La entrevista como técnica nuclear de la observación participante
© de esta edición, Fundació Universitat Oberta de Catalunya (FUOC)
Av. Tibidabo, 39-43, 08035 Barcelona
Autoría: Carles Riba Campos
Producción: FUOC

Índice
- 1.Perfil metodológico y tipo de entrevista
- 1.1.Concepciones base de la entrevista
- 1.2.Tipos de entrevista según el alcance de la información buscada
- 1.3.Tipos de entrevista según las características del protocolo
- 1.3.1.Tipos de entrevista según el grado de planificación o de rigidez del guión de la entrevista
- 1.3.2.Tipos de entrevista según el grado de libertad de las respuestas
- 1.3.3.Tipos de entrevista según la literalidad o intención de las preguntas
- 1.3.4.Tipos de entrevista según el rol del entrevistador
- 1.4.Integración de los diferentes tipos de entrevista
- 2.Preparación, realización y valor metodológico de las entrevistas
- Bibliografía
1.Perfil metodológico y tipo de entrevista
1.1.Concepciones base de la entrevista
1.1.1.Denominadores comunes de los diferentes tipos de entrevista
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La entrevista es un procedimiento destinado a obtener información verbal.
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Este procedimiento exige una dinámica interactiva que concreta la observación participante de manera tal que, esencialmente, el entrevistador pregunta y el sujeto responde.
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La interacción pregunta-respuesta supone un acuerdo o pacto inicial entre ambas partes para que la entrevista sea posible en los términos fijados por el entrevistador (que pueden ser más rígidos o más negociables). Este acuerdo es más explícito y ceñido al intercambio verbal que en otras formas más laxas de observación participante.
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Dentro de este acuerdo, el entrevistador aplicará distintas tácticas de persuasión para motivar al sujeto a responder con el tono y la precisión esperados. Como veremos enseguida, estas tácticas pueden ser más o menos honestas.
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En la entrevista propiamente dicha, el entrevistador registrará sobre distintos soportes (electrónico, químico, papel) la secuencia de preguntas y respuestas. En una auténtica entrevista no entregará un cuestionario al sujeto para que éste lo rellene por su cuenta, aunque éste puede ser un recurso complementario. El registro se efectuará durante el curso de la entrevista, con un ritmo determinado, o –más raramente– una vez acabada.
Estos denominadores comunes están presentes en la mayoría de las definiciones de la entrevista, aunque éstas mantengan visibles diferencias entre sí. Ved algunos ejemplos:
"La entrevista es una conversación seria, que se propone un fin determinado, diferente del simple placer de la conversación, y tiene como funciones recoger datos, informar y motivar".
Adaptado de Ch. Nahoum (1961). La Entrevista Psicológica. Buenos Aires: Kapelusz.
"La entrevista es una conversación entre dos personas iniciada por el entrevistador con el propósito de obtener información relevante para una investigación".
C. F. Cannell y R. L. Kahn (1968). Interviewing. En G. Lindzey y E. Aronson (eds.). The Handbook of Social Psychology (vol. 2): Research Methods (pp. 361-374). Nueva York: Addison Wesley. (Traducción nuestra.)
"El término «entrevista» se refiere en concreto a la circunstancia en la cual una persona con preguntas fijadas por anticipado –persona llamada «entrevistador»– incita a otra persona –llamada «entrevistado»– a responder dichas preguntas.
J. Lofland, obra ya citada (p. 75). (Traducción nuestra.)
"La entrevista es un proceso comunicativo por el cual un investigador extrae una información de una persona –el «informante», en término prestado del vocabulario básico de la antropología cultural– que se halla contenida en la biografía de ese interlocutor".
L. E. Alonso (1995). Sujeto y discurso: El lugar de la entrevista abierta en las prácticas de la Sociología Cualitativa. En J. M. Delgado y J. Gutiérrez (eds.). Métodos y Técnicas Cualitativas de Investigación en Ciencias Sociales (pp. 225-240). Madrid: Síntesis. (Las cursivas son del autor.)
1.1.2.Diferentes concepciones base de la entrevista
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La perspectiva del entrevistador será más ética y cuantitativa que cualitativa. Se limitará a cumplir un protocolo rígido, haciendo las preguntas a partir de las instrucciones iniciales, con un ritmo determinado, mostrando una actitud impersonal o incluso "fría".
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El sujeto no pronunciará más palabras que las que exigen las preguntas que tiene que contestar, al margen de aclaraciones cuando no se ha entendido la pregunta, repeticiones, etc.
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Son entrevistas frecuentes en el ámbito de la investigación sociológica o sociolaboral. También pueden aplicarse puntualmente en la clínica o la escuela, pero entonces ofrecen un poco más de calidez y el entrevistador se permite más intervenciones, haciendo preguntas complementarias a partir de las respuestas, pidiendo alguna aclaración o dándola, sin llegar nunca a reducir la distancia respecto al sujeto.
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En las formas más frías y distantes de observación actuante, estas entrevistas son una pura transacción informacional, un simple medio de obtener información verbal sobre el sujeto entrevistado o sobre su mundo a partir de una situación social despersonalizada: sólo están los roles generales de entrevistador y entrevistado.
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En las formas más cálidas y próximas de observación actuante, cuando los dos interlocutores tienen un poco más de margen de actuación, estas entrevistas son, como máximo, una transacción informacional regulada, por el hecho de que, en ellas, está la posibilidad de deshacer malentendidos y ambigüedades y llegar a un cierto consenso (sobre cómo responder adecuadamente a una pregunta, por ejemplo).
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Sea como sea, en cualquiera de los casos anteriores, la concepción de estas entrevistas es principalmente técnica: el listado de preguntas, la manera de formularlas, la aceptación e interpretación de las respuestas son evaluados en función de criterios predeterminados, lógicos, metodológicos, estadísticos, etc.
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Asimismo, estas entrevistas son asimétricas: en ellas está claro que el entrevistador manda, tiene el poder; y que el entrevistado se encuentra en una posición subordinada.
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Eso no comporta que el entrevistador sea autoritario (aunque lo puede ser en ciertos escenarios). Al contrario: las recomendaciones del protocolo suelen instar al entrevistador a ser cortés, amistoso, para lograr la sinceridad del sujeto. La actitud del entrevistador debe permitir que este sujeto se sienta cómodo y suelte toda la información que se le solicita. Ahora bien, esta actitud es un simple truco para asegurar la confianza del entrevistado y no garantiza ninguna reciprocidad. Lo que parece una conversación es, de hecho, una seudoconversación unilateral.
Entrevistas ''machistas''Esta crítica se ha dirigido a menudo contra las entrevistas "machistas" hechas por un hombre a una mujer. En ciertos ámbitos socioculturales, el desequilibrio puede entonces llegar a ser dramático. Pero también lo puede ser la asimetría resultante de la jerarquía laboral, cuando el entrevistado es un trabajador y el entrevistador trabaja para la empresa.
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La perspectiva del entrevistador será más émica y cualitativa que cuantitativa. La relación con el entrevistado será más personal, informal e íntima. Podrá mostrar su lado humano e intervenir mucho más al margen de la formulación de las preguntas.
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El sujeto disfrutará de más libertad para hablar, cuestionar, desviar el curso del ritual. Es un ser humano singular, un ciudadano con nombre y apellidos, aparte de un sujeto de investigación.
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En muchos casos se establecerá un auténtico diálogo vertebrado –eso sí– por el guión de la entrevista.
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En otros casos la entrevista tendrá más similitud con una conversación poco organizada, sobre la cual, de vez en cuando o a posteriori, el entrevistador introducirá algún orden.
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Este formato suele ser el de las entrevistas clínicas o escolares en el seno de un tratamiento o seguimiento, o el de la indagación etnográfica. En estos escenarios el entrevistador debe saber situarse en el lugar del sujeto, obtener y entender respuestas coherentes con su punto de vista. Puede desmentirle o reafirmarle; reñirle o animarle, expresarle reservas o entusiasmo.
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Las entrevistas realizadas en contexto de observación implicada pueden funcionar como transacciones informacionales reguladas (en la frontera con las de observación actuante) en los casos de protocolo más exigente; pero sobre todo funcionan como citas o encuentros, en los cuales están presentes muchos rasgos de la vida cotidiana.
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En esta clase de entrevistas, la calidad del producto no se consigue tanto por la aplicación de criterios técnicos como por el conocimiento émico del escenario social o interpersonal en cuyo seno deben obtenerse las respuestas, como por la competencia comunicativa del entrevistador en el lenguaje de los entrevistados.
Clima de la entrevistaEl sentido común del entrevistador, su familiaridad con los sujetos y su entorno y sus valores son los factores que ayudarán a encontrar la situación y el clima idóneo para una entrevista con éxito respeto a sus objetivos. Una entrevista a un niño pequeño o a un marginado social ilustrarían esta orientación: la pertinencia de la información generada dependerá más de la adecuación de la puesta en escena y de la calidez relacional que de la perfección técnica del protocolo y de su ejecución.
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Estas entrevistas son simétricas o –al menos– no tan asimétricas como las que son plasmaciones de la observación actuante. Existe un mínimo de reciprocidad entre los dos interlocutores de la entrevista, igualándose sus derechos y deberes.
Preservar la autenticidadSi, por ejemplo, el sujeto ha de ser sincero y transparente, el entrevistador también ha de serlo. Este último, pues, debe renunciar a su estatus, o rebajarlo, para conseguir una posición más próxima a la persona que entrevista. De hecho, lo ideal es que haga compatibles los dos roles, de científico cualitativo y de interlocutor social. Metodológicamente eso tiene sus ventajas, dado que suministra respuestas más completas en un abanico más amplio. En suma, la simetría y la reciprocidad suponen un compromiso en preservar la autenticidad del comportamiento del sujeto y de sus puntos de vista.
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El estilo será también de diálogo o de conversación debido a la familiaridad que sabemos que existe entre observador y observado en este tipo de observación participante.
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Esta familiaridad no debe impedir, naturalmente, que el entrevistador realice la entrevista siguiendo las pautas por las que ha sido entrenado/da. El guión marcado por el científico que dirige la recogida de información debe ser seguido en cualquier caso.
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Estas entrevistas difícilmente tendrán el carácter de una simple transacción de información; al contrario, tenderán a adoptar la apariencia de un encuentro dentro de los escenarios cotidianos de convivencia de los dos interlocutores.
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El clima de la entrevista variará según el tipo de relación previa que sostenían los dos actores antes de su celebración.
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El entrevistador estará guiado más por el sentido común que por consideraciones técnicas, ya que no es un profesional y tendrá que tomar decisiones no directamente evaluadas por el científico que lo ha entrenado o instruido.
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La relación entre entrevistador y entrevistado será mucho más simétrica que cuando el primero es un profesional y entre ellos haya mucha más reciprocidad que en cualquier otro tipo de entrevista.
1.2.Tipos de entrevista según el alcance de la información buscada
1.2.1.Tipos de entrevista según la extensión del objeto de estudio
No centradas |
Centradas |
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1.2.2.Tipos de entrevista según la profundidad al penetrar las motivaciones o razones del sujeto
Superficiales |
En profundidad |
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1.2.3.Tipos de entrevista según el número de sujetos entrevistados
Grupales o colectivas |
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1.3.Tipos de entrevista según las características del protocolo
1.3.1.Tipos de entrevista según el grado de planificación o de rigidez del guión de la entrevista
Estructuradas |
No estructuradas |
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2) ¿En qué circunstancias?
3) ¿Cómo se sintió después de este primer contacto?
4) Condiciones del consumo continuo.
5) Condiciones del cese o interrupción del consumo.
6) Situación en el presente.
7) Actitudes en el presente con respecto al consumo.
2) ¿Cuál era su situación personal en aquel momento (estudiaba, trabajaba, etc.)?
3) ¿Le era fácil entonces el acceso a la droga?
4) ¿Alguna persona influyó en su decisión?
5) Etc.
2) Vengarse inmediatamente.
3) Esperar el momento adecuado con el fin de devolver la coz.
4) Quejarse al árbitro.
5) Hacer que un compañero del propio equipo se vengue por nosotros.
1.3.2.Tipos de entrevista según el grado de libertad de las respuestas
De respuesta cerrada |
De respuesta abierta |
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Muy alta |
Alta |
Media |
Baja |
Muy baja |
b El estudio en solitario.
c Asistir a conferencias, clases.
d Entregar un trabajo en un seminario.
e Las sociedades universitarias.
Verdadero (sí)) |
Falso (no) |
1.3.3.Tipos de entrevista según la literalidad o intención de las preguntas
De pregunta directa |
De pregunta indirecta |
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1.3.4.Tipos de entrevista según el rol del entrevistador
Directivas |
No directivas |
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1.4.Integración de los diferentes tipos de entrevista
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Una entrevista estructurada, con cuestionario asociado, exigirá respuestas cerradas, será seguramente bastante dirigida y no permitirá recoger información en profundidad.
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Una entrevista no estructurada, tipo "conversación", podrá tener respuestas abiertas y realizarse de manera no dirigida, permitiendo el acceso a información íntima, en profundidad.
2.Preparación, realización y valor metodológico de las entrevistas
2.1.Preparación y realización de una entrevista estructurada o cerrada
2.1.1.Elaboración del cuestionario o listado de preguntas/respuestas
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Delimitar y definir el objeto de estudio.
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Justificar la utilización de la observación participante y de la entrevista como instrumento de recogida de información.
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Justificar la utilización de un determinado tipo de entrevista en función del objeto de estudio, la orientación metodológica concreta y los objetivos de la investigación.
Preguntas¿Por qué observación participante en vez de no participante o experimentación? (ved los subapartados 1.1.2 y 1.2.1, en este último concretamente la tabla "Valoraciones de la observación participante según el enfoque metodológico adoptado", del módulo "La observación participante y no participante en perspectiva cualitativa").
¿Por qué entrevista? (ved el subapartado 1.1.1 de este módulo).
¿Por qué un determinado tipo de entrevista (estructurada, no estructurada; directiva, no directiva; etc.)?
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Poner nombre al tema o temas que integran el objeto de estudio y sobre los cuales queremos obtener información.
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Desde el punto de vista de la medición se trataría de etiquetar las principales variables que queremos evaluar o calibrar.
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Estos temas o variables adoptarán la forma de grandes bloques de significado que el investigador deriva de la teoría o de la tradición en su campo de estudio.
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Naturalmente, el conjunto de estos bloques semánticos debe cubrir "en extensión" el área de significado del objeto de estudio, debe ser exhaustivo respecto a ella.
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Por otra parte, cada bloque en sí mismo tiene que ser exclusivo respecto a los otros, es decir, no debe encabalgarse con ellos.
Si queremos obtener información sobre el objeto de estudio "Bienestar laboral" mediante entrevistas a los trabajadores de una empresa, podemos establecer un primer listado de aspectos a evaluar, que podrían ser "Satisfacción económica", "Comodidad en el puesto de trabajo", "Motivación por el trabajo", "Aceptación del entorno social", etc., que son los bloques semánticos a los que se refería el título de este subapartado.
Posteriormente, estos bloques se descompondrán en preguntas concretas, una o varias.
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El número de preguntas, en relación con el número de bloques establecido desde el principio. Sin embargo, cada bloque puede contener una o más preguntas.
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El número de preguntas, en relación con la duración que se quiere conceder a la entrevista.
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El formato de las preguntas, vinculado a distintos factores más allá de la modalidad particular de entrevista.
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En la entrevista caben distintos formatos de preguntas.
Formato de las preguntasEl formato de las preguntas puede depender de los objetivos de la investigación, de la clase de temas que se quieren indagar, del punto de vista informativo (que puede apuntar a realidades objetivas, a opiniones, a creencias, actitudes), del tipo de sujeto (edad, sexo, nivel de formación, adscripción social, experiencia previa en entrevistas), etc.
Es de sentido común que el lenguaje con el que están formuladas las preguntas podrá ser más sofisticado cuando se entreviste a un profesional liberal que cuando el sujeto sea una persona casi analfabeta. O que una pregunta indirecta dará más rendimiento con un adulto, que suele tener más defensas y oponer más resistencia a hablar de ciertas cosas, que con un niño.
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Las respuestas preferidas en este contexto serán cerradas, en cualquiera de sus variantes.
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El abanico de respuestas posibles deberá estar, en consecuencia, previsto por el investigador, salvo aquellas respuestas residuales o de cajón de sastre que a menudo llevan la etiqueta "Otras".
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Por lo tanto, el investigador estará obligado a encajar la información que desea obtener con la que efectivamente le proporciona su muestra de sujetos. Es decir: no habrá sorpresas después de las entrevistas respecto al ámbito previsto de respuestas.
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En la entrevista caben distintos formatos de respuestas.
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El redactado de las preguntas deberá tener en cuenta la necesidad de ajuste entre preguntas y respuestas que mencionábamos en 3) y 4). En otras palabras: la pertenencia de la respuesta del sujeto dependerá de la adecuación del redactado.
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Tal como exigíamos en la fase 2), refiriéndonos a los bloques semánticos en el contexto del objeto de estudio, ahora también, en el contexto de cada bloque, el conjunto de preguntas tendría que cubrir "en extensión" el área de significado del bloque en cuestión, tendría que ser exhaustivo respecto a ella.
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También como en la fase 2), cada pregunta aislada tendría que ser exclusiva respecto a las otras del bloque, es decir, no tendría que encabalgarse con ellas.
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Una exigencia relacionada con la anterior –y más difícil de satisfacer– es la de evitar la irradiación de preguntas, es decir, las asociaciones muy fuertes entre preguntas y la influencia de una pregunta en la interpretación o contestación de las siguientes.
ReflexiónPensad que no es lo mismo preguntar "¿Qué marca de teléfono compraría usted?" que "¿Qué marca de teléfono tiene usted?, o que "¿Qué marca de teléfono cree usted que es la mejor?".
El bloque o variable "Motivación por el trabajo" que hemos citado antes en 2) podría contener la pregunta "¿Cómo se siente de motivado respecto al trabajo que realiza usted en la empresa? Valore su motivación de 1 a 4 en la respuesta preparada en el cuestionario". Ésta sería una demanda bastante directa.
Pero ¿podríamos igualmente utilizar una pregunta más indirecta, como "¿Pone usted ilusión en el trabajo que realiza en la empresa?" (con respuestas alternativas "Sí/No/Depende")?
O aún más indirecta: "¿Aceptaría un trabajo diferente del que hace ahora en la empresa, suponiendo que le mantuvieran el mismo sueldo y los mismos compañeros? Responda Sí/No/No lo sé".
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La clasificación (categorización, subcategorización o recategorización) de las respuestas dadas por el sujeto se resuelve, desde el punto de vista cualitativo, mediante diferentes técnicas de análisis de contenido.
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Estas clasificaciones pueden ser también ayudadas por técnicas estadísticas multivariantes como el análisis de agrupaciones (clústers) o de componentes principales.
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En cuanto a la medición de estas respuestas en la dimensión intrasujeto o en la intersujeto, admite distintos enfoques, desde el simple recuento de frecuencias hasta el escalamiento psicométrico.
2.1.2.Fijación del ritual de la entrevista
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Es necesario que estén fijados los inicios de la entrevista, a partir de la cita con el sujeto: el entrevistador se presentará y explicará los objetivos y características de la entrevista.
Se darán instrucciones concretas sobre cómo conseguir la máxima colaboración y sinceridad por parte del sujeto, sugiriendo o dictando las palabras que se deban utilizar con esta finalidad. Se advertirá de la duración de la entrevista. Si es el caso, habrá que plantear al sujeto la necesidad de la grabación (en vídeo o magnetófono) de la entrevista. Evidentemente, cuando se utiliza un cuestionario para rellenar por escrito, este recurso es prescindible.
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El protocolo deberá fijar también la imagen del entrevistador, su actitud y talante en general.
Eso puede comportar la existencia de instrucciones sobre el tono y el volumen de voz, sobre el estilo o conveniencia de la gesticulación (qué hacer con las manos), sobre la indumentaria, el aspecto físico (con barba o no). También puede incluir indicaciones sobre el tipo de entrevistador preferible: una mujer antes que un hombre, una persona madura antes que un joven, etc.
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Sobre todo el protocolo deberá precisar en qué condiciones –si es que hay alguna– debe intervenir el entrevistador, aparte de pronunciar las preguntas u ofrecerlas por escrito en el caso de un cuestionario.
Estas condiciones se refieren a aspectos como el intervalo que hay que dejar entre pregunta y pregunta, o el ritmo global de la sesión; o también a eventualidades como la de que el sujeto no conteste o permanezca mucho rato en silencio.
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El entrevistador necesitará igualmente instrucciones sobre si tiene que tomar notas complementarias durante la entrevista, notas sobre las actitudes, expresiones, posturas o sobre la prosodia y el habla del entrevistado.
En este tipo de entrevistas, estas notas son infrecuentes, ya que el investigador no se siente demasiado concernido por la idiosincrasia del sujeto. Si las toma, serán frases cortas o palabras como "Tarda en contestar", "Mira al infinito" o "Se rasca la nuca antes de responder". Tenéis ejemplos de estas notas en el extracto, ya comentado, de una entrevista centrada.
Por otra parte, es obvio que tendrá que transcribir las respuestas en aquellos casos en los que no haya un cuestionario propiamente dicho (con alternativas de respuesta incluidas) o no se grabe la entrevista.
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El protocolo deberá fijar la duración de la entrevista (aparte de comunicársela al sujeto), duración que, como hemos dicho, estará vinculada al número de bloques y preguntas y a su tipo.
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A menudo será especificado el lugar concreto o el tipo de espacio donde debe ubicarse la entrevista.
Aquí caben recomendaciones concretas sobre iluminación, decoración, luz ambiental, mobiliario, etc., o más generales respecto al tipo de recinto o cámara donde debe celebrarse la entrevista: despacho, aula, cubículo, etc.
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Deberá ser igualmente preestablecida la posición relativa de entrevistador y entrevistado en este espacio, así como otros aspectos de la situación, con vistas a la estandarización del procedimiento.
Estas consideraciones tendrán usualmente que ver con cuestiones de proxémica y quinésica corporal: la orientación o relación angular de los cuerpos sentados, la distancia entre sí, la existencia o no de una mesa entre ambos, etc.
2.2.Preparación y realización de una entrevista no estructurada o abierta
2.2.1.Elaboración del guión de las preguntas
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Los bloques difícilmente llegan a considerarse variables, dado que su relación con las preguntas definitivas no está fijada a priori y siempre se considerará sujeta a revisión. Más bien, lo que se establece es una relación entre bloques y subbloques, como en el ejemplo precedente del consumo de marihuana.
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Por eso mismo, esta estructura de bloques y subbloques constituirá no sólo la columna vertebral, sino el esqueleto entero de la entrevista que guía al entrevistador durante su realización.
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Dada la orientación émica de estas entrevistas, los bloques propuestos no serán derivados de la teoría (o no lo serán tanto), sino de las experiencias anteriores del científico, o de su colectivo, y –sobre todo– de la información recogida del futuro entrevistado en registros exploratorios previos a los sistemáticos.
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En virtud de lo que acabamos de exponer en el punto 2), está claro que la trascendencia de estas decisiones quedará bastante disminuida, ya que las preguntas concretas a menudo serán improvisadas, o casi improvisadas, a partir de un esqueleto temático.
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El número de preguntas nunca será muy alto, ya que el interés del investigador apunta más a que el sujeto se exprese libremente que a que responda a muchas interrogaciones puntuales.
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Cuando las entrevistas son del tipo "en profundidad", se suelen introducir preguntas sonda (probes). Éstas sirven para completar la información que da espontáneamente el sujeto.
El entrevistador debe estar alerta ante estas "sondas", tratar de preverlas o, al menos, tener preparado algún esquema genérico de pregunta para estos casos. Las sondas pueden referirse a:
a) Temas citados por el sujeto pero que el entrevistador querría completar o ampliar.
b) Temas ignorados por el sujeto y sobre los cuales el entrevistador necesita información.Por ejemplo, la circunstancia de haber estado en la prisión en el pasado puede ser obviada o no en la narración del sujeto.
Si se diera la segunda posibilidad, la pregunta sonda sería arriesgada por cuanto tendría que perseguir el afloramiento de una información no revelada. Entonces podría adoptar la forma indirecta: "En los últimos años, ¿ha estado usted alejado de la familia, del trabajo?". Y en caso de respuesta afirmativa: "¿Me puede decir la razón?". Pero también podría formularse más directamente: "Debido a sus actividades, ¿ha sufrido alguna vez sanciones o penalizaciones graves?".
Si se diera la primera posibilidad, la pregunta sonda sería lógicamente menos arriesgada, ya que solamente profundiza una información ya ofrecida por el sujeto. Podría ser ésta: "Usted ha citado los años de prisión pasados. ¿Podría decirme cómo han afectado a la relación con su familia?".
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La respuesta es muy abierta y, por lo tanto, a menudo extensa, incluso con apariencia narrativa; por lo tanto, las consideraciones técnicas del investigador sobre qué formato de respuesta utilizar no son pertinentes.
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En contrapartida, el problema del investigador será el de hacer corresponder los contenidos que marcan los bloques o subbloques con los contenidos que, a la hora de la verdad, suministran los sujetos.
Es decir, los sujetos, en la medida en que responden con considerable libertad, no tienen ninguna obligación de ajustarse al tipo de información que busca al entrevistador. Éste puede intentar reconducir las respuestas hacia el terreno que realmente le interesa, pero a menudo tendrá bastante limitado este recurso debido a la táctica de la entrevista. Por ejemplo, en una entrevista no directiva la posibilidad de manipular al sujeto hacia donde el entrevistador quiere es más reducida.
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De hecho, a menudo contaremos sólo con formulaciones genéricas de contenido (aquellas que hemos denominado antes subbloques), más que de preguntas propiamente dichas (sin embargo, para evitar malentendidos, seguiremos denominándolas "preguntas").
BloquesLas preguntas no acaban de plasmarse en un redactada inmutable. Lo que hace el entrevistador es ir derivando bloques temáticos cada vez más concretos a partir de formulaciones más globales. A partir de los bloques más desarrollados formulará las preguntas puntuales que quedarán registradas en la sesión de entrevista.
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A pesar de todo, el redactado de las preguntas o de los subbloques debe hacerse con cuidado, para generar la información en la cantidad y calidad buscadas.
''Fórmulas mágicas''Las preguntas, precisamente por ser genéricas, deben funcionar como una especie de "fórmulas mágicas" que, al ser pronunciadas, garanticen un flujo suficiente y relevante de información por parte del entrevistado (por ejemplo, "Hábleme, por favor, sobre la cuestión del dinero en su matrimonio").
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Como las preguntas serán relativamente pocas, la amenaza de encabalgamiento entre ellas será menor que en el caso de las entrevistas estructuradas.
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El análisis de contenido y del discurso, en una perspectiva más inductiva, tiene mucho más peso en el estudio de los resultados de estas entrevistas que el que tenía en el caso de las no estructuradas.
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El número de categorías de clasificación será probablemente mayor que en las entrevistas estructuradas.
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Cada unidad de respuesta –es decir, cada unidad narrativa o de discurso proporcionada por el sujeto– dará lugar a más de una categoría de clasificación, a diferencia de las respuestas cerradas, donde cada alternativa de respuesta escogida por el entrevistado representa una sola unidad de clasificación.
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Dada la perspectiva émica que marca el rumbo de estas entrevistas, una posibilidad que debe considerarse es que los propios entrevistados validen, o contribuyan a validar, las categorías de clasificación propuestas por el investigador.
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Aparte de eso, una vez categorizado el material, será legítimo definir variables y aplicar técnicas de análisis estadísticas o de otros tipos.
2.2.2.Fijación del ritual de la entrevista
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Los inicios de la entrevista tendrán un carácter menos ceremonial que en las entrevistas estructuradas. A pesar de todo, el entrevistador deberá explicar los objetivos de la actividad que está a punto de emprender y anticipar los rasgos más importantes de la situación interactiva que el sujeto vivirá poco después.
GrabaciónDada la longitud de las respuestas o relatos del sujeto, y la dificultad que supondría transcribirlas, en estas entrevistas el recurso de la grabación es bastante corriente.
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Con respecto a las instrucciones sobre la imagen que tiene que dar el entrevistador, las recomendaciones sobre actitud, voz, gesto, indumentaria, etc., si existen, pondrán el acento en alcanzar un clima de proximidad y confianza en el que un cierto grado de empatía sea factible.
Podrá instarse al entrevistador a hablar en voz baja, sin vacilaciones pero también sin brusquedades, a que ofrezca un ademán de igualdad, el de alguien que no se siente superior sino que está dispuesto a aprender de los sujetos.
Por otra parte, las instrucciones con vistas a éstos últimos aconsejarán tolerar sus interrupciones, su iniciativa en el diálogo, sus contrapreguntas, críticas, etc.
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Por consiguiente, las condiciones en las que intervendrá el entrevistador serán numerosas y variadas, pero estarán indicadas de manera global. Un capítulo donde las indicaciones serán más precisas será el de las preguntas sonda que hemos descrito más arriba.
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El guión pedirá habitualmente que el entrevistador tome nota sobre distintas vertientes del comportamiento del entrevistado: postura, gesto, expresión facial, mirada, prosodia, etc.
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La duración de la entrevista no se fijará por anticipado. Como máximo se pondrán límites o se harán advertencias sobre la necesidad de no cansar al sujeto, o similares.
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El guión aludirá sólo a aspectos muy generales de la situación de entrevista, sin entrar mucho en detalles sobre el tipo de espacio donde debería celebrarse.
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Por ejemplo, que haya silencio, que no haya interrupciones por causa de personas externas a la interacción, etc.
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La posición relativa de entrevistador y entrevistado tampoco estará sometida a restricciones importantes. Predominarán las recomendaciones vagas relativas a la distancia entre los dos interlocutores o a su posición durante el diálogo.
2.3.Valor metodológico y eficacia de las entrevistas
2.3.1.Aspectos positivos y negativos de las entrevistas estructuradas
Positivos |
Negativos |
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+ Los protocolos de estas entrevistas son instrumentos sin duda revisables, pero definitivos en buena medida. Tanto la técnica de registro como la de evaluación están preestablecidas y se prestan a ser estandarizadas. Son instrumentos de carácter nomotético. |
– Estas entrevistas no sirven para cubrir las fases exploratorias de una investigación centrada en individuos o grupos pequeños, ni para profundizar en los aspectos individuales del comportamiento. |
+ Una ventaja reconocida de estas entrevistas es la de permitir reunir mucha información en poco tiempo y por medios no excesivamente costosos (comparados con el coste que exigiría la observación sistemática, participante o no participante). |
– No obstante, la información obtenida de esta manera no puede ser muy densa ni profunda, ya que no proviene de un diálogo propiamente dicho (la cumplimentación o la respuesta a un cuestionario no lo exige). |
+ Como ya hemos dicho, el entrenamiento del entrevistador es escaso. Eso es también una ventaja desde el punto de vista de los costes, pero también desde el punto de vista metodológico: la poca formación previa requerida suele repercutir en una falta de implicación del entrevistador o del pasador del cuestionario en los objetivos de la investigación, lo cual evitará sesgos como el de expectancia. |
– En contrapartida, esta falta de implicación, la asunción por parte del entrevistador del rol del burócrata o del empleado a sueldo, puede redundar en falta de interés y en una ejecución tan mecánica y fría del protocolo que acabe afectando al sujeto. |
+ Si las preguntas apuntan a realidades objetivas, a temas que puedan ser conocidos y verbalizados por el sujeto, entonces éste es un instrumento ajustado y fiable. (Además, veremos que el sujeto no acostumbra a engañar con respecto a este tipo de información.) |
– En cambio, si las preguntas pretenden hacer aflorar en el sujeto contenidos de conciencia, pretenden hacer patentes informaciones que el sujeto no tiene presentes o que quiere ocultar, entonces la entrevista estructurada es muy poco fiable, ya que el entrevistador debe conformarse con los resultados del cuestionario y raramente puede sondear al sujeto durante la sesión al margen de este cuestionario. |
+ Las características de estas entrevistas las hacen susceptibles de ser implementadas mediante soportes diferentes a la interlocución cara a cara. Así, un cuestionario cerrado puede administrarse colectivamente (como una encuesta), telefónicamente o por la red (e-mail, chats, messenger, etc.). Eso las hace instrumentos todavía más ágiles y rentables desde el punto de vista del tamaño de la muestra entrevistada. |
– La despersonalización de la situación de administración del protocolo impide que éste sirva para acceder a zonas más íntimas del psiquismo del sujeto. |
+ En definitiva, éstas son entrevistas que tienden a potenciar las facetas más informativas del discurso del sujeto. La ventaja de eso es que el sujeto, no teniendo que revelar información comprometida, intimidades, asuntos personales, se inclinará menos por engañar al entrevistador, opondrá menos resistencias. |
– Pero eso también se puede ver como una limitación de estos tipos de entrevistas, que nunca podrán sacar a la superficie los estratos más escondidos o profundos de la información que posee el sujeto. |
2.3.2.Aspectos positivos y negativos de las entrevistas no estructuradas
Positivos |
Negativos |
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+ Son herramientas de carácter idiográfico, indicadas para la exploración en profundidad de las motivaciones o razones de sujetos y grupos y para la generalización inductiva (por acumulación de casos); no para la extrapolación desde una muestra en una población. |
– Las guías o guiones de estas entrevistas son siempre susceptibles de revisión, presentan una forma genérica que no se llega a concretar en un instrumento estable. Por eso, su buen uso depende mucho de la habilidad y experiencia del entrevistador y poseen un componente artesanal innegable, que no se presta a la estandarización. |
+ A cambio, la información obtenida, ceñida al individuo entrevistado, es en sí misma completa en intensidad y extensión, producto de un diálogo en el que cada intervención del entrevistador recibe una "devolución" del entrevistado. |
– Estas entrevistas suponen una importante inversión de tiempo en cada sujeto, para obtener información densa y de relieve. Por lo tanto, no son rentables desde el punto de vista demoscópico o poblacional. |
+ En contrapartida, este entrevistador se esforzará mucho más en alcanzar los objetivos marcados, cumplirá con creces con los requisitos metodológicos y técnicos, tratará al sujeto de la manera recomendada. |
– El entrenamiento o la formación del entrevistador es una condición esencial para el éxito de estas entrevistas y tienen un inevitable coste de tiempo y dinero. Además, este entrevistador formado a conciencia tenderá a identificarse con los objetivos de la investigación en la que interviene, incrementando así el riesgo de expectancia, subjetividad o arbitrariedad en las interpretaciones. |
+ Por contra, si las preguntas tratan de extraer o recuperar información olvidada, escondida o que el sujeto no ha llegado a hacer explícita, éstas son entrevistas eficaces y bien adaptadas a este tipo de contenidos. Al entrevistador se le permite de alguna manera sondear, persuadir, al sujeto durante la sesión. Ciertamente, en estas entrevistas es más probable el engaño, pero también lo es la capacidad del entrevistador para descubrirlo o desactivarlo. Son, en este sentido, entrevistas fiables, aunque este término debe entenderse en el contexto pertinente: siempre interesan más las versiones subjetivas que los hechos objetivos. |
– Si las preguntas apuntan a realidades objetivas, a temas conocidos por el sujeto o que éste ha hecho conscientes, éste puede ser un instrumento fiable pero también excesivo: esta finalidad no exigía medios tan exagerados y el coste no compensa el beneficio. |
+ Esta restricción, no obstante, repercute positivamente en la posibilidad de reunir información íntima y personal, extraída de las áreas más resguardadas de la conciencia del sujeto. |
– Estas entrevistas difícilmente pueden renunciar a la interlocución cara a cara, salvo casos excepcionales. No se podrán administrar colectiva o telefónicamente, ni se prestarán demasiado al diálogo por la red, dado que la percepción directa del interlocutor, su presencia física, suele ser indispensable. |
+ Pero ello supone un punto importante a favor de estas entrevistas, ya que su estrategia de diálogo o conversación es la única que puede conducir a desvelar esos estratos más íntimos del sujeto entrevistado. |
– En definitiva, éstas son entrevistas que potencian los aspectos más emotivos y expresivos del discurso del sujeto. Ello comporta un peligro, el de que el sujeto se resista a exhibir esas facetas de sí mismo (resistencias que el entrevistador debe procurar vencer). |