Desviación y control social
PID_00200698
Primera edición: febrero 2013
© Jaime Rivière
Todos los derechos reservados
© de esta edición, FUOC, 2013
Av. Tibidabo, 39-43, 08035 Barcelona
Diseño: Manel Andreu
Realización editorial: Eureca Media, SL
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Introducción
Qué es la desviación y por qué hablamos en esos términos
Al estudiante le puede sorprender que a estas alturas todavía hablemos de “desviación” para referirnos al conjunto de temas que vamos a tratar aquí. Es una terminología
acuñada en inglés a principios del siglo XX, que ha permanecido incrustada en el repertorio de temas de la sociología desde sus
primeros pasos como disciplina académica. Sin embargo, hay algunas buenas razones
para mantenerla. La primera es que engloba un conjunto de procesos sociales muy amplio,
que incluye comportamientos y reacciones sociales que van más allá del comportamiento
puramente criminal.
La desviación, en su definición más sencilla como ruptura de normas sociales incluye –además de
la violencia, el robo y el crimen organizado–, el suicidio, el comportamiento sexual
no convencional, los modos de vida alternativos o la presentación personal anómala.
Muchos incluyen incluso comportamientos que no implican por sí mismos una ruptura
de normas: la obesidad o los trastornos mentales y físicos pueden caer en esta categoría
y ser analizados con algunas de las herramientas que se utilizan en el análisis de
la desviación. Vamos a mantener, por lo tanto, la terminología estándar, aunque resulte
algo incómoda, por considerarla más amplia y flexible que otras opciones, como sociología del crimen o sociología del comportamiento no conformista.
Desde el punto de vista de algunos sociólogos, la desviación no tiene por qué ser
sólo negativa. Se puede hablar de desviación positiva al tratar sobre artistas y científicos
geniales, personas extremadamente atractivas o grandes reformadores. Desde este punto
de vista tan general, no es desviación solamente lo que la sociedad devalúa o condena,
sino también lo que aprecia por extraordinario. Vamos a atenernos de nuevo al uso
estándar para evitar confusiones, dado que esta asignatura está pensada para estudiantes
de Criminología.
Debe tenerse en cuenta en todo momento que lo que estudia la sociología de la desviación
no es solo el proceso desviado en sí mismo, sino también la reacción social ante ese
proceso. En los casos en los que la desviación no implica necesariamente una ruptura
de las normas, este componente es incluso más importante que el primero. La sociología
tiene poco que decir con respecto a la enfermedad mental en sí misma, aparte de constatar
el hecho de que hay muchos trastornos neuróticos que están fuertemente asociados al
contexto social. Tiene mucho más que aportar, sin embargo, al analizar la respuesta
social a las enfermedades y trastornos mentales. Esto incluye la reacción del entorno
del enfermo, la organización de su cuidado, el aparato médico puesto en marcha para
su tratamiento, control o vigilancia y su propia identidad como enfermo.
Por esta razón, en esta asignatura vamos a prestar especial atención a los procesos de control social del comportamiento. Éstos no incluyen sólo el sistema legal, sino el propio proceso de autocontrol aprendido
y ejercido por los individuos, la reacción del círculo cercano, la de la comunidad
y, por supuesto, la del Estado y el sistema médico.