Aplicaciones de la Psicología de la memoria
© Josep Baqués Cardona, Javier de la Fuente Arnanz, Modesta Pousada Fernández, Dolores Sáiz Roca, Juan Antonio Vera Ferrándiz
Todos los derechos reservados
© de esta edición, FUOC, 2019
Av. Tibidabo, 39-43, 08035 Barcelona
Diseño: Manel Andreu
Realización editorial: Oberta UOC Publishing, SL

Índice
- Objetivos
- 1.Aplicaciones de la Psicología de la memoria: introducción
- 2.Memoria y testimonio
- 3.Memoria y vejez
- 3.1.Envejecimiento y cambio cognitivo
- 3.1.1.¿Declive y vejez?
- 3.1.2.Memoria y envejecimiento normal
- 3.2.Cambios en la memoria de trabajo
- 3.3.Cambios en la memoria a largo plazo: memoria episódica y memoria semántica
- 3.3.1.Memoria episódica
- 3.3.2.Memoria semántica
- 3.4.Factores que pueden afectar al rendimiento en tareas de memoria
- 3.4.1.Nivel educativo
- 3.4.2.Investigación en contextos cotidianos
- 3.4.3.La salud
- 3.1.Envejecimiento y cambio cognitivo
- 4.Optimización de la memoria: sistemas mnemotécnicos
- 5.Psicopatología de la memoria
- Bibliografía
Objetivos
-
Situar las coordenadas que permiten el paso desde una psicología básica de la memoria a la aplicación de estos conocimientos a la vida cotidiana.
-
Encuadrar los diferentes campos de aplicación.
-
Conocer la aplicación de algunos conocimientos de la Psicología de la memoria en el ámbito forense.
-
Conocer las variables fundamentales que inciden en la exactitud del testimonio.
-
Conocer algunas variables que inciden en los procesos de identificación de personas.
-
Conocer cuáles son las posiciones con relación a cómo afecta al envejecimiento en el funcionamiento cognitivo.
-
Describir los cambios experimentados por los diferentes sistemas de memoria durante el envejecimiento normal.
-
Conocer qué es lo que podemos mejorar de la memoria.
-
Conocer los principios y algunas técnicas para mejorar el rendimiento de la memoria.
-
Tomar conciencia del papel de la memoria en la educación.
-
Entender el papel de la memoria de trabajo en la adquisición de vocabulario.
-
Entender el papel del bucle fonológico de la memoria de trabajo en el aprendizaje de una segunda lengua.
-
Identificar el papel de la memoria en el aprendizaje de la lectura.
-
Comprender cómo la memoria de trabajo está implicada en el cálculo aritmético.
-
Saber a qué nos referimos cuando hablamos de amnesia.
-
Describir diferentes tipos de amnesia.
-
Entender algunas causas del síndrome amnésico.
-
Saber las características principales de la enfermedad de Alzheimer.
1.Aplicaciones de la Psicología de la memoria: introducción
1.1.De la Psicología básica de la memoria a la Psicología aplicada de la memoria
1.2.Principales campos de aplicación de la Psicología de la memoria
Las revistas Journal of Applied Psychology y, más específicamente, la revista Journal of Cognitive Applied Psychology publican artículos conectados con la vertiente aplicada y los procesos cognitivos y, a veces, aparecen artículos de los diferentes ámbitos de la investigación aplicada de la memoria.
Asimismo, se pueden localizar artículos sobre la aplicación de la memoria en las revistas especializadas en cada uno de los diferentes ámbitos, como, por ejemplo, Memory and Language, para los aspectos relacionados con las áreas lingüísticas, o Journal of Advertising Research, para los aspectos de memoria y publicidad, Psychology and Aging, para los de vejez, sólo para mencionar algunos de sus ejemplos.
Para una visión panorámica de los diferentes campos de aplicación de la Psicología de la memoria, puede ser interesante consultar los dos volúmenes de la obra siguiente:
Hermann et al. (1994). Basic and Applied Memory Research. Mahwah, Nueva Jersey: Lawrence Erlbaum Associates, Inc.
También el libro siguiente: Sáiz et al. (1996), Psicología de la memoria. Manual de prácticas, Barcelona: Avesta, presenta un apartado dedicado a los diferentes campos de aplicación en la Psicología de la memoria.
Definir la memoria autobiográfica no es fácil. La mayoría de los autores consideran que las memorias autobiográficas forman parte de la memoria episódica (Conway, Rubin, Spinnler y Wagenaar, 1992), que se define por el contexto espacial y temporal que la acompaña, y se diferencia así de la memoria semántica o de conocimientos que posee de este contexto (Tulving, 1983). Según Brewer (1986), la característica principal que define las memorias autobiográficas es el contexto personal que las acompaña. Dependiendo del grado de referencia personal, Brewer distingue entre: a) memorias personales que consisten en una representación de un hecho único e irrepetible basado en imágenes; b) hechos autobiográficos que, desde un punto de vista formal, son idénticos a las memorias personales, pero que no se basan en imágenes, y c) memorias personales genéricas que se diferencian de las anteriores del hecho de que representan de manera más abstracta hechos repetitivos o series de hechos parecidos.
Por lo que a esto se refiere, Larsen (1992) clasifica la memoria dependiendo del tipo de contexto asociado a: memoria autobiográfica, memoria narrativa, hechos autobiográficos y conocimiento del mundo (en la figura 1).
|
Hecho central |
|
|
---|---|---|---|
Contexto |
Personal |
No personal |
Forma supraordinada |
Contexto personal |
Memoria |
Memoria |
Memoria |
Descontextualizar |
Hechos |
Conocimiento |
Memoria |
Por otro lado, Johnson (1983) ha propuesto otras características diferenciales de las memorias autobiográficas en un modelo de memoria más general que denomina Sistema Modular de memoria de Entrada Múltiple (MEM). El modelo MEM propone que el sistema de memoria como un todo implica un conjunto de subsistemas separados: sensorial, perceptivo y reflexivo. El subsistema de memoria sensorial contiene información sobre aspectos elementales de la percepción como la luminosidad de los objetos, dirección del movimiento, tamaño, etc., y sería la base de algunas habilidades motrices (memoria procedimental). El subsistema perceptivo representa información perceptiva de alto nivel como la experiencia consciente de un conjunto de objetos. El subsistema reflexivo representa información sobre hechos generados internamente como pensamientos, imaginaciones, planes, etc. Todas las huellas de memoria se encuentran representadas en los tres subsistemas; sin embargo, la extensión de la representación de una huella en un subsistema único varía con la naturaleza del hecho que ha originado la huella de memoria. De este modo, según el modelo MEM podríamos distinguir los recuerdos autobiográficos (de origen externo) de otros tipos de recuerdos con un origen interno (imaginaciones, sueños, etc.) por medio de los atributos característicos que presentan (Johnson y Raye, 1981; Johnson, Hashtroudi y Lindsay, 1993; Gentil y Diges, 1994). Johnson y Raye proponen que las memorias con un origen en la experiencia contendrán más detalles sensoriales y contextuales y más información semántica, mientras que las memorias con un origen interno (autogeneradas) contendrán más alusiones a procesos cognitivos. Por medio de procesos de razonamiento, se compararán los atributos característicos de cada tipo de memoria con los de la huella objeto de recuperación, con otras huellas relacionadas y con los conocimientos sobre el funcionamiento de la memoria.
El estudio de la memoria autobiográfica
Una de las primeras técnicas utilizadas para investigar la memoria autobiográfica fue la técnica de Galton (1883), consistente en presentar a los sujetos una palabra estímulo y pedirles que recuerden algún acontecimiento personal que esté asociado a la misma. Con posterioridad, se les pide que describan el acontecimiento y lo sitúen en el tiempo, valorando características como el grado de detalle y la viveza con la que lo recuerdan.
Esta técnica se volvió a utilizar a partir de los años setenta (véase Robinson, 1976) cuando se reanudaron los estudios sobre los procesos de memoria que se habían dejado de lado en las décadas anteriores. Sin embargo, esta técnica presenta algunas limitaciones como la falta de control o la dificultad existente para tratar de verificar los recuerdos autobiográficos. Por este motivo, para estudiar la memoria autobiográfica se han utilizado, además, otros paradigmas que resuelven estas dificultades, como los de recuperación dirigida (Baddeley, 1990) o la confección de diarios (Linton, 1975).
La técnica de diarios, aunque es la más costosa, es la que mayor interés ha despertado. Linton (1975) llevó a cabo uno de los primeros estudios con diarios, en los que él era el sujeto de sus experimentos. Apuntó diariamente dos acontecimientos de manera detallada en una serie de tarjetas que más tarde utilizó para evaluar su capacidad de recordar hechos autobiográficos. Entre los resultados más interesantes de este estudio, podemos señalar que los hechos desagradables se olvidan con mayor rapidez que los agradables. Asimismo, encontró que si, de vez en cuando, repasaba algunas tarjetas al azar, el olvido de los hechos descritos era inferior, lo que indica que las memorias autobiográficas son sensibles al reaprendizaje y al repaso. Sin embargo, el estudio de Linton (1975) tenía algunos problemas metodológicos. Sólo anotaba en el diario aquellos hechos que consideraba interesantes de destacar cada día, y se basaba en un único sujeto.
Brewer (1988) solucionó este problema utilizando más sujetos que grababan lo que les estaba pasando en intervalos temporales aleatorios, marcados por un avisador (buscapersonas). Cuando sonaba el avisador, los sujetos grababan lo que hacían en aquel momento, con qué regularidad lo hacían, su importancia, qué pretendían con ello y su estado emocional en aquel instante. Días o semanas después se les pedía que recordaran qué habían hecho, proporcionándoles indicios específicos como tiempo, lugar, etc.
Wagenaar (1986, 1992) realizó uno de los estudios más completos con diarios, tomándose él mismo como sujeto de la investigación. Wagenaar (1986) empezó el estudio cuando tenía treinta y siete años y lo acabó con cuarenta y tres. Cada día apuntaba uno o dos acontecimientos, con cuidado de señalar quién estaba implicado en el acontecimiento, qué ocurrió, dónde y cuándo tuvo lugar. Asimismo, en cada hecho evaluó su importancia, frecuencia, el grado de implicación emocional y la afabilidad de su implicación. Durante el estudio, apuntó un total de 2.400 acontecimientos. Con posterioridad, intentó recordar los acontecimientos con un intervalo de retención de, al menos, doce meses y se facilitó parte de la información como ayuda al recuerdo. El orden de qué, quién, dónde y cuándo fue aleatorio para comparar la importancia de estos cuatro aspectos y manipuló el número de indicios que utilizaba como ayuda para recordar. Los resultados alcanzados mostraron que los indicios sobre quién, qué y dónde fueron igualmente útiles para ayudar al recuerdo, mientras que la información sobre cuándo era un indicio pobre. Este resultado sugiere que, aunque la información temporal se almacena, no es una buena vía de acceso a los recuerdos autobiográficos. No obstante, cuando se combinaba la información temporal con cualquiera de los indicios restantes, mejoraba la recuperación. Con respecto a las características de los acontecimientos, encontró que los hechos inusuales o importantes y los que le implicaban emocionalmente eran los que mejor había aprendido y los que menos olvidaba. El efecto del afabilidad de los acontecimientos fue más complicado, puesto que los acontecimientos desagradables eran peor recordados, aunque sólo después de intervalos cortos de tiempo, y no encontraba diferencias con intervalos más largos de tiempo (más de cuatro años).
Memorias vívidas
Uno de los hechos que más llama la atención con respecto a las memorias autobiográficas es que parece que somos capaces de recordar ciertos acontecimientos como si acabaran de ocurrir. En apariencia, son acontecimientos inmunes al deterioro producido por el paso del tiempo. Este tipo de memorias autobiográficas se conocen con el nombre de memorias vívidas o memorias flash y consisten en memorias sobre acontecimientos altamente impactantes por la repercusión individual y/o social que suponen. Un hecho de este tipo es, por ejemplo, lo que sucedió en el Congreso de los Diputados en España el 23 de febrero de 1981. Cuando recordamos aquel día y lo que hicimos antes, durante y después del intento de golpe de Estado, es probable que tengamos la sensación de que aquello se nos ha quedado profundamente grabado y que lo recordamos de forma muy vívida con todo tipo de detalles. Sin embargo, es probable también que ciertos detalles que creemos que son exactos "se hayan creado" con posterioridad. Varios investigadores (véase Brown y Kulik, 1977; Pillemer, 1984) que han estudiado este tipo de memorias han mostrado que ciertos detalles sobre lo que uno hizo durante los momentos en los que tenía lugar un acontecimiento de este tipo no son reales. Por ejemplo, uno de los detalles que en estos casos se modifica con el paso del tiempo es el origen de la información; es decir, dónde y de qué manera nos enteramos por vez primera de aquel acontecimiento. Neisser y Harsch (1992) estudiaron el recuerdo de sus alumnos sobre la explosión en el aire del transbordador espacial de la NASA Challenger que tuvo lugar el 28 de enero de 1986, en el que murieron todos sus tripulantes. Este hecho conmocionó la opinión pública norteamericana porque fue retransmitido en directo por televisión y mucha gente lo seguía con interés. Al día siguiente, Neisser y Harsch pidieron a sus alumnos, como un ejercicio de clase, que explicaran por escrito las circunstancias en que ellos se enteraron de la noticia y sus reacciones. Pasados tres años, volvieron a pedir a estos mismos alumnos que recordaran el acontecimiento. Los relatos mostraron cómo ciertos elementos de las descripciones habían variado, la idea general de lo que había sucedido no variaba, pero sí, por ejemplo, cómo se habían enterado de la noticia, si por radio o televisión, o si se lo habían explicado y, después, lo habían visto en algún informativo. Sin embargo, los sujetos afirmaban que estaban completamente seguros de recordar con total exactitud aquel acontecimiento. A algunos alumnos les mostraron sus relatos escritos el día después al acontecimiento y creyeron que habían sido manipulados imitando su letra; y, para defender su actitud, argumentaron que ellos no habían escrito eso porque no lo recordaban así, y consideraban que estaban siendo objeto de algún tipo de experimento en el que se les engañaba para estudiar su reacción. Una explicación a este fenómeno está basada en el hecho de que la explosión del Challenger fue pasada muchas veces por televisión. Por este motivo, el recuerdo de la primera vez puede confundirse con facilidad con el de las veces posteriores en que el acontecimiento fue visto. Así, parece que algunos elementos de un acontecimiento emocional se pueden recordar con exactitud, mientras que otros no.
Emoción y memoria
La emoción tiene un papel muy importante en las memorias autobiográficas. Barclay y Smith (1992) han propuesto un modelo de memoria autobiográfica en el que consideran que el afecto y la emoción son las características primordiales de este tipo de memorias que constituyen la cultura personal del sujeto, puesto que relacionan a la persona con su entorno social. Asimismo, Wagenaar (1986) señalaba que el nivel de implicación emocional, además de la sapiencia de los acontecimientos y la afabilidad, influyen en el recuerdo de un acontecimiento autobiográfico.
Además, se han señalado otros aspectos relacionados con la emoción que estarían influyendo en los recuerdos autobiográficos: el autoconcepto del sujeto, factores motivacionales y la perspectiva con la que son recordados (Alonso-Quecuty, 1992).
La accesibilidad de los recuerdos autobiográficos depende muchas veces del estado emocional. Este fenómeno se conoce con el nombre de memorias dependientes de estado (Bower, 1981, 1987), que se muestra sobre todo cuando la información está relacionada con el sujeto (Eich, Macaulay y Ryan, 1994). En general, los hechos autobiográficos con una implicación emocional importante se recuerdan con mayor detalle que los hechos rutinarios con baja implicación emocional.
Organización de las memorias autobiográficas
Los estudios empíricos muestran que las memorias autobiográficas se encuentran representadas en diferentes niveles de abstracción, desde representaciones específicas de hechos vividos, hasta representaciones sobre temas y metas que están asociados con un periodo de tiempo (Conway, 1990). La organización de los contenidos de la memoria autobiográfica es jerárquica. Los recuerdos específicos autobiográficos se encontrarían en el nivel más profundo y las representaciones abstractas genéricas en el más elevado. Esta organización es, fundamentalmente, temática y por periodos temporales que marcan el curso de la vida.
Procesos de recuperación
En términos generales, podemos distinguir dos tipos diferentes de recuperación (Jones, 1982, 1987). Según Jones, el acceso a la información almacenada en la memoria se puede dar de manera automática por medio de un acceso directo al activar la información los indicios apropiados. De manera que, en ocasiones, los recuerdos nos asaltan y se hacen conscientes sin que sepamos qué lo ha desencadenado. Sin embargo, puede recuperarse además la información almacenada en nuestra memoria por una vía indirecta, por medio de procesos conscientes y controlados similares a los implicados en las tareas de resolución de problemas y en que la información contextual tiene un papel esencial (Davies y Thomson, 1988). El papel del contexto en esta última es la razón por la cual algunos autores (Baddeley, 1990, 1992) plantean que la memoria autobiográfica implica únicamente procesos reconstructivos conscientes y controlados de memoria. En relación con los procesos controlados de memoria, Reiser et al. (Reiser, Black y Abelson, 1985) proponen cuatro estrategias de recuperación basadas en información sobre actividades, metas, actores y referencias temporales, que tienen una gran relación con la organización de la información autobiográfica.
Por otro lado, en las memorias autobiográficas se muestran especialmente relevantes varios procesos de control (procesos de metamemoria, Manzanero y Diges, 1994) como son el ya mencionado de control del origen de los recuerdos (Johnson y Raye, 1981; Johnson, Hashtroudi y Lindsay, 1993; Alonso-Quecuty, Manzanero y Diges, en prensa), de control de ejecución que permite discriminar si un plan de acción ya se ha hecho (Koriat, Cordero-Zur y Sheffer, 1988), y de sensación de saber que permite evaluar el rendimiento en tareas de recuperación de la memoria (Hart, 1965; Schacter, 1983).
El olvido y el desarrollo de los recuerdos autobiográficos
Los rasgos temporales son uno de los elementos de las memorias autobiográficas más importantes, junto con la emocionalidad, dado que constituyen una de las bases de conceptualización de la persona (Conway et al., 1992).
Uno de los aspectos temporales más estudiados de las memorias autobiográficas es la exactitud al datar los acontecimientos. Existen muchos factores que pueden influir en el deterioro temporal de las memorias autobiográficas, tantos como en el proceso de asignación de fechas a los recuerdos de este tipo. Sin embargo, en términos generales, puede decirse que los hechos recientes se recuerdan mejor que los más remotos. No obstante, los procesos implicados en la recuperación de información de la memoria son muy flexibles, dependiendo de las tareas y de los indicios de recuperación. Con respecto a datar los recuerdos autobiográficos, varios estudios (véase Conway, 1990) han mostrado que las fechas exactas de cuando ocurrió un acontecimiento no están almacenadas en la memoria, se infieren después del recuerdo. La datación de los acontecimientos se produce tomando como referencia acontecimientos especialmente conocidos (por ejemplo, la fecha de nacimiento, el día de licenciatura, cuando el hombre fue por primera vez a la luna, etc.), de manera que, en algunos casos, pueden conocerse las fechas exactas de un hecho, aunque esta estrategia también puede producir sesgos importantes (Brown, Rips y Shevell, 1985).
Algunas de las variables que más afectan al deterioro y a la recuperación de la memoria autobiográfica son la distintividad de los hechos (cuando son rutinarios, se olvidan con rapidez por la interferencia que sobre su codificación pueden tener acontecimientos similares). La naturaleza de los recuerdos y la estructura temporal desde que ocurrió el hecho autobiográfico pueden determinar la accesibilidad de un recuerdo y la inferencia de la fecha en que éste tuvo lugar. Otras variables que afectan a la exactitud de las memorias autobiográficas se han estudiado en el marco de la Psicología del testimonio que se analizan en el capítulo veintidós.
Un aspecto especial del desarrollo de la memoria autobiográfica y muy relacionado con aspectos temporales son los recuerdos autobiográficos infantiles. Es difícil recordar acontecimientos producidos a una edad inferior a los cinco años. Este fenómeno se conoce con el nombre de amnesia infantil y una posible explicación estaría relacionada con el hecho de que, hasta aquella edad, el sistema neurológico no está desarrollado completamente (Moscovitch, 1985). Aunque otras explicaciones ponen más énfasis en el hecho de que los niños menores de esta edad no tienen lenguaje, y que la percepción adulta es muy diferente a la percepción de los niños muy pequeños, el hecho que impide el acceso a estas memorias es una cuestión relacionada con la dependencia de contexto. El psicoanálisis también proporciona una explicación a las amnesias infantiles (Freud, 1901) y argumenta que se encuentran reprimidas por razones emocionales.
Por otro lado, en el otro extremo de la vida nos encontramos con que, a partir de cierta edad, se produce un incremento en la recuperación de hechos autobiográficos. Este hecho se ha explicado por la importancia que se le concede a las memorias autobiográficas en el mantenimiento y desarrollo del concepto de persona. Los ancianos suelen tener procesos de revisión de su vida. La función de estos procesos consistiría en conferir un sentido a su vida, reducir los niveles de estrés y déficits afectivos relacionados con problemas existenciales que, con frecuencia, sufren las personas de edad avanzada.
Por otro lado, varias investigaciones (véase Burke, Worthley y Martin, 1988) muestran que los ancianos presentan déficits de memoria autobiográfica en comparación con personas jóvenes, y sufren con mayor frecuencia el efecto de tenerlo en la punta de la lengua, que aparece cuando se fracasa en el acceso a información disponible en la memoria (es habitual que ocurra con nombres) aunque es posible recuperar información accesoria relacionada (inicial, número de sílabas, con qué rima, etc.)
No hemos incluido ningún apartado sobre esta temática, puesto que, aunque se trata de un sector muy interesante, es más minoritario. Todos aquellos que estéis interesados en conocer los aspectos generales de este tipo de aplicación, podéis leer el capítulo de:
D. Sáiz y M. Sáiz (1996). Memoria y publicidad. En D. Sáiz et al. Psicología de la memoria. Manual de prácticas. Barcelona: Avesta.
2.Memoria y testimonio
2.1.La exactitud del testimonio
-
La criminología.
-
La selección de jurados.
-
La atribución de responsabilidad.
-
La formación de la policía.
-
El ámbito penitenciario.
-
La atención a las víctimas.
-
El peritaje del daño psicológico.
-
La valoración del testimonio.
2.1.1.El efecto de la información engañosa
El artículo original: E. F. Loftus, D. G. Miller, y Burns (1978). Semantic integration of verbal information into a visual memory. Journal of Experimental Psychology: Human Learning and Memory, 1 (4), 19-31. Podéis encontrarlo traducido íntegramente al español en el libro siguiente: M. Diges (1997). Los falsos recuerdos. Sugestión y memoria. Barcelona: Paidós.

¿A qué velocidad iban los vehículos cuando .....................?
Verbo utilizado en la pregunta |
Velocidad estimada (km/h) |
Estrellarse |
40,8 |
Colisionar |
39,3 |
Abollar |
38,1 |
Topar contra |
34,0 |
Contactar |
31,8 |
-
Puede ocurrir que la información posterior engañosa borre y sustituya parte de la representación original del acontecimiento en la memoria del sujeto.
-
Puede ocurrir que tanto la información original del acontecimiento como la información posterior engañosa coexistan en la representación del sujeto y varios factores determinen que el sujeto acceda a una o a otra.
-
Puede suceder que, aunque el sujeto conserve en su representación la información original percibida en el acontecimiento, diferentes factores le fuercen a dar una respuesta sesgada con información que no está representada en su memoria.
2.1.2.Los falsos recuerdos
"También está la cuestión de las memorias que dependen de otras personas. Por ejemplo, uno de mis primeros recuerdos se podría datar, si fuera cierto, antes de haber cumplido los dos años. Todavía puedo ver con toda claridad la escena siguiente, en la que creí hasta que cumplí los quince años. Estaba sentado en mi cochecito y mi niñera me paseaba por los Campos Elíseos, cuando un hombre intentó raptarme. Quedé retenido por el cinturón que me sujetaba en el asiento, mientras mi niñera intentaba valientemente protegerme del raptor. Ella recibió varios arañazos y todavía puedo verlos vagamente en su cara. Después la gente se amontonó a nuestro alrededor, llegó un policía con una capa corta y un bastón blanco y el hombre huyó. Todavía puedo ver toda la escena e, incluso, situarla cerca de la estación de metro. Cuando tenía unos quince años, mis padres recibieron una carta de mi anterior niñera, que decía que se había alistado en el Ejército de Salvación. Quería confesar sus faltas y, en particular, devolver el reloj que le habían dado como recompensa en aquella ocasión. Había inventado toda la historia del rapto, haciéndose ella misma los arañazos. Por tanto, cuando era niño, yo habría oído un relato de esta historia, en la que mis padres creían, y la proyecté en mi pasado en forma de recuerdo visual."
J. Piaget (1959 ). La formación del símbolo en el niño. Imitación, juego y sueño. Imagen y representación (p. 257). México: Fondo de cultura Económica, 1961.
2.1.3.Variables que inciden en la exactitud del testimonio
-
Hacer evocar al sujeto el contexto físico y el estado emocional subjetivo en el que se encontraba en el momento de presenciar el delito.
-
Pedir al sujeto que relate todos los detalles que pueda recordar sin hacer juicios a priori sobre la importancia que puedan tener dentro del episodio.
-
Pedir al sujeto que relate el acontecimiento en varios órdenes posibles. Por ejemplo, empezando por el principio, por el final, a partir de un momento determinado, etc.
-
Pedir al sujeto que relate el acontecimiento situándose, en vez desde la perspectiva desde la que lo vio, en otras perspectivas posibles. Por ejemplo, situándose mentalmente en la perspectiva del delincuente, o en la de otro testigo, y relatando lo que se habría visto desde la misma.
2.2.La memoria para las personas
2.2.1.Memoria de los rostros y memoria de las personas
-
El reconocimiento sólo implica sentir como familiar o ya vista a una persona. Daos cuenta de que puede producirse reconocimiento sin identificación.
-
La identificación implica, además de un reconocimiento, ser capaz de aportar algunos datos más que nos sitúan a la persona en un lugar y/o en un momento concretos.
-
El recuerdo, que sería una tarea muy diferente a las anteriores, implica ser capaz de acceder a una representación mental en la MLP de la apariencia física de una persona y traducir esta representación a una expresión lingüística.
-
Descripción verbal del delincuente.
-
Composición a partir de la descripción verbal y, con la ayuda de un especialista, de uno retrato robot a partir de diferentes sistemas que permiten la composición de rostros que combinan los distintos rasgos físicos, o mediante un dibujo.
-
Examen de álbumes de fotografías.
-
Decisiones sobre la presencia del delincuente en ruedas de identificación.
-
Por un lado, parece que existe un estereotipo de carácter general que funciona y se aplica en las personas que podríamos resumir de la manera siguiente: "aquello que es bonito, es bueno". De esta manera, parece que nos cuesta más identificar a personas que son físicamente agraciadas como responsables de hechos delictivos y, por el contrario, tenderíamos a atribuir con mayor facilidad acciones condenables a personas poco atractivas físicamente.
-
Por otro lado, la investigación ha determinado que existe toda una serie de delitos para los que dispondríamos, aunque sea de una manera inconsciente (recordad la memoria no declarativa en el módulo "Los sistemas de la memoria"), de un estereotipo físico relacionado con rasgos faciales concretos. Por ejemplo: robo a mano armada, robo de vehículos, posesión ilegal de drogas, estafa y abusos sexuales. Mientras que hay otros delitos para los que no se ha demostrado tener ningún estereotipo físico concreto: violación, incendio provocado y violación de domicilio.
2.2.2.Las ruedas de identificación

Lo que hemos explicado aquí sobre las ruedas de identificación está extraordinariamente simplificado. Puesto que, si queréis ampliar conocimientos sobre los principios psicológicos que se deben aplicar para componer y hacer las ruedas de identificación, se pueden consultar los trabajos siguientes:
M. Diges; M.L. Alonso-Quecuty (1993). Psicología forense experimental (cap. 2). Valencia: Promolibro.
G. L. Wells, E. P. Seelau, S. M. Rydell, y C. A. E. Luus (1994). Recomendations for properly conducted lineup identification tasks. En D. F. Ross, J. D. Read, y M. P. Toglia (Ed.), Adult Eyewitness Testimony. Cambridge: Cambridge University Press.
Podéis encontrar más información relacionada con los procesos de identificación de personas y las ruedas de identificación en la dirección de Internet siguiente:
3.Memoria y vejez
3.1.Envejecimiento y cambio cognitivo
3.1.1.¿Declive y vejez?
Es probable que en alguna de las asignaturas relacionadas con la Psicología del desarrollo ya hayáis visto cuáles son las características de estos dos enfoques. En cualquier caso, para aquéllos que queráis conocer con mayor detenimiento los planteamientos de la Psicología del ciclo vital, os recomendamos las lecturas siguientes:
P. B. Baltes (1987). "Theoretical propositions of life-span developmental psychology: On the dinamics between growth and decline". Developmental Psychology, 23, 611-626.
P. B. Baltes y M. M. Baltes (1990). Successful aging: Perspectives from the behavioral sciences. Cambridge: Cambridge University Press.
3.1.2.Memoria y envejecimiento normal
-
Dificultad para recordar nombres de personas que se han presentado previamente.
-
Dificultad para recordar dónde se han dejado ciertos objetos.
-
Dificultad para recordar diferentes tareas que deben hacerse.
-
Dificultad para recuperar números de teléfono o direcciones.
-
Dificultad para recuperar información de manera rápida o tras una breve pausa.
3.2.Cambios en la memoria de trabajo
3.2.1.Memoria de trabajo y procesos atencionales
3.3.Cambios en la memoria a largo plazo: memoria episódica y memoria semántica
3.3.1.Memoria episódica
-
Se observa el conocido como generation effect, según el cual los ítems generados por el mismo sujeto tienen un recuerdo superior a los ítems establecidos por el experimentador y simplemente leídos por el sujeto. Mientras que los pacientes afectados por la enfermedad de Alzheimer apenas manifiestan este efecto, sí que lo hacen los ancianos "normales", aunque, con ello, no consiguen superar el recuerdo de los jóvenes.
-
La organización de la información favorece también el recuerdo en ambos grupos de edad.
3.3.2.Memoria semántica
-
El nivel de vocabulario de los ancianos -es decir, el número de palabras que son capaces de reconocer y comprender- no disminuye, sino que, en algunos casos, aumenta con respecto a los jóvenes (aunque, naturalmente, aquí el nivel cultural tiene un papel determinante).
-
Su nivel de comprensión general; es decir, la activación de información de memoria semántica para hacer inferencias o las estructuras generales de conocimiento que confieren sentido a la información, tampoco presenta diferencias con respecto a los jóvenes.
• Peor rendimiento en el recuerdo de imágenes y de rostros.
• Un déficit temprano en la localización temporal de los recuerdos.
• Dificultades en la recuperación de la fuente de una información y, en algunas circunstancias, en el control de la realidad.
3.4.Factores que pueden afectar al rendimiento en tareas de memoria
3.4.1.Nivel educativo
3.4.2.Investigación en contextos cotidianos
3.4.3.La salud
4.Optimización de la memoria: sistemas mnemotécnicos
4.1.Recordar y olvidar
-
En primer lugar, el libro debe haber sido adquirido y, por tanto, debe formar parte de los fondos de la biblioteca.
-
En segundo lugar, es preciso que haya estado convenientemente conservado desde el momento de su adquisición.
-
Por último, debe estar colocado en la estantería apropiada para que podamos encontrarlo sin problemas.
4.1.1.Sentido de la mnemotecnia
4.2.Principios básicos de la mnemotecnia
-
El uso de la visualización.
-
El empleo de las asociaciones.
-
La organización de la información.
-
La atribución de significado a la información
4.2.1.La visualización
Si os interesa conocer mejor las características de los sujetos de memoria extraordinaria, os sugerimos la lectura del libro siguiente:
A. Luria (1983). La mente del mnemónico. Un pequeño libro sobre una gran memoria. México: Trillas.
En esta obra, A. Luria describe los experimentos que hizo en su laboratorio durante muchos años a un hombre de memoria excepcional y nos permite indagar en su peculiar manera de representarse mentalmente la realidad.
4.2.2.La asociación
4.2.3.La organización de la información
-
Organización que existe en la información que almacenamos en nuestra MLP: un diccionario cuyas palabras no estuvieran organizadas de alguna manera sería inútil, una biblioteca que almacenara libros sin ningún criterio de organización sería difícilmente utilizable. De la misma manera, en la MLP la información se encuentra organizada de tal manera que no se precisa revisar toda la información existente para recuperar aquélla que nos interesa en un momento determinado.
-
Organización que se aprecia o se establece en el material que aprendemos.
-
La combinación de las dos anteriores: para poder localizar un libro en una biblioteca, es preciso que los sistemas de búsqueda que utilicemos para encontrarlo coincidan con los sistemas de archivo (si se ha codificado por el nombre del autor y lo estamos buscando por el título, no podremos encontrarlo). Por tanto, existe una relación entre cómo se codifica y cómo puede recuperarse la información. Esto significa que, si podemos prever qué tipo de recuperación deberá hacerse, podrá codificarse la información de acuerdo con las claves que serán útiles a la hora de recuperarla. Por tanto, la efectividad de una forma de codificar o de otra dependerá de si sus claves son apropiadas para la recuperación.
4.2.4.El significado de la información
4.3.Algunas técnicas de memoria

Si queréis conocer detalladamente las técnicas de memoria, os recomendamos la bibliografía siguiente:
Buzan, T. (1991). Cómo utilizar su memoria. Madrid: Deusto.
González Manjón, D. (1993). Mejorar tu memoria. En J. L. Navarro. Aprendizaje y memoria humana. Aspectos básicos y evolutivos. Madrid: McGraw-Hill.
Herrmann, D. et al. (1993). Improving Student Memory. Toronto: Hogrefe & Huber Publishers.
Higbee, D. (1991). Su memoria. Cómo dominarla phrase recordarlo todo. Barcelona: Paidós.
Asimismo, podéis consultar las direcciones de Internet siguientes:
https://www.memoryzine.com/support.html
https://faculty.washington.edu/chudler/chmemory.html
https://memory.uva.nl/memimprovement/eng/
4.3.1.Técnicas que refuerzan la huella

4.3.2.Técnicas que refuerzan la codificación de atributos
-
Llevando a cabo una descripción minuciosa del estímulo; esta estrategia se utiliza, por ejemplo, en las técnicas diseñadas para mejorar el recuerdo de caras.
-
Si se trata de un estímulo lingüístico, llevando a cabo un análisis semántico o, incluso, etimológico.
-
Empezad mirando su figura: ¿es alto, bajo, gordo, derecho, encorvado, etc.?
-
A continuación, pasad a fijaros cómo va vestido: estilo, colores, calzado, alguna pieza especialmente vistosa o que llame vuestra atención por cualquier motivo, etc.
-
Por último, pasad a la parte más difícil: la cara.
-
El pelo.
-
El cutis, las arrugas, las posibles cicatrices, etc.
-
La frente: alta, estrecha, abombada, etc.
-
Los ojos: cejas, pestañas, párpados, color, dirección del alargamiento, si son hundidos o saltones, cómo es la mirada, etc.
-
La nariz: corta, larga, puntiaguda, alas separadas, etc.
-
La boca: estrecha, ancha, labios gruesos o finos, uno de los labios más sobresalido que el otro, etc.
-
La barbilla: prominente, hundida, fuerte, puntiaguda, con hoyuelo, etc.
-
Las mejillas: redondeadas, rojizas, hundidas, etc.
-
-
Utilizando la autorreferencia; es decir, tratando de relacionar la información con aspectos personales (personas conocidas, acontecimientos del pasado, etc.).
-
Empleando la interrogación; es decir, preguntándonos todo lo posible sobre la información (dónde, cuándo, quién, cómo, etc.).
4.3.3.Técnicas asociativas
-
Técnicas que permiten recordar los nombres y los rostros de las personas.
-
Técnicas diseñadas para favorecer el vocabulario de lenguas extranjeras que estamos aprendiendo.
-
Técnicas para trabajar con cualquier tipo de información.
-
Que tengan movimiento.
-
Que los dos elementos no estén uno al lado del otro, sino interactuando entre sí.
-
Que sea extravagante, humorística, exagerada."
4.3.4.Técnicas que generan estructuras de recuperación
-
En primer lugar, conviene memorizar muy bien una serie de imágenes mentales de lugares conocidos que tengan un orden lógico o natural. Este conjunto de lugares constituye el sistema de archivo mental que podremos utilizar una vez y otra con diferentes tipos de información.
-
En segundo lugar, cada uno de los elementos de la información que queremos aprender se visualiza y se asocia a la imagen de cada uno de los lugares de nuestro sistema, siguiendo el orden establecido. Así, construimos un conjunto de imágenes en que se van asociando de manera ordenada cada fragmento de información y cada uno de los lugares de nuestro sistema.
-
Por último, cuando queramos recordar la información, sólo necesitamos dar un paseo imaginario y ordenado por los diferentes lugares de nuestro sistema y "recoger", recuperar el fragmento de información que habíamos depositado en cada uno.
-
Elegid cualquier ubicación, recorrido o espacio real o imaginario (vuestra casa, el recorrido de vuestro paseo diario con el perro, un viaje, etc.).
-
Dentro de esta ubicación, identificad veinte lugares específicos que estén ordenados y sean diferentes entre sí.
-
Imaginad cada uno de estos lugares mentalmente e intentad aprenderlos de manera que podáis recorrerlos en vuestra imaginación visualizándolos perfectamente.
-
Empezad a aplicar vuestro sistema de lugares con una lista de veinte palabras, construyendo una imagen en que cada uno de los mismos se asocie de manera ordenada a cada una de las palabras de la lista.
-
Practicad con más listas ampliando el número de palabras y asociando más de una palabra a cada uno de los lugares.
-
Cuando tengáis bastante práctica con listas de palabras, pasad a utilizar el sistema de lugares con listas de ideas; os será muy práctico para recordar material expositivo de manera ordenada.
5.Psicopatología de la memoria
5.1.Psicopatología de la memoria
Podéis obtener información complementaria sobre el tema de la amnesia en el capítulo 6 del manual siguiente:
J. Mayor y J. L. Pinillos (Ed.). (1992). Memoria y representación (p. 221-258). Madrid: Alhambra.
También encontraréis información sobre la psicopatología de la memoria en el capítulo 16 del manual de Baddeley:
A. Baddeley (1998). Memoria humana. Teoría y práctica (p. 349-369). Madrid: McGraw-Hill.
5.1.1.Amnesia retrógrada y amnesia anterógrada
5.1.2.Causas de la amnesia
5.1.3.Pérdidas temporales de memoria
5.1.4.Pérdidas permanentes de memoria
• Terapia electroconvulsiva.
• Amnesia global transitoria.
• Amnesia psicógena.
• Síndrome de Wernicke-Korsakov.
• Intervenciones quirúrgicas.
• Problemas vasculares.
• Anoxia e hipoglucemia.
• Encefalitis.
5.2.Enfermedad de Alzheimer

