Dispositivos de visualización e impresión
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Índice
Introducción
Las imágenes digitales que hemos estado estudiando hasta ahora solo tienen sentido
cuando las visualizamos, bien en una pantalla, bien impresas en un soporte físico;
mientras lo las visualicemos solo son datos almacenados. En este módulo repasaremos
algunos de los medios de visualización y de impresión más habituales.
En el primer apartado veremos los sistemas de visualización clasificados por la tecnología
que se emplean para generar las imágenes: CRT, LCD, plasma, OLED y LED.
Aunque fundamentalmente hablaremos de monitores de ordenador, también haremos referencia
a otros dispositivos de visualización como televisores, tabletas táctiles, teléfonos
móviles o grandes pantallas para exteriores. De hecho, en general, todos estos dispositivos
pueden usar las mismas tecnologías. Es decir, no hay una tecnología específica para
fabricar pantallas de teléfonos móviles y otra tecnología para fabricar pantallas
de televisores. Pero, como veremos, las características particulares de cada uno de
estos dispositivos –tamaños y finalidad, principalmente– hacen que algunas tecnologías
sean más adecuadas para algunos dispositivos que para otros.
El segundo apartado lo dedicaremos a los sistemas de impresión; veremos cómo se generan
los colores, comparando los sistemas de color RGB y CMYK y, a continuación, describiremos
las dos familias de impresoras más importantes, de tecnología láser y de inyección
de tinta.
Objetivos
Los principales objetivos de este módulo son los siguientes:
-
Describir los dispositivos de visualización de imágenes de utilización más frecuente.
-
Describir los dispositivos de impresión de imágenes de uso más frecuente.
Estos objetivos están relacionados con las siguientes competencias de la asignatura:
C. Capacidad de discriminar las opciones factibles de las que no lo son en un estudio
de especificaciones de un proyecto, sistema o tarea.
D. Capacidad de visualizar e imprimir imágenes de forma eficaz y eficiente.
Y con las siguientes competencias generales del grado:
4. Capacidad para adaptarse a las tecnologías y a los futuros entornos actualizando
las competencias profesionales.
5. Distribuir contenidos multimedia de manera eficiente a través de las diferentes plataformas
disponibles (web, móvil, televisión digital, etc.).
6. Atender adecuadamente consultas sobre proyectos, tecnologías y mercado de productos
multimedia evaluando de forma precisa el entorno de aplicación, los recursos y las
alternativas tecnológicas disponibles.
12. Capacidad de integrar y gestionar contenidos digitales en aplicaciones multimodales
de acuerdo con criterios estéticos, técnicos y funcionales.
23. Capacidad de analizar un problema en el nivel de abstracción adecuado a cada situación
y aplicar las habilidades y conocimientos adquiridos para abordarlo y resolverlo.
1.Dispositivos de visualización
Como hemos ido viendo durante el curso, una imagen digital se almacena en el ordenador
como una matriz, cada elemento de la cual contiene una cifra asociada a un nivel de
gris o un color; para visualizar la imagen se necesita un dispositivo que convierta
estas cifras en colores. Hoy día hay pocos dispositivos de visualización específicos
para imágenes monocromáticas, pero sabemos que tres componentes de color iguales dan
lugar a un nivel de gris; por tanto, cuando nos refiramos a color incluiremos también, si no se dice lo contrario, los niveles de gris. En este apartado
clasificaremos los dispositivos de visualización en función de la tecnología utilizada
para generar los colores.
1.1.Pantallas CRT
Los primeros monitores utilizados extensamente con los ordenadores son los de tubo
de rayos catódicos (1) , la misma tecnología usada por los televisores; cabe decir que la mayoría de los
fabricantes ha dejado de hacerlos y están prácticamente desaparecidos del mercado.
Aun así, y por la importancia que han tenido durante décadas, les dedicaremos un espacio.
La tecnología CRT aprovecha la propiedad de los materiales fosforescentes de emitir
luz cuando se excitan con electrones. En un monitor CRT la cara interna de la pantalla
está recubierta por una malla de células, cada célula formada por tres compuestos
fosforescentes diferentes (no necesariamente derivados del fósforo, que se utiliza
poco por su toxicidad) que cuando se iluminan lo hacen con las tres longitudes de
onda de las componentes de color RGB; en la figura 1 se muestra un detalle. Tres haces
de electrones, uno también por cada componente de color, se proyectan contra la pantalla,
excitando una célula (es decir, un píxel); la intensidad de cada componente es proporcional
a la intensidad del haz de electrones, generándose así los colores de cada píxel de
la imagen.
Figura 1. Detalle de una pantalla CRT

Para formar una imagen en la pantalla el haz debe barrerla, desde el ángulo superior
izquierdo, línea a línea, hasta llegar al ángulo inferior derecho. Dado que cada célula
queda iluminada un determinado tiempo, que se conoce como persistencia, el barrido tendrá que repetirse a una frecuencia lo suficientemente alta para que
el ojo humano perciba la imagen como fija, sin oscilaciones. Esta frecuencia, denominada
de refresco, es una de las características de los monitores; no debería estar por
debajo de 60 Hz (60 refrescos por segundo) y es recomendable que sea superior a 80
Hz.
Otro parámetro característico del monitor es la separación entre celdas (dot pitch), que suele ser de 0,25-0,31 mm; este parámetro condiciona la resolución de la pantalla,
cuanto más juntos están los puntos, más alta es la resolución. La resolución se expresa
en píxeles horizontales por píxeles verticales.
La tecnología CRT se emplea también en proyectores, otra posible herramienta de visualización
de imágenes, con la que se proyecta la imagen sobre una pantalla, igual que se proyectaban
las diapositivas.
1.2.Pantallas de plasma
Como en los monitores CRT, en los monitores de plasma (2) la luz se genera excitando materiales fosforescentes; de hecho, las dos tecnologías
se empezaron a desarrollar a la vez. El abaratamiento de los costes de producción
de los CRT hizo que éstos se continuaran desarrollando mientras que los de plasma
quedaron parados hasta los años noventa.
La diferencia fundamental entre monitores CRT y de plasma es la forma en la que el
material fosforescente se excita. En un monitor de plasma cada celda está formada
por dos paneles de cristal que contienen entre ellos una mezcla de neón y xenón; al
aplicarles una tensión eléctrica, los gases se ionizan (es decir, se convierten en
plasma) y los electrones chocan contra los materiales fosforescentes, que desprenden
luz. El esquema de una celda se puede ver en la figura 2.
Figura 2. Detalle de una celda de un monitor de plasma

Una de las ventajas más importantes de este tipo de tecnología era que resultaba ideal
para construir pantallas muy grandes, pero extremadamente delgadas al mismo tiempo.
En televisores, el rango de medidas varía de las 32 pulgadas hasta superar las 100
en algunos modelos (los tamaños más típicos son 42, 46, 50 y 60 pulgadas). De hecho,
uno de los problemas que presenta esta tecnología va en la dirección contraria: no
es una tecnología adecuada para fabricar pantallas de dimensiones reducidas, puesto
que tecnológicamente es muy difícil reducir la distancia que tiene que separar los
píxeles de una pantalla de plasma. Dicho de otro modo, en una pantalla de plasma es
muy complicado empaquetar muchos píxeles en un espacio reducido, así que una pantalla
de plasma pequeña tendrá que tener obligatoriamente una resolución muy baja.
El hecho de que no sea posible producir pantallas de plasma de medidas más reducidas
y gran resolución, sumado a que a corta distancia es posible percibir el espacio que
hay entre los píxeles y a que los monitores TFT/LCD siempre han ofrecido unos precios
más competitivos, ha hecho que nunca haya sido frecuente encontrar monitores de plasma
en ordenadores. La opción pantalla de plasma ha estado unida durante muchos años a
la idea de televisor de grandes dimensiones y muy buena calidad de imagen.
En cuanto a sus características, las pantallas de plasma tienen un muy buen contraste,
negros muy profundos, blancos muy luminosos, colores muy naturales y excelentes ángulos
de visión. Aun así, esta tecnología perdió la batalla frente a las pantallas LCD y
OLED y, a finales del año 2014, fabricantes importantes como Samsung, Panasonic o
LG dejaron de fabricar televisores con pantalla de plasma, motivo por el cual se puede
considerar que actualmente es una tecnología obsoleta.
Como acostumbra a pasar, son diversas las razones que hacen que una tecnología quede
obsoleta. En este caso, podemos comentar tres que sobresalen.
En primer lugar, aunque como hemos visto se trata de una tecnología que ya tiene muchos
años, las pantallas con tecnología LCD no han dejado de evolucionar y perfeccionarse,
y algunos modelos LCD (y sobre todo los OLED) han llegado a ofrecer unas prestaciones
muy similares a las pantallas de plasma, a un coste mucho más reducido.
En segundo lugar, están las dificultades que tiene la tecnología del plasma para adaptarse
a las resoluciones actuales de 4K y 8K. Como ya hemos dicho, es tecnológicamente muy
difícil aumentar los valores actuales de densidad de píxeles en las pantallas de plasma.
Los televisores de plasma Panasonic Full HD de 42 pulgadas llegaron a conseguir unos
valores de dot pitch de 0,48 mm (la distancia más pequeña que nunca se ha conseguido en un modelo comercializado
de plasma). Con este valor de separación entre celdas se necesitaría una pantalla
de unas 90 pulgadas para soportar una resolución de 3.840 × 2.160 píxeles. Por lo
tanto, para que quepan resoluciones 4K o 8K en una pantalla de plasma, se necesita
una pantalla muy grande que, evidentemente, también será muy cara.
Finalmente, el elevado consumo energético de los televisores con pantallas de plasma
también puede haber influido en la decisión de los grandes fabricantes de televisores
de parar su producción (las pantallas con tecnología LCD y OLED son mucho más eficientes
energéticamente). En los últimos años, son muchos los países que han adoptado normativas
y trazado planes para aumentar la eficiencia y el ahorro de energía. Por ejemplo,
desde el año 2010 la Comunidad Económica Europea ha empezado a introducir estrictas
normativas de eficiencia energética para televisores. En el año 2014, muchos modelos
de pantallas de plasma de entre 50 y 60 pulgadas Full HD ya estaban en el límite que
pedían las administraciones o incluso lo sobrepasaban. De forma que, con la tecnología
actual, desarrollar pantallas con cuatro veces más píxeles reduciendo su consumo energético
parece muy complicado.
Por lo tanto, podríamos decir que los desarrollos de las tecnologías LCD y OLED, sumados
a los obstáculos técnicos y legislativos a los cuales se enfrentaban las pantallas
de plasma, acabaron por provocar que las grandes empresas decidieran dejar de lado
esta tecnología.
1.3.Pantallas LCD
Las pantallas con tecnología LCD (3) son las pantallas más utilizadas hoy en día; las podemos encontrar instaladas en
todo tipo de dispositivos: desde monitores de ordenador, televisores, teléfonos portátiles
y tabletas táctiles, hasta relojes, cámaras digitales, calculadoras, electrodomésticos,
etc.
En cuanto a su tecnología, mientras que los monitores CRT se basan en las propiedades
fosforescentes de algunos materiales, el funcionamiento de los monitores LCD se basa
en las propiedades de los cristales líquidos. Estos materiales tienen características
comunes con los cristales en cuanto a su comportamiento en presencia de luz y con
los líquidos en cuanto a su fluidez.
En los monitores LCD, la pantalla está formada por celdas de cristal líquido (figura
3) y cada celda se corresponde a un píxel. Estas celdas no generan luz, motivo por
el cual es necesaria una fuente de luz fija que retroilumine la pantalla. Mediante
campos eléctricos que modifican la orientación de las moléculas del cristal, cada
celda permite o bloquea total o parcialmente el paso de la luz para, finalmente, generar
los colores mediante tres filtros, uno por cada componente RGB.
Figura 3. Detalle de una célula de cristal líquido

Inicialmente, para retroiluminar las pantallas LCD se usaban CCFL (lámparas fluorescentes
de cátodo frío o cold-cathode fluorescent light, en inglés), que –por razones de eficiencia, costes, calidad y medio ambiente– hace
años que fueron sustituidas por LED (4) .
Pantalla LED
Es muy habitual referirse a las pantallas LCD con retroiluminación LED como pantalla
LED. Es importante no confundir estas pantallas, que contienen LED solamente como
iluminación de fondo, con las pantallas de LED, las cuales sí que forman los píxeles
mediante módulos o paneles de LED. Las pantallas de LED las veremos más abajo, en
el apartado homónimo.
Otra tecnología que se incorporó muy pronto a las pantallas LCD fue la tecnología
TFT (5) –de hecho, el primer televisor comercial con pantalla LCD de Sharp en 1988 ya la
incorporaba.
En las pantallas LCD con un número limitado de celdas (pantallas de calculadoras o
relojes, por ejemplo), cada celda tiene unas conexiones que permiten regular individualmente
la tensión que se le aplica. Este sencillo método para controlar la orientación de
las moléculas del cristal de las celdas no se puede utilizar en dispositivos como
monitores o televisores, puesto que el número elevado de celdas implicaría tener que
realizar millones de conexiones.
Figura 4. En las pantallas LCD con pocas celdas o segmentos, se puede aplicar un voltaje
a las celdas directamente

Una solución inicial a este problema fue incorporar una rejilla dividida en dos capas,
una para las filas y otra para las columnas, y añadir un circuito eléctrico a cada
una de estas filas y columnas. De esta forma, cada píxel se puede controlar como intersección
de una fila y una columna. Por ejemplo, si se envía una tensión positiva para una
fila m y una tensión negativa para una columna n, entonces –si la tensión resultante es suficiente– la celda (m,n) se activa, volviéndose opaca.
Este sistema, implementado por ejemplo en los primeros monitores de ordenador con
tecnología LCD, tiene algunos problemas importantes. Por un lado, el tiempo de respuesta
de estas pantallas es muy bajo y puede generarse lo que se llama efecto fantasma. Por el otro, el control del voltaje es impreciso y los píxeles próximos a un píxel
activo también se activan parcialmente, generando imágenes borrosas y con poco contraste.
A pesar de que las pantallas LCD de matriz pasiva todavía se utilizan en algunos dispositivos
pequeños, puesto que son menos costosas de producir, la prácticamente totalidad de
dispositivos actuales con pantallas LCD –cuando la calidad de la imagen es un factor
mínimamente importante– usan una tecnología llamada de matriz activa.
Una matriz activa es una matriz de transistores y condensadores que se conecta a una
pantalla, de forma que cada píxel queda asociado a un único de estos dispositivos.
El transistor hace la función de interruptor, permitiendo que cada celda de la pantalla
pueda ser activada individualmente, y el condensador mantiene la carga durante un
cierto tiempo, permitiendo actualizar la pantalla a un ritmo superior al de las pantallas
de matriz pasiva. Esta solución resuelve algunos de los problemas que se producían
con la tecnología de matriz pasiva: el tiempo de respuesta en estas pantallas es muy
inferior y, al poder activar cada transistor individualmente, sin afectar a los transistores
circundantes, el contraste y la definición de las imágenes mejora sensiblemente.
Figura 5. Esquemas de un LCD de matriz pasiva y uno de matriz activa

La técnica de transistores de película fina (TFT) ha demostrado ser la técnica más
exitosa para crear una matriz activa. Los TFT son transistores muy delgados y parcialmente
transparentes que, de todos modos, al instalarse en una pantalla LCD, absorben parte
de la luz y hacen que la pantalla requiera mayor retroiluminación.
Las pantallas de cristal líquido con tecnología de transistor de película fina reciben
el nombre de TFT/LCD. Hay que advertir que, a pesar de que a menudo se habla de monitores
TFT, esta nomenclatura abrevia el nombre completo, TFT/LCD, es decir, «LCD con tecnología
TFT». También es muy habitual no hacer referencia a la tecnología TFT y hablar directamente
de pantallas LCD con retroiluminación LED, pantallas LCD IPS, etc. Pero es importante
no olvidar que la práctica totalidad de pantallas LCD modernas usan tecnología TFT
y que, por lo tanto, lo más correcto sería decir TFT/LCD.
TFT frente a IPS, TFT frente a OLED, TFT frente a...
Es muy habitual ver comparativas donde se analizan las diferencias entre los TFT y
los IPS, entre los TFT y los OLED, etc. Si somos estrictos, estas comparaciones no
tendrían ningún sentido, puesto que TFT es una tecnología –no es un panel– y tanto
los paneles IPS como los OLED (y su variante AMOLED) la usan. Normalmente, estas comparativas
están comparando los paneles TFT/LCD TN con otros tipos de paneles, como los TFT/LCD
IPS o los AMOLED.
Hay diferentes tipos de paneles TFT/LCD, cada uno con sus características, y es importante
saberlos diferenciar, puesto que, dependiendo del uso que se quiera dar a la pantalla,
un tipo será más recomendable que otro.
Hay tres tipos generales de paneles TFT/LCD: TN, IPS y VA.
1) TN (Twisted Nematic o torsión nemática)
Este fue el primer tipo de panel TFT/LCD que se fabricó. Es el panel más barato de
producir y, por lo tanto, el que se acostumbra a encontrar en las pantallas más económicas.
La característica principal de este panel es que proporciona un tiempo de respuesta
muy corto, hecho que hace que también sea el panel más instalado en monitores destinados
al gaming profesional. Por el contrario, estos paneles poseen unos ángulos de visión pobres:
los colores de las imágenes se degradan y prácticamente toda la iluminación se pierde
si no se miran de frente.
Otro aspecto negativo histórico es la representación de los colores. Hasta hace relativamente
poco, todos los paneles TN usaban solo 6 bits por canal para representar los colores.
Los nuevos modelos ya consiguen representación de colores de 8 bits de manera nativa,
lo cual permite representar los colores de forma más natural y realista.
Actualmente, estos paneles se pueden encontrar instalados en monitores económicos
para equipos de trabajo para el día a día (ofimática, por ejemplo), donde no se requieran
unas necesidades específicas, o en monitores diseñados para gamers profesionales. También se pueden encontrar instalados en teléfonos móviles y tabletas
económicos, si bien cada vez más a menudo son reemplazados por otras tecnologías con
mejores ángulos de visión.
2) IPS (In-Plane Switching o alternancia en el plan)
Este tipo de panel se dio a conocer al gran público en 2010, cuando Steve Jobs presentó
la tableta táctil iPad con pantalla IPS.
Un panel IPS es un panel TFT/LCD desarrollado por Hitachi en 1996 para intentar resolver
las limitaciones de los paneles TN que hemos comentado antes. Sin entrar en detalles
técnicos, y expresándolo de forma muy simplificada, los paneles IPS (y los VA que
veremos a continuación) no se limitan a dejar pasar más o menos cantidad de luz como
hacen los paneles TN, sino que intentan también controlar y gestionar mejor esta luz
procedente de la retroiluminación que pasa a través del panel.
Las características positivas más destacadas de este tipo de paneles son que ofrecen
grandes ángulos de visión (fundamental, por ejemplo, en una tableta táctil) y que
reproducen de forma más fiel los colores.
Por el contrario, los primeros paneles IPS tenían un tiempo de respuesta un poco lento,
y tampoco destacaban especialmente por su nivel de contraste. Estas limitaciones,
sin embargo, se han ido reduciendo con las constantes mejoras que han ido experimentando:
por ejemplo, ya hay varios monitores con paneles IPS con velocidades de refresco de
144 Hz o superiores –velocidades ya propias de gaming monitors.
Se tiene que hacer notar que los fabricantes aprovechan cualquier mejora para definir
una nueva tecnología que los diferencie de los competidores, o desarrollan su propia
versión para no infringir patentes. Así que las diferentes mejoras y versiones de
la tecnología IPS ha ido recibiendo diferentes nombres –que no entraremos a detallar–
como S-IPS, E-IPS, AS-IPS, H-IPS, e-IPS, UH-IPS, H2-IPS, S-IPS II, p-IPS, AH-IPS,
PLS, S-PLS, AD-PLS o AHVA.
Los paneles IPS son en la actualidad los paneles TFT/LCD más completos y versátiles.
En general, tienen un tiempo de respuesta mayor que los TN y su contraste es un poco
inferior que los VA, pero superan a estos dos paneles en la mayoría del resto de apartados.
Estos paneles los podemos encontrar instalados en un amplio rango de dispositivos:
televisores, tabletas táctiles, monitores de ordenador, etc.
En particular, un monitor con panel IPS puede hacer la función de monitor de calidad
para el trabajo del día a día y también puede ser para ser empleado con aplicaciones
de diseño gráfico, multimedia, fotografía, etc. Sus mejoras en el tiempo de respuesta
también hacen que sean buenos monitores para gamers.
3) VA (Vertical Alignment o alineación vertical)
Los paneles VA son un intento de encontrar un equilibrio entre los paneles TN y los
IPS. Hay dos grupos principales de paneles VA: los MVA (Multi-domain Vertical Alignment) y los PVA (Patterned Vertical Alignment). Los paneles PVA, que empezaron a ser desarrollados por Samsung, son una variante
de los paneles MVA –de Fujitsu– y se caracterizan por ofrecer una relación de contraste
más alta que estos últimos.
Aunque sin llegar a los niveles de los IPS, los paneles VA también tienen mejores
ángulos de visión que los paneles TN. En general, los paneles VA tienden a tener un
tiempo de respuesta más lento que los paneles IPS.
El punto fuerte de los paneles VA es sin duda su contraste y su calidad de color,
similar o incluso superior a los IPS, con negros más profundos y colores más brillantes.
Es por esta razón que las pantallas VA están muy muy valoradas entre los diseñadores
gráficos, y fueron muy populares en este sector cuando los IPS todavía eran una opción
demasiada cara. Como monitores, también pueden ser una buena opción para escritores
u otros colectivos que puedan aprovechar las ventajas de un panel con un buen contraste.
Gracias a su buen contraste, también es muy habitual verlos instalados en televisores
TFT/LCD. De hecho, son uno de los paneles más utilizados hoy en día, gracias al hecho
de que el nivel de brillantez que pueden lograr los hacen candidatos perfectos para
ser empleados en monitores compatibles con la tecnología HDR.
Tecnología HDR
HDR o High Dynamic Range (‘rango dinámico alto’) es una tecnología que dota las imágenes de mayor realismo
gracias a un mejor contraste, mayores niveles de brillantez y una paleta de colores
más amplia. Existen tres estándares principales de tecnologías HDR: HDR10/HDR10+,
HLG y Dolby Vision.
Para utilizar esta tecnología, se necesita tener un dispositivo (televisor, teléfono,
monitor, etc.) compatible con uno o varios de estos estándares. Las imágenes que llegan
al dispositivo –también preparadas para ser visualizadas en un dispositivo HDR– contienen
unos metadatos con información sobre cómo se tendría que ver la imagen de forma óptima.
Dolby Vision utiliza metadatos dinámicos, es decir, metadatos en cada fotograma, para
optimizar automáticamente, fotograma a fotograma, la imagen mostrada. Inicialmente,
el contenido compatible con el estándar HDR10 enviaba metadatos solo a su inicio,
pero la versión mejorada HDR10+ permite también enviar metadatos dinámicos.
El estándar Hybrid Log-Gamma (HLG) es un estándar desarrollado por las cadenas de
televisión BBC y NHK con el objetivo de proporcionar HDR a transmisiones televisivas
terrestres, por cable y por satélite.
En cuanto a la resolución de estos paneles, viene dada por el número de celdas de
cristal líquido y es fija, no se puede configurar como permiten hacer –dentro de unos
márgenes– los monitores CRT; cuando configuramos el monitor LCD de nuestro ordenador
a una resolución diferente de la nativa, lo que estamos haciendo en realidad es una
emulación.
A diferencia de la tecnología de plasma, los paneles LCD admiten valores de densidad
de píxeles muy elevados, de forma que es una tecnología muy adecuada, por ejemplo,
para fabricar pantallas de teléfonos móviles. Algunos terminales incorporan incluso
pantallas 4K LCD; el Sony Xperia XZ Premium, con una densidad de píxeles de 806 ppp,
sería un buen ejemplo.
1.4.Pantallas OLED
Una tecnología más reciente que la LCD es la OLED (6) . A diferencia de las pantallas LCD, que usan retroiluminación para iluminar sus píxeles,
en la tecnología OLED los píxeles producen su propia luz mediante unos componentes
orgánicos que emiten luz cuando están en contacto con una corriente eléctrica (ver
la figura 6).
Figura 6. Estructura de un OLED

Esta tecnología, al no necesitar la retroiluminación –inherente a cualquier pantalla
LCD–, consigue mejores negros absolutos y niveles de contraste más altos, hecho que
mejora la calidad de imagen. En una pantalla LCD, la retroiluminación está siempre
funcionando y, aunque los cristales líquidos la bloqueen, es complicado evitar que
parte de esta luz se filtre por el panel. Este problema desaparece con OLED, puesto
que los píxeles se pueden apagar completamente y, por lo tanto, no emiten luz.
Las pantallas OLED también destacan por su bajo consumo de energía y porque, al no
necesitar instalar la retroiluminación, son más planas que las LCD. Otra ventaja es
que los paneles OLED permiten construir pantallas flexibles.
De forma similar a como se activaban las celdas en los paneles LCD, se pueden activar
los diodos orgánicos de los paneles OLED mediante matrices pasivas. Otro método para
polarizar los píxeles es usar matrices activas, tal como se hace en los paneles TFT/LCD,
para suministrar voltaje a los diodos.
Un panel OLED con una matriz activa recibe el nombre de AMOLED. Estos paneles, al
gestionar mejor la energía –puesto que esta se aplica solo a los píxeles imprescindibles
y solo cuando es necesario–, tienen un consumo de energía más eficiente y esto hace
que sean especialmente convenientes para dispositivos móviles. De hecho, actualmente
los dispositivos que integran sensores táctiles a sus pantallas, como por ejemplo
teléfonos móviles, tabletas táctiles o algunos televisores, usan una variante de AMOLED
denominada Super AMOLED. Básicamente, esta tecnología integra los sensores táctiles
dentro del mismo panel. Al eliminar la capa de los sensores, se consiguen resultados
más brillantes, con una menor reflexión de la luz solar y un menor consumo.
Aunque durante años la tecnología OLED ha ido por detrás de la tecnología LCD, la
primera –con sus variantes AMOLED y Super AMOLED– gana presencia en todo tipo de dispositivos
gradualmente. Los problemas iniciales de degradación relativamente rápida del material
orgánico asociado con la componente azul, que hace inestables los colores, se han
minimizado considerablemente. En cuanto a los costes, aunque son algo más caros que
los paneles LCD, las diferencias se están acortando progresivamente.
1.5.Pantallas de LED
Como ya hemos comentado, no se tienen que confundir las pantallas LCD con retroiluminación
LED con una pantalla de LED, donde cada píxel de la pantalla es un Light-Emitting Diode (‘diodo emisor de luz’).
Los LED son diodos que producen luz cuando una corriente eléctrica pasa a través del
material semiconductor del que están hechos. Se caracterizan por ser muy luminosos,
resistentes, fiables y eficientes. Estas características hacen que las pantallas de
LED puedan usarse en ambientes exteriores como pantallas gigantes, paneles informativos,
paneles publicitarios, etc.

Las pantallas de LED de Times Square en Nueva York son, posiblemente, las más conocidas
del mundo.
2.Dispositivos de impresión
Los dispositivos de impresión nos permiten obtener físicamente nuestra imagen, en
un soporte que habitualmente será papel, pero pueden ser otros materiales como por
ejemplo plástico o tela. Lo primero que debemos tener en cuenta cuando imprimimos
una imagen digital es cómo trasladamos al soporte físico dos de los parámetros que
la caracterizan: el color y la resolución; una vez aclarados estos dos puntos describiremos
brevemente, atendiendo a la tecnología que emplean, las dos familias de impresoras
más habituales.
2.1.Color e impresoras
Los monitores y proyectores, que son dispositivos de visualización que generan luz, componen los colores como suma de tres fuentes, roja, verde y azul; es una mezcla
aditiva.
La figura 7 muestra la mezcla aditiva: los colores primarios son rojo, verde y azul,
y los colores secundarios se forman sumando estos colores dos a dos: cian es la suma
de verde y azul, magenta es la suma de rojo y azul y amarillo es la suma de verde
y rojo. El color que no interviene en la formación de cada color secundario es su
complementario, y la suma de los tres colores primarios es el blanco.
Figura 7. Mezcla aditiva de colores

Las imágenes impresas no generan luz, sino que reflejan la que incide sobre ellas, y los colores que vemos son los que la superficie de impresión
no absorbe. Los sistemas de impresión no usan para generar los colores un sistema
de generación de color aditivo, sino sustractivo, y toman como colores primarios la terna cian, amarillo y magenta. En una mezcla
sustractiva los pigmentos de cada color actúan como un filtro que absorbe su color
complementario.
Ejemplo
Supongamos un papel teñido de cian sobre el que incide luz blanca: el pigmento cian
absorbe la luz roja, y refleja la verde y la azul; el color cian se forma en una mezcla
aditiva como la suma de verde y azul y en una mescla sustractiva como la resta de
blanco y rojo.
Como puede verse en la figura 8, en una mezcla sustractiva los colores secundarios
son el rojo, mezcla de magenta y amarillo, el verde, mezcla de cian y amarillo, y
el azul, mezcla de cian y magenta. La mezcla sustractiva de las tres componentes primarias
es el negro.
Figura 8. Mezcla sustractiva de colores

Entonces, pasamos del sistema de color RGB al sistema CMY; las impresoras funcionan
con pigmentos de color cian, amarillo y magenta. Habitualmente encontramos una cuarta
componente de color, K, que se corresponde con pigmento de color negro; ello es debido
a que el negro obtenido por sustracción de los tres colores primarios no suele ser
demasiado puro, por lo que resulta más eficiente usarlo por separado. Hablamos, pues,
del sistema CMYK, donde los colores se obtienen mezclando en las proporciones adecuadas
los cuatro colores básicos.
2.2.Resolución e impresoras
La resolución, en el caso de las impresoras, se refiere a la cantidad de puntos de
tinta por pulgada (ppp o dpi, dots per inch) que es capaz de imprimir: una resolución de 220 dpi indica que en cada pulgada la
impresora puede imprimir 220 puntos. No es equivalente, pues, a la resolución digital
de una imagen, que se mesura en píxeles; un píxel y un punto no tienen por qué coincidir
necesariamente.
Cuanto mayor sea la resolución, más precisión se obtendrá en la imagen impresa; algunos
valores típicos en las impresoras que se comercializan actualmente son hasta 9.600
× 4.800 ppp para impresoras de inyección y hasta 1.200 × 2.400 ppp para impresoras
láser.
2.3.Impresoras de tecnología láser
Las impresoras de tecnología láser (y otras más recientes que en lugar de láser usan
diodos) se basan en la electrostática, la atracción o repulsión de cargas eléctricas
según su signo.
Los elementos centrales de las impresoras láser son el tambor y el láser; cuando al
aparato le llega una orden de impresión, el tambor se carga negativamente; el láser
barre la superficie del tambor «marcando» con carga positiva los puntos donde habrá
impresión, los puntos donde no habrá quedan con carga negativa. Entonces, en el tambor
hay una réplica de la imagen que se está imprimiendo, «dibujada» con cargas positivas.
El tóner, un pigmento (en una impresora en color habrá cuatro) cargado negativamente,
se deposita sobre los puntos con carga positiva del tambor, que lo atraen, mientras
que los negativos lo repelen. La hoja de papel se carga positivamente y se pone en
contacto con el tambor, con lo cual el tóner se transfiere, y el último paso del proceso
de impresión es el fijado del pigmento al papel mediante calor.
2.4.Impresoras de inyección de tinta
El principal elemento de las impresoras de inyección de tinta es el cabezal. Éste
contiene unas boquillas muy finas que depositan sobre el papel la tinta que inyectan
los inyectores. En este caso la tinta es líquida, y las gotas depositadas son cada
vez más pequeñas, del orden de picolitros (1 picolitro = 10-12 litros). El cabezal recorre la hoja imprimiendo línea a línea; el proceso es mucho
más largo que con una impresora láser, que con una sola pasada por el tambor imprime
la hoja.
Cada punto de color tiene, en principio, solo dos intensidades: se imprime o no; esto
nos da un número muy bajo de colores representables, aun cuando el ojo es capaz de
integrarlos y visualizar más de los que realmente se han imprimido. Las impresoras
de inyección incorporan algoritmos que permiten, combinando el tamaño de los puntos
impresos y la inyección de la tinta (con un método que recuerda a la antigua impresión
de fotografías en los periódicos), que el número de colores visualizados sea muy grande,
próximo al color real.
2.5.Otros tipos de impresoras
La mayor parte de las impresoras existentes en el mercado son de propósito general,
dedicadas a la impresión de documentos, no necesariamente imágenes, en tamaño DIN
A4. Mencionaremos otro tipo de impresoras específicas para fotografías, independientemente
de la tecnología que usen. Encontramos dos grandes grupos: las impresoras de gran
formato y las fotográficas.
Las impresoras de gran formato están preparadas para imprimir documentos de gran tamaño,
de DIN A2 a DIN A0. Su uso está reservado habitualmente a profesionales (ingenieros,
arquitectos, artes gráficas...) por lo que se les exige calidad y velocidad de impresión
muy altas. Las impresoras fotográficas funcionan con más de cuatro pigmentos básicos,
hasta doce, para obtener una gama de colores muy amplia; tienen resoluciones más altas
que las de carácter general (en torno al doble), gotas más pequeñas, en torno a 1
picolitro, y pueden imprimir en papel fotográfico, con lo que los resultados son mucho
mejores que con una impresora convencional. Estas impresoras pueden ser de formato
pequeño, las medidas habituales en fotografía 10 × 15, 13 × 18, o de medidas grandes,
con lo que volveríamos a la categoría anterior de impresoras de gran formato.
El objetivo de estas impresoras de alta calidad es el de conseguir una riqueza de
color comparable a la obtenida con la fotografía química o a la que visualizamos con
monitores o proyectores. Excepto si usamos estas opciones especializadas, deberemos
tener en cuenta que el número de colores que pueden reproducir las impresoras convencionales
es mucho más bajo que el que pueden mostrar los monitores. Además, la conversión entre
el sistema RGB y CMYK también produce ligeros desajustes entre colores.
Para reducir las diferencias de color percibidas entre lo que nos muestra la pantalla
y el papel impreso, contamos con herramientas denominadas calibradores, tanto para
los monitores como para las impresoras.
La calibración puede ser software, y se controla desde el sistema operativo en el caso de los monitores o mediante
los drivers proporcionados por el fabricante en el caso de la impresora. También puede ser hardware; esta segunda opción tiene un coste económico más alto. Si nos encontramos con diferencias
importantes entre las imágenes presentadas en la visualización y la impresión, es
una buena opción usar la calibración software y valorar después si es conveniente usar la calibración hardware.
Resumen
Todos los dispositivos de visualización, monitores y proyectores fundamentalmente,
muestran las imágenes generando luz del colores necesarios; la generación se hace
mediante la mezcla aditiva de luces de los colores rojo, verde y azul.
Los monitores CRT, o de tubo de rayos catódicos, generan la luz mediante la excitación
de materiales fosforescentes; fueron prácticamente la única opción disponible durante
décadas, pero sus inconvenientes han hecho que, a pesar de la buena calidad de imagen
que presentan, estén quedando en desuso.
Los monitores LCD y los monitores de plasma son las dos tecnologías que compiten actualmente
por el mercado; los primeros se basan en las propiedades de los cristales líquidos
y los segundos, como los CRT, en las propiedades de los materiales fosforescentes.
En general, los monitores de plasma proporcionan una mejor calidad de imagen, pero
el uso de los LCD se ha extendido más, especialmente en tamaños pequeños, por su coste
más bajo.
Los monitores OLED se están desarrollando desde hace pocos años; se basan en las propiedades
luminiscentes de los diodos y se empiezan a introducir en el mercado en pantallas
de pequeño formato. Habrá que esperar unos años para ver su evolución.
Los dispositivos de impresión nos dan la posibilidad de disponer de la imagen en un
soporte físico. La generación de los colores se hace mediante mezcla sustractiva de
los colores cian, magenta y amarillo. Un cuarto pigmento, el negro, proporciona más
calidad a las imágenes.
Las impresoras de tecnología láser generan la imagen aprovechando las propiedades
electrostáticas de los materiales, las de inyección de tinta la generan dibujándola
punto a punto y línea a línea mediante puntos de tinta.
Existen impresoras especializadas en la impresión fotográfica que mejoran las prestaciones
de las impresoras de aplicación general, consiguiendo calidad comparable a la del
positivado en fotografía química.