Entre otras características diferenciales, los métodos de investigación cualitativa
presentan las siguientes, ya conocidas: una clara orientación hacia los estudios de
casos, la utilización de protocolos de trabajos abiertos y flexibles (en comparación
con los cuantitativos) y la inserción del investigador en el tejido personal y social
del objeto de estudio, contemplado e interpretado a una distancia mucho más corta
que la que separa al observador científico convencional de los materiales analizados.
Además, y en consonancia con estos rasgos, en una investigación cualitativa típica
es lícito cambiar varias veces el rumbo metodológico a lo largo del periodo de estudio,
ya que el investigador, o el equipo de investigación, pueden estimar que hay que modificarlo
según lo aconsejen las circunstancias y/o la información que se ha ido reuniendo.
Así, el recorrido de una investigación cualitativa se aparta del de una cuantitativa
en la medida en que, en la primera, la aplicación de un procedimiento o de un protocolo
no se mantiene invariable a lo largo de todo el proceso de indagación y análisis,
mientras que en la segunda se mantiene invariable obligatoriamente.
En una investigación experimental, por ejemplo, si hubiera que alterar algún detalle
del diseño, el cambio se introduciría en un posterior experimento, no en el que está
en curso, y donde ha surgido la necesidad de cambio, dado que cualquier modificación
del protocolo en medio del procedimiento introduciría importantes sesgos.
La investigación cualitativa típica es, pues, autocorrectiva, y progresa en espiral,
retrocediendo y avanzando, adaptándose a los cambios que sufre el objeto de estudio
al ser abordado e indagado, cambios que también afectan a la percepción que tiene
el investigador. En esta atmósfera de trabajo, no sólo la metodología, sino también
las técnicas aplicadas, tienen que tener un carácter más abierto y dúctil.
¿Qué entendemos por "técnicas"? Toda metodología sistematizada (observacional, experimental,
selectiva, cuantitativa o cualitativa) cuenta con un surtido de recursos en forma
de protocolos o planes de acción, donde cristaliza el método en cada una de sus aplicaciones
y en cada fase de desarrollo de la investigación. Son las técnicas. Y pueden verse
como el banco de herramientas de la metodología, herramientas de uso y forma concretos,
encargadas de tomar contacto con los materiales conductuales o textuales estudiados,
de incidir en ellos, extrayendo información, arreglándolos, organizándolos, interpretándolos.
Las técnicas dan forma a las tácticas de selección de sujetos o situaciones, al sistema
de registro o recogida de información, a la manera de clasificar o categorizar ésta
última, a las diferentes estrategias de análisis de datos. El protocolo técnico consiste
en una secuencia de instrucciones referentes a las acciones u operaciones que hay
que efectuar sobre el material de estudio, y puede ir asociada o no al uso de instrumentos
(por ejemplo, de medida).
En perspectiva cuantitativa, positivista o convencional, la aplicación de las técnicas
es rígida: en cada fase de la investigación, el investigador dispone de diferentes
opciones y cada una de ellas tiene su función dentro de unas determinadas condiciones
de aplicación. La forma de ejecutar la técnica es unívoca y, si admite variantes,
éstas también están inequívocamente reguladas.
Por contra, en perspectiva cualitativa la aplicación de la técnica se hace en unas
condiciones más elásticas; más adaptadas a cada circunstancia particular de investigación.
El abanico de opciones posibles en cada fase del método es más amplio y menos sujeto
a regla; asimismo, el abanico de opciones posible en cada fase de aplicación de una
técnica concreta admite márgenes de variación y adaptaciones ad hoc en cada escenario de investigación. El aspecto que toma una técnica en una investigación
cualitativa a menudo depende de consideraciones pragmáticas relativas al contexto
sociocultural en el que se utiliza, a las condiciones y objetivos de la utilización.
Es suficiente con comparar la estricta aplicación de un test con la de un cuestionario
y con la gestión de una entrevista en profundidad, con el fin de captar estas diferencias
en el grado de apertura o flexibilidad de las técnicas cuantitativas y cualitativas.
En resumen, las técnicas cualitativas se apoyan sobre códigos bastante adaptables
y por eso comportan una práctica inevitablemente artesanal, muy ligada a la experiencia
o al "oficio" del investigador. Esto no significa que estas técnicas carezcan de rigor
o de sistematicidad dentro de su carácter parcialmente casuístico o "hecho a medida",
amoldado a las peculiaridades de cada estudio.
En este texto nos hemos centrado en las principales técnicas de análisis utilizadas
en la investigación cualitativa prototípica. Hay que tener presente (como explicamos
en diferentes lugares del texto) que la investigación cualitativa pone en marcha las
operaciones de análisis desde el mismo inicio de la indagación, dado que estas operaciones
se consideran inseparables de las de muestreo, registro y categorización de la información.
A diferencia, una vez más, de la investigación cuantitativa, el análisis no se frena
en las primeras etapas de la investigación, sino que es potenciado; el trabajo analítico
está en acción desde las primeras decisiones tomadas por el investigador.
Nosotros hemos organizado los materiales de este texto con el mismo talante. Después
de un capítulo 1 de presentación, que recoge algunos de los puntos comentados en esta
introducción, el capítulo 2 se ocupa de las principales técnicas cualitativas en el
campo de la selección y tratamiento de la información, es decir, en la resolución
del muestreo, el registro y los análisis iniciales del tema.
A continuación, el texto incide en el terreno de la segmentación y categorización
de los materiales textuales, siguiendo las huellas de la teoría fundamentada (grounded theory). En el capítulo 3 se aborda el análisis de contenido en su vertiente más cualitativa,
recuperando a través de este prisma la cuestión de la categorización y empezando la
de la calidad de los datos. El capítulo 4 está dedicado al análisis del discurso dentro
de las fronteras que lo separan del análisis de contenido, e incluye las diversas
tendencias dentro de esta denominación genérica. El capítulo 5 se centra en el análisis
de las imágenes correspondientes a los mensajes icónicos y no verbales, tanto de aquellos
generados por el cuerpo humano (comunicación no verbal) como de aquellos otros producidos
por la sociedad y la cultura (cómic, publicidad, artes). Finalmente, en dos anexos
hemos añadido algunas recomendaciones sobre la redacción de un informe cualitativo
y un pequeño resumen de los recursos informáticos de los que dispone actualmente el
investigador que trabaja con métodos y técnicas cualitativos.
Esperamos que todo os sea útil.