Desviación y control social

  • Jaime Rivière

     Jaime Rivière

    Licenciado en Sociología y doctor en Ciencia Política y Sociología por la UNED, donde, además, trabajó durante seis años. Actualmente, es profesor de la Universidad de Salamanca en cuestiones de metodología, estructura social y sociología de la desviación en los grados de Sociología y Ciencia Política y, anteriormente, en el título propio en Criminología. Ha realizado estudios sobre una gama amplia de temas sociales de la actualidad, básicamente en torno al análisis de los procesos de estratificación y movilidad social, así como en el análisis de procesos de modernización, desigualdad y conformación del estado de bienestar en América Latina y Asia. Ha publicado libros sobre cultura económica y fracaso escolar, así como diversos artículos sobre movilidad social y logro educativo en España y desde una perspectiva comparada. En la actualidad trabaja con equipos de Madrid y Barcelona en el análisis de la segregación ocupacional de las mujeres y en el estudio del abandono escolar temprano como proceso de etiquetaje. Ha realizado estancias en Nicaragua, en el Reino Unido y en la Universidad de Stanford (California).

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Primera edición: febrero 2013
© Jaime Rivière
Todos los derechos reservados
© de esta edición, FUOC, 2013
Av. Tibidabo, 39-43, 08035 Barcelona
Diseño: Manel Andreu
Realización editorial: Eureca Media, SL

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Introducción

Qué es la desviación y por qué hablamos en esos términos
Al estudiante le puede sorprender que a estas alturas todavía hablemos de “desviación” para referirnos al conjunto de temas que vamos a tratar aquí. Es una terminología acuñada en inglés a principios del siglo XX, que ha permanecido incrustada en el repertorio de temas de la sociología desde sus primeros pasos como disciplina académica. Sin embargo, hay algunas buenas razones para mantenerla. La primera es que engloba un conjunto de procesos sociales muy amplio, que incluye comportamientos y reacciones sociales que van más allá del comportamiento puramente criminal.
La desviación, en su definición más sencilla como ruptura de normas sociales incluye –además de la violencia, el robo y el crimen organizado–, el suicidio, el comportamiento sexual no convencional, los modos de vida alternativos o la presentación personal anómala.
Muchos incluyen incluso comportamientos que no implican por sí mismos una ruptura de normas: la obesidad o los trastornos mentales y físicos pueden caer en esta categoría y ser analizados con algunas de las herramientas que se utilizan en el análisis de la desviación. Vamos a mantener, por lo tanto, la terminología estándar, aunque resulte algo incómoda, por considerarla más amplia y flexible que otras opciones, como sociología del crimen o sociología del comportamiento no conformista.
Desde el punto de vista de algunos sociólogos, la desviación no tiene por qué ser sólo negativa. Se puede hablar de desviación positiva al tratar sobre artistas y científicos geniales, personas extremadamente atractivas o grandes reformadores. Desde este punto de vista tan general, no es desviación solamente lo que la sociedad devalúa o condena, sino también lo que aprecia por extraordinario. Vamos a atenernos de nuevo al uso estándar para evitar confusiones, dado que esta asignatura está pensada para estudiantes de Criminología.
Debe tenerse en cuenta en todo momento que lo que estudia la sociología de la desviación no es solo el proceso desviado en sí mismo, sino también la reacción social ante ese proceso. En los casos en los que la desviación no implica necesariamente una ruptura de las normas, este componente es incluso más importante que el primero. La sociología tiene poco que decir con respecto a la enfermedad mental en sí misma, aparte de constatar el hecho de que hay muchos trastornos neuróticos que están fuertemente asociados al contexto social. Tiene mucho más que aportar, sin embargo, al analizar la respuesta social a las enfermedades y trastornos mentales. Esto incluye la reacción del entorno del enfermo, la organización de su cuidado, el aparato médico puesto en marcha para su tratamiento, control o vigilancia y su propia identidad como enfermo.
Por esta razón, en esta asignatura vamos a prestar especial atención a los procesos de control social del comportamiento. Éstos no incluyen sólo el sistema legal, sino el propio proceso de autocontrol aprendido y ejercido por los individuos, la reacción del círculo cercano, la de la comunidad y, por supuesto, la del Estado y el sistema médico.