La calidad de los datos en la investigación cualitativa
© de esta edición, Fundació Universitat Oberta de Catalunya (FUOC)
Av. Tibidabo, 39-43, 08035 Barcelona
Autoría: Carles Riba Campos
Producción: FUOC

Índice
- 1.La fiabilidad en la investigación cualitativa
- 2.La validez en la investigación cualitativa
- 2.1.Nociones básicas sobre validez como referencia para la investigación cualitativa: planteamiento general, credibilidad y relevancia
- 2.2.Nociones básicas sobre validez como referencia para la investigación cualitativa:
la validez del material elaborado y la validez de contenido
- 2.2.1.La validez de contenido
- 2.3.La posición cualitativa sobre la validez
- 3.La generalización en la investigación cualitativa
- 3.1.Nociones básicas sobre generalización como referencia para la investigación cualitativa:
representatividad, validez interna y externa
- 3.1.1.Representatividad
- 3.1.2.Validez interna y externa
- 3.2.La posición cualitativa sobre la generalización: máximos y mínimos
- 3.2.1.Ejes de generalización
- 3.2.2.El estudio de casos
- 3.3.La posición cualitativa sobre la generalización: inducción de casos y triangulación
- 3.4.La posición cualitativa sobre la aplicación: la investigació-acción
- 3.1.Nociones básicas sobre generalización como referencia para la investigación cualitativa:
representatividad, validez interna y externa
- Bibliografía
1.La fiabilidad en la investigación cualitativa
1.1.Nociones básicas sobre fiabilidad como referencia para la investigación cualitativa
1.1.1.Tipos de errores con vistas a su minimización
-
De expectancia. Un científico comete errores de expectancia cuando registra, mide o interpreta a favor de sus expectativas de resultados o, particularmente, de las hipótesis que mantiene. Eso hará que a menudo falsee, consciente o inconscientemente, la información que le llega. A veces, el error de expectancia depende más de la ideología del investigador que de la teoría o las hipótesis que maneja: así, puede atribuir más conductas agresivas a los niños que a las niñas, o viceversa, sin ninguna evidencia empírica; o puede evaluar los textos de escritores negros por debajo de los redactados por blancos, en cuanto a riqueza de vocabulario, sin que haya tampoco ninguna base para hacerlo.
-
De halo. Este error se produce cuando un observador o un analista tienen determinados prejuicios sobre un sujeto (paciente, autor, entrevistado, etc.) o grupo, prejuicios que hacen aparecer su comportamiento bajo una luz falsa, generalmente desfavorable. Habitualmente, estos prejuicios nacen de algún contacto conflictivo con el sujeto al principio de la investigación, momento en el que se crea el halo. A partir de entonces, los comportamientos se trasladan sesgados, mal anotados, medidos o interpretados, a los datos. Los ejemplos son tópicos: un maestro tiene "manía" a un alumno por un incidente que le enfrentó a él a principios de curso y, por eso, en los registros que le hemos encargado de su conducta en clase, este alumno siempre aparece más déspota o agresivo de lo que realmente es.
-
De deriva. Este error o sesgo es consecuencia de una deficiente definición de las categorías y, por lo tanto, de una imperfecta construcción del sistema que forman. En concreto, este sistema no cumplirá probablemente el criterio de exhaustividad semántica. Debido a esta carencia, el observador, una vez iniciado el registro definitivo y sistemático de datos, se encontrará con nuevos ejemplares de comportamiento o de texto no previstos en el sistema de categorías con el que trabaja. Entonces, en vez de empezar de nuevo y reestructurar el sistema, incluye sobre la marcha estos nuevos ejemplares en algunas de las categorías ya existentes, cosa que, inevitablemente, generará un sesgo. En efecto, la primera parte de la investigación se habrá hecho con una clasificación de variables, y la segunda, con otra.
-
De fatiga. Obviamente, la fatiga perceptiva o física del científico puede ser la causa directa o indirecta de errores. Sin embargo, esta fuente de error es más importante en la observación del comportamiento en vivo que en la observación de material grabado o en el análisis de textos, situaciones éstas últimas en las que el científico puede interrumpir el trabajo tantas veces como desee para recomenzarlo cuando se vuelve a encontrar en condiciones mentales óptimas.
-
Fallos de detección: el observador o el analista de textos pueden no percibir una unidad o categoría que ha ocurrido realmente o que verdaderamente está presente en el texto.
-
Fallos de interpretación: el observador o el analista clasifican o interpretan una unidad de registro, comportamental o textual, de manera incorrecta. Eso quiere decir que lo etiquetan como una categoría cuando, de hecho, corresponde a otra o no corresponde a ninguna.
-
Fallos de recuento o medición: por ejemplo, limitándonos a la frecuencia, el observador o el analista cuentan mal el número de veces que ha tenido lugar un comportamiento o un segmento de texto.
-
Fallos de anotación: todos los errores anteriores acaban concretándose en la anotación, en el registro propiamente dicho, sea en el papel o en la pantalla. Podemos omitir una anotación; o, a la inversa, apuntar una ocurrencia que no se ha dado; o asignar una categoría en una columna o casilla equivocada; etc. En conjunto, podemos incurrir en:
-
Errores de comisión: cuando consignamos aquello que no tendríamos que haber consignado.
-
Errores de omisión: cuando no consignamos aquello que tendríamos que haber consignado.
-
1.1.2.Dimensiones de la fiabilidad
Dimensión intraobservador |
Dimensión interobservador |
Precisión |
---|---|---|
Es la dimensión llamada estabilidad por muchos autores. |
Es la dimensión llamada "reproductibilidad" por algunos autores. |
A veces se presenta como "exactitud". |
Es típica de la psicometría, que la ha explorado a fondo en la dirección test-retest (la fiabilidad o estabilidad de un test se suele estimar a partir de la correlación entre los resultados de dos –o más– utilizaciones sucesivas de la prueba, separadas por un cierto intervalo temporal). |
Ha sido tradicionalmente utilizada por la investigación observacional y de campo, generalmente en la modalidad de dos observadores. En este marco, se habla de concordancia o acuerdo entre observadores, que se estiman mediante proporciones de acuerdo e índices probabilísticos. |
Ha sido a menudo utilizada por la investigación observacional y de campo. Las dos modalidades más corrientes han sido: 1) la de comparar el registro, medición o interpretación de un observador experto o estándar con los de un observador no experto o falible; 2) la de comparar el registro, medición o interpretación de un observador falible con los obtenidos a partir de grabaciones o de tratamientos informatizados del material. La aproximación a estos criterios se estima a partir de índices parecidos a los utilizados en la fiabilidad interobservadores. |
Se valora sobre diferentes juicios o enunciados de un mismo observador, relativos al registro, a la medición o a la interpretación. |
Se valora sobre diferentes juicios o enunciados de diferentes observadores, relativos a operaciones de registro, medición o interpretación. |
Se valora, en consecuencia, sobre juicios o enunciados procedentes de diferentes observadores/analistas o de diferentes sistemas de registro, uno de los cuales da el valor tomado como verdadero. |
En consecuencia, estos juicios o enunciados se dan a lo largo del tiempo. |
Estos juicios o enunciados se relacionan en el plano sincrónico, es decir, en un mismo punto o corte temporal, punto donde justamente se busca la coincidencia o acuerdo. A pesar de todo, puede interesar un seguimiento de estas coincidencias sincrónicas a lo largo del tiempo. |
Estos juicios o enunciados se relacionan en el plano sincrónico, es decir, en un mismo punto o corte temporal, punto donde justamente se busca la aproximación al valor de referencia. A pesar de todo, puede interesar un seguimiento de la evolución de estas aproximaciones a lo largo del tiempo. |
Los diferentes juicios o enunciados se comparan respecto a su valor medio o respecto a los elementos comunes que comparten, nunca respecto a un valor fijo o patrón de referencia. Por lo tanto, se pretende lograr la agrupación de registros, mediciones o interpretaciones en esta dimensión; reducir o eliminar su variabilidad; no se pretende acertar un valor verdadero. |
Los diferentes juicios o enunciados se comparan respecto a su valor medio o respecto a los elementos comunes que comparten; nunca respecto a un valor fijo o patrón de referencia. Por lo tanto, se pretende lograr la agrupación de registros, mediciones o interpretaciones en esta dimensión; reducir o eliminar su variabilidad; no se pretende acertar un valor verdadero. |
Los diferentes juicios o enunciados se comparan respecto al valor o patrón de referencia que proporciona uno de los observadores o uno de los registros. Se pretende que registros, mediciones o interpretaciones se acerquen lo máximo posible a este patrón. |
En la siguiente figura esta concepción de la fiabilidad se representa en el esquema a): una serie de registros o mediciones de un mismo observador m1 , m2 , ... mn deben tender a ser iguales o no significativamente diferentes entre sí. En un análisis de contenido, pongamos por caso, la fiabilidad intraobservador se manifestará en la coincidencia de las sucesivas mediciones que un mismo analista haga de un mismo corpus textual. Este analista podría, en tres exámenes diferentes de un texto hechos con un mes de separación, haber encontrado, como frecuencias de una categoría X en cada uno de los tres registros, los valores de 83, 82 y 84 respectivamente, valores que nos hablarían de la estabilidad de este resultado. O podría haber calculado tres índices de diversidad Id más o menos iguales entre sí. |
En la siguiente figura esta concepción de la fiabilidad se representa en el esquema b), limitada a la modalidad de dos observadores. Tenemos dos series de mediciones de dos observadores, 1 y 2: m11 , m12 , ... m1n ; m21 , m22 ... m2n . Interesa que m11 = m21; m12 = m22, etc. Los valores obtenidos por los dos observadores en cada punto de tiempo 1, 2, ... n, tienen que ser iguales o no significativamente diferentes. En un análisis de contenido habría que modificar este esquema general, sabiendo que, en un texto, no hay transcurso temporal propiamente dicho: el texto ya está dado a los ojos del analista de una vez por todas. Ante eso dispondremos de dos soluciones: o bien tendremos que comparar tan sólo registros o mediciones globales de los diferentes analistas respecto al texto entero (uno podría haber contado 334 ocurrencias de la categoría X en todo el texto, y el otro, 336 ocurrencias), o bien tendríamos que entender los diferentes puntos de comparación 1, 2, ... n, como sucesivas secciones del texto. |
En la siguiente figura la precisión ha sido esquematizada en el dibujo c). La única diferencia con el b) –bastante importante, sin embargo– reside en que ahora no comparamos dos series de valores de dos observadores equivalentes o del mismo estatus, sino dos registros de diferentes estatus: uno hecho por un experto, o de manera automática, y que se juzga libre de error (representado con el subíndice 0), y otro sujeto a error. En el análisis de contenido, este enfoque de la calidad de los datos es tan aplicable como en la observación del comportamiento. La consecución de precisión es una meta especialmente útil en la fase de entrenamiento de observadores o de analistas de textos (así, en esta fase, un analista novel podría encontrar 46 veces una categoría en una sección de texto, mientras que el experto que le entrena la puede haber encontrado 48 veces, diferencia que marcaría el nivel de precisión del primero). |

1.2.La posición cualitativa con respecto a las diferentes nociones de error
1.2.1.Errores tipificados por su origen
1.2.2.Forma del error o proceso en el que se genera
-
Varios observadores o analistas han construido o trabajan sobre un mismo sistema de categorías. Hay consenso sobre las definiciones de cada una de ellas y sobre los segmentos comportamentales o textuales que les corresponden. O bien el sistema está estandarizado (como si fuera un test), de manera que las categorías son las que son. En este caso, incluso el investigador cualitativo tendría que admitir la posibilidad y el sentido de errores de interpretación en cuanto asignaciones erróneas de unidades de registro a categorías concretas.
Un investigador puede ver a dos niños revolcándose por el suelo abrazados, y puede clasificarlo como "conflicto agresivo", cuando el sistema tiene previsto, para ocasiones como ésta, la categoría "juego violento" (rough and tumble). Cosas parecidas pueden pasar con el material verbal o escrito. Una cierta frase en lenguaje soez, aplicada por un colega a otro, puede ser clasificada por un analista como "agresión verbal" o "insulto" cuando en realidad, según las especificaciones del sistema, tendría que haber sido etiquetada como expresión machista del afecto.
-
Cada observador, analista o equipo de investigación se construye su propio sistema de categorías. Por lo tanto, cada uno de ellos establecerá una red de relaciones, en principio diferentes, entre sus unidades de registro y sus categorías. Aunque coincidan las primeras, las segundas no tienen por qué ser las mismas. En esta situación está claro que la atribución de "conflicto agresivo" en vez de "juego violento", o la de "insulto" en vez de "expresión machista de afecto", no suponen necesariamente error de interpretación, sino dos interpretaciones diferentes a partir de sistemas de clasificación y etiquetado del material también diferentes (de momento, dejamos de lado la espinosa cuestión de la evaluación de estas distintas interpretaciones, de cómo integrarlas). A la vista de lo que, aparentemente, es lo mismo, y asegurada la ausencia de errores elementales como los que antes hemos descrito, diferentes observadores o analistas pueden ofrecer diferentes versiones a partir de desiguales itinerarios deductivos. Ésta es una de las apuestas clave de una parte, al menos, de la metodología cualitativa. Volveremos a insistir en ello al hablar de la posición cualitativa frente a la fiabilidad interobservador.
1.3.La posición cualitativa con respecto a cada una de las dimensiones de fiabilidad
1.3.1.El punto de vista cualitativo con respecto a la fiabilidad intraobservador (tipo test-retest)
-
Replicación
Un investigador examina dos o tres veces un texto para asegurarse de que su clasificación en categorías de análisis, sus mediciones, índices o inferencias son siempre las mismas. Su intención, en consecuencia, es conferir calidad, dar garantía a sus datos, en el eje intraobservador y a lo largo del tiempo.
Lo mismo podría decirse de un observador que vacía dos o tres veces una misma grabación en vídeo, para confirmar una segunda vez los registros, mediciones o interpretaciones obtenidos en la primera.
-
Invariancia
Un investigador pasa, por ejemplo, un determinado protocolo de entrevista dos o más veces a un mismo sujeto, pretendiendo encontrar idénticos resultados. O hace escribir un relato dos o más veces a una persona esperando obtener, si no el mismo texto (cosa que sería absurda), sí al menos valores o perfiles iguales o equivalentes.
1.3.2.El punto de vista cualitativo con respecto a la fiabilidad interobservador: el efecto Rashomon
La expresión proviene de la película de Akira Kurosawa del mismo título (Rashomon, 1950). Su motor argumental es la multiplicidad de relatos que, de un mismo incidente, dan una serie de personajes que participaron o asistieron a él. Uno de los elementos que marca más profundamente cada uno de los relatos es la asignación de roles a los personajes participantes, el papel que se reserva el narrador y los que atribuye a los demás.
1.3.3.El punto de vista cualitativo con respecto a la precisión
2.La validez en la investigación cualitativa
2.1.Nociones básicas sobre validez como referencia para la investigación cualitativa: planteamiento general, credibilidad y relevancia
2.1.1.Planteamiento general
-
Observacional porque se trata de un tipo de validez útil y adecuada al perfil metodológico del trabajo de campo.
-
Semiótica porque la validez que puede interesar al investigador cualitativo es aquella que juzga el espacio que hay entre significante y significado, o sea, entre un indicador o unidad de registro y los segmentos comportamentales o textuales concretos a los que aquéllos apuntan; o entre una categoría y los indicadores que le dan contenido; o entre un objeto de estudio y las categorías o variables que lo definen. Estamos hablando, pues, de una validez, sobre todo, semántica.
2.1.2.Validez del material en bruto: credibilidad y relevancia
-
Se refiere a si esta materia prima sobre la que debe trabajar el investigador es idónea para el objeto de estudio escogido y los objetivos que guían la investigación.
-
No se refiere a si la muestra de material o la selección de fuentes son suficientes o adecuadas con vistas a la generalización, tema que hay que distinguir inexcusablemente de la validez y del que pronto nos ocuparemos.
-
Así, que un material sea relevante debido a ser representativo, significa que corresponde al tema de estudio o a su principal núcleo de interés.
-
En cambio, en una terminología bastante habitual, un material sería representativo cuando los resultados obtenidos a partir de él pudieran ser generalizados a la población de donde procede.
2.2.Nociones básicas sobre validez como referencia para la investigación cualitativa: la validez del material elaborado y la validez de contenido
-
las unidades o segmentos comportamentales o textuales,
-
los códigos o categorías que clasifican esas unidades y segmentos,
-
las inferencias o interpretaciones que se pueden hacer a partir de las relaciones entre categorías o entre éstas y sus contextos de ocurrencia.
Validez de unidades o segmentos |
Validez de categorías |
Validez de inferencias e interpretaciones |
---|---|---|
Es una validez de carácter sintáctico y semántico. |
Es una validez de carácter sintáctico y semántico. |
Es una validez predominantemente semántica y pragmática, si bien presenta también facetas sintácticas. |
El componente semántico lo podéis captar primeramente a la vista de esquemas como los de las figuras que hay en el subapartado 2.2.2 del módulo "La observación participante y no participante en perspectiva cualitativa", o el de la figura que hay en el subapartado 4.4.1 del módulo "El estudio de transcripciones y documentos" (aunque este nivel no está explícitamente representado en ellas). |
Igual que en la validez de unidades o segmentos, podéis entender su componente semántico sobre las figuras que hay en el subapartado 2.2.2 del módulo "La observación participante y no participante en perspectiva cualitativa" y en el subapartado 4.4.1 del módulo "El estudio de transcripciones y documentos". Los niveles de relación donde se sancionaría la validez categorial corresponderían a las flechas que unen categorías con subcategorías y éstas con indicadores o unidades. No importa que las relaciones sean de tipo exclusivo o combinatorio. |
En las figuras ya citadas, su componente semántico aparecerá en forma de relaciones (flechas) entre el objeto de estudio y las categorías que le dan cuerpo o entidad. Las categorías son, simplemente, variables, y el sistema de todas ellas conforma el objeto de estudio. De hecho, desde una perspectiva puramente operacional, cuando estudiamos un fenómeno psicológico o social estudiamos la estructura formada por las variables que sirven para estudiarlo, el lenguaje con el que este fenómeno se expresa. |
Es semántica por cuanto vincula una etiqueta o nombre de unidad con un conjunto de elementos o instancias de comportamiento o de texto. Por ejemplo, la unidad "Cejas levantadas", si es válida, debe agrupar distintas variantes de posición de las cejas, y todas ellas tienen que poder ser descritas como "levantadas". |
Este componente semántico se localiza en los vínculos entre una etiqueta o nombre abstracto de categoría o subcategoría y los elementos de nivel inferior. Por ejemplo, la categoría "Cara de alegría" se ancla en las unidades "Cejas levantadas" y "Comisuras de labios alzadas". Si la categoría es válida, debe incluir uno de estos dos elementos que la representan, o los dos; y al revés, uno de los significados posibles de "Cejas levantadas", o de "Comisuras de labios alzadas", debe ser que el propietario de la cara que exhibe estos rasgos está contento... |
Por lo tanto, el componente semántico de esta validez es crucial: un objeto de estudio poseerá validez semántica cuando el contenido empírico, concreto, de las categorías mediante las cuales se estudia, corresponda a los contenidos abstractos, teóricos, que el investigador le ha asignado previamente. El objeto de estudio "Expresión facial de la emoción" será válido si las categorías correspondientes –alegría, tristeza, rabia, indiferencia– llenan realmente el espacio de significación que el investigador le ha reservado. Obviamente, este nivel de validez dependerá de los otros dos ya descritos, dado el carácter jerárquico del sistema de categorías. |
Pero los aspectos semánticos de la validez del objeto de estudio no se agotan aquí. También tienen mucho que ver con procesos de interpretación contextual, como los que ilustraba la figura que hay en el subapartado 2.3 del módulo "La observación participante y no participante en perspectiva cualitativa". En este eje, la validez dependerá de la firmeza de los lazos entre antecedentes o referentes previos de una categoría (en el texto o en la corriente conductual) y esta misma categoría. Por ejemplo, podemos deducir que cada vez que en un texto adolescente aparece una crítica negativa a un personaje de prestigio (jefe, maestro, padre, madre, etc.) viene precedido por una cláusula relativizadora ("yo creo, pero es cosa mía, que fulanito..."; "En mi opinión –que es una más entre muchas– menganito debería tener cuidado de..."; etc.). La inferencia apuntaría a la voluntad del autor de suavizar su crítica en función del miedo o de un exceso de respeto. |
||
Con respecto a los lazos que, en la figura que hay en el subapartado 2.3 del módulo "La observación participante y no participante en perspectiva cualitativa", unen la ocurrencia de una categoría con sus consecuencias o su contexto a posteriori, la tradición cualitativa y semiótica prefiere verlos en clave pragmática. En todo caso, también serán una fuente de validación de las inferencias o las interpretaciones. Así, si una persona se vuelve al pasar un conocido, podemos deducir que lo ha hecho con la intención o el objetivo de no ser reconocido (vertiente pragmática), aunque lo ha hecho también porque, previamente, había descubierto la proximidad de la persona inoportuna (vertiente semántica). |
||
Además de esta fachada semántica, este nivel de validez presenta también otra sintáctica, manifiesta en la organización o estructura del conjunto de elementos que integran cada unidad. Particularmente, esta organización se expresa en el cumplimiento de las condiciones de exclusividad y exhaustividad, pero se puede revelar igualmente en la claridad de los límites espaciotemporales establecidos para cada unidad: dónde o cuándo unas cejas dejan de estar levantadas y están bajadas; dónde empieza una oración en el texto y dónde acaba. |
Además, la validez categorial posee un componente sintáctico, insertado en la estructura clasificatoria del sistema, que se muestra en el cumplimiento de las dos condiciones lógicas de exclusividad y exhaustividad. Pero también se hace patente en la nitidez con la que el sistema es capaz de reconocer los límites –principio y final– de los segmentos de comportamiento o texto que corresponden a una categoría. |
Finalmente, la faceta sintáctica de la validez de las inferencias reposa, una vez más, sobre la buena construcción de las jerarquías categoriales y, también, sobre la posibilidad de separar nítidamente antecedentes y consiguientes en las cadenas comportamentales y textuales. |
2.2.1.La validez de contenido
-
En la validez de constructo, la distancia semántica o inferencial entre el constructo o inobservable teórico y los ítems que, supuestamente, dan información sobre él es enorme. Es la distancia que hay, por ejemplo, entre responder "sí" o "no" a la pregunta "¿Se pone usted rojo cuando entra en una habitación llena de gente?" y la significación del constructo de extraversión-introversión que se quiere medir. Primero se crea el constructo genérico relacionado con la inteligencia o la personalidad y, después, se buscan los indicadores, ítems o preguntas/respuestas que lo tienen que medir de alguna manera.
-
En la validez de contenido, la distancia semántica entre indicadores y categorías, o entre éstas y el objeto de estudio, es mucho menor. Es la distancia que hay entre un concepto como "Implicación grupal" y las unidades utilizadas para identificarlo y medirlo, unidades como "Interviene en la conversación" (indicador de una categoría de "Intervención") o "Ayuda o colabora en tareas colectivas" (indicador de una categoría de "Colaboración"). Las cosas, pues, son más claras. Es de sentido común que si una persona colabora en actividades grupales su implicación en el grupo, del tipo que sea, será mayor que si no lo hace. El objeto de estudio no es tan genérico y abstracto, sino que más bien está construido ad hoc para la situación investigada. Los vínculos entre objeto de estudio y categorías o variables, y entre éstas e indicadores o unidades, son firmes porque las relaciones de inclusión de cada nivel con el inferior coinciden con su operacionalización.
2.3.La posición cualitativa sobre la validez
2.3.1.Desarrollos específicos de la cuestión de la validez
2.3.2.Negociación y validación émica
-
Decimos entonces que el investigador lleva a cabo una validación émica de sus categorías y unidades, dado que las ajusta y enmienda según la información aportada por los sujetos o grupos sobre los que centra su atención.
-
Fuera del entorno cualitativo, la validación suele ser ética, en la medida en que recurre a criterios y técnicas en los que no tienen ninguna participación los individuos de su muestra.
3.La generalización en la investigación cualitativa
3.1.Nociones básicas sobre generalización como referencia para la investigación cualitativa: representatividad, validez interna y externa
3.1.1.Representatividad
-
Cuando se trata de validez, la meta a alcanzar es que una noción abstracta, con contenido teórico o simplemente semántico, tenga plena y justificada correspondencia con instancias o hechos concretos. Una "actitud de desprecio", por ejemplo, puede vincularse a miradas oblicuas o a un cierto tipo de lenguaje insultante o distanciador.
-
Por el contrario, cuando buscamos capacidad de generalización, el desafío está en que una colección de elementos de la que predicamos unas propiedades y de la que se extraen unos resultados sea realmente un subconjunto del conjunto al que se quieren aplicar estas propiedades o estos resultados.
-
La validez es básicamente semántica y se resuelve en el espacio de la denotación o la designación; establece si una cosa significa, se refiere a o mide otra.
-
En contrapartida, la generalización siempre es de resultados, sean cualitativos (propiedades, clasificaciones, relaciones) o cuantitativos (mediciones, ecuaciones, modelos matemáticos).
3.1.2.Validez interna y externa
-
Conseguir sistematizaciones o leyes universales asimilables a la teoría existente o con valor teórico. Este fin tiene que ver con la validez interna y la capacidad de replicación.
-
Conseguir que unos resultados sean aplicables a condiciones diferentes de aquellas en los que fueron obtenidos o bien a la población de referencia. Este fin tiene que ver con la validez externa entendida como validez de aplicación.
3.2.La posición cualitativa sobre la generalización: máximos y mínimos
3.2.1.Ejes de generalización
-
poblacional,
-
ambiental o ecológica,
-
temporal.



3.2.2.El estudio de casos
-
El seguimiento de un niño disléxico a lo largo de su escolarización, en los diferentes contextos educativos en los que participa, es un estudio de caso.
-
La caracterización a fondo de una familia conflictiva en el escenario de la escalera o el barrio donde vive a lo largo de meses o años es un estudio de caso.
-
El análisis de la evolución de las relaciones grupales en un equipo de fútbol durante un año de competición es un estudio de caso.
-
El estudio de la transformación de un pequeño pueblo pirenaico, desde los años de despoblación hasta el actual resurgimiento demográfico gracias al turismo, es un estudio de caso.
-
Etc.
-
El caso se entiende como singularidad; tiene valor científico por sí mismo al margen de que, en el futuro, pueda ser comparado con otros o ser integrado al lado de otros (a veces se ha distinguido, sobre esta base, entre casos intrínsecos, casos instrumentales y casos colectivos).
-
El caso es indudablemente analizado pero, sobre todo, pide una comprensión sintética, holística o global, soldada a su contexto.
-
La relación del científico con el sujeto será de tipo participativo, en situación de observación participante, y admitirá la libre interacción entre ambos.
-
El científico no se conformará con adoptar una actitud contemplativa, centrada sólo en la obtención de información, sino que –si es conveniente– efectuará intervenciones al margen de la recogida de datos.
-
En relación con los dos puntos precedentes, los roles del investigador serán variados: profesor, protector, camarada, amigo, biógrafo, etc.
Un trabajo ejemplar en este terreno es el estudio que realizó Wolcott sobre el director de una escuela americana durante dos años. La observación participante comportaba la convivencia con el director varios días a la semana, tanto en la escuela como en casa, en la iglesia, durante sus gestiones en la calle, etc.
Wolcott hizo sobre todo un registro de campo, de carácter etnográfico, tanto de las acciones observadas como de las frases escuchadas en conversaciones a las que asistía.
Además, realizó entrevistas con el resto del personal docente.
También convenció al director de que anotara los problemas más recurrentes con los que debía enfrentarse.
Asimismo utilizó técnicas de observación sistemática aplicadas a situaciones de interacción social en las que intervenía el director.
Veremos pronto que esta diversificación e integración de métodos corresponde al concepto de triangulación.
Este estudio brindó un gran rendimiento. Entre sus resultados más estimulantes se cuentan, en la vertiente más descriptiva, un inventario de las demandas hechas, día a día, al director, clasificadas y relacionadas con personas y situaciones; y en la vertiente más interpretativa, una valoración –negativa– de las estrategias del director para poner orden y evaluar a los profesores del centro. Este trámite, debido a la inseguridad del personaje, lo segregaba del grupo, le generaba estrés y enrarecía el clima social.
3.3.La posición cualitativa sobre la generalización: inducción de casos y triangulación
3.3.1.La inducción de casos o generalización en mosaico
-
Una generalización directa es la hecha desde una muestra representativa de sujetos en la población a la que pertenecen, dentro de una determinada distribución de probabilidad de las variables medidas. Los resultados obtenidos serán generalizables a cualquier individuo con rasgos iguales a los de la muestra original.
-
Una generalización por simplificación de las condiciones del registro es aquella que se alcanza gracias a la exclusión de muchas variables o factores, ambientales o de muestra, que podrían haber influido en los fenómenos contemplados y en sus valores. Por lo tanto, como ya os hemos recordado más arriba, se alcanza de hecho gracias al control. Los resultados obtenidos serán generalizables a cualquier unidad de entorno similar, con respecto a las variables relevantes, que aquella de donde van saliendo los datos.
-
Escoger un conjunto de casos, seleccionados a partir de su carácter típico en relación con los objetivos de la investigación. Estos casos no serán simplificaciones, sino que presentarán una cierta riqueza de características combinadas.
-
Estudiarlos sincrónicamente (si se dispone de un numeroso equipo de observadores) o a lo largo del tiempo (si uno o pocos investigadores deben hacerse cargo de cubrir todos los casos previstos, que no podrán ser muchos), o de las dos maneras. El protocolo de estudio será, por supuesto, siempre el mismo.
-
Integrar los resultados en un modelo, de forma tabular o "en mosaico". El contorno o molde de este modelo viene dibujado por la teoría en la que se basa la investigación, y las casillas particulares corresponden a los resultados de cada caso.
Pareja sin hijos |
Pareja con 1 hijo |
Pareja con 2 hijos |
Pareja con 3 o más hijos |
||
---|---|---|---|---|---|
Zonas rurales |
Horario móvil |
Caso 1 |
Caso 2 |
Caso 3 |
Caso 4 |
Horario fijo |
Caso 5 |
Caso 6 |
Caso 7 |
Caso 8 |
|
Pueblos pequeños |
Horario móvil |
Caso 9 |
Caso 10 |
Caso 11 |
Caso 12 |
Horario fijo |
Caso 13 |
Caso 14 |
Caso 15 |
Caso 16 |
|
Pueblos grandes: centro |
Horario móvil |
Caso 17 |
Caso 18 |
Caso 19 |
Caso 20 |
Horario fijo |
Caso 21 |
Caso 22 |
Caso 23 |
Caso 24 |
|
Pueblos grandes: suburbios |
Horario móvil |
Caso 25 |
Caso 26 |
Caso 27 |
Caso 28 |
Horario fijo |
Caso 29 |
Caso 30 |
Caso 31 |
Caso 32 |
3.3.2.La triangulación
-
como una táctica dirigida a la racionalización y sistematización de aproximaciones éticas, positivistas, en el material de estudio;
-
como un recurso para profundizar, potenciar, los recursos émicos y críticos de la investigación cualitativa.
-
Supongamos que estamos intentando localizar el origen de una señal de radio. Para lograrlo, necesitamos dos antenas móviles y direccionales que, una vez orientadas, acaben recibiendo plenamente la señal. La dirección de procedencia de cada señal será así registrada y la intersección de las proyecciones desde cada receptor localizará la fuente de ondas en el espacio. Con todo, el procedimiento mejorará y la localización será más precisa y fácil si aumentamos el número de unidades de detección, para "tapar" la proporción de error atribuible a cada unidad. En cualquier caso, está claro que la "triangulación", o sea, la multiplicación de medios de detección y localización, sirve aquí para mejorar la calidad del registro o la medición, en el sentido de concentrarla en un valor único, reduciendo el error.
-
En la investigación cualitativa, el propósito de la triangulación no suele ser éste, sino casi lo contrario. Más bien tiene que ver con la construcción de una red de conexiones que amplían la perspectiva del investigador en la multiplicidad y permiten contemplar agregados –o, mejor, integrados– los diferentes registros, mediciones o interpretaciones.
-
Tiempo: combinando estrategias de seguimiento o longitudinales con otras secuenciales o transversales, en un estilo de investigación muy cultivado por la Psicología evolutiva y educativa.
-
Espacio/situaciones: repitiendo la investigación con la misma muestra o sujetos en diferentes situaciones (por ejemplo, trabajo, escuela, familia, ocio, etc.), sociedades o culturas.
-
Niveles de análisis: integrando la información procedente de niveles más moleculares con la manifiesta en niveles más molares (por ejemplo, servirse de datos sobre expresión facial junto a datos sobre acciones o desplazamientos sobre el terreno; o, tratándose de textos, trabajar con palabras y con párrafos).
-
Observadores: hemos aludido reiteradamente a esta opción. Las aportaciones de diferentes observadores pueden servir para establecer acuerdos entre sí o para trazar el perímetro de su desacuerdo, trabajando en el segundo caso sobre el área así definida.
Esta vía de triangulación cobra su máximo sentido cualitativo cuando encadena tanto versiones éticas –de los científicos– como émicas –de los sujetos o grupos bajo estudio– (así, en una investigación sobre el fracaso escolar en un centro, podemos articular información procedente del director, de los profesores, de los padres, de los inspectores y –por qué no– de los propios alumnos, con la obtenida directamente por el observador u observadores encargados de la investigación).
-
Métodos: es quizás la columna vertebral de la triangulación. En su acepción más corriente consiste en utilizar diferentes métodos o técnicas sobre el mismo objeto de estudio (no en repetir la aplicación de un solo método en varias ocasiones, procedimiento que estaría más cerca de la fiabilidad o la replicación).
La triangulación de métodos puede concretarse en diferentes fases de las operaciones de investigación:
-
Datos o registros: aprovecha información procedente de diferentes fuentes o distintas clases de material (documentos, transcripciones, grabaciones, etc.).
-
Medidas: se sirve de diferentes tipos de medidas o índices para obtener un retrato más completo del fenómeno investigado (por ejemplo, frecuencia y tiempo, en registros comportamentales; o medidas psicométricas y medidas físicas).
-
Métodos propiamente dichos: conjuga diferentes opciones metodológicas como la observación participante, la no participante (directa o indirecta) o diferentes diseños de experimentación en un mismo proyecto de investigación. También puede referirse a la utilización combinada de distintas técnicas de análisis (análisis de contenido intra y extratextual, diferentes aproximaciones estadísticas).
El esfuerzo que esta triangulación requiere queda compensado por las ganancias obtenidas en cuanto a capacidad de generalización. Así, en el caso de aplicar conjugadamente metodología observacional y experimental, una parte de los resultados aportará validez interna y capacidad de replicación y, la otra, validez externa y ecológica.
-
-
Teorías: triangulación a menudo asociada a la multiplicidad de observadores o de métodos. Como ya hemos dicho en otro lugar, la integración de diferentes puntos de vista exige una posición metateórica desde la cual sea factible realizarla. El investigador que coordina una investigación diversificada de esta manera tiene que colocarse en una posición más "elevada" que la de la teoría particular en la que él se encuentra cómodo.
En cualquier caso, en un campo como el de las Ciencias Sociales, donde la unificación teórica está pendiente o no es posible, disponer distintas teorías, a menudo claramente complementarias, en un cuadro metateórico es casi un deber ineludible (por ejemplo, en un estudio sobre patrones de crianza, podrían tratar de integrarse, sobre un fondo de compatibilidades entre sí, aproximaciones etológicas, antropológicas, psicoanalíticas, pediátricas, etc.).
-
muestras, grupos o clases de sujetos que se podrían triangular,
-
métodos o técnicas,
-
fuentes de información,
-
situaciones.
3.4.La posición cualitativa sobre la aplicación: la investigació-acción
-
la fase de investigación y
-
la fase de aplicación.
-
La investigación-acción en la escuela analiza las acciones y situaciones experimentadas por los profesores por cuanto: 1) son inaceptables y piden solución, 2) son susceptibles de cambio, 3) requieren una respuesta práctica.
-
La investigación-acción persigue una comprensión en profundidad, por parte del profesor, del problema tratado. Adopta una postura exploratoria y a la expectativa de la evolución que experimente la percepción de este mismo profesor. (Eso, añadimos nosotros, supone inevitablemente la negociación o el diálogo con los sujetos, los profesores, en este caso.)
-
La investigación-acción suspende cualquier actuación hasta que el problema no se haya entendido en profundidad (y consensuado, añadimos nosotros).
-
La investigación-acción hace una descripción observacional de los hechos que interesan, descripción llamada "guión" y que da su configuración particular al caso que está bajo estudio.
-
La investigación-acción interpreta lo que ocurre desde el punto de vista de los que lo experimentan y de los que mantienen relaciones en el seno del problema: el director con los profesores, los profesores con los alumnos, etc. Los problemas se convierten en inteligibles cuando son asociados a los significados subjetivos que los participantes les adscriben (la negrita es nuestra).
-
La investigación-acción describe problemas y situaciones con el lenguaje de los que los sufren o viven; por eso, la validación de las categorías de análisis debe hacerse por medio del diálogo con ellos.
-
Este diálogo debe estar libre de trabas para legitimar esta clase de validación. Además, el diálogo tratará de conducir al participante a la reflexión.
-
Por la misma razón, hay que asegurar un buen flujo de información entre todos los participantes en la investigación y, concretando más, entre el equipo de investigadores y los sujetos. Eso significa, entre otras cosas, que los participantes tengan libre acceso al diseño de la investigación, a los datos ya recogidos y –quizás– interpretados. Y viceversa: el investigador tiene que poder acceder a toda la información que le haga falta. El clima global, pues, tiene que ser de confianza, y la comunicación, óptima.