Para alguien no habituado al estudio o a la práctica del derecho, probablemente las
imágenes más comunes que asociará al ámbito jurídico serán las de salas donde se celebran
juicios o las de despachos repletos de gruesos libros de legislación y jurisprudencia,
en donde jueces, abogados, fiscales, procuradores y demás profesionales se dedican
a sus quehaceres con gesto serio, decidiendo la suerte de las personas involucradas
en sus gestiones. Sin duda, se trata de algunos de los ejemplos o manifestaciones
más claras y evidentes del derecho en acción, pero también (afortunadamente) de los
menos habituales, ya que por suerte no todos los contextos en los que el derecho es
relevante son los de conflictos lo suficientemente importantes como para requerir
la intervención de los tribunales. Por el contrario, un análisis más detenido muestra
en seguida que existen muchas otras situaciones mucho más habituales y cotidianas
en las que, sin ser conscientes de ello en muchos casos, el derecho juega un papel
importante. Hechos tan corrientes como subir a un autobús para ir al centro de la
ciudad, o circular por la carretera con nuestro vehículo, o comprar el pan; ver una
película en el cine o matricularse en una universidad para cursar una titulación;
ir a trabajar para poder cobrar nuestro salario o hacer la declaración de la renta;
el propio hecho de habitar una vivienda (pues en la mayoría de los casos supone pagar
un alquiler o una hipoteca) o navegar por la web (requiere un contrato con un proveedor
de servicios de internet); intentar montar nuestro propio negocio o ir a votar en
unas elecciones; o incluso hechos tan íntimos y personales como formar una pareja
o tener un hijo. Todas estas acciones y muchas más están de alguna manera reguladas
por el derecho. De hecho, resulta difícil encontrar situaciones o ámbitos que, de
algún modo, queden fuera de los tentáculos del sistema jurídico. Incluso los hechos
biológicos más fundamentales, es decir, nacer y morir, conllevan importantes consecuencias
jurídicas.
El derecho, pues, es un fenómeno (casi) omnipresente, aunque habitualmente (y seguramente
por fortuna) no seamos conscientes de ello. El objetivo de estas páginas es ofrecer
una primera aproximación general al fenómeno jurídico, es decir, a lo que podríamos
denominar como «el mundo del derecho», orientada especialmente a quienes no tienen
una formación jurídica previa ni pretenden realizar estudios propiamente jurídicos
(esto es, obtener una titulación en Derecho). Por ello, en lugar de pretender explicar
o dar muchos detalles sobre los contenidos de la legislación vigente, el objetivo
será aproximarse al derecho desde una perspectiva más general y desde diversos enfoques
o puntos de vista, a fin de tener una imagen global más adecuada de lo que es y lo
que supone no solo nuestro sistema jurídico en particular, sino cualquier sistema
jurídico en general. Por ello, aunque habitualmente se harán referencias al derecho
español, no será tanto por la pretensión de que se conozcan los detalles de nuestro
sistema jurídico en particular, sino más bien para ejemplificar conceptos, ideas o
categorías que están presentes habitualmente en cualquier sistema jurídico actual.
Estos materiales están estructurados en siete módulos didácticos: en primer lugar
(módulo 1, «El derecho: ¿por qué y para qué?»), se hace referencia al papel que desempeña
el sistema jurídico en una sociedad, es decir, a las razones o los motivos por los
que las sociedades humanas cuentan con sistemas jurídicos, y qué funciones, objetivos
o propósitos principales se pretenden alcanzar a través de ese instrumento. De ese
modo, trataremos de comprender la importancia de la existencia del derecho en nuestras
sociedades.
En segundo lugar (módulo 2, «El derecho: qué es y cómo es»), nos acercamos más al
estudio del derecho en sí, esto es, como objeto de análisis. Entre otros aspectos,
se intenta ofrecer un concepto o definición más precisa de lo que es un sistema jurídico
y en qué se diferenciaría de otros ámbitos que de algún modo también están relacionados
con la existencia de normas o pautas de conducta, como, por ejemplo, la moral; qué
tipos de elementos conforman un sistema jurídico, cuáles son sus principales características
y cómo se relacionan entre sí; qué propiedades o características principales tiene
un sistema jurídico en su conjunto, y cómo es su dinámica (cómo cambia sus contenidos).
En el tercer módulo («Los conceptos jurídicos fundamentales»), se lleva a cabo un
acercamiento y análisis de algunos de los conceptos jurídicos básicos presentes en
todas las ramas y todos los sistemas jurídicos contemporáneos, como los de «deber
jurídico», «sanción» o «responsabilidad», y que son indispensables para una adecuada
comprensión del fenómeno jurídico, independientemente de cuál sea el sistema jurídico
analizado.
Si en los tres primeros módulos se centra la atención en aspectos generales comunes
a cualquier sistema jurídico contemporáneo, en el cuarto («Breve aproximación al ordenamiento
jurídico español»), como su propia denominación indica, se centra la atención en el
sistema jurídico del Estado español. Se explican brevemente cuáles y cómo son los
principales tipos de disposiciones normativas y su relación jerárquica, así como los
ámbitos o «ramas» del derecho, a fin de tener un «mapa» o esquema básico de nuestro
sistema jurídico, que es igual o muy similar al del de la mayoría de los países de
nuestro entorno.
A continuación (módulo 5, «La dimensión institucional del derecho: el Estado de derecho»),
se aborda el derecho desde su perspectiva institucional (pues los conceptos de «Estado»
y «derecho» son indisolubles): cuáles son los principales poderes y órganos del Estado,
sus características y funciones, cómo se relacionan entre sí, qué implica la noción
de «Estado de derecho» y cómo se plasma en nuestro sistema y en el de la mayoría de
países de nuestro entorno.
En sexto lugar (módulo 6, «El derecho en acción: interpretación y aplicación del derecho»),
se centra la atención en lo que podría concebirse como «el derecho en acción»: este
no se agota únicamente en la promulgación de textos legales, sino que estos preceptos
tienen que aplicarse efectivamente, por parte de órganos administrativos o judiciales,
para dar respuesta a las distintas situaciones, controversias o conflictos que se
plantean, lo que da lugar a una serie de importantes cuestiones relacionadas con la
interpretación y la aplicación del derecho.
Por último (módulo 7, «El derecho y la justicia»), se analizan brevemente algunas
de las conexiones del derecho con la idea de justicia. Desde siempre, las nociones
de derecho y justicia han estado de algún modo vinculadas, y a pesar de las diferencias
de opinión que existen en las concepciones acerca de lo que es «justo», todos parecen
estar de acuerdo en que el derecho ha de servir para alcanzar un cierto nivel de justicia
o contribuir a crear una sociedad más justa. Existen, no obstante, muchas cuestiones
problemáticas, que van desde la propia conexión entre los conceptos de «derecho» y
«justicia» (¿es la justicia una condición necesaria para el derecho o, dicho de otro
modo, puede un precepto legal radical o manifiestamente injusto ser considerado derecho?),
hasta el debate sobre lo que se considera una «sociedad justa», pasando por algunas
distinciones relevantes, como la diferencia entre justicia retributiva y distributiva,
o entre justicia formal y material. En este último apartado, se presentará una panorámica
general e introductoria sobre algunos de estos temas.