clasificatorios.
2.4.3.Estructura de un sistema de categorías de análisis de contenido o AC
La estructura de un sistema de categorías AC debe satisfacer las exigencias de una clasificación lógica, tal como las satisfacían los sistemas de categorías conductuales. Aun así, recordemos que estos últimos debían obedecer a dos tipos de reglas, unas semánticas o conceptuales y otras temporales y vinculadas a la continuidad del registro. No obstante, en ambos casos el sistema debía cumplir condiciones de exclusividad y exhaustividad que se expresaban, eso sí, de manera diferente en cada modalidad de regla.
Pues bien, en la elaboración de un sistema AC, las reglas temporales de exclusividad y exhaustividad no cumplen ninguna función, en cuanto que condiciones de la clasificación.
  • Las categorías de un sistema conductual son anotadas a lo largo del tiempo, dentro de una sesión y cumpliendo un plan de registro, por lo que pueden y deben obedecer a criterios de organización temporal, como que dos categorías no se puedan dar a la vez o que no haya intervalos de registro vacíos.

  • En cambio, cuando la base de la categorización es una serie de unidades texto en contexto, la clasificación debe ordenar un material hasta cierto punto estático, que no cambia; es la lectura la que introduce el transcurso temporal, no el texto en sí.

En el caso de las transcripciones, esta distinción continúa siendo cierta. Aunque el habla entre dos conversadores fluya en el tiempo y haya sido registrada progresivamente a lo largo de una sesión, aunque las intervenciones se encabalguen, la transcripción aparecerá ordenada secuencialmente y estabilizada como texto. Eso sí: podremos utilizar una codificación textual que nos indique cuándo hay interrupciones o encabalgamientos, tal como se hace en el análisis conversacional. A fortiori, podríamos decir lo mismo a propósito de la transcripción del habla de un único sujeto narrador.
En consecuencia, las categorizaciones AC solo se rigen por reglas semánticas o conceptuales de exclusividad y exhaustividad. A pesar de todo, también la primera de estas aparece bajo una luz diferente que en los sistemas conductuales, dado que ahora su cumplimiento no es exigible en todos los niveles de organización del sistema, sino solo en el propiamente categorial. Esto provoca que los sistemas AC no siempre adopten íntegramente la forma de diagrama en árbol, sino también –al menos parcialmente– la de tramacombinatoria. Explicamos esta peculiaridad a continuación.
  • En un diagrama en árbol como los de los sistemas no AC o conductuales, un elemento de un nivel superior (objeto de estudio, categoría, subcategoría, indicador) se puede conectar con uno o más elementos del nivel inmediatamente inferior (categoría, subcategoría, indicador, unidad de registro); pero la afirmación contraria es falsa: un elemento de nivel inferior solo se puede vincular a un elemento del nivel inmediatamente superior; en concreto, si es una subcategoría, un indicador o una unidad de registro, solo se enlazará a una de las categorías que se encuentran inmediatamente por encima de él. Esta pertenencia única es la que garantiza la exclusividad en todos los niveles de la estructura y evita que la clasificación sea inadecuadamente borrosa de cara al registro o la medida.

  • Al contrario, los sistemas AC pueden presentar una estructura de tipo combinatoria. Esto significa que un elemento de nivel inferior puede estar conectado a más de un elemento del nivel inmediatamente superior; una unidad de registro, indicador o subcategoría se puede enlazar con dos o más categorías por encima de ellos.

Por lo tanto, esta licencia impide el cumplimiento de la condición semántica de exclusividad, dado que un mismo elemento puede ser contenido por más de una clase de clasificación. Pero solo lo impide en algunos niveles de la clasificación y el nivel categorial siempre queda preservado. Es decir, la identidad de cada categoría es exclusiva pero, en vez de lograrse mediante la exclusividad de los elementos que contiene, aflora gracias a la exclusividad de una combinación determinada y singular de aquellos.
En la figura siguiente tenéis esbozada esta relación multívoca que no hace más que calcar la organización jerárquica del lenguaje. En efecto, el sentido de una frase no descansa en la posesión exclusiva de unas palabras, ni el de una palabra en una colección única y singular de fonemas o sílabas. En ambos casos, lo que permite reconocer la forma conspicua y darle un significado es una combinación particular de componentes.
Estructura combinatoria de la categorización de las respuestas en las imágenes del TAT (test de apreciación temática)
El primer nivel, del objeto de estudio a las categorías, cumple la condición de exclusividad. El segundo no la cumple porque las unidades marcadas en azul se conectan con más de una categoría de orden superior. El sistema no se ha representado en su totalidad.
El primer nivel, del objeto de estudio a las categorías, cumple la condición de exclusividad. El segundo no la cumple porque las unidades marcadas en azul se conectan con más de una categoría de orden superior. El sistema no se ha representado en su totalidad.
La construcción de los sistemas de categorías de análisis de contenido tiene la misma lógica que la de los conductuales, pero en los primeros las reglas temporales no son pertinentes y la exclusividad se logra a menudo de manera combinatoria.

3.Otras variantes de análisis

Existen numerosas variantes de análisis cualitativo, como los diferentes métodos biográficos, el método documentalista (según Bohnsack), el análisis narrativo (según Schütze), los métodos hermenéuticos, etc. Cada una de ellas tiene un enfoque específico, adecuado para un determinado conjunto de objetos y objetivos de estudio.
Entre ellas, hemos elegido dos variantes que os presentaremos a continuación: la teoría fundamentada y el método Delphi.

3.1.La teoría fundamentada

La teoría fundamentada se puede entender como un análisis sistemático generalmente de datos cualitativos (transcripciones de entrevistas o protocolos de observación) con el objetivo de generar una teoría. No representa un método único, sino un conjunto de procesos interrelacionados. Su objetivo es el desarrollo de una teoría realista, para que sea aplicable a la práctica. De este modo, la teoría fundamentada quiere reducir la brecha entre la teoría y la práctica.
Otros objetivos son:
  • El desarrollo de una teoría a partir de los datos recogidos.

  • La creación de teorías explicativas de la conducta humana, el comportamiento y los procesos sociales.

  • La modificación, limitación o expansión de teorías existentes.

  • El estudio de la interacción, el comportamiento social y las experiencias de personas.

La base de la teoría fundamentada es un conjunto rico de datos descriptivos.
La teoría fundamentada es un método de investigación que opera casi de manera inversa a la investigación tradicional de las ciencias sociales. En lugar de empezar con una hipótesis, el primer paso es la recogida de datos, a través de una variedad de métodos. A partir de los datos recogidos, los puntos clave están señalados con una serie de códigos que se extraen a partir del texto. Los códigos están agrupados en conceptos similares con el fin de hacerlos más viables. A partir de estos conceptos, se forman categorías, que son la base para la creación de una teoría, una hipótesis generada a la inversa. Esto contradice el modelo tradicional de investigación, donde el investigador elige un marco teórico, y solo entonces se aplica este modelo para el fenómeno que se va a estudiar.
En palabras de los dos padres de la teoría fundamentada (Barney G. Glaser y Anselm L. Strauss):

“La mayoría de los textos escritos sobre el método sociológico se ha preocupado por cómo se pueden obtener los datos exactos y por lo tanto cómo la teoría puede ser probada de manera más rigurosa. En este libro, nos dirigimos a la empresa igualmente importante de cómo el descubrimiento de la teoría a través de los datos –obtenidos y analizados sistemáticamente en la investigación social– puede ser promovida. Creemos que el descubrimiento de la teoría a través de los datos –que denominamos la teoría fundamentada– es una tarea importante que afronta la sociología actual, dado que, como trataremos de demostrar, tal teoría encaja situaciones empíricas, y es comprensible para los sociólogos y los profanos por igual. Lo más importante es que funciona –nos proporciona predicciones pertinentes, explicaciones, interpretaciones y aplicaciones”.

Glaser y Strauss (1967). Traducción de la autora

Lectura recomendada

A. L. Strauss; J. Curven (1990). Basics of Qualitative Research: Grounded Theory Procedures and Techniques. Nueva York: Sage Publications.

A. L. Strauss (1987). Qualitative Analysis for Social Scientists. Cambridge: Cambridge University Press.

A. Andreu; A. García-Nieto; A. M. Pérez (2007). Evolución de la Teoría Fundamentada como técnica de análisis cualitativo. Madrid. CIS

A. Trinidad; V. Carrero; R. M. Soriano (2006). Teoría Fundamentada Grounded Theory: La construcción de la teoría a través del análisis interpretacional. Madrid: CIS.

Tal y como ya hemos visto anteriormente, los elementos que forman parte de los procedimientos de la teoría fundamentada son:
1) Objetivo: desarrollo de una teoría basada en los datos.
2) Elementos teóricos: codificación, códigos, categorías y relaciones entre sí.
3) Importancia de procesos de comparación para el desarrollo de teorías.
4) Sensitividad teórica.
5) Muestra teórica.
6) Saturación teórica.
Las diferentes estrategias y etapas del proceso de investigación son:
1) La teoría fundamentada es una respuesta metodológica para controlar metodológicamente el descubrimiento de "nuevos" fenómenos y su utilidad para el desarrollo de nuevas teorías.
2) El objetivo de la codificación consiste en el desarrollo de una teoría o de un modelo de un campo específico. En el proceso de codificación, se atribuye uno o más códigos (palabras clave, términos, etc.) a una parte del texto. Por lo tanto, un código representa unos sucesos singulares. Al principio son simples derivaciones provisionales de los datos, que poco a poco se van comprobando.
Hacia el final, forman la base de la construcción de la teoría (Glaser y Strauss hablan de middle range theories).
3) El investigador codifica y analiza simultáneamente datos para desarrollar conceptos. Mediante la comparación continua de incidentes específicos de los datos, el investigador refina estos conceptos, identifica sus propiedades, explora sus interrelaciones y los integra en una teoría coherente.
4) No se trata de un proceso lineal de recoger datos y después analizarlos. La teoría fundamentada más bien requiere un ir y volver entre la recogida y el análisis.
5) Los conocimientos previos (experiencias profesionales, personales, literatura, estado de la cuestión, etc.) del investigador se deben utilizar con cautela y sensibilidad teórica. El investigador debe evitar que su experiencia y su saber no influyan mucho en el proceso de codificación, sino que sean los propios datos los que guíen tal proceso.
6) Como en muchas investigaciones, el conjunto y las características de la población que se estudian se desconocen, y el proceso de la teoría fundamentada prevé los siguientes pasos: se definen diferentes etapas de recogida de datos según criterios diferentes. El investigador selecciona nuevos casos que estudiar según su potencial para ayudar a refinar o expandir los conceptos y las teorías ya desarrollados. La recogida de datos y el análisis se realizan a la vez.
7) Según Glaser y Strauss, “la palabra publicada no es la final, sino solo una pausa en el proceso interminable de generación de teoría”.
A continuación, presentaremos el proceso analítico de la teoría fundamentada:
1) Como primer paso, se realiza la codificaciónabierta: Es la parte del análisis que se relaciona con la identificación, el nombramiento, la categorización y la descripción del fenómeno encontrado en el texto. Esencialmente, cada línea, oración, frase, párrafo, etc., se lee buscando la respuesta a una pregunta recurrente básica: ¿de qué va esto?, ¿sobre qué trata?, ¿qué referencia aquí?
Es importante tener categorías bastante abstractas junto a otras muy concretas. Las generales ayudan a generar la teoría general.
En un famoso ejemplo, descrito por Glaser y Strauss, se presenta este procedimiento:
El alivio del dolor es el mayor problema cuando tienes artritis. Unas veces, el dolor es peor que otras, pero cuando es realmente intenso, ¡buah!, duele tanto que no quieres ni ir a la cama. No quieres hacer nada. Cualquier alivio que consigas con un medicamento es solo temporal o parcial.
Una cosa que se está discutiendo es el dolor. El texto implica que el punto de vista del hablante sobre el dolor es que tiene ciertas propiedades, una de ellas es la intensidad: oscila de poco a mucho. (¿Cuándo es poco y cuando es mucho?). Cuando duele mucho, hay consecuencias: no querer ir a la cama, no querer hacer cosas (¿Qué cosas no quieres hacer cuando sientes dolor?). Para solucionar este problema, necesitas un alivio para el dolor. Un agente de alivio para el dolor son los medicamentos (¿Qué otros miembros existen de esta categoría?). El alivio del dolor tiene una cierta duración (puede ser temporal) y poca efectividad (puede ser parcial).
Paradigma
El fenómeno de interés es el dolor, las condiciones causales son la artritis, la acción estrategia es tomar medicamentos y la consecuencia es el alivio del dolor.
Strauss y Curven (1990, pág. 78). Traducción de la autora
Los memos son documentos cortos que el investigador escribe para sí mismo a medida que va analizando el conjunto de datos. Se pueden comparar a unos post-its –más cortos o más largos– donde se apunta algo del texto o de los códigos que se relaciona con la literatura.
2) Como segundo paso, se realiza la codificaciónaxial: Es el proceso de relacionar códigos (categorías y propiedades) entre sí, mediante una combinación de pensamiento inductivo y deductivo. Más que una mirada a una clase de relaciones, los teóricos de la “fundamentada” enfatizan las relaciones causales y ajustan cosas dentro de un paradigma de relaciones genéricas.
3) Como último paso, se realiza la codificación selectiva: Es el proceso de elección de una categoría para ser el núcleo, y relacionar el resto de las categorías con la central. La idea esencial es desarrollar una única línea narrativa alrededor de la cual todas las otras cosas están cubiertas.
Se trata de un método comparativo constante que se verifica a través del procedimiento de la inducción. Se desarrolla una definición aproximada, se formula una hipótesis para explicar este fenómeno, se estudia un caso para ver si la hipótesis se ajusta y, si es necesario, se reformula y redefine el fenómeno hasta que se haya puesto a prueba adecuadamente la hipótesis.

3.2.Técnicas del consenso: el método Delphi

Esta técnica fue desarrollada en la corporación RAND en los años cincuenta como una manera de recoger la opinión de un grupo de expertos para hacer predicciones sobre el daño potencial de un ataque con bombas atómicas. Además de ser útil para la predicción tecnológica, también lo es para extraer y juzgar componentes de temas confusos. La mayor contrapartida de la técnica Delphi es la elevada carga administrativa, pero el método ha sido incorporado con éxito en algunos sistemas informatizados de resolución de problemas.
Es una técnica de comunicación estructurada, desarrollada originalmente como un método sistemático e interactivo que produce previsiones basadas en un panel de expertos.
Mientras que los métodos individuales agregan los juicios individuales, el objetivo del método Delphi es hacer surgir la visión colectiva de una cuestión.
Presenta entre dos y cinco cuestionarios sucesivos a un grupo de entre 15 y 25 personas (a veces hasta 100) elegidas como expertos en el tema objeto de la investigación (si el objetivo del ejercicio es recoger la opinión de expertos sobre un tema) o como personas directamente implicadas en algún tema (si el objetivo es dar a conocer preocupaciones sociales u organizativas).
Su funcionamiento es el siguiente:
1) Se nombra al grupo.
Dado que son expertos, es fácil que se trate de gente ocupada, por lo que pueden necesitar algún incentivo para aceptar el considerable compromiso que implica participar.
2) Se desarrolla, envía y recibe el cuestionario inicial.
Normalmente, este realiza una o dos cuestiones amplias y abiertas. El análisis posterior será más fácil si las respuestas son en forma de una lista de frases separadas o párrafos cortos, más que un texto continuo. Quizá es necesaria una carta de recordatorio para animar a quienes tarden en contestar.
3) Se desarrolla, envía y recibe el segundo cuestionario.
Este se crea a la luz de las respuestas del primero. Una forma de hacerlo sería:
  • Pegar todas las respuestas del primer cuestionario en una única lista anónima (usando los textos originales de modo que los participantes reconozcan sus propias contribuciones).

  • Pedir a los encuestados que: a) añadan cualquier elemento que les sugiera la lista combinada, y b) que puntúen cada uno de los elementos (por ejemplo, en una escala de cinco puntos de importancia, prioridad, factibilidad, relevancia, validez).

4) Un Delphi breve podría acabar en este punto (y saltar al paso 5), pero otro más extenso podría continuar más rondas.
  • En la forma clásica, la lista de elementos valorados debería ordenarse en el orden sugerido por las puntuaciones medias, y el cuestionario 3 debería pedir a los miembros del grupo que indicaran dónde creen que se debería cambiar el orden. En principio, esto se puede repetir en subsiguientes cuestionarios hasta que emerja un patrón estable, pero pocos grupos de expertos tienen paciencia para varias rondas, excepto que el tema sea importante para ellos.

  • Alternativamente, el cuestionario 3 podría adoptar otras formas. Por ejemplo, se podrían imprimir todos los elementos puntuados por encima de un determinado nivel en tarjetas diferentes y pedir a los miembros del grupo que las ordenen en conjuntos relacionados.

5) Dado que los miembros del grupo han sido elegidos por sus conocimientos y/o implicación directa, seguramente tendrán bastante interés en el resultado, por lo que, normalmente, a cada uno se le envía un informe resumen y una carta de agradecimiento al final del proyecto.
Cuando se utiliza el método Delphi para tratar un problema único y muy definido, como su uso original de valorar los niveles de daño de una guerra nuclear, el resultado se puede resumir fácilmente.
Pero cuando se usa para aflorar y priorizar preocupaciones, el resultado puede ser bastante extenso. Un grupo de veinte miembros puede generar fácilmente de quince a veinte asuntos cada uno –quizá 200 o 300 elementos diferentes–, de modo que, como en cualquier forma de brainstorming o brain writing, puede ser necesario algún tipo de análisis convergente posDelphi.

4.La presentación de una investigación cualitativa

4.1.El informe cualitativo

Tal y como hemos visto a lo largo de esta asignatura, la investigación cualitativa –en contraste con el enfoque positivista– se acerca a su objeto de estudio de manera émica e intenta conseguir una visión y comprensión holística.
Más concretamente, la observación tiene como objetivo transmitir la sensación de que el lector del estudio “está allí”, mientras que la entrevista debería transmitir que “está en la piel” de los informantes y ver las cosas desde su punto de vista. La etnografía reproduce una imagen “fiel de la vida” de lo que dice la gente y de la manera como actúa.
Todas estas técnicas producen una descripción íntima de la vida social estudiada presentando en detalle el contexto y los significados de los acontecimientos y escenas importantes para los involucrados.

4.2.La redacción del informe

El informe cualitativo (como el cuantitativo) presenta los resultados de la investigación, pero también el planteamiento del estudio.
Es necesario explicar a los lectores el modo como se recogieron e interpretaron los datos (en este momento, también hay que relativizar los hallazgos).
Esto incluye:
1) la metodología utilizada,
2) el tiempo y la extensión del estudio,
3) la naturaleza y el número de los escenarios e informantes,
4) el diseño de la investigación,
5) el encuadre mental del investigador,
6) las relaciones con los informantes y
7) el control de los datos.
Para que los informes sean legibles, hay que utilizar un lenguaje sencillo: esto implica no usar absolutismos, como “siempre, es así, nunca, cada vez...”, sino formas en condicional o expresiones como “suele ser...”.
Tal y como escribe Cowley (1956)

“Un niño dice ‘Hágalo de nuevo’, un maestro dice ‘Repetid el ejercicio’, pero un sociólogo dice ‘Se ha determinado que se efectúe una réplica de la investigación’”.

Malcolm Cowley (1956)

En el análisis y la presentación de los datos y de los resultados, el investigador debería seguir el siguiente consejo:
Sea honesto pero no cruel...

Resumen

En este último módulo, hemos cerrado el ciclo de la investigación cualitativa que empezamos, en el primer módulo, con rasgos básicos y asuntos prácticos. En los otros módulos, abordamos diferentes técnicas de recogida de datos –sobre todo la observación, la entrevista y los métodos grupales.
Por lo tanto, hemos empezado el módulo discutiendo con detalle diferentes tipos de materiales. Más concretamente, hemos conocido los rasgos teóricos y asuntos prácticos respecto a las transcripciones, así como también la variedad de documentos que se pueden usar en una investigación cualitativa.
A continuación, hemos presentado diferentes tipos de análisis: primero, el análisis de contenido con sus requisitos y reglas de codificación; segundo, la teoría fundamentada con su enfoque específico hacia el desarrollo de una nueva hipótesis o una nueva teoría basada en los mismos datos analizados, y, por último, el método Delphi como técnica grupal para conocer previsiones.
Como ninguna investigación termina con el análisis de datos, sino normalmente con la redacción del informe final, también hemos tratado este tema como último de la presente asignatura. Hemos visto su estructura más habitual y hemos conocido reglas básicas para su redacción.

Actividades

1. Mirad el informe del estudio Trajectòries de vida dels estrangers encarcerats que hemos tratado en el módulo 3 "La entrevista como técnica nuclear de la observación participante".
  • ¿Qué partes incluye?

  • ¿Qué metodología se ha utilizado en el estudio?

  • ¿Cómo se presentan los datos cualitativos?

  • ¿Cómo se presentan los resultados de la investigación?

2. Volved a mirar el mismo estudio y responded a las siguientes preguntas:
  • ¿Cómo se han analizado los datos?

  • ¿Qué tipo de análisis se ha utilizado?

  • ¿Las categorías y los códigos (temas de análisis) ya han existido antes del análisis o han surgido de los datos?

3. Comparad la tesis doctoral Living With Paradoxes: Victims of Sexual Violence in Germany and the Conduct of Everyday Life con el estudio analizado en las actividades 1 y 2.
Lo podéis encontrar aquí: https://www.tdx.cat/handle/10803/2874
  • ¿Qué metodología se ha utilizado?

  • ¿Cómo se han analizado los datos?

  • ¿Las categorías y códigos (temas de análisis) ya han existido antes del análisis o han surgido de los datos?

  • ¿Cuál es la diferencia principal entre las dos investigaciones?

Ejercicios de autoevaluación

1. En una transcripción...

a) se utiliza la escritura convencional.
b) se utilizan unas notaciones especiales.
c) se utilizan unas notaciones especiales y la escritura convencional.
d) se utiliza un lenguaje específico.

2. Las transcripciones solo se pueden hacer de...

a) material verbal obtenido a través de entrevistas grabadas.
b) material verbal obtenidos a través de observaciones participantes.
c) material verbal procedente de verbalizaciones espontáneas.
d) de cualquier material verbal.

3. Un documento valioso para la investigación cualitativa consiste en...

a) una transcripción.
b) un texto procedente de una institución.
c) cualquier material verbal.
d) cualquier material analizable por una técnica de análisis cualitativo.

4. El análisis de contenido consiste en...

a) aislar unidades, categorizar, medir y establecer relaciones en corpus de mensajes o textos.
b) codificar documentos.
c) seguir el paradigma de codificación.
d) medir unidades predefinidas.

5. El análisis de contenido se utiliza...

a) solo en la investigación cualitativa.
b) solo para encontrar los significados en documentos.
c) tanto en la investigación cualitativa como cuantitativa.
d) solo en la investigación cuantitativa.

6. La teoría fundamentada empieza...

a) con la formulación de una hipótesis.
b) con la recogida de datos.
c) con el análisis de los datos.
d) con la formulación de un marco teórico.

7. La codificación abierta, axial y selectiva forma parte de...

a) la teoría fundamentada.
b) el método Delphi.
c) el análisis de contenido.
d) la técnica cualitativa.

8. El método Delphi sirve para...

a) analizar contextos sociales.
b) encontrar el significado de documentos.
c) medir opiniones y actitudes.
d) predecir temas tecnológicos y aflorar componentes de temas difusos.

Ejercicios de autoevaluación
1. a) Incorrecto.
b) Incorrecto.
c) Correcto.
d) Incorrecto.

2. a) Incorrecto.
b) Incorrecto.
c) Incorrecto.
d) Correcto.

3. a) Incorrecto.
b) Incorrecto.
c) Incorrecto.
d) Correcto.

4. a) Correcto.
b) Incorrecto.
c) Incorrecto.
d) Incorrecto.

5. a) Incorrecto.
b) Incorrecto.
c) Correcto.
d) Incorrecto.

6. a) Incorrecto.
b) Correcto.
c) Incorrecto.
d) Incorrecto.

7. a) Correcto.
b) Incorrecto.
c) Incorrecto.
d) Incorrecto.

8. a) Incorrecto.
b) Incorrecto.
c) Incorrecto.
d) Correcto.


Glosario

análisis de contenido f
Conjunto de métodos empíricos de las ciencias sociales. Analiza el contenido de la comunicación, presente en forma de textos, como por ejemplo artículos de diarios o transcripción de entrevistas.
método Delphi m
Proceso sistemático de múltiples etapas con realimentación de proceso de la entrevista y un método de cálculo que se utiliza para indicar los acontecimientos futuros, las tendencias, los desarrollos tecnológicos y similares para evaluar la mejor manera posible.
teoría fundamentada f
Metodología sistemática cuyo objetivo es descubrir la teoría a través del análisis de los datos.
en grounded theory
transcripción f
Transmisión de expresiones lingüísticas de un sistema a otro.

Bibliografía

Andreu, A.; García-Nieto, A. ; Pérez, A. M. (2007). Evolución de la teoría fundamentada como técnica de análisis cualitativo. Madrid: CIS.
Bardin, L. (1986). Análisis de contenido. Madrid: Akal.
Delgado, J. M.; Gutiérrez, J. (1995). Métodos y técnicas cualitativas de investigación en ciencias sociales (cap. 6, 10). Madrid: Síntesis.
Denzin, N. K.; Lincoln, Y. S. (1994). Handbook of Qualitative Research (cap. 16, 18, 24, 29). Thousand Oaks (Cal.): Sage.
Webb, E. T.; Campbell, D. T.; Schwartz, R. D.; Sechrest, L.; Grove, J. B. (1981). Non reactive measures in the Social Sciences. Boston: Houghton. (Sobre todo, capítulos 4 y 6)
Werner, O.; Schoepfle, G. M. (1987). Syspematic Fieldwork. Newbury Park (Cal.): Sage. (Sobre todo la primera parte)
Webs recomendadas
(2000). Infopolis 2 web site. Ergonomic Methods and Tools. Task Analysis Methods: Verbal Protocols. University of Limerick. Consultado el 14 de septiembre del 2008 desde https://www.ul.ie/~infopolis/ methods/verbal.html.
Página centrada en material verbal en el ámbito de la psicología industrial y ergonómica.
Colorado State University's Online Learning Environment (1993-2008). Writing Guides. Content Analysis. Consultado el 21 de agosto del 2008 desde https://writing.colostate.edu/guides/research/ content/pop2a.cfm.
Panorama general sobre el análisis de contenido.
Fawcewtt, J. (2006). The Roy Adaptation Model and Content Analysis. Aquichan 6 (1), pp. 34-37. Consultado el 29 de agosto del 2008 desde https://biblioteca.unisabana.edu.co/revistas/ index.php/aquichan/article/view/879/1658.
Un ejemplo introductorio de análisis de contenido de respuestas a entrevistas, presenta articulados los aspectos cualitativos y cuantitativos de la técnica en un estudio de nacimientos con cesárea.
Garson, G. D.Narrative Analysis. North Carolina State University, College of Humanities and Social Sciences. Consultado el 28 de agosto del 2008 desde https://www2.chass.ncsu.edu/garson/ pa765/narrativ.htm.
Sobre esta orientación del análisis de contenido.