Nuestro propósito fundamental es presentar el proyecto docente de la asignatura Psicología de la salud y de la calidad de vida; esto es: qué pretendemos lograr y cómo esperamos alcanzarlo. Se trata, pues, de
un proceso de toma de decisiones que conduce a la formulación de unos objetivos y
selección de unos contenidos y recursos didácticos que sean coherentes con la naturaleza
y características de nuestra materia, adaptados a las peculiaridades de la Universitat
Oberta de Catalunya (UOC), en la que deberá desarrollarse este proyecto, y actualizados
respecto a las necesidades y demandas que en materia de salud tiene planteadas nuestra
sociedad.
Por tanto, la estructura conceptual y metodológica de la disciplina, el marco institucional en el que se desarrollará la acción docente y el contexto sociocultural en el que serán actualizados los productos de esta propuesta docente son nuestros
principales ejes de referencia.
Las peculiaridades del marco institucional que acoge este proyecto docente son ya
conocidas por vosotros, puesto que no es la primera vez que cursáis una asignatura
en la UOC, así que centraremos nuestra atención en lo que entendemos por Psicología de la salud y de la calidad de vida, lo que implica analizar también las razones que justificaron su aparición y los
motivos que fundamentan su estudio.
En una primera aproximación, podríamos definir nuestra disciplina como el estudio
científico de los factores psicológicos relacionados con la promoción de la salud,
la prevención, el tratamiento y la rehabilitación de la enfermedad. Se trata, pues,
de una disciplina que tiene una vocación aplicada, emplear los principios y métodos
científicos de la psicología para mejorar la salud de las personas sanas, evitar o
eliminar la enfermedad y, cuando ésta sea inevitable, reducir sus efectos sobre el
bienestar personal. A lo que habría que añadir el análisis y mejora de los sistemas
de vigilancia y cuidado de la salud, así como la formulación de políticas de salud,
dado que estos dos aspectos son, en ocasiones, condiciones previas para poder lograr
los objetivos antes apuntados.
Ahora bien, nuestra disciplina no es la única que trata sobre la aplicación de los
principios y métodos de la psicología al área específica de la salud. La psicología médica, la medicina psicosomática y la psicología clínica también se orientan al empleo de nociones y técnicas psicológicas en el campo de
la salud. ¿Cuáles son, entonces, las peculiaridades de nuestra disciplina?
Aunque el campo de acción de todas estas materias es más restringido que el de la
nuestra, la psicología médica ha centrado su interés en las secuelas psicológicas
de ciertas enfermedades físicas e intervenciones médicas, la medicina psicosomática
en los trastornos físicos sin base orgánica como expresión de un conflicto psicológico
reprimido y la psicología clínica en las denominadas enfermedades mentales. Las diferencias entre éstas y nuestra disciplina son más profundas, y afectan, de
manera fundamental, al enfoque que adoptan respecto a la salud. Mientras que estas
disciplinas conciben la salud como ausencia de enfermedad y la provisión de asistencia
profesional como la única traducción posible de las acciones de salud, la psicología
de la salud entiende ésta como bienestar físico, mental y social, por lo que las acciones
de salud, desde este enfoque, van más allá de la mera provisión de cuidados profesionales
para suponer también la mejora de las condiciones de vida y la educación de las personas
para hacer frente a las demandas de sus vidas.
Desde este punto de vista, es posible concebir la psicología de la salud como una
manera nueva y alternativa de pensar y de hacer sobre las relaciones entre lo psicosocial
y la salud, cuya emergencia ha sido necesaria por razones teóricas, epidemiológicas
y de tipo práctico.
Entre las primeras, cabría citar sobre todo la evolución de la concepción de la salud
hacia un modelo biopsicosocial que reconoce la etiología multifactorial de ésta y,
por tanto, la necesidad de una colaboración intersectorial e interdisciplinar para
resolver los problemas de salud. La mayoría de éstos o, al menos, los que más nos
preocupan tienen su origen en factores de carácter social y psicológico. Por ejemplo,
hoy sabemos que la presencia de la enfermedad coronaria es más frecuente entre personas
que responden a las demandas de la sociedad occidental industrializada, con un estilo
de comportamiento caracterizado por la orientación hacia el resultado más que por
el proceso, sentir prisa e impaciencia por su consecución, no tolerar las demoras
en el logro, percibir la vida de un modo hostil y competitivo e implicarse en el trabajo
hasta el punto de poner en riesgo sus relaciones interpersonales y su descanso.
En definitiva, la salud ya no depende sólo de lo que tenemos o no, en el sentido de
sustrato biológico, sino también, y principalmente, de cómo interpretamos y sentimos
las distintas demandas que nos plantea la vida y cómo respondemos a las mismas, lo
que supone que podemos jugar un papel activo y responsable en el control de los factores
que afectan a nuestra salud.
En cuanto a las razones epidemiológicas, sería necesario hacer referencia al cambio
radical de las tasas de mortalidad y morbilidad experimentado en las últimas décadas
en los países desarrollados. En éstos, las enfermedades agudas e infecciosas han cedido
el protagonismo a las enfermedades crónicas, por su incidencia y mortalidad asociadas.
En el origen de estos cambios encontramos factores de carácter social, así, la mejora
de nuestras condiciones de vida ha reducido de manera considerable la mortalidad prematura
y ha aumentado la esperanza de vida. En estrecha relación con este último fenómeno,
el peso de las poblaciones jóvenes en el conjunto de la estructura poblacional es
cada vez menor, la incidencia y prevalencia de las enfermedades crónicas mayor, y
el comportamiento es un factor clave en su tratamiento y rehabilitación. Recordemos,
por ejemplo, las reglas de vida que deben seguir los pacientes hipertensos: disminución
de peso, reducción del consumo de sal y alcohol, aumento del ejercicio físico y evitación
de las tensiones emocionales crónicas.
Por último, entre las razones de tipo práctico podríamos nombrar el encarecimiento
de los servicios de salud y su escasa efectividad para resolver las demandas de salud
que el mundo desarrollado tiene planteadas hoy día. Las enfermedades crónicas e incurables,
por ejemplo, obligan a orientar los servicios sanitarios del tratamiento a la prevención
y la rehabilitación y, por tanto, crece el interés por temas netamente psicológicos:
cambio de actitudes, relación entre el profesional de la salud y el paciente con el
objeto de lograr que éste se adhiera al régimen de tratamiento, procedimientos eficaces
de modificación del comportamiento, etc. Es decir, se da un creciente reconocimiento
de la potencialidad de los procedimientos psicológicos para enfrentarse, con garantías
de éxito, a los distintos trastornos y hábitos relacionados con la salud.
Estas razones dan cuenta del porqué de la emergencia de la psicología de la salud
y nos orientan respecto al para qué es necesario su estudio. El reto principal al
que debe enfrentarse la psicología de la salud es responder a una crisis profunda
de los servicios de salud que pone de manifiesto: el agotamiento del modelo biomédico
para entender la salud y la necesidad de una nueva conceptualización de la misma,
más acorde con los nuevos datos epidemiológicos y los avances experimentados en las
ciencias de la conducta en las tres últimas décadas, lo que supone aceptar que los
determinantes de la salud son múltiples e interaccionan entre sí.
Por consiguiente, los propósitos del estudio y desarrollo de la psicología de la salud
son:
1) Elaborar un marco teórico que facilite la comprensión del comportamiento y de su
contexto como predictores del continuo salud-enfermedad, y
2) Aplicarlo para la promoción de estilos de vida saludables, la prevención, el tratamiento
y la rehabilitación de la enfermedad, así como para la mejora de los sistemas de cuidado
y vigilancia de la salud y la formulación de políticas de salud.
A partir de estas consideraciones, nos hemos planteado los objetivos y contenidos
generales de la asignatura, que se describen a continuación.