Generalidades sobre los métodos cualitativos: características básicas, variantes, campos de aplicación e historia

  • Carles Riba Campos

     Carles Riba Campos

    Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación por la UB (1986), profesor titular de Metodología de las ciencias del comportamiento en la Facultad de Psicología de la UB y profesor consultor de la UOC. Actualmente dirige el Anuario de Psicología, una revista de psicología general publicada por la UB. Su actividad docente e investigadora ha estado vinculada con la sistematización y aplicación de la metodología psicológica en el ámbito del trabajo de campo y la observación, con especial énfasis en la significación social del comportamiento y en la comunicación. Con esta perspectiva, ha relacionado el enfoque semiótico con la metodología propia de las ciencias sociales, cruce de intereses del que ha nacido su particular dedicación a la metodología cualitativa, entendida como un conjunto de estrategias y recursos dirigidos a la comprensión en profundidad y en clave intersubjetiva del comportamiento humano. Ha publicado varios libros y artículos sobre los temas indicados.

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Cuarta edición: febrero 2023
© de esta edición, Fundació Universitat Oberta de Catalunya (FUOC)
Av. Tibidabo, 39-43, 08035 Barcelona
Autoría: Carles Riba Campos
Producción: FUOC

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1.Características básicas, variantes y campos de aplicación

1.1.Los métodos cualitativos: características básicas

Los métodos cualitativos presentan un perfil propio y parten de una posición con respecto a qué es y cómo se lleva a la práctica la actividad científica diferente a la de los métodos cuantitativos.
Una presentación inicial de los métodos de investigación cualitativa no puede prescindir de los contenidos ofrecidos al final de la asignatura Introducción a los métodos de investigación en Psicología, donde se proporcionaba una lista sistemática de las diferencias entre métodos cualitativos y cuantitativos, lista que ahora será nuestro punto de partida en una caracterización en detalle de los primeros de estos métodos.
Hay que recordar que estas dos líneas metodológicas orientan la dirección de la investigación psicológica en dos direcciones que son complementarias, pero que ofrecen diferentes rendimientos en aplicación a diferentes objetos de estudio. El investigador debe estar atento a qué objeto de estudio ha definido, y cuáles son los objetivos que quiere alcanzar mediante la investigación para decidir qué metodología aplicará, más cualitativa o más cuantitativa.
Sin embargo, ésta es seguramente una visión un poco convencional de la investigación: de hecho, la mayoría de los investigadores están instalados, ya desde su fase de formación, en grupos de trabajo que, siguiendo alguna tradición académica, cultivan la investigación cualitativa o la cuantitativa en alguna de sus numerosas variantes. Pero, en cualquier caso, la elección se tuvo que hacer en algún momento, quizás en el pasado, por el científico que inició la línea de investigación; y sobre todo es absolutamente cierto que la metodología cualitativa y la cuantitativa se pueden utilizar, o bien con propiedad y adecuación, o bien incorrectamente, según sean aplicadas a objetos de estudio que les son apropiados o no, y según se desarrollen en relación con objetivos que son los que se encuentran al final del camino elegido o en relación con otros muy alejados de él.
Este tipo de valores diferenciales básicos en una y otra metodología son los que recordaremos ahora mediante la lista a la que aludíamos más arriba:

Métodos cuantitativos

Métodos cualitativos

Prefieren habitualmente las estrategias nomotéticas.

Prefieren habitualmente las estrategias idiográficas.

Suelen optar por la simplificación, esquematización o reducción del objeto de estudio.

Suelen optar por la construcción de objetos de estudio más densos y complejos y por perspectivas holísticas o globales sobre ellos.

Utilizan generalmente las estrategias experimentales y, por lo tanto, buscan relaciones causales o al menos bidireccionales.

Prefieren las estrategias observacionales, y renuncian casi siempre a la búsqueda de relaciones causales, optando por el establecimiento de relaciones globales.

Suelen buscar validez interna y de replicación antes que validez de aplicación y ecológica.

Suelen buscar validez de aplicación y ecológica, antes que validez interna o de replicación.

Buscan la objetividad por medio de la experimentación o la observación no participante, desde puntos de vista exteriores ("éticos") con respecto al objeto de estudio.

Tienen en cuenta la subjetividad mediante la observación participante o la observación documental, mediante la adopción de puntos de vista interiores ("émicos") con respecto al objeto de estudio y asumiendo la intersubjetividad como valor.

Se interesan por la pura información, matemática o física, que se desprende de los datos, y muestran tendencia a confiar más en las unidades y medidas moleculares.

Tienen muy en cuenta los significados inferidos de los sujetos o comunicados por ellos, lo cual hace que se sirvan habitualmente de unidades molares y que el investigador adopte el papel de intérprete o hermeneuta a partir de materiales verbales o escritos.

Estas diferentes bifurcaciones, que surgen en el camino de un investigador ideal al enfrentarse a las correspondientes dudas o dilemas metodológicos, se pueden representar gráficamente, tal como se aprecia en la figura siguiente.
El enfoque de una investigación como resolución de dilemas metodológicos
El enfoque de una investigación como resolución de dilemas metodológicos
Tanto la presentación tabular como la gráfica ponen de manifiesto que las decisiones básicas, explícitas o implícitas, que hacen que un investigador se oriente hacia las metodologías cualitativas o las cuantitativas se centran en diferentes dilemas, seis en la tabla y cuatro en la figura, ante los cuales este mismo investigador debe elegir. Los comentamos brevemente, a título de recordatorio, ciñéndonos sólo a los cuatro ámbitos de decisión de la figura anterior, con el propósito de ser los más sintéticos posible:
1) NomotéticoIdiográfico: el investigador cuantitativo quiere generalizar; el cualitativo a menudo prefiere tratar su muestra como un caso particular.
2) ExperimentoObservación: las consecuencias de esta elección se refieren a la validez de los resultados y al grado de complejidad del objeto de estudio. Los métodos experimentales, típicamente cuantitativos, operan una cierta esquematización o simplificación del objeto de estudio, mientras que los observacionales, más compatibles con el espíritu cualitativo, tratan de conservar su complejidad o globalidad. Por otra parte, los métodos experimentales buscan validez interna o de replicación, es decir, procuran que las relaciones entre variables independientes y dependientes obtenidas sean consistentes y se puedan reencontrar tantas veces como sea necesario al repetir el experimento original; éstos son los valores cuantitativos por excelencia; en cambio, los métodos observacionales buscan más bien la aplicabilidad directa en el contexto de la validez llamada ecológica.
3) ObjetivoSubjetivo: la objetividad, tal como es vista en la perspectiva de los métodos cuantitativos, supone una aproximación distanciada, externa, al objeto de estudio, a la conducta, sujetos y contextos investigados, aproximación que llamamos "ética" y que se realiza mediante la experimentación o la observación no participante, la propia de las Ciencias Naturales. Por el contrario, la búsqueda de la subjetividad, tanto en el investigador como en los investigados, y la toma en consideración del punto de vista de los individuos son típicas de las aproximaciones émicas y de los métodos cualitativos, los cuales acceden al mundo privado o personal de los sujetos mediante la interacción con ellos y la observación participante o el análisis de documentos.
4) InformaciónSignificado: los métodos cuantitativos tienden a buscar la información psicológica pura, que quiere decir despojada de cualquier connotación personal, grupal, contextual o cultural, como consecuencia –precisamente– de su valoración de la objetividad en el sentido que las Ciencias Naturales dan a este término (consistencia, estabilidad, fiabilidad, exactitud de la información recogida); eso los inclina a servirse de unidades moleculares, analíticas. En contraposición, los métodos cualitativos conceden mucha importancia a los significados derivados de los contextos individuales y sociales, aunque éstos proporcionan una visión más borrosa y menos generalizable del comportamiento humano; por consiguiente, todo eso los decanta hacia niveles de análisis molares o globales, a la vez que más centrados en situaciones y casos.
Las decisiones implícitas en los dos últimos dilemas son indispensables para captar la esencia de la metodología cualitativa. La cuestión no es únicamente practicar la observación participante y, por lo tanto, escuchar e interpretar lo que dice la gente, sino también tomarlo seriamente y admitirlo en el corpus de datos de la investigación. Como dijeron Harré y Secord,
Cita

"Para tratar a la gente como si fueran seres humanos, ha de ser posible aceptar sus comentarios sobre sus acciones como auténticos, si bien revisables, como informes de fenómenos sujetos a la crítica empírica [...]. Es un rasgo esencial del enfoque que estamos defendiendo para la Psicología que todas o casi todas las cosas que decimos ordinariamente sobre nosotros mismos y sobre la otra gente deberían ser tomados seriamente como informes o datos relevantes para una ciencia psicológica. Eso no es decir que estos enunciados tengan que ser aceptados sin crítica, sino que los fenómenos sobre los que pretenden informar existen realmente y además son relevantes".

R. Harré; P. F. Secord (1972). The Explanation of Social Behaviour (pp. 101 y 105). Oxford: Blackwell. (La traducción es nuestra.)

Evidentemente, estas decisiones metodológicas no se toman en el vacío, sino en el seno de programas o planes de investigaciones concretos y, como acabamos de hacer notar, en relación con objetos de estudio determinados. Por eso una caracterización puramente formal y metodológica de la investigación cualitativa y cuantitativa es insuficiente: hay que completarla con una especificación de otros aspectos más vinculados al suelo que pisa el investigador y, sobre todo, a los tipos de objeto de estudio sobre los que pueden trabajar cada una de estas metodologías. Así, restringimos, ya a partir de ahora, nuestro interés a los métodos cualitativos.
  • Con respecto a los objetos de estudio abordados, los métodos cualitativos se ocupan de temas relacionados con:

    • las representaciones personales y culturales, las intenciones y valores (compartidos) de las personas;

    • procesos sociales, grupales e interpersonales que se sirven de la expresión, de la comunicación y (naturalmente) del lenguaje;

    • procesos vinculados con las reglas que gobiernan el comportamiento en los distintos ámbitos (familiar, educativo, laboral, público, etc.) de la sociedad humana.

    • En suma, los estudios cualitativos difícilmente pueden prescindir de material verbal o escrito y apoyan sus interpretaciones de las acciones humanas sobre el contexto moral y social en el que aquéllas ocurren.

  • Con respecto al talante del investigador cualitativo que toma esas decisiones y trabaja en esas áreas temáticas, hay que decir que:

    • busca la comprensión en profundidad de fenómenos complejos, tanto desde el punto de vista de sí mismo, como observador, como desde el punto de vista del sujeto;

    • exhibe un talante habitualmente reflexivo, crítico y relativista con respecto a los valores oficiales de la ciencia;

    • no mantiene la definición del problema de investigación de manera inmutable a lo largo de la investigación, sino que redefine este mismo problema y revisa sus interpretaciones en el curso del mismo proceso de recogida y análisis de información;

    • por lo tanto, de manera correspondiente, es frecuente que tampoco mantenga igual los protocolos aplicados a lo largo de una misma investigación.

    • En suma, el investigador cualitativo difícilmente puede desatarse o distanciarse de la realidad que estudia y eso lo obliga a adaptarse continuamente, y a menudo a comprometerse, aunque eso suponga pérdida de objetividad.

Todos éstos son los rasgos generales que delimitarían el territorio metodológico de la investigación cualitativa. Habréis notado quizás que en ningún momento hemos dicho que los métodos cualitativos prescindan de raíz del rigor y de la cuantificación. La frontera entre las dos orientaciones metodológicas no pasa exactamente por aquí. Hay técnicas de análisis de contenido típicas de la metodología cualitativa que pueden aportar recursos matemáticos y formales tan o más sofisticados que los de la metodología positivista y cuantitativa. En todo caso, lo que sí es cierto es que, en el territorio de la metodología cualitativa, la cuantificación y la formalización matemática no desempeñan el mismo papel preponderante, sine qua non, que en la cuantitativa.
Es fácil adivinar que dentro de este territorio el "método cualitativo" no existe: lo que existe son los "métodos cualitativos", con sus variantes y mutuas diferencias. Aunque el tronco principal de la metodología de cualquier investigación cualitativa exhiba los principales rasgos metodológicos antes enumerados, no obstante podremos encontrar investigaciones cualitativas que ofrecen apariencias bien diferentes entre sí, en lo tocante a la forma concreta de aplicar la metodología y de acoplarse a objetos de estudio concretos dentro de las diferentes áreas de conocimiento de las ciencias sociales y del comportamiento.
Ahora bien, no debemos desconcertarnos si nos encontramos, dentro de manuales e introducciones, con metodologías tildadas de cualitativas que no presentan uno o algunos de estos rasgos nucleares. Y es que hay métodos cualitativos que merecen este nombre y otros que, a nuestro parecer, no lo merecen tanto; hay métodos cualitativos en sentido propio e impropio; los hay que lo son sin lugar a dudas y otros que sólo en parte merecen esta denominación.
Para acabar de desorientarnos, nos encontraremos con métodos híbridos que reúnen rasgos cualitativos al lado de otros cuantitativos, en el marco –claro está– de una caracterización como la que acabamos de hacer.
Dentro de una de las tendencias más importantes del mundo cualitativo como es la "teoría fundamentada" (grounded theory), es obligado preocuparse y ocuparse del muestreo en un sentido que, a veces, parece muy próximo al de la selección de los sujetos en la investigación cuantitativa, en la medida en que está indefectiblemente vertido a la representatividad y a la generalización.
En cambio, nosotros hemos propuesto una delimitación de los métodos cualitativos en la que éstos optan habitualmente por la perspectiva idiográfica o de casos, perspectiva en la que la selección de la muestra no tiene importancia.
En una línea de trabajo como la de la "investigación basada en el diseño" (Design-Based Research) –línea que se ha hecho extraordinariamente popular en estos inicios del siglo XXI en la investigación educativa anglosajona y que se suele incluir dentro de la metodología cualitativa–, se reclama una planificación no muy flexible de la investigación (en la forma de "diseño") que incluso puede incluir la posibilidad de experimentación, rasgos que nosotros hemos reclamado para la metodología cuantitativa (1) .
Podríamos continuar enumerando ejemplos en los que perfiles aceptados como cualitativos no encajan exactamente en la delimitación que proponemos aquí. Pero es que ésta no pretende reflejar acrítica y simplemente el panorama vislumbrado al revisar la literatura metodológica, sino que intenta ir más allá y defender criterios más coherentes y sistemáticos que los que a veces aparecen en algunos textos. Emprender una investigación cualitativa no pide solamente, pongamos por caso, hacer entrevistas y analizar las respuestas mediante alguna técnica de análisis de contenido. Eso puede desembocar en un informe final totalmente cuantitativo en el sentido que hemos querido dar aquí a este término. Tampoco exige, simplemente, practicar la observación, dado que, como también hemos visto, esta modalidad de registro puede ser muy "cuantitativa" si no es participante, es decir, si contempla al sujeto desde lejos, como si fuera un mineral o una bacteria, y sin ningún tipo de interacción con él.
En definitiva, hemos creído que había que ser estrictos, precisamente por la importancia que, en el momento actual de desarrollo de las Ciencias Sociales, atribuimos a la metodología cualitativa. El relieve progresivo que ha ido cobrando ésta en los últimos años hace que cada vez esté más admitida en los círculos académicos, pero esta implantación tiene como contrapartida una utilización a veces impropia, contaminada, incluso frívola, del término "cualitativo".
Con todo, ninguna de estas últimas aseveraciones excluye la compatibilidad y posibilidad de combinar los métodos cualitativos y cuantitativos en un mismo programa de investigación, sobre objetos de estudio próximos o complementarios, o –si preferís– sobre diferentes aspectos de un mismo objeto de estudio. Ésta es, sin duda, otra cuestión. La filosofía que hay detrás de una utilización combinada e integrada de métodos cualitativos y cuantitativos es totalmente pragmática: cada método, como hemos visto, aporta valores diferentes a la investigación y, por lo tanto, su aplicación conjunta o secuenciada aumenta en algún factor el nivel científico de los resultados.
Los métodos cualitativos abordan la subjetividad, la comunicación y el lenguaje, en contexto social, y suelen ser idiográficos, utilizar la observación participante émica y centrarse en unidades molares y de significado.

1.2.Una tipología de los métodos cualitativos

Una investigación psicológica puede considerarse más o menos cualitativa en la medida en que presente más o menos rasgos propios de los métodos cualitativos.
Así pues, de las argumentaciones precedentes podemos concluir que una manera de dotar de un poco de nitidez y orden a la mezcla, a menudo caótica, de los métodos cualitativos, es tratar de clasificarlos a lo largo de una dimensión de genuinidad o autenticidad, desde los más propiamente cualitativos hasta aquellos que lo son menos. Sin embargo, para ello, descartaremos, con el fin de evitar confusiones, todos aquellos perfiles metodológicos que hemos tildado de híbridos y que incorporan manifiestamente características cuantitativas, ya que consideramos que entonces quedan obviamente fuera del territorio cualitativo. Ahora bien, entre los que permanecen dentro, los hay más específicamente cualitativos y otros que no lo son tanto. Para establecer la gradación entre ellos recurriremos a dos criterios básicos: el tipo de observación utilizada y el tipo de material o datos recogido en relación con el objeto de estudio.
El primero de estos criterios nos remite inevitablemente a la asignatura Introducción a los métodos de investigación en Psicología, en la que se fijaron y definieron las diferentes modalidades de observación. Aunque estas modalidades volverán a aparecer más adelante en este texto (y cuyas características serán entonces desarrolladas y ampliadas), ahora debemos recordar brevemente los rasgos esenciales que las definían.
1) La observación no participante. Sería la típica del astrónomo o el naturalista clásico, aquella que no exige nada del ser pasivo que contempla: una estrella, una bacteria, un ratón. De hecho, es la observación tradicionalmente conceptualizada por la ciencia. Constituye una simple transducción o traslado de la realidad al lenguaje científico, sin haber intervenido previamente sobre ella. Corresponde a la perspectiva ética. No se supone subjetividad en la entidad observada o, si se le supone, no se hace nada para que se manifieste.
La observación no participante se puede aplicar a dos tipos diferentes de material, los cuales dan lugar a dos modalidades más de observación:
2) La observación directa. Es la observación del comportamiento "en vivo". Eso quiere decir que el registro de datos se realiza mientras el sujeto actúa, en el mismo periodo o momento en que se producen las respuestas o acciones intencionales del sujeto. Si el comportamiento ha sido filmado o grabado en vídeo o magnetófono, la observación de este material mediante su reproducción continúa siendo observación directa.
3) La observación indirecta. Es la observación de los productos o consecuencias del comportamiento. Si la observación del comportamiento de fumar es observación directa, el registro de las colillas dejadas en un cenicero es observación indirecta. Por lo tanto, esta observación es siempre ex post facto, es decir, posterior a los hechos sobre los que se basa.
Sin embargo, la forma más habitual de observación indirecta en las Ciencias Sociales es la observación documental, en la cual el producto del comportamiento es, justamente, un documento –una carta, un diario, un mensaje electrónico, un SMS–, el cual constituye el material observado y pendiente de interpretación.
4) La observación participante. Es la propia de las Ciencias Sociales, aquella que indaga en la subjetividad de las personas estudiadas mediante la interacción con éstas, de las preguntas y el diálogo. Si el observador ha de preguntar o –al menos– debe estar en situación de poder preguntar y de acceder a la privacidad del sujeto, es ineludible que establezca una relación social con este mismo sujeto, relación que puede ser más formal o informal, más superficial o más profunda, tal como pasa, por ejemplo, en las entrevistas.
Aunque la observación participante incorpora componentes experimentales por cuanto, en general, es indiscutible la influencia del observador sobre el sujeto, no obstante corresponde a la perspectiva émica, dado que este mismo observador quiere acceder a los puntos de vista y al espacio de representaciones y valores de la persona o grupo que tiene ante sí.
Una vez establecido este punto de partida, y con vistas a remarcar los criterios que nos permitirán clasificar los métodos cualitativos, distinguiremos consiguientemente:
  • Con respecto al tipo de observación utilizada, entre observación participante, observación no participante directa y observación documental.

  • Con respecto al tipo de material o datos registrados, entre material verbal (oral o escrito) y material no verbal.

Si construimos una tabla a partir de estos criterios, cruzándolos en filas y columnas, podemos aislar seis tipos de métodos cualitativos en las casillas formadas y establecer su carácter más propio o impropio.
Clasificación y gradación de los métodos cualitativos según el tipo de observación y el material registrado

Material verbal oral/escrito

Material no verbal

Observación participante

(oral)

1

2

Observación no participante indirecta (documental)

(escrito)

3

4

Observación no participante directa

(oral)

5

6

En la casilla 1 encontramos uno de los perfiles más propios de los métodos cualitativos, el cual supone la utilización de informantes y el uso de entrevistas u otras formas de observación participante, así como la recopilación de información verbal, transcrita a partir de la comunicación oral. Esta información es la que se analiza.
En la casilla 3 tenemos otro perfil típicamente cualitativo. Ahora la observación es de documentos de distintas clases y, por lo tanto, indirecta, a posteriori de las acciones que los han generado; pero el material para el análisis continúa siendo verbal, en forma de texto en cualquier sistema de escritura (incluidos pictogramas, ideogramas) o en la narrativa ilustrada (cómics, cuentos para niños, etc.).
Las casillas 2 y 5 incluyen perfiles metodológicos un poco más alejados del núcleo de lo que se suele considerar cualitativo.
La casilla 2 corresponde a estudios de observación participante centrados en comportamiento no verbal, en categorías de acción o actividad. Sería el caso de los estudios de comunicación no verbal o de expresión, facial o gestual. La expresión, el gesto, ciertas acciones corporales comunicativas, no son lenguaje, pero o bien son asimilables al lenguaje o bien son regulados por códigos biológicos y/o culturales y, por lo tanto, descifrables a partir del conocimiento de los códigos en cuestión.
La casilla 5 contendría aquellos estudios que, si bien no utilizan la observación participante, sin embargo registran comportamiento verbal que el sujeto produce espontáneamente y lo transcribe transformándolo en datos.
Las casillas 4 y 6 presentarían los perfiles menos compatibles con el enfoque auténticamente cualitativo.
En la casilla 4 se utiliza la observación indirecta, pero ésta no tiene carácter documental en sentido estricto. Eso quiere decir que la observación no se aplica a material lingüístico o derivado del lenguaje, sino a otros productos de las acciones humanas, como herramientas, esculturas, cuadros, edificios, etc.; o, en el caso de los animales, construcciones como los diques de los castores o las colmenas de las abejas, o huellas y rastros. Por lo tanto, ésta es una opción rara en el mundo del psicólogo. No tanto en el del antropólogo, el arqueólogo o el etólogo, los cuales siguen y analizan a menudo las obras y los impactos que dejan en el ambiente personas o animales.
Finalmente, en la casilla 6 no se utiliza ni observación participante ni documental, mientras que los comportamientos no recogidos tampoco son verbales. Se trataría, pues, de una metodología observacional precariamente cualitativa. Solamente una interpretación en clave simbólica o comunicativa del comportamiento, una voluntad interpretativa y una exploración en profundidad de cada sujeto daría a estos estudios una pátina cualitativa.
Un investigador aplica un método cualitativo genuino en la medida en que se apoya sobre la observación participante o la documental y adopta la perspectiva del intérprete de material verbal o simbólico.

2.Tradiciones cualitativas en la historia de la Psicología

2.1.Las raíces históricas: la relación de la Psicología con el positivismo

Ciñéndonos ya, a partir de aquí, a los métodos que juzgamos auténticamente cualitativos, continuaremos apreciando una gran heterogeneidad entre ellos, visible a lo largo de las diferentes tradiciones científicas en las que han sido utilizados y aplicados, así como de los diferentes campos disciplinarios y de aplicación en las que aquéllas han ejercido su influencia. Pero, antes de entrar en estas tradiciones, habrá que hacer una breve consideración histórica del caldo de cultivo intelectual y científico en cuyo seno nace la mentalidad cualitativa. Estas condiciones de aparición del punto de vista cualitativo nos conducirán después al abanico de tradiciones en las que éste se ha instalado a lo largo de los últimos cien años.
2.1.1.Las raíces históricas
A lo largo del siglo XIX aparecen o se consolidan como disciplinas científicas la lingüística, la antropología, la sociología y la psicología, perfilando otro continente científico: el de las Ciencias Humanas.
Al aparecer estas disciplinas, centradas en el lenguaje, la cultura, las sociedades, el comportamiento y la mente humanos, se plantea una pregunta clave:
¿Se pueden estudiar los temas de las Ciencias Humanas cómo se estudian los de la Física?
¿Se puede estudiar un pensamiento, el suicidio, las diferencias de clase, los rituales religiosos, como se estudian las órbitas de los planetas, el recorrido de un rayo de luz o la relación, en un gas, entre presión, volumen y temperatura?
El nacimiento de los métodos cualitativos puede situarse en la respuesta negativa a esta pregunta, en el rechazo a la continuidad entre la Física y las Ciencias Sociales.
2.1.2.La ruptura con el positivismo
Comte (1798-1857) y la escuela positivista defendieron la continuidad absoluta entre el saber de las Ciencias Naturales y el de las Ciencias Sociales o Humanas. El método cientificonatural aplicado por Galileo y Newton en los objetos físicos tenía que ser aplicable a los seres humanos.
Positivismo
Éste es el aspecto del positivismo científico que nos interesa aquí: su defensa de la continuidad entre las Ciencias Humanas y las Naturales. Este concepto, claro está, tiene una acepción mucho más amplia y rica en el marco de la filosofía de la ciencia. Para Comte, positivo quiere decir "no especulativo", es decir, observable, tangible o probable.
Ya en el mismo siglo XIX se produjeron varias reacciones importantes contra esta visión. Nos centraremos en dos:
1) Para Max Weber (1864-1920), el problema fundamental de una ciencia social es saber relacionar la experiencia vivida por las personas y la explicación científica de esta misma experiencia percibida por el científico. Por eso:
  • La objetividad no es una propiedad de lo que estudiamos, sino una cualidad del conocimiento de quien lo estudia.

  • La formulación en términos lógicos o intuitivos de los resultados del análisis es tan científica como su exposición en lenguaje matemático.

  • El núcleo del trabajo del sociólogo está en el estudio de comportamientos "tipo" de carácter ideal o racional. De esta manera, Weber encuentra un camino intermedio entre la necesidad de leyes universales que pide la Física y la exigencia de atender a la idiosincrasia individual propia de las Ciencias del Hombre.

2) Para Wilhelm Dilthey (1833-1911), las Ciencias Sociales tienen que emanciparse de las Ciencias Naturales. ¿Qué lo justifica?
  • Las primeras hablan de la realidad humana en el curso de la historia, mientras que las segundas hablan de la naturaleza. Estos dos conocimientos son irreductibles.

  • Las ciencias sociales y del comportamiento, además, son más coherentes, ya que estudian fenómenos vinculados a la conciencia humana por medio de esta misma conciencia; en cambio, la Física pretende conocer los objetos del mundo como si existieran fuera de su conciencia.

  • Por eso las Ciencias del Hombre pueden y deben conocer sus objetos de estudio directamente, viviéndolos, experimentándolos.

2.1.3.El positivismo abierto o crítico
Algunos autores que podrían considerarse positivistas mantienen, sin embargo, posiciones en las que se admiten o se defienden algunas de las reivindicaciones propias de la orientación que hoy llamaríamos cualitativa.
  • Así, un pensador como Stuart Mill (1806-1873), que puede tenerse por uno de los padres del método experimental, sostiene que el conocimiento de la actividad humana requiere no sólo el estudio de verdades materiales sino también de realidades psicológicas (la cursiva es nuestra).

  • Uno de los forjadores del marxismo, F. Engels (1820-1895), escribió el ensayo La condición de la clase trabajadora en Inglaterra en 1844. A pesar de su profesión materialista, fijaos en qué dice la dedicatoria:

    "¡Trabajadores! Os dedico una obra en la que he tratado de exponer ante mis compatriotas alemanes un retrato fiel de las condiciones en las que estáis, de vuestros sufrimientos y luchas, de vuestras esperanzas y planes. He vivido el suficiente tiempo entre vosotros para conocer algo de vuestras circunstancias; he consagrado a su conocimiento la más seria atención. He estudiado varios documentos, oficiales y no oficiales, en la medida en que he podido tener acceso a ellos. Pero no me he conformado con eso, ya que yo quería obtener más que un simple conocimiento abstracto de mi tema. Yo os quería ver en vuestros hogares, observaros en vuestra vida cotidiana, charlar con vosotros de vuestros agravios y condiciones, ser testigo de vuestras luchas contra el poder político y social de vuestros opresores."

    F. Engels (1969). The condition of the working class in England. Londres: Panther. (Ed. original 1845). (La traducción es nuestra.)

Así pues, Engels apoya su trabajo sobre la base de principios similares a los defendidos por Weber y Dilthey.
2.1.4.La opción cualitativa en los inicios y el desarrollo de la Psicología
En la Psicología, los principales rasgos de la metodología cualitativa se manifiestan pronto.
  • Wundt, como otros introspeccionistas, acepta sin dudar vías de estudio del ser humano que hoy nos parecerían cualitativas.

  • Muchos trabajos del primer tercio del siglo XX proponen el análisis de la experiencia personal y la liberación de la estadística, hecho que, como veremos más adelante, es también característico de las aproximaciones cualitativas. En las décadas posteriores, el positivismo "duro" de las escuelas conductistas imperantes no llega a frenar esta tendencia.

  • La investigación cualitativa se vuelve a reavivar a partir de los años cincuenta y sesenta a lo largo de diferentes líneas de trabajo como la etnometodología, la etogenia, el interaccionismo simbólico, etc., de las que enseguida nos ocuparemos con más detalle.

Ahora bien, la vocación de la investigación psicológica por los métodos cualitativos no surge en el desierto de las ideas, sino que se alimenta de distintas filosofías y epistemologías, muy vinculadas entre sí:
  • La fenomenología de Brentano y Husserl, con su noción de intencionalidad y de suspensión del juicio.

  • Una parte de la obra de Ludwig Wittgenstein, la más relativista y reivindicativa de la pragmática. La pragmática es una parte de la semiótica o ciencia de los signos que infiere el significado mediante el uso que se hace de estos mismos signos. Pero este uso no se puede saber sin conocer el contexto en el que un sujeto habla o actúa.

  • El estructuralismo antropológico y lingüístico, que ve la maraña de acontecimientos socioculturales como si estuviera trabada en un texto o en un sistema lingüístico y, por lo tanto, en el seno de una red de significados.

  • El constructivismo de Nelson Goodman, base de la concepción de que hay muchas versiones de cada sector de la realidad en la que vivimos los seres humanos y de que todas son dignas de ser conocidas.

Y, de manera más íntimamente unida a las ciencias sociales y del comportamiento, el crecimiento de la metodología cualitativa está vinculada a dos autores que han contribuido decisivamente, en la segunda mitad del siglo XX, a la creación de la plataforma de ideas en la que aquélla se ha consolidado:
  • Jurgen Habermas, que sigue la estela de Max Weber, pero también las corrientes del marxismo y de la llamada Escuela de Frankfurt. Habermas asume el carácter interpretativo de la investigación social y pule la distinción entre la conducta como respuesta, por un lado, y la acción intencional dotada de sentido por el sujeto que la realiza, por el otro, distinción fundamental en el contexto de la oposición cuantitativo-cualitativo. Sin embargo, Habermas añade a este análisis una reivindicación permanente del carácter necesariamente crítico de las Ciencias del Hombre.

  • H. J. Gadamer, otro pensador clave para la orientación cualitativa en la línea de Heidegger, el cual pone más énfasis en el cariz interpretativo de estas ciencias que en el crítico.

Actividad
En la cita de Engels que hemos incluido más arriba hay frases que nos autorizarían a clasificarlo como un "investigador cualitativo". A partir de la información que se os ha dado hasta este momento, señalad al menos dos aspectos del trabajo de Engels, tal como él lo presenta, que podrían considerarse cualitativos.
Orientaciones y pistas para la solución de la actividad
La respuesta no supone ninguna dificultad si pensáis lo siguiente: estos aspectos deben ser aquellos donde se vea claro que Engels enfoca el estudio de las condiciones sociolaborales de los obreros de una manera que sería imposible o muy difícil si, en vez de personas, fueran objetos físicos. Por ejemplo, ¿se puede hablar con una célula o con un mineral volcánico como Engels dice que lo ha hecho con sus sujetos?
Desde los inicios de la Psicología, algunos investigadores han optado por los métodos cualitativos, a partir de una ruptura con el positivismo o de una postura crítica dentro de éste.

2.2.La crítica al positivismo

Los métodos cualitativos actuales pueden constituirse a partir de una crítica global al positivismo o de una crítica específica menos radical.
La crítica que los partidarios de los métodos cualitativos hacen a los enfoques positivistas y cuantitativos: no va solamente dirigida a la utilización de mediciones, controles o análisis estadísticos en el estudio del comportamiento humano, sino también a su frecuente despreocupación por el punto de vista del sujeto o de la cultura estudiados, por sus significados propios y por su singularidad.
Sin embargo, esta crítica revela dos niveles bien diferenciados:
  • Crítica global al positivismo.

  • Crítica específica al positivismo.

2.2.1.Crítica global al positivismo
Éste sería el nivel más radical y general, y se referiría a que:
1) En general, los recursos propios del método cientificonatural son juzgados inadecuados para el estudio del comportamiento humano.
Crítica
Los recursos del método serían, básicamente, la selección de muestras representativas de una población, la operacionalización de variables, las mediciones físicas y el control y manipulación de variables en la experimentación.
La crítica no se referiría al estudio de conductas como los reflejos o las respuestas fisiológicas, o al de la conducta involuntaria, sino al del comportamiento anclado en un entorno social y cultural y significativo para el propio sujeto: acciones intencionales, expresivas, comunicativas, instrumentales; ejecución de planes; rituales, ceremonias; etc.
2) En particular, la cuantificación de las acciones humanas y el formalismo matemático excesivo alejan peligrosamente el discurso científico de la realidad personal y de cada día.
3) Además, está la sospecha de que no se adaptan las escalas de medición a los objetos de estudio, sino a la inversa: los objetos de estudio se adaptan a los instrumentos de medición disponibles.
4) El positivismo clásico se interesa básicamente por las relaciones causales entre los antecedentes de las acciones humanas y las acciones mismas. No se ocupa, en cambio, de las relaciones intencionales y de las explicaciones funcionales o teleológicas que vinculan cada acción o comportamiento con los hechos posteriores a ellos, mirando al futuro y no al pasado. Pero hay que averiguar no sólo el porqué del comportamiento, sino también el para qué.
5) El positivismo clásico no está preparado para recoger y comprender la subjetividad.
2.2.2.Crítica específica al positivismo
Éste sería el nivel más matizado e incluso podría venir, a veces, de los miembros menos radicales y abiertos de las filas positivistas.
1) En general, los recursos propios del método cientificonatural pueden no ser coherentes con los planteamientos u objetivos de una investigación.
2) En particular, el método experimental puede ser inadecuado cuando el científicosocial busca resultados que tengan validez sobre el terreno, en la situación real a la que se tienen que aplicar.
3) La estadística paramétrica –la más conocida por el estudiante de Psicología– puede no servir para analizar el tipo de información y los casos individuales que suele estudiar la investigación cualitativa.
Estadística no paramétrica
Si la investigación cualitativa, necesitase estadística, se decantaría hacia la no paramétrica, de carácter probabilístico y menos basada en distribuciones conocidas de frecuencia como la curva normal y otros.
4) A menudo la sofisticada aparatología matemática sirve de cortina de humo para ocultar el escaso poder explicativo de una teoría.
Ved qué opina de eso uno de los responsables históricos de la teoría de la medición en Psicología, S. S. Stevens, autor nada sospechoso de antipositivismo:
5) La metodología experimental, de laboratorio, y los modelos de análisis matemático que lo han ayudado a desarrollarse, han progresado por vías insuficientes e incluso equivocadas. Existen lenguajes lógicos y matemáticos más aptos que la estadística paramétrica para expresar el cambio cualitativo, pero apenas han sido utilizados en las Ciencias Sociales.
Actividad
Leed con atención el siguiente texto de Roger Barker e intentad averiguar:
1) Si la postura que expresa es la de un crítico radical o global del positivismo aplicado a la investigación psicológica, o bien tan sólo una crítica parcial, tocando sólo algunos aspectos de esta misma investigación. Es decir: ¿qué cree Barker, que la Psicología hace bien al aplicar el método de las Ciencias Naturales, aunque lo está aplicando mal o insuficientemente; o bien que la Psicología no tendría que aplicar en ningún caso este método? Justificad brevemente la respuesta.
2) Tanto en un caso como en el otro de los distinguidos en 1), enumerad aquellos aspectos del discurso de Barker que pueden considerarse positivistas y aquellos que pueden juzgarse cualitativos.
"Los químicos conocen las leyes que gobiernan la interacción entre oxígeno e hidrógeno, y también saben cómo se distribuyen en la naturaleza estos dos elementos. Los entomólogos saben cuáles son los vectores biológicos de la malaria, y también saben bastante sobre la incidencia de esta enfermedad sobre la tierra. En cambio, los psicólogos saben solamente un poco más que el lego sobre la distribución y el grado de incidencia de sus fenómenos básicos: el castigo, la hostilidad, la amistad, la presión social, el premio, el miedo, la frustración. Aunque disponemos de registros diarios del contenido de oxígeno del agua de los ríos, de la temperatura del suelo de los campos de cereales, de la actividad de los volcanes, de la conducta de nidificación de los petirrojos, de la tasa de yoduro de sodio absorbida por los cangrejos, no ha habido demasiados registros científicos de cómo las madres humanas cuidan de sus hijos, de cómo los profesores actúan en clase (y de cómo responden los alumnos), de qué dice y hacen realmente las familias durante el rato de la comida, de cómo utilizan su tiempo los niños desde que se levantan hasta que se van a la cama por la noche. Al faltarnos estos registros, sólo hemos podido especular sobre cuestiones como: ¿qué cambios ha habido de generación en generación respecto a la participación de los niños en la vida comunitaria?, ¿en qué difiere la vida de los miembros de una familia numerosa respecto a la de los de una familia reducida?, ¿cuántas veces tiene éxito un individuo en su existencia cotidiana y cuáles son las consecuencias de ello sobre su conducta subsecuente?, ¿en qué se diferencia el entorno desde el punto de vista de residentes urbanos, de ciudades grandes o pequeñas, y desde el de la población rural? ¿La disciplina educativa que reciben los niños americanos es diferente de la de los niños ingleses o franceses? Si es así, ¿en qué afecta al carácter nacional de americanos, ingleses y franceses? Antes de responder a este tipo de cuestiones, hay que saber otras cosas además de las leyes de la conducta..."
R. G. Barker (1968). Ecological Psychology (pp. 2-3). Stanford (Cal.): Stanford University Press. (La traducción es nuestra.)
Orientaciones y pistas para la solución de la actividad
Con respecto a la primera de las preguntas, es fácil darse cuenta de que el texto insiste una y otra vez sobre aquello que saben otros científicos y no saben los psicólogos, ignorancia que les lleva a especular, verbo negativo en este contexto. Vuestra respuesta, por lo tanto, debe partir de ahí.
Por lo que se refiere a la segunda, advertid que los aspectos cualitativos se muestran en los temas de estudio que Barker echa de menos y que enumera en el texto.
Ved una muestra. Preguntarse "qué cambios ha habido de generación en generación respecto a la participación de los niños en la vida comunitaria" es dar una orientación cualitativa a la investigación, porque esta pregunta no se puede contestar en el laboratorio ni al margen de la subjetividad de los niños o de sus familiares. A partir de esta pista no debería resultaros difícil desarrollar vuestra respuesta de manera más amplia.
Actividad
Considerad este otro texto de Barker:
"La Psicología ha sido predominantemente una ciencia experimental. Los primeros psicólogos eran experimentadores que trabajaban en laboratorios. Incluso los psicólogos clínicos e industriales han trabajado como experimentadores en la investigación, disponiendo y variando las condiciones bajo las que se produce la conducta con el fin de probar hipótesis y presentimientos. La fase descriptiva de la investigación, una con carácter de historia natural, ecológica, ha tenido un lugar secundario en Psicología y ha limitado seriamente esta ciencia..."
R. G. Barker (1968). Ecological Psychology (p. 1). Stanford (Cal.): Stanford University Press. (La traducción es nuestra.)
Este párrafo, de hecho, defiende lo mismo que el texto anterior del mismo autor. ¿Podéis establecer, en líneas generales, las correspondencias entre ambas citas? Qué partes del primer texto ilustrarían la necesidad de la fase descriptiva y del método observacional que reivindica esta segunda cita?
Orientaciones y pistas para la solución de la actividad
Es evidente que en este texto Barker defiende la necesidad del método observacional, indispensable para una investigación "con carácter de historia natural, ecológica", así como la importancia de la fase descriptiva de la investigación.
Por ejemplo, es obvio que reclamar el conocimiento de "qué dice y hacen realmente las familias durante el rato de la comida" es, indirectamente, una reivindicación de la observación y no de la experimentación; de la pura descripción, y no de la explicación.
Tomando este ejemplo como modelo, buscad otros similares en el texto de referencia.
Los métodos cualitativos pueden rechazar totalmente los planteamientos científicos del positivismo o sólo su utilización inadecuada de ciertos recursos metodológicos.

2.3.Tradiciones y campos de aplicación de la investigación cualitativa

Las tradiciones cualitativas aparecen exclusivamente en el seno de las ciencias sociales y del comportamiento, dentro de las cuales se multiplican y diversifican.
Eso no podía ser de otra manera, dada la caracterización que hemos hecho de la metodología correspondiente, lo cual no es en absoluto aplicable a las Ciencias Naturales. Por consiguiente, debemos localizar estas tradiciones dentro del amplio campo de las Ciencias Sociales.
La aportación central desde la lingüística es la distinción, que ya conocemos, entre enfoques émicos y éticos, propuesta y desarrollada, respectivamente, por los antropólogos K. L. Pike (además, lingüista) y M. Harris. Ya hemos visto que esta distinción es capital, no sólo con vistas a la separación entre metodologías cualitativas y cuantitativas, sino en relación con la posibilidad de integrar ambas, mediante la articulación de la experiencia vivida por el sujeto con la explicación desde el punto de vista del científico.
A menudo, una parte de la investigación cualitativa sociológica y –especialmente– antropológica recibe el nombre de etnográfica. Este adjetivo pretende denotar no tanto los contenidos de la investigación como el carácter declaradamente cualitativo de su metodología, y se ha aplicado también con profusión a la investigación psicológica, hasta el punto de que una de las tradiciones de las que enseguida hablaremos recibe habitualmente esta denominación en distintos campos psicológicos aplicados (educativos, sociales). Por otra parte, la antropología de los últimos cincuenta años ha tenido como referencia principal el enfoque estructuralista y la figura de Lévi-Strauss, abocada a la visión de los roles y acciones sociales como si formaran parte de un sistema lingüístico; pero también este enfoque se ha introducido en Psicología, por lo cual hablaremos de ello igualmente pronto.
En Psicología, a partir de los años cincuenta, brotan y crecen diferentes ramas en el árbol de los métodos cualitativos, a partir de la horquilla central que hemos fijado en la tabla del apartado 1.2 (ved también más adelante la figura "El árbol de los métodos cualitativos" en este apartado). Hemos procurado agrupar estas ramas para ofrecer una visión no demasiado dispersa del conjunto de las diferentes tradiciones cualitativas en el ámbito psicológico. De hecho, no son completamente independientes, sino que –como podremos comprobar– mantienen relaciones más o menos manifiestas entre sí, compartiendo las bases filosóficas en las que se han inspirado o los autores que les han dado impulso.
En esta línea Flick, autor que ya hemos citado (2004, cap. II), restringe por ejemplo estas tradiciones a tres grandes áreas, cuya columna vertebral es, respectivamente, el interaccionismo simbólico, la etnometodología y el estructuralismo. A modo de comienzo, nos atendremos a estas tres áreas, completándolas después si es necesario:
1) El interaccionismo simbólico, con profundas raíces en el pragmatismo norteamericano, deriva de la obra clásica de G. H. Mead (1863-1931) y del trabajo posterior de Erwin Goffman, con un planteamiento que afirma la base interactiva e intencional del conocimiento humano, incluido el del científico social.
En un principio, el interaccionismo simbólico está preocupado principalmente por el significado subjetivo y la atribución de sentido a la realidad por parte de los individuos. Los seres humanos actuamos en función de los significados que cosas y fenómenos tienen para nosotros, y de sistemas de valores y creencias que funcionan como teorías subjetivas, exclusivas parcialmente de cada uno. Cualquier persona es capaz de explicar, interpretar, casi cualquier cosa. Estos significados se van construyendo en el curso de las interacciones con los otros y de la socialización del individuo. Cuando reconstruimos estos significados y los puntos de vista subjetivos, individuales o grupales, que son su condición, obtenemos la trama de valores pertinentes para el análisis de la sociedad. Por lo tanto, un análisis válido supone inevitablemente la adopción del punto de vista del sujeto y, a la vez, un enfoque émico; y supone igualmente, como condición necesaria, aunque no suficiente, la obtención de estos significados y puntos de vista mediante las manifestaciones orales o escritas de los mismos sujetos.
La construcción de los significados –compartidos en buena medida– mediante la interacción y la consideración de la perspectiva propia del sujeto acercan esta tradición a la del construccionismo y a la de la fenomenología, que también consideraremos aparte.
2) La etnometodología, vinculada a la obra pionera del antropólogo H. Garfinkel, tiene como objetivo central comprender cómo las personas producimos la realidad –o, si queréis, cómo generamos los significados sociales– mediante los procesos interactivos. De manera que es obvia la complementariedad histórica entre estos objetivos y los del interaccionismo, objetivos que la etnometodología afina situándolos en el terreno de la vida cotidiana, por cierto, un terreno común a muchas de las tradiciones cualitativas.
Un objetivo asociado al anterior es el de descubrir las reglas que orientan las prácticas interpretativas y justificativas de la gente en diferentes contextos sociales, y desvelar cómo se legitiman moralmente, ideológicamente, las acciones propias y las ajenas. Los indicios de estas reglas y de estas prácticas se encuentran en los contextos en los que los sujetos ejecutan sus diferentes roles. Las interacciones entre las personas poseen una sintaxis, se presentan ordenadas y modeladas por el contexto en el que ocurren, contexto a su vez también elaborado por la misma interacción.
En conjunto, se adivina que la etnometodología mantiene, como el interaccionismo simbólico, sutiles relaciones con los planteamientos construccionistas –en la medida en que en esta aproximación la realidad también es construida por el sujeto y reconstruida por el investigador que la descifra– y fenomenológicos –ya que se pide al observador que suprima cualquier interpretación o hipótesis a priori, en términos de "indiferencia metodológica", una actitud intelectual que constituye la demanda central de la fenomenología filosófica–.
El análisis de conversaciones es una rama importante de la etnometodología, relativamente independizada de ella hoy día. Su promotor más importante, H. Sacks, mantiene los principios metodológicos que acabamos de repasar centrándolos en el estudio de la conversación en contexto: el resultado de una interacción de este tipo, su estructura (por ejemplo, en turnos de habla) y el propio clima y contexto donde se desarrolla se ven como un producto de la aplicación de los participantes, el cual no se puede describir ni interpretar hasta que el acontecimiento ha concluido. De esta misma rama ha brotado, en los últimos quince años, una modalidad del análisis del discurso (Psicología discursiva) ocupado en mostrar cómo, mediante "repertorios interpretativos", típicos de algunos discursos o lenguajes sociales, se organizan y crean los referentes sociales y la realidad en la que viven las personas.
3) El estructuralismo parte de la idea de que los sistemas semióticos de la cultura –es decir, sus sistemas de signos y, particularmente, el lenguaje– proporcionan la trama de valores sobre la que se crea la realidad que nos rodea, que percibimos y conocemos. Sin embargo, estos valores y significados no son siempre patentes. El estructuralismo de raíz lingüística defiende que los significados no siempre se ponen de manifiesto explícitamente, sino que a menudo permanecen ocultos en el fondo del discurso de los sujetos, de manera que hay que descifrar este discurso, una vez registrado, y extraer de él las significaciones que yacen en los estratos más profundos de la conciencia individual o cultural (notad la semejanza de estos planteamientos con los psicoanalíticos).
Últimamente, los enfoques estructuralistas han apuntado, en el área francesa y alemana, al estudio de las representaciones sociales de hechos cotidianos (de la salud y la enfermedad, del cambio tecnológico, de la situación laboral, etc.), representaciones que, como en los casos anteriores, también se juzga que son construidas por los sujetos.
Aparte de estas ramas dominantes, que tal vez reúnen el máximo carácter distintivo en lo tocante a la metodología utilizada, hay enfoques o tendencias epistemológicas que, a nuestro parecer, son mucho menos definidas metodológicamente y se relacionan transversalmente con las distintas ramas. Dos de ellas ya las hemos mencionado: aludimos al enfoque construccionista y a la fenomenología. De la tercera, la etnografía, mencionada al principio de este subapartado, nos ocuparemos también en los siguientes párrafos.
4) El construccionismo social tiene diferentes raíces, algunas de las cuales, como la obra de G. H. Mead, ya hemos citado en los párrafos anteriores. Sin embargo, debemos referirnos a otras igualmente importantes, como son la obra de A. Schutz (1899-1959) y la de Kurt Lewin (1890-1947), con un referente contemporáneo capital: el trabajo The Social Construction of Reality: A treatise in the sociology of knowledge (1966), de Berger y Luckman.
El punto de partida de esta orientación es que cada interpretación de la realidad es un artefacto social, producto del intercambio y el acuerdo entre personas, cultural, histórica y geográficamente localizado. En la perspectiva construccionista, el sujeto es un "concebidor" o constructor, no un simple perceptor y –menos aún, huelga decirlo– un pasivo receptor de información.
Se ha tenido siempre mucho cuidado en separar esta perspectiva de la constructivista, asociada sobre todo a científicos esenciales como Piaget o Vygotsky, que entienden la génesis de la realidad percibida o pensada a partir de la iniciativa del sujeto y en el marco de la interacción bilateral individuo-ambiente. Pero el construccionismo da un paso más y propugna que esta realidad no sólo surge del intercambio general con el ambiente, sino que es un producto específico nacido de la interacción y de la comunicación entre los individuos y los grupos, contextualizada socialmente y sostenida por el lenguaje. En palabras de Kafai.

"Mientras que la prioridad del constructivismo descansa sobre el desarrollo de estructuras de conocimiento individuales y aisladas, el construccionismo pone su foco en un conocimiento conectado con dimensiones personales y sociales". Y. B. Kafai, 2006, Construccionism, En A R. K. Sawyer (ed.). The Cambridge Handbook of the Learning Sciences, pp. 35-46, Cambridge (MA), Cambridge University Press.

5) La Psicología fenomenológica arranca igualmente de Schutz (como podéis comprobar, otro autor clave) y remite en su primer origen al trabajo sociológico de Weber y a la filosofía de Edmund Husserl.
Ya hemos visto un poco más arriba que la idea de la suspensión del juicio y de la posposición de la interpretación nace en esta órbita, igual que la idea de intersubjetividad o de la compartición de mundos entre el científico y el sujeto estudiado. El primero de éstos no escapa a las leyes de la acción social: así, para saber qué piensa, opina, un sujeto, tiene que entrevistarlo y, para entrevistarlo, debe establecer previamente algún tipo de relación con él.
La Psicología fenomenológica participa también de la tendencia a dirigir el interés del científico por la vida cotidiana y es un ejemplo máximamente ilustrativo de la voluntad cualitativa de acercarse a objetos de estudio globales, no fragmentados en variables.
Otra noción clave de la fenomenología es la de "intencionalidad", que conviene no entender en su sentido habitual. La intencionalidad se refiere a la dirección en la que está orientada la conciencia del sujeto en cada momento, hacia un mundo u otro: el mundo real, mundos imaginarios, mundos oníricos... En el seno de esta conciencia se dan significados que son llamados "vividos" por los que trabajan en esta tendencia y constituyen el fenómeno desde el punto de vista del sujeto, el fenómeno que hay que reconstruir. En otras palabras, lo que interesa es cómo experimenta, capta, vive –en definitiva– la realidad el sujeto en cada contexto de su existencia, de manera que la transmisión de sus experiencias, de estos significados vividos, tendría que proporcionar la clave de sus acciones.
Finalmente, nos queda por citar un epígrafe muy frecuente en los textos de metodología cualitativa:
6) El enfoque etnográfico, en nuestra opinión denominación que obviamente proviene de la antropología, puede entenderse en dos acepciones diferentes, ninguna de las cuales apuntaría a una tradición cualitativa psicológica en el sentido que aquí hemos querido dar al término "tradición".
En efecto, por una parte el enfoque etnográfico puede tener una acepción equivalente a la de enfoque cualitativo, y la tiene realmente cuando nos damos cuenta de que, a menudo, en determinados campos de estudio (pongamos por caso el educativo o el comunitario), además de los genuinamente antropológicos, "etnográfico" se utiliza como sinónimo para designar la totalidad o partes nucleares de la aproximación cualitativa al objeto de estudio. Atended por ejemplo a esta cita de Goetz y Le Compte, una fuente de referencia clásica entre los investigadores cualitativos:

"Los etnógrafos, sobre todo, deben trabajar en escenarios donde los comportamientos se produzcan de forma natural. Tienen que ir hacia los participantes; no pueden recurrir a contextos de laboratorio con vistas a la pureza del diseño [...]. Durante un periodo de tiempo, sin interrupción, han de mantener una interacción constante con los participantes."

J. P. Goetz y M. D. Le Compte (1988). Etnografía y diseño qualitativo en investigación educativa. Madrid: Morata.

Otros autores ponen énfasis en la necesidad de que el investigador etnográfico se comunique con el grupo que estudia, y en su seno.
Es evidente que ambos ejemplos señalan hacia rasgos centrales de la metodología cualitativa como son, en la cita de Goetz y Le Compte, el uso exclusivo de la observación y, dentro de ésta, de la modalidad participante, y en la de Schensul, la conveniencia de la perspectiva émica. Por lo tanto, a la vista de ello, no parece que el enfoque etnográfico tenga alguna especificidad, fuera de delimitar un campo metodológico bastante coincidente con el de la investigación cualitativa en general, o del trabajo de campo, y de ofrecer un aroma antropológico que los psicólogos siempre deberemos agradecer por la deuda que tenemos con esta disciplina en el capítulo conceptual y de recursos de método.
Por otra parte, el uso del término "etnográfico" parece aludir a veces a la interpretación de la conducta promovida y modelada por la cultura, caso en el que cobra un significado especial en áreas de investigación como la del aprendizaje en la escuela o la Psicología cultural.
En estos casos, la palabra delimitaría un área de trabajo de la investigación psicológica, vinculada a contenidos claramente conectados a la antropología, la cual sin embargo utilizaría también una metodología compatible con la que aquí hemos presentado como cualitativa.
Ante un panorama como lo que hemos tratado de dibujar, es fácil darse cuenta de que la exclusividad de estas tradiciones es relativa, dado que hay una densa interconexión entre ellas y que una serie de preocupaciones centrales –como la consideración de la subjetividad y la vida cotidiana, la defensa del carácter socialmente construido del conocimiento o la atención dirigida al lenguaje y a la cultura– están presentes con diferentes proporciones y matices en todas ellas. Además, muchas líneas, como hemos visto, comparten autores y raíces filosóficas.
De hecho, hemos omitido alguna línea de trabajo específica por la dificultad de clasificarla en alguna de las tradiciones expuestas. Así, por ejemplo, el enfoque etogénico de Rom Harré (en el que nos detendremos más adelante) está imbuido del espíritu construccionista e interaccionista, pero también comparte el énfasis en el tema de la intencionalidad propio de la fenomenología, dirige su interés hacia las reglas que gobiernan la vida cotidiana igual que la etnometodología y está influido por aspectos del punto de vista estructuralista. La Psicología llamada "humanista" también comparte rasgos con la fenomenología –su referente más próximo–, con el construccionismo y, en menor proporción, con el estructuralismo de carácter psicoanalítico.
Estas tradiciones, como seguramente habéis captado, tienen sobre todo fundamentos epistemológicos, incluso filosóficos, además de compartir el núcleo metodológico de la investigación cualitativa. Pero no coinciden necesariamente con los distintos campos disciplinarios de la Psicología. Así, en el ámbito de la Psicología social podemos encontrarnos, históricamente, con enfoques que pertenecen a diferentes tradiciones entre las enumeradas. Por otro lado, es cierto que en algunos ámbitos predominan algunas tradiciones por encima de otras; por ejemplo, en el de la Psicología educativa el construccionismo es ley y la etiqueta etnográfica aparece con bastante frecuencia.
Sea como sea, las áreas de la Psicología donde la investigación cualitativa se ha aplicado más y con más propiedad son naturalmente aquellas que tienen objetos de estudio compatibles con la metodología cualitativa, tal como ya hemos establecido antes.
  • La Psicología de la educación y la pedagogía, cuando han orientado la investigación hacia el trabajo de campo, han dirigido su trabajo en la dirección cualitativa. La investigación-acción, un plan de investigación abundantemente utilizado en esta área, incorpora plenamente los puntos de partida y las exigencias de los métodos cualitativos.

  • La actual Psicología evolutiva, partidaria de una concepción del desarrollo humano interactiva y pragmática, construccionista y dependiente del contexto social, también se orienta decididamente hacia los estudios cualitativos.

  • La Psicología social en campos como la comunicación interpersonal o la Psicología comunitaria y cultural, así como los próximos a la antropología, parece asumir igualmente estos puntos de partida y estas exigencias.

  • En la Psicología de la personalidad también descubrimos sectores afines a la óptica cualitativa, particularmente aquellos que trabajan en la dirección del construccionismo de George Kelly y de su teoría de las construcciones personales que, sintéticamente, ve a las personas como científicos informales que captan los acontecimientos mediante categorías de interpretación y que canalizan sus procesos de conocimiento por medio de su estilo de anticipación de los hechos.

  • La clínica psicológica centrada en los estudios individuales también cultiva, si no todos, sí una parte importante de los planteamientos cualitativos en marcos psicoanalíticos, fenomenológicos o estructuralistas.

Probablemente al final de toda esta presentación accedemos a una imagen de la metodología cualitativa bastante abigarrada y comprimida; sin embargo, si es así, esta imagen sería realista. Para cerrar esta presentación de los métodos de investigación cualitativa nada mejor que ofreceros la representación metafórica que dan Miles y Hubermann y que recoge la siguiente figura. En ella veis el "árbol" de los métodos cualitativos tal como ha ido creciendo en las Ciencias Sociales del siglo XX.
El árbol de los métodos cualitativos
Fuente: Extraído de M. B. Miles y A. M. Hubermann (1994). Qualitative Data Analysis. An Expanded Sourcebook (p. 6) (2.ª ed.). Londres: Sage.
Fuente: Extraído de M. B. Miles y A. M. Hubermann (1994). Qualitative Data Analysis. An Expanded Sourcebook (p. 6) (2.ª ed.). Londres: Sage.
Tradiciones cualitativas en Psicología son el interaccionismo simbólico, la etnometodología y el estructuralismo, con raíces epistemológicas en el construccionismo y la fenomenología y contenidos a menudo etnográficos.

Bibliografía

Bibliografías recomendadas
Anguera, T. (1995). Metodología Cualitativa. En M. T. Anguera et al. (eds.). Métodos de Investigación en Psicología (pp. 513-522). Madrid: Síntesis.
Álvarez Méndez, J. M. (1986). Investigación Cualitativa/Investigación Cuantitativa: ¿Una falsa disyuntiva? En T. D. Cook y Ch. S. Reichardt (eds.). Métodos cualitativos y cuantitativos en investigación evaluativo (pp. 9-23). Madrid: Morata.
Cook, T. D. y Reichardt, CH. S. (1986). Hacia una superación del enfrentamiento entre los métodos cualitativos y los cuantitativos. En T. D. Cook y Ch. S. Reichardt (eds.). Métodos cualitativos y cuantitativos en investigación evaluativo (pp. 25-58). Madrid: Morata.
Flick, U. (2004). Introducción a la metodología cualitativa. Madrid: Morata.
Morales, M. (1999). La observación indirecta: una aplicación al análisis de textos. En M. T. Anguera (coord.). Observación en la escuela: aplicaciones (pp. 299-307). Barcelona: Edicions UB. (Ejemplo del uso en la literatura de los términos "cualitativo" y "cuantitativo").
Riba, C. (1991). El método observacional. Decisiones básicas y objetivos. En T. Anguera (ed.). Metodología Observacional en la Investigación Psicológica (vol. 1): Fundamentación (pp. 29-114). Barcelona: PPU.
Taylor, S. J. y Bogdan, R. (1987). Introducción a los métodos cualitativos de investigación: la búsqueda de significados. Barcelona: Paidós.
Web recomendada
Chenail, R. J.et al. (eds.) (2008). The Qualitative Report. Nova Southeastern University. Recuperado el 11 de noviembre del 2008 desde https://www.nova.edu/ssss/QR/web.html.
La página más importante sobre investigación cualitativa, desde la cual puede accederse a muchas otras.